¿Qué reveló el reciente conato de guerra entre Estados Unidos e Irán?

Algunas notas sobre las contradicciones internas de la política de los Estados Unidos en el Medio Oriente

Por Michael Pröbsting, Secretario Internacional de la Corriente Comunista Revolucionaria Internacional (CCRI), 11 de enero de 2020, www.thecommunists.net

Como es bien sabido, Estados Unidos e Irán evitaron en las últimas 48 horas, solo por un pelo, una escalada completa de su conflicto. Desde el comienzo del conflicto en mayo de 2018, cuando Estados Unidos se retiró del acuerdo nuclear de 2015 con Irán e impuso sanciones económicas masivas, ha habido una serie de confrontaciones.

Sin embargo, el último ciclo de tensiones provocó indudablemente una situación que acercó a Estados Unidos e Irán a la guerra más que en ningún otro momento en las últimas cuatro décadas. La última escalada comenzó el 27 de diciembre de 2019 con un ataque de las milicias iraquíes (con estrechos vínculos con Teherán) en la Base Aérea K-1 en Irak que mató a un contratista estadounidense. En respuesta, Estados Unidos lanzó ataques aéreos en Irak y Siria, matando a 25 milicianos de Kata'ib Hezbollah respaldados por Irán. Días después, miles de manifestantes atacaron e incluso ingresaron a la embajada de los Estados Unidos en la Zona Verde en Bagdad.

El 3 de enero, Estados Unidos asesinó al general Qassem Soleimani, uno de los líderes más influyentes de la élite gobernante en Teherán, al comandante iraquí del PMF Abu Mahdi al Muhandis y otros comandantes. En respuesta, Irán lanzó cinco días después numerosos misiles balísticos en dos bases militares estadounidenses en Irak. Sin embargo, a pesar de las afirmaciones de la televisión iraní de que hubo 80 muertes en Estados Unidos, de hecho, estos ataques no causaron víctimas. Es casi con certeza que Teherán evitó deliberadamente las bajas en su operación, algo que ha sido especulado no solo por varias fuentes no iraníes sino que también ha sido reconocido por el general Amir Ali Hajizadeh, comandante de la Fuerza Aérea del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI)^[1]. Teherán incluso informó a los estadounidenses, a través de las oficinas iraquíes y finlandesas en Bagdad, sobre este ataque por adelantado^[2]. Después de estos acontecimientos, ambas partes señalaron que no tienen la intención, por ahora, de continuar las operaciones militares entre sí.

Postura marxista

La Corriente Comunista Revolucionaria Internacional (CCRI) siempre se ha opuesto a las sanciones estadounidenses y la agresión militar contra Irán^[3]. Nuestra posición no se ha basado en ninguna simpatía por el reaccionario régimen del Mulá. Por el contrario, siempre hemos apoyado las protestas populares contra el régimen, incluida la última sublevación en noviembre de 2019.^[4]

Del mismo modo, apoyamos plenamente a las heroicas masas iraquíes que protestan contra el corrupto gobierno capitalista en Bagdad. Esta lucha que comenzó en octubre del año pasado aún continúa a pesar de la brutal represión de la policía y las milicias pro iraníes que ya han matado a más de 500 manifestantes.^[5]

De igual forma, los revolucionarios también apoyamos siempre la lucha de los oprimidos contra los poderes imperialistas. Es por eso que defendimos a Irak en 2003 contra la invasión estadounidense, así como la posterior lucha de resistencia popular contra las fuerzas de ocupación y sus representantes^[6]. Apoyamos, por la misma razón, las recientes movilizaciones contra la embajada de los Estados Unidos en Bagdad.^[7]

Independientemente de nuestra oposición al régimen reaccionario en Teherán, defendemos a Irán contra cualquier agresión, económica, política o militar, por parte del imperialismo estadounidense. Esta posición se basa en el análisis marxista del carácter de clase de los países involucrados. Si bien Irán es un país capitalista semicolonial, Estados Unidos es, por el contrario, la potencia imperialista más grande^[8]. En los conflictos entre los países semicoloniales e imperialistas, los revolucionarios estamos obligados a ponernos del lado de las semicolonias contra las Grandes Potencias.^[9]

Por lo tanto, durante la reciente escalada, la CCRI se posicionó por la derrota militar del imperialismo estadounidense y se puso del lado de Irán y las milicias pro iraníes en Iraq sin prestar ningún apoyo político a sus liderazgos reaccionarios.^[10]

¿Trump ganó el enfrentamiento?

Sin embargo, en este artículo pretendemos no tratar cuestiones de tácticas revolucionarias. Más bien, queremos discutir las contradicciones internas de la política de los Estados Unidos en el Medio Oriente y sus consecuencias para futuros desarrollos. Debería ser evidente por qué este problema es tan relevante.

1) Estados Unidos es el estado imperialista más grande del mundo;

2) El Medio Oriente es una región donde los intereses de todas las Grandes Potencias (Estados Unidos, China, Rusia, UE y Japón) chocan; ^[11]

3) Finalmente, Medio Oriente es esa región que ha experimentado el mayor número de levantamientos revolucionarios y guerras civiles en la última década a nivel mundial^[12]. Esto es aún más relevante ya que la ola global de luchas de clases y levantamientos populares que comenzó en otoño de 2019 ha abierto una nueva etapa en la política mundial caracterizada por una dinámica prerrevolucionaria.^[13]

El último ciclo de tensiones ha arrojado luz sobre las contradicciones internas de la política estadounidense en Oriente Medio. En la superficie, la Administración Trump parece salir como una fuerza fuerte. Ha matado a una figura destacada de la élite iraní y, a cambio, solo perdió unas pocas instalaciones militares en Irak. Sin embargo, esta sería una visión muy superficial y engañosa.

Este es el caso, primero, porque es muy poco probable que el ataque con misiles iraníes haya sido el final de las represalias. Los altos comandantes del IRGC ya advirtieron sobre "una venganza más dura pronto" y dijeron que "los ataques con misiles del miércoles fueron solo el comienzo de una serie de ataques en toda la región".^[14]

El líder libanés del Hezbolá, Hassan Nasrallah, también pidió la expulsión de las fuerzas estadounidenses de la región en respuesta a los asesinatos de Soleimani y al-Muhandis. Advirtió: "Los atacantes suicidas que obligaron a los estadounidenses a irse de nuestra región en el pasado todavía están aquí y su número ha aumentado"^[15]. Además, los líderes de las milicias iraquíes también anunciaron ataques en represalia. El comandante de la milicia iraquí Qais al-Khazali dijo: "La respuesta inicial iraní al asesinato del comandante mártir Soleimani ha sucedido. Ahora es el momento de la respuesta inicial al asesinato del comandante mártir Muhandis. Y porque los iraquíes son valientes y celosos, su respuesta no será menor que la de Irán. Esa es una promesa".^[16]

Sin duda, estos líderes iraníes, iraquíes y libaneses están bajo una presión masiva de sus partidarios para defenderse después de que Estados Unidos mató a algunos de sus comandantes. Perderían enormemente su prestigio si no devuelven el golpe después de esta provocación sin precedentes.

La administración Trump se encuentra en una situación similar. Su principal motivación para el asesinato del general Soleimani fue simplemente aumentar las escasas posibilidades del loco para asegurar su reelección en noviembre de este año. Como presidente amenazado con la destitución por el Congreso y muy impopular tanto entre el pueblo estadounidense como entre el establishment, Trump debe aprovechar todas las oportunidades para aumentar su prestigio. Después del asesinato de un contratista estadounidense y el asalto de la embajada, Trump estuvo cerca de su "momento Benghazi"^[17]. Es por eso que la Casa Blanca ordenó el asesinato de Soleimani. Sin embargo, por la misma razón, Trump se verá obligado en los próximos meses a reaccionar fuertemente ante cualquier otro ataque de los numerosos oponentes de la potencia más grande. ¡Y tal ataque tendrá lugar inevitablemente!

En principio, ni Washington ni Teherán quieren una guerra a gran escala. Sin embargo, la lógica política de los intereses en conflicto y las fuerzas impulsoras detrás hacen que tal escalada sea una posibilidad muy realista en el futuro cercano.

¿Preparando la retirada?

Washington enfrenta un problema fundamental e irresoluble: como la CCRI ha elaborado en varios documentos, el imperialismo estadounidense está atrapado en un proceso de declive a largo plazo. Sus días en los que disfrutó de la hegemonía absoluta terminaron. Esto es cierto a escala mundial, donde su posición de liderazgo es desafiada por el imperialismo chino y ruso. Y esto también es cierto para Oriente Medio.

Si bien Trump aparece superficialmente como el "hombre fuerte" después del asesinato de Soleimani, una mirada más cercana revela que este evento, de hecho, ha agravado los problemas fundamentales del imperialismo estadounidense en el Medio Oriente. Los siguientes acontecimientos en los últimos días demuestran esto bastante claro.

En primer lugar, el Parlamento iraquí pidió formalmente la expulsión de todas las tropas estadounidenses del suelo iraquí. Es cierto que la resolución no era vinculante. Trump también reaccionó amenazando con exigir miles de millones de dólares en compensación a Irak o imponer "sanciones como nunca antes habían visto", ¡una demanda particularmente cínica de una potencia colonial ocupante que invadió Irak en 2003 contra la voluntad del pueblo! Sin embargo, no debe subestimarse la importancia política y simbólica de esta resolución. Ha abierto un proceso que aumentará enormemente la presión política del pueblo iraquí para poner fin a la ocupación estadounidense.

En segundo lugar, en reacción a los acontecimientos del 3 de enero, Irán anunció que ya no cumplirá con los límites contenidos en el acuerdo nuclear de 2015. “Irán no dio detalles sobre qué niveles alcanzaría de inmediato en su programa. Teherán ya ha roto algunos de los límites del acuerdo como parte de una campaña de presión paso a paso para obtener alivio de las sanciones. Ha aumentado su producción, comenzó a enriquecer uranio al 5% y reinició el enriquecimiento en una instalación subterránea. Si bien no posee uranio enriquecido a niveles de grado de armas del 90%, cualquier impulso reduce el "tiempo de arranque" estimado de un año necesario para que tenga suficiente material para construir un arma nuclear si así lo decide"^[18]. El ministro de Relaciones Exteriores de Francia, Jean-Yves Le Drian, advirtió nerviosamente que "en un período de tiempo bastante corto, entre uno y dos años, [Irán] podría tener acceso a un arma nuclear"^[19]. No necesita ninguna explicación de que tal desarrollo cambiaría drásticamente la relación de fuerzas en el Medio Oriente, en detrimento de los EE. UU., Israel y sus aliados.

En tercer lugar, la última escalada obviamente reforzó el deseo de la Casa Blanca de reducir masivamente su presencia militar en el Medio Oriente. Es bien sabido que Estados Unidos está negociando con los talibanes sobre los términos concretos de la retirada de las tropas estadounidenses^[20]. El presidente Trump también ha anunciado repetidamente su deseo de retirar las tropas estadounidenses de Siria.^[21]

Característicamente, solo un día después de que el parlamento iraquí votó a favor de la expulsión de las tropas estadounidenses de su país, el ejército estadounidense hizo circular una carta anunciando la retirada completa de sus tropas de Irak. Si bien más tarde afirmaron que esto era solo una "carta borrador no firmada" que se envió "por error" al gobierno iraquí, este incidente demuestra claramente que el Pentágono se prepara para la retirada de sus tropas^[22]. Naturalmente, esto solo envalentonará la determinación de las fuerzas iraquíes, y de todos los demás opositores del imperialismo estadounidense en la región, de intensificar sus esfuerzos para expulsar a esa gran potencia del Medio Oriente que alguna vez dominó indiscutiblemente esta región.

Uno debería interpretar la propuesta de Trump de expandir la OTAN para incluir a los estados del Medio Oriente en el mismo contexto^[23]. Su presión para aumentar la participación de la OTAN en Oriente Medio, es decir, una mayor participación de otros estados, es solo un pretexto para retirar las tropas estadounidenses.

Shock en Israel

No se necesita mucha explicación de por qué una retirada de las tropas estadounidenses de Irak, Siria y Afganistán tendría consecuencias dramáticas para Israel. Hasta ahora, el estado del apartheid sionista podía contar con el apoyo político, económico y militar inquebrantable y masivo del estado imperialista más poderoso.^[24]

Por lo tanto, no es sorprendente que el establishment sionista reaccione con conmoción al "borrador de carta sin firmar" que refleja una vez más la política errática de Oriente Medio de la Administración Trump. Un periodista israelí con una estrecha conexión con la élite militar informó sobre la reacción: “El contenido de la carta, que los estadounidenses se estaban preparando para retirarse de Irak de inmediato, activó todos los sistemas de alarma en todo el Ministerio de Defensa en Tel Aviv. Más aún, la publicación estaba a punto de poner en marcha un "escenario de pesadilla" israelí en el que antes de las próximas elecciones estadounidenses, el presidente Donald Trump evacuaría rápidamente a todas las fuerzas estadounidenses de Irak y Siria".^[25]

La CCRI ha llamado repetidamente la atención sobre el declive del imperialismo estadounidense y el deseo de la Administración Trump de retirarse de varios puntos críticos. En nuestro último documento de Perspectivas Mundiales publicado hace casi un año, escribimos: “De todos modos, la Administración Trump trata de lidiar con el declive de Estados Unidos con una mezcla inconsistente de agresividad y conciliación de política exterior. Como ya se indicó, Estados Unidos retirará una serie de tropas de Siria y Afganistán. Se ve obligado a negociar con los talibanes. Washington se enfrenta a la derrota de un oponente que derrocó cuando invadió Afganistán por primera vez en 2001. Nos dirigimos hacia una repetición de Saigón de 1975. Del mismo modo, la Administración Trump se ha vuelto conciliadora con Corea del Norte. Esto a pesar de las enormes amenazas de Trump de hace solo un año e informa que Corea del Norte ha seguido construyendo armas nucleares".^[26]

Y hace unos meses, cuando Trump sugirió retirar todas las tropas estadounidenses de Siria, hablamos de otro "momento Saigón". Creemos que los desarrollos recientes confirman firmemente este análisis.

En resumen, si bien la última escalada no resultó en una guerra a gran escala entre Estados Unidos e Irán por ahora, está claro que más enfrentamientos e incluso una guerra son una posibilidad muy realista en el transcurso de este año. En cualquier caso, estamos en medio de cambios dramáticos en la relación política de las fuerzas en el Medio Oriente.

En nuestros saludos para el año nuevo 2020, escribimos: "Nos dirigimos hacia una erupción volcánica política"^[27]. Unos días más tarde, el mundo estaba cerca de una guerra a gran escala entre Estados Unidos e Irán. Tales desarrollos dramáticos e inestabilidad son el fermento para guerras y revoluciones. Los revolucionarios necesitan un análisis claro de las fuerzas impulsoras de estas rupturas, así como un programa consistente para la transformación socialista del Medio Oriente. ¡La CCRI está comprometida a construir un Partido Revolucionario Mundial que luche por esa perspectiva!