Mexico: Por la construcción de un programa integral en defensa de la educación

Agrupación Lucha Socialista (Sección mexicana de la CCRI), , https://agrupaciondeluchasocialistablog.wordpress.com/

 

 

Ante los ya conocidos ataques sistemáticos a la educación en México que han costado la desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa y los asesinatos cometidos por el Estado en Nochixtlán, se hace necesaria una defensa activa, amplia y organizada a partir de una óptica que entienda las raíces del problema educativo en el país, tanto a un nivel sectorial como a nivel más general y político.

 

En este sentido la Agrupación de Lucha Socialista y el Colectivo 9 de Mayo hemos decidido darle continuidad al proceso organizativo que incipientemente ha surgido en la Ciudad de México en torno al tema de la educación, más concretamente, buscamos que los procesos abiertos (asambleas, brigadas, movilizaciones, foros, etc) en solidaridad con la lucha magisterial sean llevados a otro nivel.

 

En ese camino hemos mantenido una estrecha relación con diversas coordinaciones y organizaciones estudiantiles que han impulsado un trabajo serio, cotidiano, desde las bases, en sus respectivos centros escolares,  a pesar y a contracorriente de que el conjunto de la movilización estudiantil en el área metropolitana haya reducido drásticamente su accionar; hoy hacemos un llamado a las organizaciones y al resto de activistas independientes y estudiantes de base  a retomar el trabajo realizado y avanzar con mayor capacidad organizativa y claridad política, partiendo de un balance autocrítico, un trabajo más sistemático y de un análisis lo más amplio posible.

 

Dicho esto, consideramos los siguientes ejes como una propuesta para discutir conjuntamente un programa que sea, tanto una recuperación de las demandas históricas del movimiento estudiantil, como un esbozo de organización permanente, desde cada escuela y coordinada a nivel nacional, que posibilite la concreción de dichas metas.

 

Así de las principales ideas de las que partimos son:

 

1.- Que el magisterio no posee las fuerzas suficientes para acabar con la reforma por sí mismo. Tanto por el lado del magisterio como fuerza de oposición sindical, como por el lado del gobierno de Peña como garante de los intereses burgueses nacionales e internacionales, la correlación de fuerzas es desfavorable para el proletariado. Esto no debe ser malinterpretado, para nosotros (y aún a pesar de tener serias críticas a su dirigencia) la CNTE es el mejor ejemplo de vanguardia y resistencia de los trabajadores en el país, pero su nivel de conciencia y organización aun sigue quedándose mayormente en la cuestión puramente sectorial incapaz de encabezar un movimiento político nacional.

 

2.-  La reforma educativa es solo una de las reformas que debemos combatir; existe un paquete entero de reformas contra los países semicoloniales en todo el mundo. De manera muy somera debemos entender a la educación como la formadora de la mano de obra en el contexto de la división internacional del trabajo; una de las principales tareas del sector movilizado de la sociedad debe ser entender y entonces combatir con plena conciencia de esto; tomando en cuenta que el enemigo no solo se encuentra a nivel nacional, sino a nivel internacional con organismos como la OCDE, el FMI, el Banco Mundial entre otros que pretenden perpetuar el estado de dependencia económica en países como México implementando una “tecnificación” mercantil de la educación así como modelos que descarten y criminalizan las formas de pensamiento ajenas al capital. En este sentido, la reforma educativa es hermana de las reformas laboral y energética, los recortes al presupuesto en los rubros sociales y el aumento de las prácticas autoritarias en materia política.

 

3.- El combate a estas reformas requiere entonces la unidad de muchos sectores populares, obreros, campesinos, estudiantes y maestros. La conclusión obvia al entender el entrelazamiento de las reformas es la necesidad de la unidad de los sectores afectados por ellas, sin embargo, lo primero que debe ocurrir para que esto sea posible es la existencia de organizaciones con perspectiva de clase para cada uno de estos sectores. Concretamente, creemos que para el caso de la educación se debe poseer una organización de carácter gremial capaz de dotar de soluciones específicas para la educación pero que opere, al mismo tiempo, en coordinación con otros sectores para alcanzar objetivos más amplios.

 

4.- Esta necesidad de un frente educativo se ve obstaculizado por las incorrectas prácticas de las actuales organizaciones estudiantiles. En los últimos años las dolencias en la formación de una dirigencia estudiantil eficaz se han demostrado en la pérdida de grandes coyunturas como el #YoSoy132, la lucha magisterial de 2013, la Huelga del Politécnico o las movilizaciones posteriores a los crímenes de Ayotzinapa. Aunque las organizaciones y la experiencia social han aumentado de 2012 a la fecha, lo cierto es que los esfuerzos por mantener una lucha unificada en el sector educativo son cada más infructuosos, principalmente debido al protagonismo, sectarismo y oportunismo de ciertas dirigencias. Consideramos como un paso necesario previo para cualquier intento de construcción hacer un análisis de estas circunstancias a fin de sacar las lecciones necesarias.

 

5.- El seguidismo y las decisiones cupulares es una de las principales razones del fracaso. Consideramos que una constante ha sido el planteamiento de objetivos inmediatistas en cada coyuntura, restringidos muchas veces a la muestra de solidaridad con otras luchas sin construir espacios de participación estudiantil más orgánicos, además de la toma de decisiones de manera cupular sin que las bases del movimiento posean una verdadera perspectiva acerca de qué es lo que se quiere lograr y las acciones necesarias para hacerlo.

 

6.- Se requiere conformar espacios amplios y democráticos para discutir un programa de lucha común. El primer paso para una organización permanente en el sector estudiantil es que esté sustentada en un trabajo de formación de base que no dependa de una coyuntura para su existencia, sino que se anticipe a ellas. Un espacio democrático es aquél en el que las corrientes pueden mostrar sus perspectivas a la base pero que son estas las que finalmente deciden de manera informada la orientación de la organización. La organización de este espacio requeriría ir ganando, escuela por escuela, a este método de organización y de lucha. Las metas primeras de los núcleos organizativos que inicien este proceso deben ser oponerse a cualquier recorte presupuestal, la discusión de los planes y programas de estudio, el garantizar una matrícula abierta en sus escuelas y democratizar las formas de gobierno de las instituciones educativas.

 

7.- Además del trabajo gremial se requiere una perspectiva hacia fuera de las universidades para alcanzar unidad orgánica con los trabajadores y sectores populares para construir un referente político nacional. Las metas de dicha organizaciones, sin embargo, no pueden limitarse a las meras reivindicaciones educativas, toda vez que la educación es solo un eslabón en las políticas del Estado y en la cadena productiva del capitalismo actual.

 

Las propuestas son encaminadas a generar trabajo y organización de base así como vínculos con los demás sectores universitarios (profesores y trabajadores), a través de comités de lucha, asambleas, concejos de representantes; con estudiantes de todos los subsistemas (bachilleratos, normales, tecnológicos, de capacitación para el trabajo, etc.) a través de encuentros estatales, regionales o nacionales y la conformación de órganos de representación y de lucha como federaciones, etc.; y con otros sectores obrero-populares a través de brigadas multidisciplinares al campo, trabajo barrial en zonas urbanas populares  y muchos otros variados tipos de vinculación para abrir los centros escolares a la población y poner el conocimiento y formación que hemos adquirido al servicio de las necesidades del pueblo, en estrecha relación con sus experiencias de organización y lucha en cada región.

Partiendo de lo anterior, saludamos el esfuerzo efectuado por el Centro de Estudiantes de Derecho y otras organizaciones de diversas facultades y preparatorias de la UNAM, para convocar a un Congreso de Estudiantes Universitarios a realizarse el próximo 6 de octubre en Ciudad Universitaria “con el objetivo de conformar una organización permanente para el estudio, mejoramiento y defensa de los intereses colectivos de los estudiantes”. Creemos que es necesario reforzar este tipo de esfuerzos y replicarlos en otras universidades y centros educativos con el fin de discutir la situación y problemáticas de cada institución educativa, las necesidades y demandas del sector estudiantil, y las perspectivas para conformar un verdadero movimiento estudiantil organizado a nivel nacional.