1. Introducción
El capitalismo ha entrado en un nuevo período histórico de declive. Está en crisis debido a sus crecientes contradicciones internas. Esta crisis lleva a inevitables explosiones económicas, políticas, sociales y militares. La causa más profunda de esto es el hecho que las fuerzas productivas (mano de obra, maquinarias y equipos, etc. y sus productos) son tan avanzadas que chocan cada vez más con los límites insoportables del modo de producción capitalista. La propiedad privada de los medios de producción permite a los capitalistas dirigir el proceso de producción de sus empresas con el único fin de aumentar sus ganancias. La fuente de estas ganancias no es el trabajo de los capitalistas, sino la plusvalía creada por los trabajadores.
Por lo tanto, cada capitalista tiene como objetivo −independientemente de su personalidad− apropiarse de las ganancias para sí mismo y no para trabajar por la prosperidad de la sociedad. De lo contrario, no sería capitalista.
En nuestra era, el capitalismo existe y sólo puede existir como imperialismo. Este es un sistema en el que:
* el mundo es dominado por unos pocos cientos de monopolios y unas cuantas grandes potencias,
* la clase obrera y las masas populares son explotadas y oprimidas, y
* los países semi-coloniales (como Venezuela) son súper-explotados.
Esta explotación, súper-explotación y opresión de los monopolios imperialistas y grandes potencias va en aumento en el período actual, debido a la crisis del capitalismo como sistema.
Ningún problema fundamental puede ser resuelto a escala nacional. Tendremos futuro sólo si destruimos al capitalismo y construimos el socialismo a nivel mundial. Para lograr esto, necesitamos una insurrección armada de la clase obrera (la historia ha demostrado que cualquier idea de transformación pacífica al socialismo es una ridícula ilusión). Sólo la dictadura del proletariado y la creación de un Estado obrero que se esfuerce por extender la revolución internacionalmente, puede abrir el camino hacia el socialismo auténtico sin dominio burocrático alguno.
La clase obrera sólo podrá ir hacia adelante y triunfar en el derrocamiento del capitalismo si construye oportunamente un Partido revolucionario como parte de la Quinta Internacional de los Trabajadores. Esta nueva Internacional debe fundarse en las tradiciones de las cuatro internacionales revolucionarias precedentes: la I Internacional de Carlos Marx y Federico Engels, la II Internacional hasta 1914, la III Internacional fundada bajo el liderazgo de Lenin hasta su degeneración estalinista en 1924 y la IV Internacional dirigida por León Trotsky hasta su degeneración centrista en 1948-1952.
La Corriente Comunista Revolucionaria Internacional (RCIT) en Venezuela está comprometida con esta tarea.
2. América Latina: la lucha por liberar al continente de las cadenas imperialistas y las burguesías “nacionales”
América Latina es una región de países semi-coloniales súper-explotados por monopolios imperialistas y oprimidos por las grandes potencias (especialmente Estados Unidos) durante siglos.
La decadencia del capitalismo en las últimas décadas ha tenido un impacto severo para América Latina. El resultado ha sido empobrecimiento masivo de las masas populares, crisis de deuda pública, devaluaciones, quiebra, etc. En los últimos diez años ha habido un flujo neto de recursos financieros desde América Latina hacia las principales metrópolis imperialistas, entre 50 y 140 mil millones de dólares anuales.
Al mismo tiempo, el declive del imperialismo estadounidense, la creciente rivalidad entre las grandes potencias imperialistas (incluyendo China) y el aumento en los precios de las materias primas proporcionan cierto margen de maniobra a la burguesía latinoamericana semi-colonial.
En este contexto de declive del capitalismo, enfrentamientos económicos, políticos e incluso militares entre las potencias imperialistas y los países latinoamericanos son probables en el futuro (véase, por ejemplo, los conflictos comerciales como los fondos de cobertura occidental contra Argentina y el conflicto con Gran Bretaña sobre las Islas Malvinas). En tales casos, la RCIT en Venezuela defiende a cualquier país latinoamericano y está a favor de la derrota de las grandes potencias y monopolios imperialistas.
Sin embargo, la burguesía "nacional" está profundamente arraigada en el imperialismo y de allí no puede escapar. La realidad del “bolivarianismo” −después de estar en el poder durante 15 años en Venezuela− es que ha demostrado no poder romper con el imperialismo ni con el capitalismo. En cambio, más bien continúa el régimen de explotación y opresión.
¿Cuba es un modelo? La RCIT en Venezuela no lo cree. Cuba es un Estado obrero estalinista degenerado. Esto significa que su economía no está subordinada al principio de beneficio para los capitalistas, sino que la planifica el Estado (aunque de una forma burocrática). Al mismo tiempo, la clase obrera es oprimida por una casta burocrática que gobierna el país desde hace más de cinco décadas. Actualmente, el régimen estalinista de los hermanos Castro prepara la restauración capitalista.
Defendemos a Cuba contra cualquier agresión imperialista. Defendemos a Cuba contra las sanciones y bloqueos impuestos por Estados Unidos. Pero la clase obrera cubana debe preparar y organizar de manera independiente la revolución política contra la dictadura del Partido Comunista castrista.
En todas las luchas por defender las conquistas sociales y los derechos nacionales democráticos hemos propuesto los métodos para la lucha de clases (movilizaciones de masas, organización independiente de los trabajadores, campesinos y pobres en comités de acción y milicias populares, etc.). Sin embargo, participamos en la lucha de clases tal cual es, sin esperar hasta que los trabajadores descubran de repente el programa marxista. Nos sumamos y apoyamos la lucha de clases, incluso si se lleva a cabo por un liderazgo no revolucionario. No obstante, mientras la RCIT en Venezuela da apoyo crítico a fuerzas pequeño-burguesas o incluso burguesas en situaciones en las que se deban tomar acciones contra los imperialistas −de acuerdo con el método leninista de la táctica del Frente Único Antiimperialista− nos esforzamos por organizar a la clase obrera de forma independiente con el fin de preparar el derrocamiento revolucionario de la burguesía imperialista y la burguesía “nacional”.
Por eso debemos reemplazar el liderazgo “bolivariano” y estalinista por un auténtico Partido revolucionario internacional.
3. Venezuela “bolivariana” es un país capitalista semi-colonial, no una república socialista
Venezuela es un país capitalista semi-colonial dependiente del imperialismo, tanto estadounidense como europeo y ahora también del nuevo imperialismo emergente chino.
Estados Unidos es el primer socio comercial de Venezuela. De los 2.5 millones de barriles de petróleo exportados diariamente, 1.5 millones tienen a Estados Unidos como destino. Casi todos los monopolios petroleros europeos tienen inversión para explotar la Faja Petrolífera del Orinoco a través de empresas mixtas y llevarse el crudo para seguir oprimiendo a la clase obrera en sus respectivos países. China ofrece cooperación tecnológica, productos electrónicos a bajo precio y financiamiento a cambio de deuda, petróleo y cuotas sobre la producción.
El régimen bolivariano emplea y ha incrementado desde el 2005 una retórica “socialista” para disfrazar el más puro capitalismo. La verdad es que la burguesía bolivariana “socialista” es socialimperialista: colabora directamente con el imperialismo emergente chino e indirectamente con el imperialismo estadounidense y europeo. El “bolivarianismo” es una farsa.
El régimen de Maduro y el PSUV es pro-burgués. Continúan el bonapartismo sui generis de Chávez que en realidad es más bonapartista que sui generis. La vanguardia de la clase obrera debe romper con el “bolivarianismo” y organizar de forma independiente un Partido revolucionario.
La burguesía en su mayoría simpatiza con Capriles, líder de la oposición de derecha. Sin embargo, algunos sectores están estrechamente vinculados con el régimen de Maduro y algunos otros tienen relaciones de negocios con éste. El régimen del PSUV depende en cierto grado de las masas, con el fin de contrarrestar la presión del imperialismo de Estados Unidos y la burguesía de derecha.
Por esta razón se ha visto forzado a dar algunas reformas y concesiones a las masas (como las misiones sociales, las pensiones de vejez, etc.) Estas reformas son posibles debido a la renta derivada de las exportaciones de petróleo a los países imperialistas.
Sin embargo, estas reformas y concesiones se han venido debilitando al mismo tiempo por la inflación galopante y ataques de los capitalistas. Vendrán más ataques si el precio del petróleo desciende. No es de extrañar que después de 15 años de régimen bolivariano, la participación de los trabajadores en la renta nacional es hoy menor que en 1998. El sueño reformista de regular el capitalismo es una terrible ilusión. La alternativa es “socialismo o barbarie”.
4. PSUV: el enemigo dentro de la clase obrera y las masas populares
El PSUV nació deformado como un Partido reformista-populista con grandes contradicciones sociales e ideológicas. Esto se debe a que organiza trabajadores, pero también a muchas personas de clase media y burócratas que guardan estrechos lazos con capitalistas. Es un Partido de frente popular donde el ala pro-capitalista subordina a la clase obrera. Esto ha resultado, en corto tiempo, en su enorme burocratización. El Partido sirve como maquinaria para las elecciones burguesas, es compatible con la burocracia estatal y los intereses comerciales de la “burguesía bolivariana”. Ha bloqueado los avances revolucionarios en el movimiento sindical mediante el fortalecimiento de la aristocracia, subordinándolo a su control y abortando la lucha obrera.
Debido a las reformas y concesiones, así como a los conflictos entre Venezuela y el imperialismo estadounidense, el régimen del PSUV logró obtener un apoyo significativo entre los trabajadores y las masas populares. Los auténticos revolucionarios debemos explicar pacientemente a las masas pro-bolivarianas que están equivocadas al creer que el PSUV es socialista. Los revolucionarios debemos decir la verdad, por muy dura que pueda parecer. Debemos advertir a las masas contra cualquier ilusión que puedan tener en el “bolivarianismo”. Debemos llamar a la clase obrera a organizarse de manera independiente en comités de acción y milicias armadas. Debemos aplicar la táctica del frente único, desarrollada por la Internacional Comunista y la IV Internacional trotskista. Debemos demandar a los líderes chavistas en los sindicatos y otras organizaciones de masas no sólo hablar de justicia social, sino luchar por ella y contra la burocracia estatal bolivariana. Igualmente debemos llamar a los trabajadores y a los sindicatos a romper con el PSUV y formar un Partido obrero independiente. Los revolucionarios debemos participar en ese Partido obrero con el fin de ganarlo con un programa revolucionario. La táctica de frente único debe combinarse con propaganda y agitación claras que denuncien a los burócratas del PSUV. Esto ayudará a la clase obrera a superar la ilusión del chavismo a través de la experiencia práctica propia.
En caso de intervención imperialista o nuevos golpes de Estado de la derecha opositora (como en el 2002), la RCIT en Venezuela se pondrá en el lado de las fuerzas que se oponen a estos ataques (incluyendo al chavismo). Sin embargo, al mismo tiempo, advertirá que estas direcciones burguesas y pequeño-burguesas no son realmente capaces de derrotar decisivamente a las fuerzas pro-imperialistas, ni de llevar a la clase obrera al socialismo.
Los auténticos revolucionarios también debemos advertir sobre otras fuerzas dentro del movimiento obrero, como Orlando Chirino y su UIT-CI morenista. Ellos no ofrecen un camino de independencia de clase sino que colaboran directamente con Capriles y la derecha burguesa tradicional. Del mismo modo, la Corriente Marxista Internacional de Alan Woods tampoco ofrece una alternativa revolucionaria e independiente. Aunque no colaboran con la derecha burguesa tradicional, se adaptan de forma oportunista a la burocracia chavista y aplican una burda caricatura de la táctica entrista de Trotsky.
Por otro lado, el centrismo −“revolucionario” en palabras pero adaptable al reformismo, la pequeña-burguesía, el populismo y el nacionalismo− es incapaz de proporcionar una dirección a la vanguardia obrera. Sólo una auténtica organización revolucionaria puede hacer esto. La RCIT en Venezuela lucha por construir esa organización.
5. Un Programa para la acción
Nuestro programa para la acción revolucionaria incluye:
* ¡Lucha contra el empleo inseguro! Conversión de contratos sin protección, informales o temporales en indefinidos con alineación de disposiciones para proteger el empleo y los salarios. El cumplimiento de esto debe ser regulado por acuerdos arancelarios colectivos y controlados por sindicatos revolucionarios e independientes y comités obreros.
* ¡No a la congelación salarial! Aumentos salariales masivos y del salario mínimo. Las cantidades deben ser establecidas por comités obreros independientes.
* ¡Lucha contra despidos y cierres de fábricas! Expropiación sin pago de todas las empresas que no paguen el salario completo establecido, que amenacen con despidos, que no paguen sus impuestos totalmente, amenacen con el cierre o traslado. En esos casos, los empresarios deben pagar con los haberes de su propiedad. Estas empresas deben pasar a ser públicas y bajo control obrero.
* ¡Comités de desocupados! Lucha por un puesto de trabajo en la especialidad que cada obrero tenga.
* ¡Reducción de la jornada laboral! El objetivo es la división del trabajo entre todas las manos disponibles. Esto significa que todo obrero tendrá un trabajo con menos horas y salarios iguales sin cambios.
* ¡Lucha contra la inflación! Escala móvil de salarios, que se ajusten automáticamente frente a la inflación. Ajuste automático también para las prestaciones sociales y pensiones de vejez.
* ¡Control de precios a través de comités de monitoreo, elegidos por los trabajadores, amas de casa y consumidores! La base debe ser un índice del costo de vida, que será determinado por representantes de la clase obrera, campesinos y pequeños comerciantes.
* ¡Vivienda accesible para todos, de calidad, con servicios básicos y construidas en sectores obreros que no estén aislados!
* ¡Abrir los libros contables, declaraciones de impuestos y cuentas bancarias! Inspección hecha por contadores electos por los trabajadores.
* ¡Comités obreros para investigar a fondo la corrupción en empresas capitalistas, entre empresas del Estado y organismos públicos!
* ¡Comités obreros que planifiquen la producción y tomen decisiones gerenciales! Salarios iguales para todos los obreros, sin importar la posición que ocupen. Todos los cargos o posiciones serán revocables en cualquier momento.
* ¡Programa de empleo público para mejorar la infraestructura (suministro de energía eléctrica, transporte público, educación, guardería, etc.)! Este programa no estará sujeto al control estatal burocrático, sino planificado y controlado por comités obreros. Deberá ser pagado con las ganancias y activos de los capitalistas.
* ¡Todos los servicios esenciales como el agua, la electricidad, la salud, la educación, etc., deben ser de propiedad pública y controlados por comités obreros y de usuarios! Libre acceso a los servicios básicos para todos.
* ¡Lucha contra la opresión de las mujeres! Igual salario por igual trabajo. Construcción masiva de guarderías gratuitas, disponibles las 24 horas y bien equipadas. Construcción de una amplia gama de restaurantes y lavanderías públicas asequibles y de alta calidad. El objetivo es la socialización del trabajo doméstico.
* ¡Programa público de empleo que genere las condiciones para la socialización del trabajo doméstico y simultáneamente elimine el desempleo entre las mujeres!
* ¡Libre acceso a la anticoncepción, aborto libre y gratuito sin importar la edad de la mujer y sin importar el mes de embarazo en que se encuentre!
* ¡Nacionalización de todos los medios de comunicación bajo control obrero y Comités de consumidores! Participación democrática de obreros, campesinos, pobres, afrodescendientes, etc. en los medios de comunicación.
* ¡Abolición de impuestos indirectos como el IVA!
* ¡Reducción masiva de los impuestos sobre el salario! Incremento a los impuestos sobre utilidad y especulación. Eliminación de lagunas fiscales para las empresas. Recuperación inmediata de las deudas tributarias pendientes de las empresas.
* ¡Confiscación de bienes pertenecientes a familias poderosas e influyentes y utilización de los bienes confiscados en un plan económico nacional! Expropiación a la burguesía.
* ¡No más intereses y amortización de la deuda! Cancelación inmediata y completa de toda la deuda pública y privada.
* ¡Nacionalización de la banca y todas las instituciones financieras! Fusión en un único banco central bajo control obrero. Nacionalización de las grandes empresas, el comercio al por mayor, el transporte, la salud, la educación y el sector de la comunicación sin pago y bajo control obrero. Expropiación a los grandes terratenientes y distribución equitativa de la tierra a través de comités campesinos. Introducción del monopolio de comercio exterior.
* ¡Por un gobierno de los trabajadores, los campesinos pobres y los pobres urbanos! Basado en los consejos obreros de las empresas y los barrios. Milicias armadas para garantizar la seguridad. Todos los representantes a los Comités y Consejos serán electos de forma directa –luego de un extenso debate que permita alcanzar el consenso más amplio posible− y podrán ser revocados en cualquier momento. Ningún trabajador recibirá más del salario de un obrero cualificado.
* ¡Por la Federación de Repúblicas Socialistas Latinoamericanas!
¡No hay futuro sin socialismo!
¡No hay socialismo sin revolución!
¡No hay revolución sin Partido revolucionario!
Corriente Comunista Revolucionaria Internacional (RCIT) - Venezuela
E-mail: rcit@thecommunists.net