Anti-imperialismo en la Era de la Rivalidad de las Grandes Potencias (Capítulo XVI.)

 

LIBRO: Anti-imperialismo en la Era de la Rivalidad de las Grandes Potencias

Los factores detrás de la Rivalidad acelerada entre los E.U, China, Rusia, la U.E y Japón. Una crítica del análisis de la izquierda y una semblanza de la Perspectiva Marxista.

 

La CCRI publicó este libro en Enero de 2019. El autor es Michael Pröbsting, Secretario Internacional de la CCRI.

 

Translator: Rubén Jaramilllo

 

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XVI. Derrotismo revolucionario como estrategia combinada

 

 

 

En nuestras Tesis sobre el Derrotismo Revolucionario hemos expresado la siguiente idea: “Los dos aspectos fundamentales del Derrotismo Revolucionario -(i) la negativa a ponerse del lado de cualquier bando en los conflictos entre las Grandes Potencias y (ii) el apoyo activo a la lucha de los pueblos oprimidos para para derrotar a los imperialistas- están indisolublemente vinculados entre sí. Las tensiones entre las Grandes Potencias se basan, en gran medida, en el deseo de cada clase dominante de ampliar su esfera de influencia en el Sur a costa de sus rivales. La opresión y la superexplotación del pueblo oprimido está determinada por el impulso de las grandes potencias por el dominio global.”

 

Como consideramos este enfoque como uno de los aspectos más importantes (y a menudo ignorado o mal entendido) de la lucha antiimperialista, queremos desarrollarlo aquí con más detalle.

 

Para empezar, debemos enfatizar nuevamente que la lucha contra el imperialismo, el militarismo y la guerra no es una lucha separada que estaría sujeta a leyes diferentes a la lucha contra otras características del capitalismo. No, el militarismo y la guerra son parte integrante del mismo sistema y, por lo tanto, la lucha contra el imperialismo y la guerra debe llevarse a cabo con los mismos métodos de lucha de clases independiente que en todos los demás campos de la lucha de clases. La Cuarta Internacional, dirigida por León Trotsky, dejó esto muy claro en una resolución adoptada en un congreso en 1936:

 

“La 'lucha contra la guerra' no puede realizarse como algo separado y al margen de la lucha de clases misma, de la lucha intransigente del proletariado contra el capitalismo imperialista, es decir, contra ese orden social que inexorablemente da lugar a la guerra y la opresión imperialistas, y que es inconcebible sin estos flagelos gemelos. Cualquier intento de llevar a cabo una lucha "contra la guerra" por medio de "métodos especiales" separados o "por encima" de la lucha de clases misma es, en el mejor de los casos, una ilusión cruel y, por regla general, un engaño malicioso que facilita el trabajo de los belicistas imperialistas.” [1]

 

Como describiremos en detalle en los capítulos siguientes, los marxistas básicamente distinguen entre dos tipos diferentes de guerras: entre guerras de opresión y guerras de liberación. Las guerras de opresión son guerras de la clase dominante para imponer sus intereses reaccionarios a expensas de los demás, ya sea contra sus rivales capitalistas o contra la clase trabajadora y el pueblo oprimido. Los socialistas nunca podrán, bajo ninguna circunstancia, apoyar tales guerras de opresión.

 

Las únicas guerras que merecen el apoyo de los socialistas son las guerras de liberación. Tales guerras son guerras en defensa de los intereses de la clase trabajadora y del pueblo oprimido. Tales guerras pueden tomar la forma de guerras civiles, por ejemplo, la Guerra Civil Española de 1936-39, la Guerra de la India contra el pueblo de Cachemira, la Guerra de Rusia contra el Pueblo Checheno o la Guerra Civil Siria desde 2011. También pueden tomar la forma de guerras entre estados, por ejemplo, las guerras imperialistas contra la Unión Soviética o contra países semicoloniales (Afganistán, Irak, etc.). Los socialistas están obligados a apoyar al proletariado y al pueblo oprimido en tales guerras y trabajar por la derrota del campo reaccionario.

 

Trotsky resumió la posición marxista sobre las guerras en una declaración para un congreso pacifista en 1932: “Los bandidos capitalistas siempre hacen guerras “defensivas”, aun cuando Japón marche contra Shangai y Francia contra Siria o Marruecos. El proletariado revolucionario sólo distingue entre las guerras de opresión y las guerras de liberación. El carácter de una guerra no se define por las falsificaciones diplomáticas sino por la clase que conduce la guerra y los fines objetivos que persigue con ella. Las guerras de los estados imperialistas, más allá de sus pretextos y de su retórica política, son opresivas, reaccionarias y van contra el pueblo. Sólo se puede caracterizar como guerras de liberación (...)[2]

 

Los marxistas llamamos “defensismo” al programa para defender el bando de la clase obrera y el pueblo oprimido, mientras que al programa para derrotar al campo reaccionario lo llamamos “derrotismo”. Trotsky enfatizó que comprender el verdadero carácter de una guerra y sacar las conclusiones programáticas correctas es una de las tareas más importantes para cualquier organización revolucionaria: “El problema de la guerra, junto al problema de la revolución, es el criterio de un partido revolucionario. Aquí ninguna equivocación es permitida. La decisión de principio es de antemano clara: defensismo y derrotismo son tan incompatibles como el agua y el fuego. Es necesario decir esto primero que todo. Esta verdad debe enseñarse a los miembros del partido.[3]

 

En su definición más general, el programa marxista de derrotismo significa que los revolucionarios continúan la lucha de clases de los trabajadores y oprimidos contra la clase dominante imperialista en tiempos de guerra y rechazan cualquier apoyo al enemigo de clase. Los revolucionarios desean utilizar las condiciones de la guerra para debilitar y eventualmente derrotar al enemigo de clase. Así es como la Oposición de Izquierda, luchando contra los revisionistas estalinistas, formuló la esencia del derrotismo en un documento oficial en 1927:

 

“¿Qué se entiende por derrotismo? En toda la historia pasada del partido, se entendía que el derrotismo significaba desear la derrota del propio gobierno en una guerra con un enemigo externo y contribuir a tal derrota mediante métodos de lucha revolucionaria interna. Esto se refería, por supuesto, a la actitud del proletariado hacia el estado capitalista.” [4]

 

El mismo Trotsky dio una definición más o menos idéntica ese mismo año: “¿Qué es el derrotismo? Es una política que tiene como objetivo contribuir a la derrota del Estado "propio", que está en manos de la clase enemiga.” [5]

 

Rudolf Klement, un líder de la Cuarta Internacional que fue asesinado por la GPU estalinista en 1938, resumió los principios del derrotismo revolucionario en un artículo que fue elogiado por Trotsky:

 

La guerra no es más que la continuación de la política por otros medios. De aquí que el proletariado debe continuar su lucha de clases en tiempos de guerra, entre otras cosas con los nuevos medios que la burguesía pone a su disposición. Este puede y debe utilizar el debilitamiento de su “propia” burguesía en los países imperialistas para preparar y para llevar adelante de modo implacable su revolución social en conexión con la derrota militar engendrada por la guerra, y tomar el poder. Esta táctica, conocida como derrotismo revolucionario y realizable internacionalmente, es una de las palancas más fuertes de la revolución proletaria mundial en nuestra época, y en consecuencia del progreso histórico.” [6]

 

Los revolucionarios que luchan contra el enemigo imperialista desean utilizar cada crisis -desde recesiones económicas, crisis políticas hasta conflictos militares- con el fin de fortalecer el poder combativo y la conciencia de la clase trabajadora y las masas oprimidas y debilitar, y eventualmente derrocar a las fuerzas armadas de la clase dominante. Por eso los marxistas ven las guerras imperialistas siempre desde la perspectiva de cómo pueden transformarse en una guerra revolucionaria contra los gobernantes imperialistas.

 

 

 

La naturaleza contradictoria del imperialismo como base objetiva del antiimperialismo

 

 

 

Sin embargo, antes de abordar los aspectos específicos del programa del derrotismo revolucionario tenemos que aclarar uno de sus aspectos más fundamentales. El derrotismo revolucionario es una estrategia combinada. Esto significa que combina la lucha antiimperialista contra todas las Grandes Potencias con el apoyo a todas las luchas de liberación de los trabajadores y el pueblo oprimido contra todas las Grandes Potencias y sus representantes. ¡El programa del derrotismo es una estrategia combinada o no es derrotista en absoluto!

 

Por eso Trotsky enfatizó en analizar el carácter de cada conflicto lo más concreto posible y, al mismo tiempo, reconocer las relaciones entre ellos: “Enseñar a los obreros a comprender correctamente el carácter de clase del estado (imperialista, colonial, obrero) así como sus contradicciones internas, permitirá que los obreros extraigan las conclusiones prácticas correctas en cada situación determinada.” [7]

 

Esta estrategia combinada es la única conclusión posible de la teoría marxista del imperialismo. Como hemos demostrado anteriormente, Lenin, Trotsky y otros marxistas prominentes del siglo XX siempre fueron claros acerca de la naturaleza del imperialismo como un sistema donde un pequeño número de monopolios y Grandes Potencias rivalizan entre sí por la dominación del mundo y la explotación de sus recursos económicos. Por lo tanto, el imperialismo, por definición, implica la opresión y explotación de los países y pueblos del Sur dependientes y subordinados por estos monopolios y Grandes Potencias. Reproduzcamos de nuevo la definición de imperialismo de Lenin:

 

Hay que empezar por definir, del modo más exacto completo y posible, qué es el imperialismo. El imperialismo es una fase histórica especial del capitalismo. Su carácter específico tiene tres peculiaridades: el imperialismo es 1) capitalismo monopolista; 2) capitalismo parasitario o en descomposición; 3) capitalismo agonizante. La sustitución de la libre competencia por el monopolio es el rasgo económico fundamental, la esencia del imperialismo. El monopolismo se manifiesta en cinco formas principales: 1) cártels, sindicatos y trusts; la concentración de la producción ha alcanzado el grado que da origen a estas asociaciones monopolistas de los capitalistas; 2) situación monopolista de los grandes Bancos: de tres a cinco Bancos gigantescos manejan toda la vida económica de los EE.UU., de Francia y de Alemania; 3) apropiación de las fuentes de materias primas por los trusts y la oligarquía financiera (el capital financiero es el capital industrial monopolista fundido con el capital bancario); 4) se ha iniciado el reparto (económico) del mundo entre los cártels internacionales. ¡Son ya más de cien los cártels internacionales que dominan todo el mercado mundial y se lo reparten "amigablemente", hasta que la guerra lo redistribuya! La exportación del capital, como fenómeno particularmente característico a diferencia de la exportación de mercancías bajo el capitalismo no monopolista, guarda estrecha relación con el reparto económico y político-territorial del mundo. 5) Ha terminado el reparto territorial del mundo (de las colonias)”. [8]

 

De esto se deduce que la opresión imperialista y la superexplotación del pueblo colonial y semicolonial son características esenciales del actual sistema mundial:

 

El imperialismo es la opresión creciente de las naciones del inundo por un puñado de grandes potencias (…) Por esta razón, punto central en el programa socialdemócrata debe ser la división de las naciones en opresoras y oprimidas, división que constituye lo esencia del imperialismo v que los socialcliovinistas y Kautsky eluden engañosamente. Esta división no tiene importancia desde el punto de vista del pacifismo burgués o de la utopía pequeñoburguesa de la competencia pacífica de las naciones independientes en el régimen capitalista, pero es esencial desde el ángulo de la lucha revolucionaria contra el imperialismo.” [9]

 

En otras palabras, los monopolios imperialistas y las grandes potencias existen y solo pueden existir a) en rivalidad entre sí y b) oprimiendo y explotando a las naciones oprimidas. Ambos aspectos están relacionados entre sí porque los monopolios y las grandes potencias luchan por obtener más ganancias y poder solo pueden satisfacerse expandiendo su influencia global y participación de mercado a costa de sus rivales y exprimiendo más riqueza de los pueblos oprimidos.

 

Esta naturaleza contradictoria del imperialismo constituye la base objetiva del programa antiimperialista y tiene profundas consecuencias para la lucha revolucionaria. Ya que ambos aspectos están orgánica y objetivamente vinculados entre sí, cualquier estrategia significativa contra las Grandes Potencias debe tomar ambas en cuenta e integrarlas en una estrategia única y unificada.

 

Es por eso que Lenin enfatizó ya en medio de la Primera Guerra Mundial, cuando las Grandes Potencias masacraban a millones de personas en los campos de batalla, la importancia crucial de las luchas de liberación de las naciones oprimidas. Lo hizo a pesar del hecho de que en ese momento apenas hubo levantamientos nacionales de este tipo. Pero Lenin comprendió plenamente la estrecha conexión entre la rivalidad entre las grandes potencias y la opresión imperialista del pueblo colonial y semicolonial. Hizo hincapié en esta conexión en numerosas ocasiones:

 

Desde el punto de vista teórico sería totalmente erróneo olvidar que toda guerra no es más que la continuación de la politica por otros medios. La actual guerra imperialista es la continuación de la política imperialista de dos grupos de gran des potencias, y esa política es originada y nutrida por el con junto de las relaciones de la época imperialista. Pero esta misma época ha de originar y nutrir también, inevitablemente, la política de lucha contra la opresión nacional y de lucha del proletariado contra la burguesía, y por ello mismo, la posibilidad y la inevitabilidad, en primer lugar, de las insurrecciones y guerras nacionales revolucionarias; en segundo lugar, de las guerras e insurrecciones del proletariado contra la burguesía; en tercer lugar, de la fusión de los dos tipos de guerras revolucionarias, etc.[10]

 

Los marxistas no hemos olvidado nunca que la violencia acompañará inevitablemente la bancarrota del capitalismo en toda su amplitud y al nacimiento de la sociedad socialista. Y esa violencia abarcará un periodo histórico-universal, toda una era de guerras del carácter más diverso: guerras nacionales, guerras de liberación de las nacionalidades aplastadas por los imperialistas y por distintas combinaciones de las potencias imperialistas integrantes ineluctablemente de unas y otras alianzas en la época de los gigantescos trusts y consorcios militares y capitalistas de Estado.” [11]

 

De esto se deduce que los marxistas tienen que luchar activamente para ganar a la vanguardia de la clase trabajadora y los oprimidos para combinar su lucha contra las grandes potencias con la lucha de liberación de la gente oprimida.

 

Las guerras nacionales contra las potencias imperialistas no solo son posibles y probables, sino también inevitables y progresistas, revolucionarias, aunque, claro está para que tengan éxito es imprescindible aunar los esfuerzos de un inmenso número de habitantes de los países oprimidos (centenares de millones en el ejemplo de la India y de China, aportado por nosotros) o que se dé una conjugación especialmente favorable de los factores que caracterizan la situación internacional (por ejemplo, paralización de la intervención de las potencias imperialistas como consecuencia de su agotamiento, de su guerra de su antagonismo, etc.), o la insurrección simultánea del proletariado de una de las grandes potencias contra la burguesía (este caso, el último en nuestra enumeración, es el primero desde el punto de vista de lo deseable y ventajoso para la victoria del proletariado).” [12]

 

El carácter objetivamente combinado de la estrategia del derrotismo también se refleja siempre en el siguiente hecho. Dada la interconexión objetiva entre la Rivalidad de las Grandes Potencias y la lucha de los oprimidos contra las Grandes Potencias, a menudo sucede que las primeras influyen en las últimas y viceversa. Hemos tratado este tema extensamente en otros trabajos. [13]Es suficiente decir en este lugar que puede haber casos en los que tal interferencia de las Grandes Potencias en una lucha de liberación en curso se vuelva tan dominante que el carácter de estas luchas se transforme y se convierta en una lucha indirecta por los intereses de una u otra Gran Potencia. Sin embargo, sería una tontería suponer que la interferencia de la Gran Potencia como tal ya resulta en tal transformación. Los marxistas deben emprender un análisis concreto de la situación concreta.

 

La historia ha visto numerosos casos en los que se produjeron tales combinaciones de guerras interimperialistas y guerras de liberación. En nuestro análisis mencionado anteriormente, hemos elaborado una serie de ejemplos. Aquí nos limitamos a algunos de ellos. En la Segunda Guerra Mundial los revolucionarios tuvieron que tener en cuenta que esta guerra global incluía tres tipos diferentes de guerra: a) la guerra entre Grandes Potencias imperialistas (Alemania-Italia-Japón vs. Estados Unidos-Reino Unido-Francia), la guerra entre una Gran Potencia imperialista y un estado obrero degenerado (Alemania contra la URSS) y guerras entre las grandes potencias contra los pueblos oprimidos (Alemania contra los oprimidos en los países europeos ocupados; Japón contra los oprimidos en los países ocupados del sudeste asiático, Gran Bretaña contra los indios personas, etc.) Naturalmente, cada Gran Potencia trató de debilitar a su enemigo apoyando a la URSS o a los pueblos oprimidos con armas, etc. La IV Internacional trotskista desplegó una táctica que diferenciaba los personajes de los diferentes tipos de guerras. Tomaron una posición de derrotismo revolucionario en ambos lados en la guerra entre los dos campos imperialistas, pero apoyaron a la URSS y al pueblo oprimido contra dicha Gran Potencia.

 

Hoy también existen tales situaciones complicadas como las que podemos ver actualmente en Siria. Los revolucionarios apoyan la lucha de liberación en curso de los rebeldes contra la tiranía de Assad y sus amos imperialistas rusos. En los enfrentamientos entre los rebeldes pro-turcos (que apoyan el traicionero proceso Astana/Sochi) y los rebeldes que se oponen a Astana, se ponen del lado de este último. Apoyan a los rebeldes en su lucha contra Daesh/ISIS. Pero se oponen al ataque imperialista estadounidense con la ayuda de las YPG/SDF kurdas contra Daesh. En los conflictos entre las tropas asadistas prorrusas y las tropas de las YPG/SDF pro estadounidenses, los revolucionarios no toman partido, ya que ambos son representantes imperialistas. [14]

 

Otro ejemplo son los ataques aéreos imperialistas occidentales en Libia durante la revolución popular contra la dictadura de Gaddafi. Sin embargo, estos ataques aéreos, a los que los revolucionarios se opusieron resueltamente, no se convirtieron en el elemento dominante en la lucha de liberación, es decir, la lucha de liberación contra Gaddafi mantuvo su carácter progresista y no se transformó en una guerra por poderes para los imperialistas (contrariamente a las tontas afirmaciones de los Estalinistas y varios pseudo-trotskistas). Esto fue confirmado por los eventos que siguieron a la caída de Gaddafi. Si la guerra civil contra Gaddafi hubiera sido una guerra indirecta de agentes de la OTAN (como afirman los estalinistas y semiestalinistas), la OTAN habría tomado el control después de la caída de Gaddafi en el otoño de 2011. Sin embargo, sucedió lo contrario: más de siete años después de la caída de la dictadura, los imperialistas aún no han logrado controlar a Libia. De hecho, tuvieron que evacuar sus embajadas y un embajador de Estados Unidos fue asesinado. [15]

 

Una naturaleza tan compleja y contradictoria de las guerras, cuando el aspecto de las luchas de liberación y el aspecto de la intervención imperialista están presentes, no era desconocida para los clásicos marxistas. De hecho, Lenin y Trotsky eran plenamente conscientes de tales combinaciones de diferentes tipos de guerras y esbozaron una respuesta revolucionaria.

 

 

 

Los clásicos marxistas sobre la estrategia combinada

 

 

 

Trotsky advirtió contra cualquier esquema mecánico que ignorara la naturaleza dialéctica y contradictoria de tales conflictos. “En el noventa por ciento de los casos, los obreros realmente ponen un signo menos donde la burguesía pone un más. Sin embargo, en el diez por ciento, se ven forzados a poner el mismo signo que la burguesía, pero con su propio sello, expresando así su desconfianza en ella. La política del proletariado no se deriva de ninguna manera automáticamente de la política de la burguesía, poniendo sólo el signo opuesto (esto haría de cada sectario un estratega magistral). No, el partido revolucionario debe, cada vez, orientarse independientemente tanto en la situación interna como en la externa, llegando a aquellas conclusiones que mejor corresponden a los intereses del proletariado. Esta regla se aplica tanto al período de guerra como al de paz". [16]

 

Lenin explicó que en la época del imperialismo las grandes potencias siempre intentarán interferir y utilizar los conflictos nacionales y democráticos. Sin embargo, este hecho no debería llevar a los marxistas a adoptar automáticamente una posición derrotista en lugar de una posición revolucionaria-defensista en tales conflictos. Más bien, la posición adoptada por los marxistas debería depender de qué factor se torna dominante: la lucha nacional por la liberación democrática o la guerra imperialista de conquista.

 

Por otra parte, los socialistas de las naciones oprimidas deben defender particularmente y poner en práctica la unidad completa e incondicional, incluyendo la unidad organizativa, de los obreros de la nación oprimida y los de la nación opresora. Sin esto es imposible defender la política independiente del proletariado y su solidaridad de clase con el proletariado de otros países, en vista de todas las intrigas, traiciones y fraudes de la burguesía. Pues la burguesía de las naciones oprimidas siempre utiliza las consignas de liberación nacional para engañar a los obreros; en su política interna utiliza estas consignas para los acuerdos reaccionarios con la burguesía de las naciones dominantes (por ejemplo, los polacos de Austria y Rusia, que se ponen de acuerdo con los reaccionarios para oprimir a los judíos y ucranianos); en su política exterior, trata de llegar a un acuerdo con una de las potencias imperialistas rivales para llevar a cabo sus planes de rapiña (la política de los pequeños países balcánicos, etc.). El hecho de que la lucha por la liberación nacional contra una potencia imperialista puede ser aprovechada, en determinadas condiciones, por otra “gran” potencia para sus propios fines, igualmente imperialistas, no puede hacer que los socialdemócratas renuncien a reconocer el derecho de las naciones a la autodeterminación, como tampoco los múltiples casos en que la burguesía utiliza las consignas republicanas con fines de engaño político y rapiña financiera (como por ejemplo en los países latinos) pueden hacer que los socialdemócratas renuncien a su republicanismo.” [17]

 

Más tarde, cuando se enfrentó al complejo escenario de la próxima Segunda Guerra Mundial, Rudolf Klement elaboró el enfoque marxista:

 

La lucha de clases y la guerra son fenómenos internacionales, que se deciden internacionalmente. Pero como toda lucha no permite que haya más que dos campos (bloque contra bloque) y como las luchas imperialistas se entrelazan con la guerra de clase (imperialismo mundial-proletariado mundial), surgen muchos casos complejos y con múltiples aristas. La burguesía de los países semi-coloniales o la burguesía liberal amenazada por su “propio” fascismo, apela a la ayuda de los imperialismos “amigos”; la Unión Soviética, por ejemplo, intenta utilizar los antagonismos entre los imperialismos cerrando alianzas con un grupo contra otro, etc. El proletariado de todos los países, la única clase solidaria internacionalmente –y por ello la única clase progresiva entre otras cosas-, se encuentra en la complicada situación en tiempos de guerra, especialmente en la nueva guerra mundial, de combinar el derrotismo revolucionario hacia su propia burguesía con el apoyo a las guerras progresivas.”

 

Klement defiende un enfoque dialéctico, argumentando que “el proletariado, especialmente en los países imperialistas, necesita tener, en esta situación claramente contradictoria, una comprensión particularmente clara de estas tareas combinadas y de los métodos para llevarlas a cabo”. Y, al final de su artículo, continúa enfatizando: “Así vemos cómo diferentes situaciones de guerra requieren que el proletariado revolucionario de los diferentes países imperialistas, si desea permanecer fiel a sí mismo y a su meta, implemente diferente formas de lucha, las que pueden parecer a los espíritus esquemáticos “desviaciones” del principio básico del derrotismo revolucionario, pero que en realidad resultan de la combinación del derrotismo revolucionario con la defensa de ciertos campos progresivos.” [18]

 

Es este método concreto y dialéctico que desarrollaron los clásicos marxistas y que aplicamos hoy a los diferentes tipos de guerras que ocurren en una situación mundial caracterizada por crecientes contradicciones y rivalidades.

 

Y es exactamente esta naturaleza dialéctica y contradictoria de los conflictos lo que casi todos los reformistas y centristas no comprenden. En el mejor de los casos, toman sólo uno u otro aspecto del programa derrotista, pero no la estrategia en su totalidad. O peor aún, ni siquiera comprenden uno de esos elementos complejos del derrotismo revolucionario como estrategia combinada.

 

El resultado de tal fracaso, como afirmamos en las Tesis y como explicamos con más detalle a continuación, es que una oposición contra las Grandes Potencias sin un apoyo total a las luchas de liberación del pueblo oprimido es, en el mejor de los casos, un “antiimperialismo platónico” o “socialimperialismo enmascarado” en el peor de los casos. Apoyar esta o aquella lucha de liberación sin una firme oposición contra todas las grandes potencias implica el riesgo de ponerse del lado de un campo imperialista contra el otro y, por tanto, de transformar una fuerza de liberación en un representante de esta o aquella Gran Potencia.

 

En resumen, “antiimperialismo” sin pro-liberacionismo no es antiimperialismo, ¡sino socialimperialismo abierto u oculto!

 

 

 



[1] León Trotsky: Resolution on the Antiwar Congress of the London Bureau (1936), in: Documents of the Fourth International, New York 1973, p. 98

[2] León Trotsky: Declaración al Congreso Contra la Guerra de Amsterdam (1932), https://ceip.org.ar/Declaracion-al-Congreso-Contra-la-Guerra

[3] León Trotsky: Derrotismo contra defensismo (1937), https://www.marxists.org/espanol//trotsky/ceip/escritos/libro5/T09V120.htm

[4] León Trotsky, G. Zinoviev, Yevdokimov: Resolution of the All-Russia Metal Workers Union (1927); en: Leon Trotsky: The Challenge of the Left Opposition (1926-27), pp. 249-250 (Énfasis en el original)

[5] Leon Trotsky: ‘Defeatism’ and Clemenceau (1927); in: Leon Trotsky: The Challenge of the Left Opposition (1926-279), p. 252

[6] Rudolf Klement: Principios y tácticas en la guerra (1938); https://www.marxists.org/espanol/klement/1937/1937a.htm; La CCRI/RCIT re-publicó este texto en: Revolutionary Communism No. 4 (2012), pp. 44-46.

[7] Manifiesto de la Cuarta Internacional sobre la guerra imperialista y la revolución proletaria mundial (1940), http://grupgerminal.org/?q=system/files/1940-05-00-maniguerra-iv.pdf

[8] V. I. Lenin: El imperialismo y la escisión del socialismo (1916), https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/1910s/10-1916.htm

[9] V. I. Lenin: El Proletariado Revolucionario y el derecho de las naciones a la autodeterminación (1915), en Lenin. Obras Completas, Tomo XXIII, Progreso, Akal Editor, p.41

[10] V. I. Lenin: El programa militar de la revolución proletaria (1916), https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/1910s/1916mil.htm

[11] V. I. Lenin: Informe sobre la revisión del programa y el cambio de nombre del partido (1918), Lenin. Obras Escogidas, Tomo III, Edición Progreso, p. 336, http://www.economia.unam.mx/lecturas/inae4/u1l2.pdf

[12] V. I. Lenin: Sobre el Folleto de Junius (1916), Lenin. Obras Escogidas, Edición Progreso, p. 6, https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/oe12/lenin-obrasescogidas06-12.pdf

[13] Ver, p. Michael Pröbsting: Liberation Struggles and Imperialist Interference. The failure of sectarian “anti-imperialism” in the West: Some general considerations from the Marxist point of view and the example of the democratic revolution in Libya in 2011, otoño de 2012, https://www.thecommunists.net/theory/liberation-struggle-and-imperialism/

[14] La CCRI/RCIT ha publicado una serie de folletos, declaraciones y artículos sobre la Revolución Siria que se pueden leer en una subsección especial de este sitio web: https://www.thecommunists.net/worldwide/africa-and-middle-east/collection-of-articles-on-the-syrian-revolution/. En particular nos referimos a Michael Pröbsting: Is the Syrian Revolution at its End? Is Third Camp Abstentionism Justified? An essay on the organs of popular power in the liberated area of Syria, on the character of the different sectors of the Syrian rebels, and on the failure of those leftists who deserted the Syrian Revolution, 5 de abril de 2017, https://www.thecommunists.net/theory/syrian-revolution-not-dead/; Michael Pröbsting: World Perspectives 2018: A World Pregnant with Wars and Popular Uprisings, febrero de 2018, Chapter V, https://www.thecommunists.net/theory/world-perspectives-2018/chapter-v/; Yossi Schwartz: Raqqa: Defeat the US Imperialist Offensive! An assessment of the US/SDF/YPG war against Daesh, April 2017, https://www.thecommunists.net/worldwide/africa-and-middle-east/us-offensive-in-raqqa/

[15] Ver sobre esto en RCIT: Stop the US Bombing of Libya! 23.2.2016, https://www.thecommunists.net/worldwide/africa-and-middle-east/us-bombing-libya/; RCIT: Europe/North Africa: Storm the Gates of Rome! Open Borders for Refugees! Stop the Imperialist EU-War against Refugees! No to the Preparations for an Imperialist Aggression against Libya! 22.5.2015, http://www.thecommunists.net/worldwide/europe/eu-war-against-refugees/; RCIT: Revolution and Counterrevolution in the Arab World: An Acid Test for Revolutionaries, http://www.thecommunists.net/theory/theses-arab-revolution/; RCIT: General Sisi, Hollande, Obama: Hands Off Libya! Defeat General Haftars’ Imperialist Lackeys! Down with the Daash-Gang of Killers! For a Workers’ and Popular Government! 26.2.2015, http://www.thecommunists.net/worldwide/africa-and-middle-east/hands-off-libya/

[16] León Trotsky: Aprendan a pensar (1938), https://ceip.org.ar/Aprendan-a-pensar

[17] V. I. Lenin: La Revolución Socialista y el Derecho de las Naciones a la Autodeterminación (1916), en Lenin. Obras Completas, Tomo XXIII, Progreso, Akal Editor, p. 246-247

[18] Rudolf Klement: Principios y tácticas en la guerra (1938); https://www.marxists.org/espanol/klement/1937/1937a.htm; La CCRI/RCIT re-publicó este texto en: Revolutionary Communism No. 4 (2012), pp. 44-46.

 

Anti-imperialismo en la Era de la Rivalidad de las Grandes Potencias (Capítulo XVII.)

 

LIBRO: Anti-imperialismo en la Era de la Rivalidad de las Grandes Potencias

Los factores detrás de la Rivalidad acelerada entre los E.U, China, Rusia, la U.E y Japón. Una crítica del análisis de la izquierda y una semblanza de la Perspectiva Marxista.

 

La CCRI publicó este libro en Enero de 2019. El autor es Michael Pröbsting, Secretario Internacional de la CCRI.

 

Translator: Rubén Jaramilllo

 

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XVII. La relación entre la guerra y la revolución

 

 

 

Hemos dicho anteriormente que, dado que el imperialismo y la guerra son parte orgánica del capitalismo, la lucha contra estos fenómenos está sujeta a las mismas leyes que la lucha contra todas las demás características del capitalismo. Sin embargo, esto no debe llevar a ignorar los elementos específicos encarnados en esta lucha. Uno de los más importantes es la relación entre la guerra y la revolución.

 

La guerra representa la tensión más extrema de todas las fuerzas de una sociedad. Ayuda a la clase dominante a reprimir las tendencias opositoras, pero, al mismo tiempo, bajo la superficie, acelera las contradicciones y prepara futuras catástrofes. Los precursores de la guerra -tensiones entre grandes potencias, guerras comerciales, patrioterismo, chovinismo anti-migrante, etc.- no tienen las mismas consecuencias dramáticas, pero son pasos en esa dirección.

 

La historia ha demostrado esta relación entre la guerra -y más precisamente la derrota de un gobierno reaccionario en una guerra reaccionaria- y la revolución en numerosas ocasiones. La razón de esto es bastante obvia. Las guerras representan por definición la tensión de todas las fuerzas de una sociedad. Mientras que una guerra de liberación generalmente logra movilizar a las masas para que apoyen voluntariamente a participar en ella, esto es diferente en una guerra de opresión. En tales guerras, la clase dominante se ve obligada, en diversos grados, a utilizar una combinación de mentiras chovinistas, histeria de guerra, compulsión militar y represión contra las fuerzas de oposición.

 

 

 

Guerras imperialistas “pequeñas” y “grandes”

 

 

 

Obviamente, hay una diferencia entre guerras de opresión “pequeñas” y “grandes”. Por guerras “pequeñas” nos referimos a guerras generalmente coloniales como el ataque de Estados Unidos a Irak o Afganistán o la intervención de Rusia en Siria. Estas no son guerras pequeñas para el pueblo oprimido; todo lo contrario, estas guerras resultan en la matanza de decenas o cientos de miles de trabajadores y campesinos. Pero son pequeñas desde el punto de vista de los imperialistas, ya que no necesitan el reclutamiento masivo o la movilización de toda la economía con fines militares. En resumen, tienen muchas menos consecuencias para la vida cotidiana de la sociedad en los países imperialistas.

 

Esto es completamente diferente en el caso de las guerras "grandes" con las que básicamente nos referimos a las guerras entre grandes potencias. Guerras tan grandes obligan a la clase dominante a una tensión global de todas las fuerzas sociales. Además, estas guerras también tienen consecuencias drásticas para la población civil: escasez de alimentos, falta de medicamentos, y hasta bombardeos aéreos. La Primera Guerra Mundial, y más aún, la Segunda proporcionan numerosos ejemplos de esto. Cualquier guerra mundial futura entre grandes potencias tendrá aún más un carácter “total”, ya que casi inevitablemente implicará el despliegue de armas nucleares.

 

Por supuesto, no se debe hacer una división demasiado esquemática entre guerras imperialistas “pequeñas” y “grandes”. Una guerra colonial sostenida, por ejemplo, podría no necesitar una tensión global de todas las fuerzas sociales. Sin embargo, su carácter prolongado, la acumulación de pérdidas, los costos crecientes, etc., tendrán importantes consecuencias políticas, especialmente si terminan en una derrota para los imperialistas. Tomemos, por ejemplo, la guerra de Francia en Argelia, la guerra de Estados Unidos en Vietnam o la guerra de Yeltsin en Chechenia.

 

De esto resulta que la derrota de la clase dominante en guerras reaccionarias tiene efectos potentes. Su fuerza material, así como su prestigio político y moral, están gravemente destrozados. Al mismo tiempo, las masas están enfurecidas y “militarizadas”, es decir, más utilizadas en el uso de armas. Esto es tanto más cierto cuanto más "grande" (en los términos definidos anteriormente) es una guerra tan reaccionaria de los imperialistas. Por eso estas guerras van preñadas de levantamientos revolucionarios las masas oprimidas y por eso Lenin, a la luz de la derrota de la autocracia de Rusia contra Japón en 1904-1905, habló sobre “el gran papel revolucionario de la guerra histórica en la que involuntariamente participa el obrero ruso.” [1]

 

La historia proporciona numerosos ejemplos de la relación entre las guerras perdidas por la clase dominante y los desarrollos revolucionarios. Por nombrar solo algunos ejemplos históricos nos referimos a la Jacquerie, el gran levantamiento campesino en el norte de Francia durante la Guerra de los Cien Años después de que la clase dominante sufriera una serie de derrotas contra los ingleses [2] ; el heroico levantamiento de los campesinos rusos encabezados por Yemelyan Pugachev en 1774-1775 al final de la larga y agotadora guerra ruso-turca [3] ; las humillantes derrotas de la despreciada dinastía Qing en las dos guerras del opio contra las grandes potencias occidentales que dieron origen primero a 110 insurrecciones campesinas locales en 1841-49 y finalmente al poderoso levantamiento del Movimiento religioso social-revolucionario popular Taiping, una de las guerras civiles más largas y sangrientas de la historia de la humanidad (1850-64) [4] ; y luego tenemos los ejemplos bien conocidos de la historia moderna con la Guerra Franco-Prusiana en 1870-71 que condujo a la Comuna de Paris [5], la Guerra Ruso-Japonesa en 1904-1905 que condujo a la primera Revolución Rusa en 1905- 07 [6], la Primera Guerra Mundial que resultó en la Revolución rusa de Octubre de 1917, así como una serie de otros levantamientos obreros en 1918-1919 y finalmente la Segunda Guerra Mundial que provocó guerras civiles y desarrollos revolucionarios en varios países (por ejemplo, China, Corea, Grecia).

 

Ya Marx y Engels reconocieron la potencialidad de transformar una guerra en revolución: “Pero no debemos olvidar que hay una sexta potencia en Europa, que en determinados momentos afirma su supremacía sobre el conjunto de las cinco denominadas "Grandes" Potencias y las hace temblar, a todas ellas. Ese poder es la Revolución. Silencioso y retirado durante mucho tiempo, ahora vuelve a ser llamado a la acción por la crisis comercial y por la escasez de alimentos. De Manchester a Roma, de París a Varsovia y Pesth, es omnipresente, levanta la cabeza y despierta de su letargo. Son múltiples los síntomas de su regreso a la vida, visibles en todas partes en la agitación y la inquietud que se han apoderado de la clase proletaria. Solo se necesita una señal, y esta sexta y mayor potencia europea se presentará, con brillante armadura y espada en mano, como Minerva desde la cabeza del olímpico.” [7]

 

Vale la pena señalar que incluso los representantes sagaces de la clase dominante eran conscientes de la relación entre la guerra y la revolución. Por ejemplo, el canciller alemán Bismarck señaló en una exposición para una reunión de su emperador Wilhelm I con Alejandro III de Rusia en noviembre de 1887: “En nuestro tiempo presente, más que en cualquier otra época histórica, es de interés para las grandes monarquías evitar la guerra porque hoy las naciones tienden a responsabilizar a sus gobiernos de sufrir derrotas militares. (...) En conjunto, una posible próxima guerra tendría menos el carácter de una guerra entre gobiernos, sino más bien de una guerra entre la bandera roja y los elementos de orden y preservación.[8]

 

Más tarde, Lenin y otros marxistas procesaron las experiencias de la Guerra Ruso-Japonesa en 1904-1905 y en particular de la Primera Guerra Mundial. Ellos entendieron que las guerras imperialistas pueden acelerar masivamente el ritmo de la historia: “La guerra de 1914-1918 fue un gigantesco 'acelerador' (Lenin) de la revolución socialista.” [9]

 

Fue sobre esta base que desarrollaron la consigna de la transformación de la guerra imperialista en guerra civil, no como una consigna radical voluntarista, sino como una consigna que se basa objetivamente en el potencial de una guerra reaccionaria para provocar el colapso del orden imperante e insurrecciones armadas de las masas oprimidas.

 

Por eso Lenin se burló de los ideólogos reformistas y centristas que se quejaban de las consecuencias destructivas de las guerras y esperaban una revolución pacífica. De tal forma escribió Lenin en una polémica contra el principal teórico centrista alemán en ese momento, Karl Kautsky:

 

iSon dos "manías" de nuestro "muy docto" varón! El "culto a la violencia" y la bancarrota de la producción: a eso se debe que, en vez de analizar las condiciones reales de la lucha de clases, haya caído en el acostumbrado gimoteo pequeñoburgués, viejo y tradicional. "Esperábamos -escribe- que la revolución viniera como un producto de la lucha de la clase proletaria... pero la revolución ha venido como consecuencia de la bancarrota militar del sistema dominante tanto en Rusia como en Alemania...". Dicho con otras palabras: ¡este “sabio” esperaba una revolución pacífica! ¡es admirable! Pero el señor Kautsky se ha desconcertado hasta el punto de olvidar que el mismo escribió antes, cuando era marxista, que la guerra sería, muy probablemente, el motivo de la revolución. Ahora, en vez de analizar con serenidad y sin temor qué cambios de las formas de la revolución son inevitables como consecuencia de la guerra, ¡nuestro “teórico” deplora sus “esperanzas” frustradas![10]

 

Esto no significa que toda guerra resultará en un levantamiento revolucionario de las masas populares. Pero la experiencia histórica demuestra que las grandes guerras que movilizan los recursos de toda la economía, que afectan a todas las clases de la sociedad y que influyen en toda la vida política y, por tanto, en la conciencia de las masas, que tales acontecimientos provocan una inestabilidad social y política masiva y, por tanto, puede conducir a rupturas revolucionarias. Como estamos convencidos de que el chovinismo, las tensiones militares y las guerras se están convirtiendo en una característica cada vez más definitoria de la sociedad capitalista, pensamos que tal desarrollo hacia el militarismo al final también abrirá camino para fuertes luchas de clases y explosiones revolucionarias.

 

 

 

La Tercera Guerra Mundial y la Revolución: ¿una contradicción en sí misma?

 

 

 

Finalmente, abordemos brevemente el siguiente tema. Como hemos elaborado anteriormente en el capítulo XII, consideramos que una nueva guerra mundial entre las grandes potencias es más o menos inevitable si la clase obrera no derroca a los imperialistas a tiempo. Asimismo, es difícil imaginar una guerra mundial así sin que las Grandes Potencias utilicen su mortal arsenal de armas nucleares. ¿Se debería concluir de esto de manera fatalista que la relación entre guerra y revolución no existirá en un escenario futuro a una Tercera Guerra Mundial?

 

En nuestra opinión, esta pregunta no se puede responder de forma esquemática. Sí, es cierto, si se lleva a cabo una Tercera Guerra Mundial total con todas las Grandes Potencias desplegando todas sus armas nucleares, la humanidad volverá a la etapa de la barbarie. Pero, primero, una guerra nuclear tan total no saldría de la nada. Es muy probable que un evento tan catastrófico sea precedido por un período más largo de tensiones globales extremas entre las Grandes Potencias. Naturalmente, la élite gobernante de los rivales imperialistas no comenzará a la ligera un evento tan extremadamente arriesgado. Es cierto que hay locos como Trump, pero no se debe suponer que la élite estadounidense permitiría que Trump iniciara una guerra nuclear contra su voluntad. [11]

 

No, es mucho más probable que haya un período más largo de guerras comerciales, enfrentamientos militares más pequeños, crisis política interna severa, tal vez golpes de Estado, crisis diplomáticas, etc. Es casi inevitable que tales eventos desencadenen cambios revolucionarios y crisis revolucionarias que ofrecerán a la clase trabajadora oportunidades para debilitar o derrocar a la clase dominante.

 

Además, no podemos prever el futuro. No se puede excluir que tal Guerra Mundial no termine en la aniquilación total de la humanidad sino en la derrota de un bando o en la devastación nuclear localizada. En tal caso, una Tercera Guerra Mundial podría resultar en la aniquilación de muchos millones de personas y, al mismo tiempo, abrir un período de rebelión global contra los guerreros imperialistas.

 

En cualquier caso, la cuestión es que los revolucionarios no deben petrificarse ante el peligro de una Tercera Guerra Mundial. La tarea no es especular sobre el futuro (ni siquiera usar tales peligros como excusa para quedar atrapado en la pasividad) sino intervenir resueltamente en la lucha de clases y movilizar a la vanguardia obrera para que las posibilidades de la revolución socialista internacional aumenten y ¡Los peligros de una Tercera Guerra Mundial disminuyan!

 

 

 



[1] V. I. Lenin: La caída de Port-Arthur (1905), Lenin. Obras Completas, Tomo 9, Editorial Progreso, p. 159

[2] Ver sobre esto, por ejemplo, en I. M. Shukow (Ed.): Weltgeschichte, VEB Deutscher Verlag der Wissenschaften, Berlin 1963, Vol. 3, pp. 730-758. Los 10 volúmenes de Weltgeschichte (con un total combinado de 8.500 páginas) es la traducción al alemán de la famosa Enciclopedia de la Historia Soviética publicada después de la muerte de Stalin. Hasta donde sabemos, esta enciclopedia no se ha traducido al idioma inglés (a diferencia de la Gran Enciclopedia Soviética). Escritos por un gran colectivo de historiadores soviéticos bajo la dirección de E.M. Zhukov, estos diez volúmenes son un verdadero tesoro de conocimiento histórico, ya que combinan información detallada con un enfoque materialista. Sin embargo, hay que ver esta enciclopedia de forma crítica, ya que adolece de las inevitables limitaciones teóricas del estalinismo, en particular, su concepción mecanicista de la historia según la cual todas las sociedades de la historia pasan por una y la misma secuencia de etapas de formaciones socioeconómicas: comunismo primitivo, sociedad esclavista, feudalismo, capitalismo y comunismo. Tal vista excluye, por ejemplo, el llamado Modo de Producción Asiático al que Marx se refirió repetidamente. (Véase, por ejemplo, su Prólogo a La Contribución a la Crítica de la Economía Política publicado en 1859, https://www.marxists.org/espanol/m-e/1850s/criteconpol.htm)

[3] Ver sobre esto, por ejemplo, en Paul Avrich: Russian Rebels, 1600-1800, Schocken Books, New York 1972; Dorothea Peters: Politische und gesellschaftliche Vorstellungen in der Aufstandsbewegung unter Pugačev (1773–1775). Wiesbaden, Berlin 1973; Marc Raeff: Pugachev's Rebellion, en: Robert Forster (Ed.): Preconditions of Revolution in Early Modern Europe, Johns Hopkins University Press, Baltimore 1970; Alice Plate: Der Pugačev-Aufstand: Kosakenherrlichkeit oder sozialer Protest, en: Heinz-Dietrich Löwe: Volksaufstände in Rußland. Von der Zeit der Wirren bis zur «Grünen Revolution» gegen die Sowjetherrschaft, Otto Harrassowitz Verlag, Wiesbaden 2006; Leo Yaresh: The "Peasant Wars" in Soviet Historiography, en: American Slavic and East European Review, Vol. 16, No. 3 (October 1957), pp. 241-259; Philip Longworth: Peasant leadership and the Pugachev revolt, en: The Journal of Peasant Studies, 2:2 (1975), pp. 183-205; B. H. Sumner: New Material on the Revolt of Pugachev, in: The Slavonic and East European Review, Vol. 7, No. 19 (June 1928), pp. 113-127; B. H. Sumner: New Material on the Revolt of Pugachev: II, en: The Slavonic and East European Review, Vol. 7, No. 20 (enero de 1929), pp. 338-348; Alexander Pushkin: Geschichte des Pugatschew'schen Aufruhrs, Stuttgart 1840

[4] La Revolución Taiping fue un movimiento social-revolucionario de mineros, campesinos pobres y minorías étnicas contra la corrupta dinastía Qing que tenía como objetivo crear un "Reino Celestial de Paz" y que fue organizado por una secta milenaria conocida como la Sociedad de Adoración de Dios dirigida por Hong Xiuquan, quien se creía el hermano menor de Jesucristo.Ver sobre esto, p. Franz Michael and Chung-li Chang: The Taiping Rebellion. History and Documents Vol.1, University of Washington Press, London 1966; Stephen R. Platt: Autumn in the Heavenly Kingdom: China, the West, and the epic story of the Taiping Civil War, Alfred A. Knopf, New York 2012; I. M. Shukow (Ed.): Weltgeschichte, Vol. 6, pp. 440-455

[5] Evidentemente, existe una variedad de literatura sobre la Comuna de París. Para nombrar solo una visión de los clásicos socialistas sobre este tema: von P. L. Lavrov: Die Pariser Kommune vom 18. März 1871, Verlag Klaus Wagenbach, Berlin 1971; Jean Villain: Die großen 72 Tage. Ein Report von Jean Villain über die Pariser Kommunarden, Verlag Volk und Welt, Berlin 1981; Prosper Lissagaray: Geschichte der Kommune von 1871, Rütten & Loening, Berlin 1956. ver también, Donny Gluckstein: The Paris Commune: A Revolution in Democracy, Bookmarks Publication, London 2006; I. M. Shukow (Ed.): Weltgeschichte, Vol. 6, pp. 628-643 and Vol. 7, pp. 15-39.

[6] Nuevamente, existe una variedad de literatura sobre la Guerra Ruso-Japonesa 1904/05 y la subsecuente Revolución Rusa 1905-07. En lugar de muchos, nos referimos a Leon Trotsky’s Die Russische Revolution 1905, Vereinigung Internationaler Verlagsanstalten, Berlín 1923 (reeditado en Leo Trotzki: Ausgewählte Werke, Vol. 1, Verlag Neuer Kurs, Berlin 1972); M. Pokrowski: Russische Geschichte, Berlin 1930; M. Pokrowski: Geschichte Russlands von seiner Entstehung bis zur neuesten Zeit, C.L.Hirschfeld Verlag, Leipzig 1929, pp. 314-496; Abraham Ascher: The Revolution of 1905. Vol. 1 y 2, Stanford University Press, Stanford 1992.

[7] Friedrich Engels: The European War (1854), en: MECW 12, pp. 557-558

[8] Citado en: Heinz Wolter: Die Alternativkonzeption der Sozialdemokratie zum außenpolitischen Kurs Bismarcks nach 1871, in: Ernst Engelberg (Ed.): Diplomatie und Kriegspolitik vor und nach der Reichsgründung, Akademie-Verlag, Berlin 1971, p. 255 (traducido del alemán)

[9] The Platform of the Opposition (1927), en: Leon Trotsky: The Challenge of the Left Opposition (1926-27), p. 382

[10] V.I. Lenin: Los Prohombres de la Internacional de Berna (1919), en Lenin. Obras Completas, Tomo 38, p. 419-420, https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/oc/progreso/tomo38.pdf. Ver sobre esto también, en Nikolai Bukharin y Evgenii Preobrazhensky: El ABC del Comunismo (1920), https://fundacionfedericoengels.net/images/PDF/abc-comunismo-bujarin.pdf

[11] Es probable que si hay asesores que toman órdenes presidenciales de la mesa de Trump para evitar que se implementen (y pueden confiar en el olvido del hombre naranja para que no se dé cuenta), también habrá generales y Asesores de seguridad que se aseguran de que Trump no tenga acceso al Botón Rojo. (¡Quizás le muestren en su lugar el botón rojo para pedir su Coca Cola diaria!)

 

Anti-imperialismo en la Era de la Rivalidad de las Grandes Potencias (Capítulo XVIII.)

LIBRO: Anti-imperialismo en la Era de la Rivalidad de las Grandes Potencias

 

Los factores detrás de la Rivalidad acelerada entre los E.U, China, Rusia, la U.E y Japón. Una crítica del análisis de la izquierda y una semblanza de la Perspectiva Marxista.

 

La CCRI publicó este libro en Enero de 2019. El autor es Michael Pröbsting, Secretario Internacional de la CCRI.

 

Translator: Rubén Jaramilllo

 

XVIII. Derrotismo revolucionario en conflictos entre estados imperialistas: los clásicos marxistas

 

 

 

La CCRI/RCIT elabora en sus “Tesis sobre el derrotismo revolucionario en los Estados imperialistas” que la posición de los marxistas en los conflictos interimperialistas se basa en los principios de la solidaridad internacional de la clase trabajadora. Por tanto, deben negarse a ponerse del lado de su propia clase dominante, así como de la del campo imperialista contrario. Su lema debe ser: ¡Abajo todas las grandes potencias imperialistas, ya sean EE.UU., la UE, Japón, China o Rusia!

 

En lugar de apoyar a su "propia" clase dominante, abogan por una lucha de clases irreconciliable, como lo resumió el famoso líder revolucionario alemán Karl Liebknecht durante la Primera Guerra Mundial: "El enemigo principal está en casa". Los revolucionarios intentan utilizar cada conflicto del gobierno imperialista contra un rival para debilitar a la clase dominante, hacer avanzar la lucha de clases y finalmente transformar esos conflictos en una guerra civil contra la clase dominante.

 

Estos principios resultan, en condiciones de guerra, en la estrategia que se ha dado a conocer como “la transformación de la guerra imperialista en guerra civil”, es decir, el avance de la lucha del proletariado por el poder en condiciones de guerra. Los mismos principios significan, bajo las condiciones de una guerra comercial entre potencias imperialistas, defender la transformación de la Guerra Comercial Global en una lucha de clases política interna contra la élite gobernante.

 

En todos los escenarios, el objetivo es unir a la clase trabajadora internacional sobre una base internacionalista y romper cualquier unidad "patriótica" de los trabajadores con "su" burguesía imperialista, así como con los lacayos socialimperialistas dentro del movimiento obrero.

 

Tales son los objetivos estratégicos del programa del derrotismo revolucionario. Es un programa que siempre es parte de la política del partido revolucionario y de la organización previa al partido. Sería un error imperdonable creer que sería sólo un programa de lucha contra las guerras y, por tanto, que sólo cobraría relevancia una vez que estalle la guerra. Si una organización marxista solo comienza a luchar contra la agresión imperialista y las guerras una vez que comienzan tales conflictos, será demasiado tarde. Cuando realmente comience una gran guerra, la clase dominante ya habrá encendido su maquinaria política e ideológica de chovinismo mucho antes. Y si un partido revolucionario abre la lucha derrotista sólo para entonces no tendrá ninguna posibilidad contra un enemigo de clase superior. No, el programa del derrotismo revolucionario tiene que implementarse a partir de ahora.

 

Tal trabajo por una orientación derrotista revolucionaria requiere una agitación y propaganda integral utilizando todos los medios legales (de acuerdo con el espacio democrático permitido por la clase dominante) e ilegales. Este trabajo debe llevarse a cabo en lugares de trabajo, barrios, escuelas, universidades y cuarteles y, cuando sea posible, también en el parlamento. El objetivo debe ser reunir a las masas para acciones de lucha de clases como manifestaciones, huelgas generales, levantamientos, nuevamente de acuerdo con las condiciones y la relación de fuerzas.

 

Dado que los revolucionarios constituyen hoy una pequeña minoría, es urgente que apliquen la táctica del frente único. Esto significa que deben convocar a los trabajadores y a las organizaciones de masas populares (sindicatos, partidos, organizaciones de migrantes, etc.), generalmente lideradas por fuerzas no revolucionarias, para actividades conjuntas contra los planes gubernamentales de armamento, contra la agresión colonial en el exterior, contra las medidas proteccionistas y sanciones contra rivales, etc. Deberán convocar a esos partidos, cuando tengan representantes en el parlamento, a votar en contra del presupuesto militar y en contra de todas esas medidas. Los revolucionarios deberán criticar a esas fuerzas, generalmente reformistas y populistas pequeñoburgueses, siempre que no actúen contra la política imperialista de la clase dominante.

 

Además, es de suma importancia para los revolucionarios promover declaraciones y actividades conjuntas transfronterizas de socialistas, sindicatos y otros trabajadores y organizaciones populares de masas de los respectivos países imperialistas involucrados en el conflicto. ¡Tales medidas pueden ser una fuerte señal de solidaridad concreta de la clase trabajadora internacionalista!

 

 

 

Marx y Engels en la época preimperialista

 

 

 

Antes de entrar en más detalles sobre la sustancia y las tácticas del derrotismo revolucionario, elaboremos brevemente los antecedentes históricos de esta estrategia.

 

Como es bien sabido, Marx y Engels vivían en el siglo XIX, es decir, la época pre-monopolista del capitalismo. En esta época, el capitalismo estaba en auge y, por lo tanto, la burguesía en los países industrializados podía ocasionalmente jugar un papel históricamente progresista. Como resultado, las guerras entre estados europeos, o entre el norte y el sur de los Estados Unidos, generalmente no tuvieron un carácter reaccionario en ambos lados. Las relaciones interestatales en la situación política internacional estaban más bien, como elaboraron Marx y Engels, caracterizadas por la constante amenaza de la Rusia zarista como la Gran Potencia más grande y reaccionaria. [1] Además, existían tareas democráticas históricamente progresistas que se avecinaban como la unificación nacional de la fragmentada Alemania e Italia, la liberación nacional de Polonia e Irlanda, etc.

 

Fue en ese contexto histórico donde Marx y Engels llamaron con entusiasmo a la guerra revolucionaria de Alemania contra la Rusia zarista en 1848.

 

Sólo la guerra contra Rusiaes una gran guerra en que Alemania puede redimirse de los pecados del pasado, de la que puede salir crecida, en la que puede derrotar a sus propios autócratas, en la que puede, como cumple a unpueblo que sacude las cadenas de una larga y perezosa esclavitud, pagar la propaganda de la civilización con el sacrificio de sus hijos y liberarse dentro de su casa liberándose al exterior. Cuanto más recaiga la luz diaria de la publicidad sobre los más recientes acontecimientos, haciéndolos resaltar en nítido relieve, más se encargarán los hechos de corroborar nuestra concepción acerca de las guerras raciales con que Alemania ha deshonrado su nueva era.” [2].

 

Asimismo, los fundadores del socialismo científico se pusieron del lado de otras potencias como Gran Bretaña o el Imperio Otomano en conflictos militares con Rusia. [3]

 

 

 

Los bolcheviques y la guerra ruso-japonesa 1904-1905

 

 

 

Sin embargo, esto cambió con la transición del capitalismo pre-monopolista al monopolista, es decir, el comienzo de la época imperialista en el comienzo del siglo XX. Como explicó Lenin en sus escritos durante la Primera Guerra Mundial, la burguesía no podía desempeñar un papel históricamente progresista en ninguno de los países desarrollados. Por tanto, la defensa de la patria en los países capitalistas avanzados había perdido todo carácter progresista:

 

¿A qué nos referimos cuando decimos que los Estados nacionales se convirtieron en trabas, etc.? Nos referimos a los países capitalistas avanzados, sobre todo a Alemania, Francia e Inglaterra, cuya participación en esta guerra ha sido el factor principal que la ha convertido en una guerra imperialista. En esos países, que hasta ahora estuvieron a la vanguardia de la humanidad, especialmente en 1789-1871, ha terminado el proceso de formación de estados nacionales. En esos países el movimiento nacional es algo que pertenece a un pasado irrevocable y tratar de resucitarlo sería una absurda utopía reaccionaria. El movimiento nacional de los franceses, ingleses y alemanes ha concluido hace tiempo. En esos países el próximo paso histórico es diferente: las naciones liberadas se han ido convirtiendo en naciones opresoras, en naciones de saqueo imperialista, naciones que se encuentran en la “víspera de la bancarrota del capitalismo”.[4]

 

En otras palabras, a partir de ahora la clase obrera y el pueblo oprimido no solo se enfrentaron a la Rusia zarista sino a todas las grandes potencias imperialistas como su “mayor enemigo y el mayor baluarte de la reacción.”

 

Lenin y los bolcheviques elaboraron completamente el programa de derrotismo revolucionario al comienzo de la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, ya habían desarrollado elementos clave de esta estrategia durante la guerra entre Rusia y Japón en 1904-05. [5] Como se sabe, esta guerra terminó con una derrota de Rusia y desencadenó la primera Revolución Rusa en 1905-1907.

 

Lenin enfatizó, ya antes del inicio del levantamiento revolucionario en enero de 1905, la conexión entre guerra y revolución: “debemos reconocer el gran papel revolucionario de la guerra histórica en la que involuntariamente participa el obrero ruso.” [6]

 

La catástrofe militar es inevitable, y hará también inevitable que se decupliquen el descontento, la excitación y la indignación. Debemos preparamos con toda energía para cuando llegue ese momento. En esa oport1midad, uno de los estallidos que se repiten con frecuencia cada vez mayor, tan pronto en un sitio como en otro, se convertirá en un tremendo movimiento popular. Y en ton ces el proletariado marchará a la cabeza de la insurrección, para conquistar la libertad de todo el pueblo y asegurar para la clase obrera la posibilidad de entablar la lucha amplia y abierta p0r el s0cialismo, enriquecida por toda la experiencia de Europa.” [7]

 

Como consecuencia, los bolcheviques defendieron una posición derrotista, es decir, defendieron la derrota de su "propio" gobierno reaccionario.

 

"La causa de la libertad rusa y de la lucha del proletariado ruso (e internacional) por el socialismo depende en gran medida de las derrotas militares de la autocracia. Esta causa se ve muy favorecida con la catástrofe militar, que infunde pánico a todos los guardianes europeos del orden. El proletariado revolucionario debe realizar una incesante agitación contra la guerra, pero sin perder de vista, al mismo tiempo, que las guerras no podrán suprimirse mientras exista la dominacíón de dase. Con frases triviales acerca de una paz a la Jaurés no se puede ayudar a la clase oprimida, que no es responsable de una guerra burguesa entre dos naciones burguesas, que hace cuanto puede por derrocar a todas las burguesías y sabe cuán inmensos son los sufrimientos del pueblo, aun en las épocas de explotación capitalista "pacífica". (…) No fue el pueblo ruso, sino la autocracia rusa, quien inició esta guerra colonial, que se ha convertido en una guerra entre el viejo y el nuevo mundo burgués. No fue el pueblo ruso, sino la autocracia, quien sufrió una bochornosa derrota. El pueblo ruso se ha beneficiado con la derrota de la autocracia. La capitulación de Port-Arthur es el prólogo de la capitulación del zarismo. La guerra dista mucho de haber terminado, pero cada paso hacia su prolongación aumenta enormemente la efervescencia y la indignación del pueblo ruso, y aproxima la hora de una nueva gran guerra, de la guerra del pueblo contra la autocracia, de la guerra del proletariado por la libertad.[8]

 

Polemizaron contra los mencheviques por su posición pacifista. Es cierto que estos últimos no adoptaron una postura social-patriótica: en esta guerra, incluso grandes sectores de la intelectualidad urbana y la burguesía no apoyaron los objetivos militaristas del zar porque despreciaban la autocracia. (¡De hecho, muchos partidos de oposición estaban incluso en contacto con el servicio secreto japonés y tomaron dinero de él! [9]). Pero los mencheviques criticaron la defensa del "derrotismo" de Lenin y lo acusaron de promover la "japonofilia". Por el contrario, defendían la consigna de "paz inmediata". [10]

 

Lenin rechazó una posición tan pacifista: “También la nueva lskra tenía que dar pruebas de su propia confusión. Al comienzo enhebró no pocas frases respecto de una paz a cualquier precio. Más tarde se apresuró a "corregirse", cuando Jaurés demostró con claridad qué intereses servía la campaña casi socialista por la paz en general los de la burguesía progresista o los de la burguesía reaccionaria. Y ahora ha terminado con una serie de consideraciones triviales acerca de cuán inoportuno es "especular" (¡!?) con la victoria de la burguesía japonesa, y de que la guerra es un mal "independientemente de que" acabe con el triunfo o la derrota de la autocracia.” [11]

 

Como vemos, las diferencias esenciales entre la estrategia bolchevique del derrotismo y la estrategia de izquierda-menchevique de antimilitarismo y pacifismo platónicos ya eran visibles una década antes.

 

 

 

La elaboración completa del programa derrotista de Lenin en la Primera Guerra Mundial 1914-17

 

 

 

Por lo tanto, no es sorprendente que Lenin fuera capaz de elaborar completamente un programa derrotista revolucionario pocos días después de que los primeros disparos abrieran la Primera Guerra Mundial, como testificaron colaboradores cercanos de él. [12] Tras su liberación de prisión después de once días en agosto de 1914 en Galicia, Lenin, junto con su esposa y compañera de armas Nadezhda Krupskaya, así como Grigory Zinoviev y Zlata Lilina, se trasladaron a Suiza, donde se lanzaron a trabajar para la escisión de la Segunda Internacional políticamente colapsada y la creación de la Tercera Internacional revolucionaria. [13]

 

Según las memorias del bolchevique ruso G. L. Shklovsky, Lenin proclamó en el momento de su llegada a Suiza después del comienzo de la Primera Guerra Mundial: “No es un socialista que no desee, en tiempos de guerra imperialista, la derrota de su propio país.” [14]

 

En los días siguientes a su llegada a Berna, Lenin comenzó a organizar reuniones con sus compañeros en las que les explicó las tácticas necesarias en esta guerra imperialista. Tuvo éxito en este esfuerzo y sus tesis sobre la guerra, luego expandidas en un Manifiesto y varias resoluciones, fueron acordadas y adoptadas tanto por las principales instituciones del partido clandestino en Rusia como por la Conferencia de Berna de los grupos bolcheviques en el extranjero (a fines de febrero de 1915). [15]

 

La idea central del enfoque de Lenin era que los revolucionarios deben avanzar en la lucha contra las guerras imperialistas a través de los métodos de la lucha de clases y utilizar la crisis causada por la guerra para el derrocamiento revolucionario de la burguesía de su propiedad. De ahí la postura inequívoca de la derrota del propio gobierno en la guerra: “En una guerra reaccionaria, una clase revolucionaria no puede "dejar de desear la derrota de su Gobierno. Esto es un axioma que sólo pueden discutir los partidarios conscientes de los socialchovinistas o sus lacayos impotentes.” [16]

 

Lenin citó con aprobación a los marxistas italianos que proclamaron al comienzo de la guerra mundial su posición derrotista y afirmó que la única guerra justa es la guerra de los oprimidos para tomar el poder: “siempre estamos en favor de la "santa guerra di tutti gli oppressi per la conquista delle Loro patrié!" (¡una guerra santa de todos los oprimidos, por la conquista de su propia patria!” [17]

 

Este enfoque se combinó con la lucha por la revolución socialista. De ahí que la consigna central de los bolcheviques fuera la “guerra civil”: “La transformación de la actual guerra imperialista en guerra civil es la única consigna proletaria justa.” [18]

 

También en que reconocemos plenamente la legitimidad, el carácter progresista y la necesidad de las guerras civiles, es decir, de las guerras de la clase oprimida contra la clase opresora, de los esclavos contra los esclavistas, de los campesinos siervos contra los terratenientes y de los obreros asalariados contra la burguesía.” [19]

 

Los bolcheviques concretaron su estrategia de transformar la guerra imperialista en una guerra civil de la siguiente manera:

 

Como primeros pasos hacia la transformación de la actual guerra imperialista en guerra civil hay que señalar los siguientes: l) negarse incondicionalmente a votar los créditos de guerra y salir de los ministerios burgueses; 2) romper por completo con la polirica de "paz civil" (bloc national, Burgfrieden); 3) crear una organización clandestina en todas partes donde los gobiernos y la burguesía supriman las libertades constitucionales al implantar el estado de guerra; 4) apoyar la confraternización de los soldados de las naciones beligerantes en las trincheras y en los teatros de operaciones en general; 5) apoyar todo género de acciones revolucionarias de masas del proletariado.[20]

 

Los bolcheviques eran plenamente conscientes de que la guerra imperialista inevitablemente provoca una situación explosiva objetiva que había que aprovechar para hacer avanzar la lucha de clases: “Es indudable que la guerra ha creado la más grave de las crisis y acentuado increíblemente las calamidades de las masas. El carácter reaccionario de esta guerra, las mentiras desvergonzadas de la burguesía de todos los países, que disimula sus objetivos de rapiña con una ideología "nacional", suscitan ineludiblemente, en la situación revolucionaria objetiva que se ha creado, un espíritu revolucionario entre las masas. Nuestro deber es ayudar a que las masas adquieran conciencia de ese espíritu, profundizarlo y darle forma. Esta tarea sólo la expresa certeramente la consigna de la trasformación de la guerra imperialista en guerra civil, y toda lucha consecuente de clase durante la guerra, toda táctica de "acciones de masas", aplicada en serio, conduce de modo inevitable a dicha trasformación. No podemos saber si un fuerte movimiento revolucionario estallará con motivo de la primera o de la segunda guerra imperialista de las grandes potencias, o si estallará en el curso de esta guerra o después de ella, pero de todos modos nuestro deber ineludible es trabajar de un modo sistemático y firme en esa dirección.” [21]

 

 

 

Agitación bolchevique contra la guerra en Rusia

 

 

 

Los bolcheviques en Rusia pusieron todo su empeño en resistir las movilizaciones por la guerra imperialista. A pesar de sufrir una ola de detenciones masivas en las semanas anteriores, distribuyeron folletos ilegales en San Petersburgo y otras ciudades en julio, agosto y septiembre de 1914. Además, intentaron organizar manifestaciones callejeras y protestas de soldados reclutados. En su propaganda, los bolcheviques defendían consignas como “¡Abajo la guerra!”, “¡Abajo el régimen zarista!” Y “¡Viva la Revolución!”. También levantaron consignas como “¡Organízate políticamente!” Y “Consíganse las armas, ¡el tiempo se acaba![22]

 

Alexander Shlyapnikov, uno de los líderes bolcheviques durante el período de guerra, informó en sus recuerdos sobre la agitación pacifista del partido en las calles y en las fábricas. Cita de un folleto, publicado por el Comité de San Petersburgo del partido al comienzo de la guerra:

 

"'¡Abajo la guerra! ¡Guerra contra la guerra! debe rodar poderosamente a través de la ciudad y la aldea por igual a lo ancho de nuestra Rusia. Los trabajadores deben recordar que no tienen enemigos en la frontera: en todas partes la clase obrera está oprimida por los ricos y el poder de los propietarios. En todas partes está oprimido por el yugo de la explotación y las cadenas de la pobreza. (…) Sin tener tiempo para lavar la sangre de los trabajadores de las calles de San Petersburgo y solo ayer calificando a toda la clase obrera de San Petersburgo, así como a todos los trabajadores de Rusia, como "enemigos internos" contra los cuales los cosacos salvajes y la policía mercenaria entraron en acción, ahora piden la defensa de la patria. ¡Soldados y trabajadores! Estás siendo llamado a morir por la gloria del látigo cosaco y por la gloria de una patria que mata a los campesinos y trabajadores hambrientos y estrangula a sus mejores hijos en la cárcel. No, no queremos la guerra, debes declarar. Queremos la libertad de Rusia. (…) ¡Abajo la guerra, abajo el gobierno zarista! ¡Larga vida a la revolución![23]

 

En otro folleto, distribuido en otoño de 1914, llamaban a los trabajadores a organizarse y conseguir armas para la lucha que se avecinaba. [24]

 

 

 

Trotsky continúa la lucha revolucionaria contra la guerra imperialista

 

 

 

Más tarde, después de que la burocracia estalinista transformó a la Internacional Comunista en una fuerza revisionista, Trotsky y la Cuarta Internacional continuaron luchando por un programa revolucionario derrotista contra la guerra imperialista. Poco antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial, Trotsky declaró:

 

El derrotismo es la política de clase del proleta­riado, que incluso durante la guerra ve a su principal enemigo en casa, en su propio país imperialista. El patriotismo, en cambio, es una política que ubica a su principal enemigo fuera de su propio país. La idea del derrotismo significa en realidad lo siguiente: llevar adelante una irreconciliable lucha revolucionaria contra la propia burguesía como enemigo principal, sin detenerse por el hecho de que esta lucha pueda causar la derrota de propio gobierno; dado un movimiento revolucionario la derrota del propio gobierno resulta el mal menor”. [25]

 

Además, Trotsky enfatizó que el movimiento obrero solo estará preparado para la lucha contra las guerras imperialistas si ya ha aprendido a oponerse a "su" estado imperialista en tiempos de paz.

 

La defensa del estado nacional, sobre todo en la que fue su cuna -la balcanizada Europa-, es desde todo punto de vista un objetivo reaccionario. El estado nacional, con sus fronteras, pasaportes, sistema mone­tario, mercancías y ejército para proteger sus mercancías, se transformó en un tremendo impedimento para el desarrollo cultural y económico de la humanidad. El objetivo del proletariado no es la defensa del estado nacional sino su liquidación total y absoluta. (...) El "socialista" que predica la defensa del estado nacional es un reaccionario pequeñoburgués al servicio del capitalismo decadente. Sólo el partido que ya en época de paz luchó irreconciliablemente contra el estado nacional puede no atarse a éste durante la guerra, puede seguir el mapa de la lucha de clases y no el de las batallas bélicas. La vanguardia proletaria únicamente se volverá invulnerable a toda suerte de patriotismo nacional si comprende plenamente el rol objetivamente reaccionario del estado imperialista. Esto significa que sólo se puede romper con la ideología y la política de la "defensa nacional" desde la perspectiva de la revolución proletaria internacional”. [26]

 

Fue durante los años 1914-1916 cuando surgió la categoría de “derrotistas” y “derrotismo”. Inicialmente fue utilizado por los oponentes de los bolcheviques que los acusaron de abogar "antipatrióticamente" por la derrota (en ruso: "porashenzy" - "los que abogan por la derrota"). Sus enemigos social-patriotas fueron llamados "Oboronzy" - "los que defienden la patria". Además, la categoría "derrotismo" también se utilizó (incluso por los bolcheviques) para describir un estado de ánimo generalizado en la sociedad de falta de apoyo a los esfuerzos de guerra de la clase dominante.

 

Los bolcheviques recogieron esta categoría y se identificaron positivamente con ella. Grigori Zinoviev, quien editó junto con Lenin el órgano central de los bolcheviques durante la Primera Guerra Mundial publicado en Suiza, escribió en un artículo programático en octubre de 1916: “Es imposible ser un internacionalista consecuente en la guerra imperialista de 1914-1916 sin ser un 'derrotista'.” [27] Posteriormente, los bolcheviques, la Internacional Comunista y la IV Internacional utilizaron la categoría de “derrotismo” o “derrotismo revolucionario” de manera más sistemática.

 

También vale la pena señalar que la estrategia de derrotismo de los bolcheviques podría basarse en declaraciones de marxistas anteriores. Gregory Zinoviev señaló que Jules Guesde, un pionero del marxismo en Francia, abogó por el "derrotismo" en ambos lados cuando Rusia y Gran Bretaña estuvieron cerca de la guerra por Afganistán en 1885.

 

En 1885, Jules Guesde se regocijó por la amenaza de guerra entre Rusia e Inglaterra con la esperanza de que una revolución social surgiera de tal catástrofe. Cuando Guesde actuó de esta manera, cuando llamó al proletariado a utilizar la guerra entre dos potencias gigantes para acelerar el desencadenamiento de la revolución proletaria, era mucho más marxista que en la actualidad cuando, junto con Sembat, lleva sobre la tradición del "gran orador pacifista Jean Jaurès".” [28]

 

Guesde publicó en ese momento un artículo titulado "Larga vida a la guerra" en el que caracterizaba a Gran Bretaña y Rusia como "igualmente opresivas, aunque de diferentes maneras". Guesde explicó que cualquiera de los dos gobiernos sea derrotado, será algo bueno “para nosotros”, es decir, para el socialismo.

 

“La derrota de Rusia significaría el fin del zarismo, la liberación política de Rusia. (…) Y el primer resultado, el resultado inevitable de una revolución política en Petersburgo será la liberación de los trabajadores alemanes. (…) La derrota de Gran Bretaña no tendría ni menos ni menos consecuencias ventajosas. (…) Podría liberar a Irlanda del estado de sitio (…) mientras que Sudán - y en consecuencia Egipto - podría liberarse a sí mismo (…). Poco después del primer infortunio de Inglaterra, comenzaría la separación de las colonias más grandes y explotadas...” [29]

 

Zinoviev resumió el enfoque de Guesde: “La guerra entre Inglaterra y Rusia podría acelerar la solución, el fin del orden social burgués. Pero, ¿la victoria de quién y la derrota de quién es deseable? Inglaterra o Rusia? Deseo la derrota de ambos.” [30]

 

Unos años más tarde, la Internacional Comunista resumió la experiencia de la lucha revolucionaria contra la guerra imperialista. En una declaración programática, adoptada por el Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista en marzo de 1922, enumeró las siguientes medidas como apropiadas en la lucha antimilitarista.

 

Partiendo de estos hechos y consideraciones, el Ejecutivo ampliado de la Internacional Comunista declara que la única defensa efectiva contra el peligro amenazante de la guerra es una revolución proletaria... Los representantes reunidos de 36 naciones, por lo tanto, consideran que es deber de todos los partidos comunistas prepararse ideológica y organizativamente para la lucha de clases revolucionaria más intensa para evitar la guerra. Como medios para este fin, sugieren:

 

1. Educación sistemática de las masas trabajadoras, incluidos los jóvenes, sobre las causas y el carácter de las guerras.

 

2. Llevar ante el tribunal de las masas más amplias todos los problemas y decisiones relativas a política exterior, armamento, etc.

 

3. Propaganda legal e ilegal bien organizada entre las fuerzas y formaciones armadas de todo tipo para iluminarlas sobre estas cuestiones.

 

4. Imbuir al proletariado de la determinación de impedir el transporte de tropas y pertrechos del ejército por todos los medios y a cualquier precio, en caso de que estalle la guerra imperialista.

 

5. Fortalecer la voluntad revolucionaria de las masas más amplias de luchar contra el estallido de la guerra imperialista mediante manifestaciones callejeras, huelgas generales, levantamientos armados…

 

6. La creación de órganos legales e ilegales para trabajar en la ejecución de estas tareas.

 

7. La creación de organismos e instituciones legales e ilegales para asegurar una cooperación internacional unificada y enérgica de los comunistas en aquellos países entre los que las contradicciones son más agudas”. [31]

 

Con el mismo espíritu definieron los trotskistas estadounidenses las tareas de los revolucionarios en la preparación de la guerra imperialista: “Mientras tanto, al llevar a cabo la lucha diaria, es deber de los marxistas prepararse para la crisis de la guerra. Para ello, deben exponer constantemente los planes de guerra de las potencias imperialistas; deben resistir la militarización de las masas; deben dejar claro a la clase trabajadora cada paso en el progreso hacia la guerra; deben combatir la propaganda de la guerra patriótica; deben ayudar a fortalecer ideológica y materialmente las organizaciones de los trabajadores, para que no sean aplastadas al estallar la guerra. Y deben exponer en todas partes y en todo momento a los engañadores y traidores en la lucha contra la guerra, de cualquier campo, a los que se preparan, mediante mil y un artificios, para entregar a los trabajadores a los guerreros.” [32]

 

¡Estas tácticas no han perdido validez desde entonces!

 

 

 



[1] Eleanor Marx Aveling, la hija de Marx, resumió acertadamente la visión de su padre de la Rusia zarista como “el mayor enemigo de todo avance, el mayor bastión de la reacción.” (Karl Marx: The Eastern Question. A Reprint of Letters written 1853-1856 dealing with the events of the Crimean War, Editado por Eleanor Marx Aveling y Edward Aveling, Swan Sonnenschein & Co, London 1897, p. ix)

[2] K. Marx y F. Engels: La Política Exterior de Alemania y los últimos acontecimientos de Praga (1848), en: Las Revoluciones de 1848. Selección de artículos de la Nueva Gaceta Renana, Fondo de Cultura Económica, p. 186-187.

[3] Ver sobre esto, además de las dos colecciones de escritos de Marx sobre estos temas mencionadas antes, por ejemplo, Karl Marx: Die Geschichte der Geheimdiplomatie des 18. Jahrhunderts. Über den asiatischen Ursprung der russischen Despotie, Berlin, Olle & Wolter, Berlin 1977; David B. Rjazanov, Karl Marx über den Ursprung der Vorherrschaft Rußlands in Europa. Kritische Untersuchungen, in: Karl Marx, Die Geschichte der Geheimdiplomatie des 18. Jahrhunderts; M. Pokrowski: Geschichte Russlands von seiner Entstehung bis zur neuesten Zeit, C.L.Hirschfeld Verlag, Leipzig 1929; M. Pokrowski: Russische Geschichte, Berlin 1930; Paolo Dalvit: Die Außenpolitik im Klassenkampf. Die Position von Marx und Engels zum Krimkrieg; Hanno Strauß: Von Engels’ „Panslawismus“ zu Marx’ "Geheimdiplomatie“. Eine Herleitung politischer Ambitionen; ambos ensayos se han publicado en: Marx und Russland. Beiträge zur Marx-Engels-Forschung Neue Folge 2012, Argument, Hamburgo 2014, pp. 9-20 resp. 83-104

[4] V. I. Lenin: Una Caricatura Del Marxismo y el "Economismo Imperialista" (1916), en: Lenin. Obras Completas, Tomo 24, Editorial Progreso, p.38-39, https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/oc/akal/lenin-oc-tomo-24.pdf

[5] Sobre la guerra ruso-japonesa de1904-1905, ver, p. John W. Steinberg, Bruce W. Menning, David Schimmelpenninck, Van Der Oye, David Wolff, Shinji Yokote (Eds.): The Russo-Japanese War in Global Perspective. World War Zero, Vol. I and II, Brill, Leiden 2005 and 2007; J. N. Westwood: Russia against Japan, 1904-1905: A New Look At the Russo-Japanese War, State University of New York, 1986; Evgeny Sergeev: Russian Military Intelligence in the War with Japan, 1904–05. Secret operations on land and at sea, Routledge, New York 2007; Rotem Kowner: The Impact of the Russo-Japanese War, Routledge, New York 2007; Josef Kreiner (Ed.): Der Russisch-Japanische Krieg (1904/05), V&R unipress, Göttingen 2005

[6] V. I. Lenin: La caída de Port-Arthur (1905), en: Lenin. Obras Completas, Tomo 9, Editorial Progreso, p. 159

[7] V. I. Lenin: La Autocracia y el Proletariado (1904), en: Lenin. Obras Completas, Tomo 9, Editorial Progreso, p. 136-137, https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/oc/progreso/tomo09.pdf

[8] V. I. Lenin: La caída de Port-Arthur (1905), en: Lenin. Obras Completas, Tomo 9, Editorial Progreso, p. 159

[9] Ver sobre esto p. Akashi Motojirō: Rakka ryusui: Colonel Akashi's Report on His Secret Cooperation with the Russian Revolutionary Parties during the Russo-Japanese War. O. Fält and A. Kujala (Eds.), Studia Historica 31, Helsinki, 1988; Dmitrii B. Pavlov: Japanese Money and the Russian Revolution, 1904-1905, en: Acta Slavica Iaponica, No. 11 (1993), pp. 79-87

[10] Ver Julius Martow: Geschichte der russischen Sozialdemokratie (1918/26), Erlangen 1973, pp. 93-95; ver también, Dmitrii B. Pavlov: Japanese Money and the Russian Revolution, p. 82

[11] V. I. Lenin: La caída de Port-Arthur (1905), en: Lenin. Obras Completas, Tomo 9, Editorial Progreso, p. 158-159

[12] Véase, por ejemplo, los Recuerdos del viejo bolchevique Shklovsky: "Puedo testificar que las consignas fundamentales de la táctica de Lenin en la guerra imperialista las había formulado en Austria durante los primeros días de la guerra, porque las trajo a Berna completamente formuladas. ¡Y además! Tengo todas las razones para afirmar que esta táctica había madurado en la cabeza de Lenin probablemente el primer día de la guerra. Mi arresto en el tercer o cuarto día de la guerra puede servir como prueba de esta declaración. ... Mi arresto fue causado por un telegrama de Vladimir Ilich [Lenin] dirigido a mí y que fue interceptado por las autoridades militares suizas. En este telegrama, Lenin sugirió que me pusiera en contacto con nuestros camaradas en París con el fin de organizar la publicación de panfletos y proclamas de guerra. Esto indica que no hubo un momento de duda o vacilación por parte de Vladimir Ilich y que el primer día de la guerra ya estaba pensando en una guerra contra la guerra, es decir, en convertir la guerra imperialista en una guerra civil. Aproximadamente el segundo día [después de la llegada de Lenin a Berna] se celebró una reunión en el bosque ... donde Ilich habló sobre la actitud hacia la guerra, siendo este el único tema de discusión posible para nosotros en ese momento. Unos días después, es decir, el 6 o 7 de septiembre, se celebró una reunión más íntima en mi apartamento; en esta reunión Ilich presentó sus tesis sobre la guerra. s llegada a Berna] se celebró una reunión en el bosque ... donde Ilich habló sobre la actitud hacia la guerra, siendo este el único tema de discusión posible para nosotros en ese momento. Unos días después, es decir, el 6 o 7 de septiembre, se celebró una reunión más íntima en mi apartamento; en esta reunión Ilich presentó sus tesis sobre la guerra. s llegada a Berna] se celebró una reunión en el bosque ... donde Ilich habló sobre la actitud hacia la guerra, siendo este el único tema de discusión posible para nosotros en ese momento. Unos días después, es decir, el 6 o 7 de septiembre, se celebró una reunión más íntima en mi apartamento; en esta reunión Ilich presentó sus tesis sobre la guerra."(GL Shklovsky: Recollections (1925), en: OH Gankin y HH Fisher: The Bolsheviks and the World War, Stanford University Press, Stanford 1940, p. 143)

[13] Observamos, como acotación al margen, que la crítica a la estrategia de derrotismo revolucionario de Lenin que ha sido articulada por varios marxistas (en el sentido amplio de la palabra) después de la Segunda Guerra Mundial, por ejemplo por personas como Hal Draper o Brian Pearce, es completamente infundado. El primero era un académico pseudo-marxista, el segundo un erudito que hizo un valioso trabajo como traductor de numerosas obras de Trotsky y otros del ruso al inglés. Contrariamente a sus acusaciones, Lenin no vio inicialmente el derrotismo como una estrategia solo válida para Rusia, ni luego relativizó o incluso abandonó el derrotismo. En este sentido, coincidimos con la respuesta de Cliff Slaughter (Lenin and the Imperialist War of 1914-1918, in: Fourth International, Vol. 4, No. 3, noviembre de 1967, pp. 81-88) Brian Pearce elaboró sus puntos de vista en el ensayo Lenin y Trotsky sobre el pacifismo y el derrotismo, en: Labor Review, vol. 6 (1961), Nº 1, http://www.whatnextjournal.co.uk/Pages/History/Pearce.html. El ataque revisionista de Hal Draper al leninismo se llama: The Myth of Lenin’s “Revolutionary Defeatism” y se publicó inicialmente en la revista shachmanita New International en 1953-1954, http://www.marxists.org/archive/draper/1953/defeat/index.htm.

Roman Rosdolsky ha publicado una presentación muy superior y precisa del programa de derrotismo de Lenin en su obra Studien über revolutionäre Taktik. Zwei unveröffentlichte Arbeiten über die II. Internationale und über die österreichische Sozialdemokratie (Ver lag für das Studium der Arbeiterbewegung, West-Berlin 1973; esta obra se tradujo posteriormente al inglés con el título Imperialist War and the Question of Peace y se puede leer en línea aquí: https://www.marxists.org/archive/rosdolsky/1978/impwarqpeace/index.htm). Rosdolsky fue un trotskista ucraniano y un excelente erudito marxista (ver, por ejemplo, su trabajo sobre la prehistoria de El capital de Marx). Sin embargo, incluso su estudio reflexivo no está libre de debilidades, ya que relativiza el derrotismo de Lenin en los casos en que una gran potencia pudo conquistar todo el país de su rival.

[14] Citado en Alfred Erich Senn: The Russian Revolution in Switzerland, 1914-1917, University of Wisconsin Press, London 1971, p. 33

[15] Shklovsky informó sobre el juicio de los diputados bolcheviques a la Duma: "Del testimonio del diputado Petrovsky en el juicio de los bolcheviques se reveló que estas tesis también fueron adoptadas por siete de las mayores preocupaciones de Petrogrado". Los editores agregan en una nota: "En Rusia, estas tesis fueron mimeografiadas y enviadas a varias organizaciones importantes del partido. Aparentemente, fueron discutidos y adoptados por los trabajadores de varias fábricas en Petersburgo durante la segunda quincena de septiembre de 1914; fueron enviados a Kamenev, en octubre se discutieron en Moscú, según los registros policiales. También fueron descubiertos en Bakú. ... Samoilov recuerda que, a mediados de septiembre de 1914, inmediatamente después de su regreso del extranjero, presentó el punto de vista del Buró del Comité Central en el Extranjero en una reunión de miembros del partido en Ivanovo-Voznesensk." (idem, pág. 144)

[16] V. I. Lenin: Acerca de la Derrota del Gobierno Propio en la Guerra Imperialista (1915), en: Lenin. Obras Completas, Tomo 26, Editorial Progreso, p. 301.

[17] V. I. Lenin: Acerca de la Derrota del Gobierno Propio en la Guerra Imperialista (1915), en: Lenin. Obras Completas, Tomo 26, Editorial Progreso, p. 8.

[18] V. I. Lenin: La guerra y la socialdemocracia de Rusia (1914), https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/1910s/28-ix-1914.htm

[19] V. I. Lenin y G. Zinoviev: El Socialismo y la Guerra (1915), https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/1910s/1915sogu.htm

[20] V. I. Lenin: Conferencia de las Secciones del POSDR en el Extranjero (1915) en: Lenin. Obras Completas, Tomo 26, Ed. Progreso, p. 171

[21] V. I. Lenin y G. Zinoviev: El Socialismo y la Guerra (1916), https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/1910s/1915sogu.htm

[22] Citado en Lenin: Sämtliche Werke, Band XVIII (Der imperialistische Krieg 1914-15), Verlag für Literatur und Politik, Wien 1929, p. 493 (traducido del alemán); Ver también, Olga Hess Fisher, H.H. Gankin: The Bolsheviks and the World War; the Origin of the Third International, Stanford University Press, Stanford 1940; Barbara C. Allen: Alexander Shlyapnikov, 1885-1937. Life of an Old Bolshevik, Haymarket Books, Chicago 2015, pp. 56-75; Alexander Shlyapnikov: On the Eve of 1917 (1923), http://www.marxists.org/archive/shliapnikov/1923/eve1917/index.html; W. Astrow, A. Slepkow, J. Thomas (Eds): Illustrierte Geschichte der Russischen Revolution 1917 (published in 1928, reprinted by Verlag Neue Kritik, Frankfurt am Main 1970), pp. 73-82

[23] Alexander Shlyapnikov: On the Eve of 1917 (1923)

[24] Véanse las notas históricas en W.I.Lenin: Sämtliche Werke Band XVIII, Wien-Berlin 1929, p. 493. Este folleto también se menciona en los recuerdos de Shlyapnikov.

[25] León Trotsky: Un paso hacia el social-patriotismo (1939), https://ceip.org.ar/Un-paso-hacia-el-social-patriotismo

[26] León Trotsky: La Guerra y la Cuarta Internacional (1934), https://marxists.architexturez.net/espanol////trotsky/ceip/escritos/libro3/T05V225.htm

[27] Gregory Zinoviev: Der ‚Defaitismus‘ früher und heute (1916); in: Lenin/Sinowjew: G. Sinowjew / V. I. Lenin: Gegen den Strom, Verlag der Kommunistischen Internationale, Hamburg 1921, p. 442 (traducido del alemán)

[28] Gregory Zinoviev: Pazifismus oder Marxismus (Böse Folgen einer Losung.), en: G. Sinowjew / V. I. Lenin: Gegen den Strom, Verlag der Kommunistischen Internationale, Hamburg 1921, p. 119 (en inglés: Pacifism or Marxism (The Misadventures of a Slogan), en: Spartacist English edition No. 64, Summer 2014, http://www.icl-fi.org/english/esp/64/zinoviev.html

[29] Citado en: Gregorij Sinowjew: Der Krieg und die Krise im Sozialismus, Verlag für Literatur und Kritik, Wien 1924, p. 475 (traducido del alemán)

[30] Citado en: Gregorij Sinowjew: Der Krieg und die Krise im Sozialismus, Verlag für Literatur und Kritik, Wien 1924, pp. 475-476 (traducido del alemán). Vert también: Edgar Hardcastle: Socialists and War (on Boris Souvarine), Socialist Standard, agosto de 1932, https://www.marxists.org/archive/hardcastle/1932/socialists_war.htm

[31] Communist International: Theses on the Fight against the War Danger (1922), in: Jane Degras: The Communist International 1919-1943. Documents Volume I 1919-1922, p. 332

[32] John West (James Burnham): War and the Workers (1936), Workers Party Pamphlet, https://www.marxists.org/history/etol/writers/burnham/1936/war/index.htm; see also: A Manifesto against Imperialist War! The Executive Committee of the Fourth International (World Party of the Socialist Revolution) September 1938, in: Documents of the Fourth International, New York 1973, p. 171-176

 

Anti-imperialismo en la Era de la Rivalidad de las Grandes Potencias (Capítulo XIX.)

 

LIBRO: Anti-imperialismo en la Era de la Rivalidad de las Grandes Potencias

 

Los factores detrás de la Rivalidad acelerada entre los E.U, China, Rusia, la U.E y Japón. Una crítica del análisis de la izquierda y una semblanza de la Perspectiva Marxista.

 

La CCRI publicó este libro en Enero de 2019. El autor es Michael Pröbsting, Secretario Internacional de la CCRI.

 

Translator: Rubén Jaramilllo

 

* * * * *

 

 

XIX El derrotismo revolucionario en los conflictos entre estados imperialistas: componentes programáticos (1)

 

 

 

Tratemos ahora con varios componentes del programa de derrotismo revolucionario que la RCIT defiende en los conflictos interimperialistas.

 

 

 

Por la independencia de la clase obrera: ¡Ningún apoyo para ninguna gran potencia!

 

 

 

El punto de partida para cualquier orientación correcta en un conflicto entre estados imperialistas debe ser la independencia política de la clase trabajadora. Esto significa que los socialistas deben rechazar el apoyo, ya sea para su "propio" estado imperialista o para cualquier otro estado imperialista. En su documento programático "Seis puntos para una plataforma de unidad revolucionaria hoy", la RCIT resumió la posición marxista de la siguiente manera:

 

Solo es posible entender la dinámica de hundimiento del presente periodo de crisis capitalista y tomar una posición correcta si uno reconoce el carácter imperialista no solo de la UE, EU y Japón sino también de los nuevos poderes emergentes como Rusia y China. Solo sobre esta base es posible llegar al único programa correcto antiimperialista sobre este tema –internacionalismo proletario y derrotismo revolucionario, por ejemplo-, la perspectiva de una lucha consistente de la clase trabajadora independiente de y contra todo poder imperialista. Esto significa que los revolucionarios rechazan dirigir cualquier apoyo a cualquier Gran Poder en los conflictos inter imperialistas bajo la consigna “¡El principal enemigo está en casa!"(...) Aquellos que no reconocen el carácter reaccionario e imperialista de estas Grandes Potencias inevitablemente dejarán de tomar una línea antiimperialista consistente, es decir, marxista, y terminarán, consciente o inconscientemente, apoyando a uno u otro campo imperialista como un "mal menor".”  [1]

 

Esta línea está de acuerdo con la línea de clase tal como la elaboraron Lenin y los bolcheviques durante la Primera Guerra Mundial. En Socialismo y La Guerra, uno de sus panfletos clave que publicaron poco antes de la primera conferencia internacional contra la guerra imperialista en Zimmerwald en septiembre de 1915, los líderes bolcheviques enfatizaron que la clase obrera debe oponerse a ella y a cualquier otra Gran Potencia. [2]

 

El socialchovinismo es la sustentación de la idea de "defensa de la patria" en la guerra actual. De esta posición derivan, como consecuencia, la renuncia a la lucha de clases, la votación de los créditos de guerra, etc. Los socialchovinistas aplican, de hecho, una política antiproletaria, burguesa, pues lo que propugnan en realidad no es la "defensa de la patria" en el sentido de la lucha contra el yugo extranjero, sino el "derecho" de tales o cuales "grandes" potencias a saquear las colonias y oprimir a otros pueblos. Los socialchovinistas repiten el engaño burgués de que la guerra se hace en defensa de la libertad y de la existencia de las naciones, con lo cual se ponen del lado de la burguesía contra el proletariado. Entre los socialchovinistas figuran tanto los que justifican y exaltan a los gobiernos y a la burguesía de uno de los grupos de potencias beligerantes como los que, a semejanza de Kautsky, reconocen a los socialistas de todas las potencias beligerantes el mismo derecho a "defender la patria". El socialchovinismo, que defiende de hecho los privilegios, las ventajas, el saqueo y la violencia de "su" burguesía imperialista (o de toda burguesía en general), constituye una traición absoluta a todas las ideas socialistas y a la resolución del Congreso Socialista Internacional de Basilea." [3]

 

Tal posición debe tomarse también hoy. Sin embargo, como hemos explicado anteriormente, esto solo es posible si uno es capaz de reconocer correctamente el carácter de clase no solo de las viejas potencias imperialistas (EE.UU., UE y Japón) sino también de las nuevas potencias emergentes (China y Rusia). Sin ese reconocimiento, cualquier organización se deslizará inevitablemente hacia el pantano social-chovinista.

 

 

 

La lucha contra el chovinismo

 

 

 

La lucha contra el imperialismo y el militarismo no comienza solo una vez que se dispara fuego entre las Grandes Potencias. Es un combate que está orgánicamente relacionado con la lucha total contra la clase dominante. Por lo tanto, como Trotsky comentó una vez, requiere una conciencia política completamente internacionalista y anti-chovinista de la vanguardia obrera, en primer lugar, y, eventualmente, la mayoría del proletariado: "La lucha contra la guerra es inseparable de la lucha de clases del proletariado. Una irreconciliable conciencia de clase es la primera condición para la lucha exitosa contra la guerra." [4]

 

La lucha contra la guerra está estrechamente relacionada con la lucha política contra todas las formas de chovinismo ideológico, odio contra los refugiados, opresión nacional de los migrantes, jingoísmo contra los rivales imperialistas, etc. En otras palabras, la lucha contra el imperialismo y el militarismo debe ser una parte orgánica del trabajo político diario de cualquier organización revolucionaria.

 

De hecho, vemos en los últimos años una oleada masiva de chovinismo en todas las Grandes Potencias. Tal chovinismo se dirige principalmente a los migrantes y las minorías nacionales. Ha habido un gran aumento del machismo antimigrante en los EE.UU., Europa occidental y Rusia en los últimos años, lo que ha resultado en un aumento tanto de la represión estatal como de las fuerzas racistas de derecha y fascistas (principalmente dirigidas contra los latinos y los negros en los Estados Unidos, los inmigrantes musulmanes en Europa occidental y Rusia, y también contra las minorías nacionales en el Cáucaso). En China, actualmente solo hay unos pocos migrantes del extranjero porque hay una gran oferta de "migrantes internos" (como hemos explicado anteriormente). Sin embargo, Beijing está alzando el chovinismo contra sus minorías nacionales, en particular los uigures musulmanes en el Turquestán Oriental (o Xinjiang, como las autoridades chinas llaman oficialmente a la provincia). [5] Japón, históricamente la más aislada de todas las Grandes Potencias sin apenas migrantes y con una minoría coreana muy pequeña, es tradicionalmente muy xenófoba (lo que provocará tensiones políticas internas dada la necesidad de la clase capitalista de importar mano de obra migrante barata en el próximo período. [6])

 

Sin embargo, el chovinismo de las Grandes Potencias también se dirige cada vez más contra los rivales imperialistas. Veamos, por ejemplo, la histeria anti-rusa en los EE. UU. Y la UE, en particular desde los eventos en Ucrania en 2014 y aún más desde las elecciones presidenciales de EE. UU. en 2016 y el ataque venenoso contra Sergei Skripal, un ex oficial militar ruso y agente doble para los servicios de inteligencia del Reino Unido. [7] Del mismo modo, vemos una campaña cada vez más agresiva en los viejos estados imperialistas contra China. Acusando a este país de esforzarse por controlar las tecnologías modernas y espiar los sistemas de comunicación occidentales.[8] En viceversa, el estado ruso toma medidas contra varias ONG con el pretexto de que actúan como "agentes extranjeros". Las campañas chovinistas en China y Japón en torno al conflicto sobre las islas Senkaku/Diaoyu en el Mar Oriental de China [9] o las campañas chovinistas en el contexto de la inminente Guerra Comercial Global son otros ejemplos.

 

Lenin enfatizó que los reformistas y los centristas generalmente subestiman las dificultades de luchar contra la guerra imperialista. Se imaginan que una vez que comience una guerra, organizarán huelgas u otras acciones masivas para detenerla. Lenin explicó, en sus notas para la delegación comunista en un congreso internacional organizado por sindicatos reformistas en La Haya a fines de 1922, que esto es una ilusión total.

 

"Por lo que se refiere a la lucha contra el peligro de guerra, en relación con la Conferencia de La Haya, creo que la mayor dificultad radica en superar el prejuicio de que esta es una pregunta simple, clara y relativamente fácil. "Vamos a tomar represalias a la guerra con una huelga o una revolución", eso es lo que todos los líderes reformistas prominentes suelen decir a la clase trabajadora. Y muy a menudo la aparente radicalidad de las medidas propuestas satisface y apacigua a los trabajadores, cooperadores y campesinos. Quizás el método más correcto sería comenzar con la refutación más aguda de esta opinión; declarar que particularmente ahora, después de la guerra reciente, solo las personas más tontas o completamente deshonestas pueden afirmar que tal respuesta a la cuestión de combatir la guerra es de alguna utilidad; declarar que es imposible "tomar represalias" a la guerra con una huelga, así como es imposible "tomar represalias" a la guerra por revolución en el sentido simple y literal de estos términos. Debemos explicar la situación real a la gente, mostrarles que la guerra se desarrolla en el mayor secreto, y que las organizaciones de trabajadores comunes, incluso si se autodenominan organizaciones revolucionarias, están completamente indefensas ante una guerra realmente inminente. (...) Debemos tomar medidas especiales para explicar que inevitablemente surgirá la cuestión de la "defensa de la patria", y que la abrumadora mayoría de los trabajadores inevitablemente lo decidirá a favor de su burguesía. y que las organizaciones de trabajadores comunes, incluso si se autodenominan organizaciones revolucionarias, están completamente indefensas ante una guerra realmente inminente. (...) Debemos tomar medidas especiales para explicar que inevitablemente surgirá la cuestión de la "defensa de la patria", y que la abrumadora mayoría de los trabajadores inevitablemente lo decidirá a favor de su burguesía. y que las organizaciones de trabajadores comunes, incluso si se autodenominan organizaciones revolucionarias, están completamente indefensas ante una guerra realmente inminente. (...) Debemos tomar medidas especiales para explicar que inevitablemente surgirá la cuestión de la defensa de la patria", y que la abrumadora mayoría de los trabajadores inevitablemente lo decidirá a favor de su burguesía." [10]

 

Una de las consecuencias de esta evaluación, además de preparar al partido revolucionario y sus cuadros para trabajar en condiciones ilegales, es decir, para el trabajo clandestino, es la necesidad de la preparación política de la vanguardia obrera y la clase trabajadora en su conjunto. Tal preparación política requiere una educación completamente internacionalista y anti-chovinista de la clase trabajadora. Los revolucionarios deben combatir cualquier pensamiento de que la patria sería la patria de los trabajadores. Tienen que explicar que la patria es "propiedad" y está controlada por una pequeña minoría de capitalistas ladrones. Estos bandidos nos explotan "a nosotros y a ellos", es decir, los trabajadores nativos, los trabajadores migrantes y los trabajadores en el extranjero. Es por eso que los trabajadores en los países imperialistas no deben defender la patria de los patrones. Solo si los trabajadores expropian y expulsan a los explotadores, solo si toman el poder, solo entonces la patria se convierte en "su" patria, solo entonces se convierte en legítimo, y de hecho, necesario, defender la patria. ¡Esta línea, este espíritu, debe ser un hilo conductor constante en la propaganda y la agitación de los revolucionarios en los países imperialistas!

 

Notamos, de paso, que la oposición de los marxistas contra la amenaza vacía de los anarquistas y los oportunistas de “tomar represalias a la guerra mediante una huelga o una revolución” ha sido distorsionada por varios centristas para justificar su oposición contra la organización de cualquier actividad de huelga contra las guerras imperialistas. Sin embargo, de hecho, Lenin y los bolcheviques solo se opusieron a la siguiente idea específica: es decir, amenazar con organizar una huelga general solo una vez que ha comenzado una gran guerra imperialista. Lo hicieron correctamente porque en tal situación, al comienzo de una gran guerra con todas las grandes movilizaciones de la opinión pública burguesa y la represión estatal, sería demasiado tarde para organizar tal huelga general. Sin embargo, los marxistas no se opusieron en absoluto a organizar huelgas y huelgas generales contra el militarismo y la guerra, sino que, antes de que comenzara tal guerra interimperialista importante (o también más tarde durante una guerra tan importante como fue el caso de Rusia, Alemania y Austria en 1916-18 o en Italia en la primavera de 1943).

 

Durante el período en que la Internacional Comunista estaba siguiendo un camino revolucionario, codificó tal enfoque en su declaración programática más importante sobre el tema de la guerra imperialista (que ya mencionamos anteriormente). Entre los medios cruciales en la lucha contra la guerra, la Comintern defendió: "Fortalecer la voluntad revolucionaria de las masas más amplias para luchar contra el estallido de la guerra imperialista mediante manifestaciones callejeras, huelgas generales, levantamientos armados". [11]

 

En este espíritu, por ejemplo, la delegación sindical soviética en el congreso internacional contra la guerra en La Haya en diciembre de 1922 propuso organizar una campaña internacional antimilitarista que incluye una huelga general internacional de protesta de 24 horas. [12]

 

Lenin explicó, al discutir el deber de los marxistas en los países imperialistas, que es obligatorio apoyar incondicionalmente el derecho de autodeterminación de la nación oprimida. Hizo hincapié en que la importancia de esto no solo se debe a la naturaleza legítima de la lucha de liberación de las naciones oprimidas, sino también a la necesidad de educar a la clase trabajadora nativa de las Grandes Potencias en el espíritu del internacionalismo, del anti-chovinismo.

 

Lo importante no es que antes de la revolución socialista se libere 1%0 ó 1/100 de las pequeñas naciones; lo que importante es que el proletariado, en la época imperialista y por causas objetivas, se ha dividido en dos campos internacionales, uno de los cuales está corrompído por las migajas que le caen de la mesa de la burguesía imperialista -a costa, por cierto, de la explotación doble o triple de las pequeñas naciones-, mientras que el otro no puede conseguir su propia libertad sin liberar a las pequeñas naciones, sin educar a las masas en el espíritu antichovinista, es decir, antianexionista, es decir, en el espíritu "de la autodeterminación".[13]

 

Trotsky defendió la misma idea que explicó en sus famosas tesis La Guerra y la Cuarta Internacional, publicadas en 1934: " El "socialista" que predica la defensa del estado nacional es un reaccionario pequeñoburgués al servicio del capitalismo decadente. Sólo el partido que ya en época de paz luchó irreconciliablemente contra el estado nacional puede no atarse a éste durante la guerra, puede seguir el mapa de la lucha de clases y no el de las batallas bélicas. La vanguardia proletaria únicamente se volverá invulnerable a toda suerte de patriotismo nacional si comprende plenamente el rol objetivamente reaccionario del estado imperialista. Esto significa que sólo se puede romper con la ideología y la política de la "defensa nacional" desde la perspectiva de la revolución proletaria internacional." [14]

 

De hecho, uno puede generalizar este importante pensamiento de los líderes de la revolución socialista de octubre. Los revolucionarios están obligados a utilizar todas las cuestiones relacionadas con la defensa de la patria imperialista: desde guerras coloniales, saqueo financiero de países semicoloniales, cierre de la frontera para refugiados, discriminación de migrantes, "leyes antiterroristas", islamofobia, guerras comerciales, patriotismo contra rivales imperialistas, etc. - para educar a las masas populares en el espíritu del anti-chovinismo, del internacionalismo proletario, de la solidaridad internacional de la clase obrera.

 

Además, la cuestión de la lucha constante contra todas las formas de chovinismo, del antiimperialismo en palabras y hechos, es también un criterio decisivo para evaluar la verdadera naturaleza política de las organizaciones del movimiento obrero. Los revolucionarios tienen que juzgarlos: si son combatientes honestos contra la clase dominante imperialista, vacilan a los oportunistas o son lacayos socialimperialistas de la burguesía, examinando sus posiciones sobre todos estos temas de política nacional e internacional del imperialismo.

 

Trotsky enfatizó, en las mismas tesis citadas anteriormente, la importancia de tal prueba para cualquier organización socialista: "Al mismo tiempo, hay que seguir atentamente la lucha interna en el campo reformista y atraer oportu­namente a la lucha contra la guerra a los grupos socialistas de izquierda que tienden hacia la revolución. El mejor criterio para juzgar las tendencias de una organi­zación determinada es su actitud en la práctica, en la acción, hacia la defensa nacional y hacia las colonias, especialmente en los casos en que la burguesía de ese país posea esclavos coloniales. Sólo la ruptura total y absoluta con la opinión pública oficial sobre la cuestión candente de "la defensa de la patria" significa un giro, o por lo menos el comienzo de un giro, de las posiciones burguesas a las proletarias.” [15]

 

 

 

Cambios en las condiciones y sus consecuencias

 

 

 

Tal educación política constante de la clase obrera y las masas populares es aún más importante hoy por las siguientes razones. Primero, la clase dominante ha aumentado sus ya enormes posibilidades de manipular a la clase trabajadora y las masas populares. Como subproducto del desarrollo de las fuerzas productivas, el volumen de los medios y su presencia diaria también ha aumentado enormemente, particularmente en los países imperialistas. La expansión de la televisión e internet, su presencia no solo en el hogar y el trabajo, sino también en el transporte público y los centros comerciales, las redes sociales, el uso generalizado de teléfonos inteligentes, etc., todo esto le da a la burguesía la oportunidad de exponer personas con una corriente permanente de manipulación ideológica durante todo el día. 100 años atrás, los trabajadores estaban expuestos a la propaganda de los dueños de esclavos una vez por semana cuando visitaban la iglesia o la mezquita donde el sacerdote o el imán daban una conferencia a la gente sobre temas según las instrucciones de las autoridades religiosas o estatales. Hoy, los trabajadores y los jóvenes están expuestos a las manipulaciones ideológicas finamente tejidas de la clase dominante las 24 horas del día y los siete días de la semana. Ahora, no es tanto el sacerdote o el imán sino una miríada de estrellas de medios anónimas, "personas influyentes", "expertos" y, por supuesto, los políticos oficiales y sus lacayos quienes llevan a cabo el tratamiento ideológico de la gente.

 

Existen numerosos ejemplos que demuestran cómo la clase dominante y las fuerzas reaccionarias pueden utilizar las redes sociales para manipular a las masas populares. La difusión de "noticias falsas" sobre "refugiados criminales" por parte de las fuerzas racistas reaccionarias en Europa, las campañas demagógicas de la campaña de derecha de Bolsonaro durante las elecciones presidenciales en Brasil, o de los Assadistas y Putinistas contra la Revolución Siria, son solo unos pocos ejemplos

 

Lenin ya había llamado la atención sobre el hecho de que las masas populares se enfrentan a una red masiva de instituciones, ideologías, tradiciones, etc., lo que les hace imposible ver espontáneamente a través de todo esto y reconocer su posición de clase y las tareas correspondientes. Tal reconocimiento por parte de las masas requiere la ayuda de los marxistas organizados.

 

"Los demócratas pequeñoburgueses, sus principales representantes actuales, los "socialistas" y los "socialdemócratas", están sufriendo ilusiones cuando imaginan que los trabajadores son capaces, bajo el capitalismo, de adquirir el alto grado de conciencia de clase. , firmeza de carácter, percepción y amplia perspectiva política que les permitirá decidir, simplemente votando, o en todo caso, decidir de antemano, sin una larga experiencia de lucha, que seguirán a una clase en particular, o un partido en particular. Es una mera ilusión. Es una historia sentimental inventada por pedantes y socialistas sentimentales del tipo Kautsky, Longuet y MacDonald. El capitalismo no sería capitalismo si, de una parte, no condenase a las masas a un estado de embrutecimiento, agobio, terror, dispersión (el campo) e ignorancia, y si, de otra parte, no pusierse en manos de la burguesía un gigantesco aparato de mentiras y engaños para embaucar en masa a los obreros y campesinos, para embrutecelos, etc." [16]

 

Por supuesto, como marxistas siempre reconocemos las contradicciones internas de todos los fenómenos. La presencia expandida de internet y las redes sociales no solo puede ser utilizada por la clase dominante sino también por la clase trabajadora y los oprimidos. Y, como podemos ver en numerosas protestas (más recientemente las protestas de los chalecos amarillos en Francia [17]), estos medios se han utilizado efectivamente para organizar manifestaciones y contramovilizaciones a corto plazo.

 

Sin embargo, a diferencia de los ideólogos pequeñoburgueses que imaginan que "Internet es gratis", en el mundo real los medios de producción y los medios de comunicación son generalmente propiedad y controlados por la clase dominante. El estricto control estatal de Internet de China, el creciente número de censuras en Facebook, Twitter, etc., todo esto refleja que la idea de que Internet y las redes sociales existían en un vacío fuera del control capitalista es una pura ilusión.

 

Esto no significa que los activistas socialistas no debean hacer el mayor uso posible de Internet y las redes sociales. Primero, hacer tal uso sin censura todavía es posible en muchos países. En segundo lugar, incluso si estos medios están censurados, será necesario utilizarlos de manera similar a como los revolucionarios hacen uso de las posibilidades legales limitadas en una semi-dictadura (como, por ejemplo, lo hicieron los bolcheviques en la Rusia zarista después de 1905 mediante la publicación legal documentos como el Pravda o utilizando la Duma del Estado como tribuna para la propaganda revolucionaria). En tercer lugar, las organizaciones revolucionarias tienen que hacer uso de los activistas técnicamente cualificados que pueden eludir el control capitalista de los medios de comunicación y utilizarlos de forma ilegal (es decir, una versión del siglo XXI de la impresión ilegal en papel por revolucionarios en países gobernados por una dictadura, como lo hicieron los bolcheviques cuando produjeron Sotsial-Democrat o Proletary o los trotskistas franceses durante la Segunda Guerra Mundial cuando produjeron La Vérité con la ayuda de una imprenta subterránea). [18]

 

Otra razón para la creciente importancia de la educación política constante de la clase obrera y las masas populares radica en la naturaleza cambiante de la guerra. El desarrollo de las fuerzas productivas también ha resultado en la modernización masiva de las tecnologías militares. Este no es el lugar para discutir este importante tema en detalle. Es suficiente decir que los aviones, satélites, drones, internet, etc. desempeñan un papel cada vez más dominante en la guerra militar.

 

Por un lado, esto hace que los militares sean menos dependientes de los soldados (y, por lo tanto, del riesgo potencial del colapso de su moral patriótica). Por otro lado, este desarrollo hace que los militares sean mucho más dependientes de la industria y de las personas que producen los segmentos necesarios para el hardware militar, es decir, la clase trabajadora. De esto se deduce, una vez más, que la lucha contra el imperialismo y el militarismo no debe limitarse al ejército en sí, sino que ya comienza en la fábrica.

 

Victor Serge, un cuadro revolucionario militante y trotskista (uno de los pocos que pudieron escapar del Gulag de Stalin en 1935), ya llamó la atención sobre este desarrollo en un artículo reflexivo publicado en 1926: "La verdadera técnica de guerra incrementa la dificultad para mantener la distribución entre combatientes y no-combatientes. En la última guerra había – yo creo – detrás de cada artillero en la trinchera, cinco soldados o trabajadores absorbidos por el trabajo industrial y la organización de la masacre. El número de trabajadores detrás de los combatientes crecerá indudablemente con la mecanización prevista de la matanza. La guerra se está dirimiendo ahora en la fábrica, más que en el campo de batalla. Una es la prolongación de la otra. Es la fábrica quien determina el valor de los soldados y el talento de los oficiales que están a su servicio. De este hecho se deduce que los centros industriales son más que fortalezas, los puntos vulnerables de un país, son muchos los lugares dónde una parte buscará para asestar su mortal golpe. Una buena movilización industrial es la condición implícita de la operación militar. Corolario: La guerra empezará con la movilización de la totalidad de la nación. En verdad la vida del conjunto del proletariado se verá amenazada porque el desarrollo de la aviación y de las armas químicas hace posible para el enemigo lograr su objetivo; la destrucción de los centros industriales. (...) En guerras futuras, la movilización de la retaguardia tendrá tanta importancia como el de las mismas tropas. Todo está establecido. Cada fábrica, cada taller, tiene sus tareas; cada hombre su función. Ninguna máquina está omitida en los inventarios. En la preparación de la maquinaria, va implícito el saber que los aparatos coercitivos asestarán el primer golpe." [19]

 

Hoy, casi un siglo después, esta observación es cien veces más relevante. La maquinaria de guerra imperialista depende de la producción de metales, así como de la computadora, los tanques, las aeronaves (incluidos todos los componentes individuales), así como de Internet. ¡La lucha contra el imperialismo y el militarismo puede y debe llevarse a cabo en todos los lugares de trabajo, en Internet, etc.!

 

 

 

La crisis moral en los países imperialistas occidentales

 

 

 

Finalmente, hemos llamado repetidamente la atención sobre el importante desarrollo del declive del apoyo de las masas populares en los países imperialistas a las aventuras militares en el extranjero. La decadencia del imperialismo se refleja, entre otros aspectos, en el hecho de que el estado capitalista ya no es capaz de manipular a las masas hasta tal punto que se identifiquen totalmente con los objetivos de la clase dominante y estén listos para hacer sacrificios en una guerra. 

 

Esto ha llevado a la situación de que los imperialistas están decididos a limitar las causas entre sus ejércitos tanto como sea posible. Esto se demuestra por el hecho de que Estados Unidos se vio obligado a retirar la mayor parte de sus tropas de Afganistán e Irak a pesar de que sus pérdidas fueron mucho menores que durante la Guerra de Vietnam o la Guerra de Corea de 1950-53. Según las cifras oficiales del Pentágono, el ejército estadounidense perdió 4,423 tropas en Irak entre 2003 y 2010 y 2,216 tropas en Afganistán entre 2001 y 2014. [20] Es cierto que estas son las cifras oficiales y es muy posible que subestimen los números reales. Pero podemos dar por sentado que las desviaciones no serán tan grandes ya que Wikileaks ha publicado varios documentos sobre las causas en la Guerra de Irak y no indican un número diferente.

 

Otro ejemplo es Rusia. Ya en la primera guerra en Chechenia en 1994-96 se podía observar la baja moral de los soldados rusos. Esto dio lugar a la situación de que los guerrilleros chechenos pudieron derrotar al ejército ruso a pesar del hecho de que el último era aproximadamente diez veces más numeroso (unos 70,000 soldados) que el lado checheno. [21] Incluso hoy, el régimen de Putin, que se encuentra en una posición mucho más fuerte que su predecesor Yeltsin en la década de 1990, es cauteloso para evitar demasiadas bajas en su intervención militar en Siria. Como resultado, Moscú externaliza muchas tareas militares a mercenarios como el Grupo Wagner de Contratistas Militares Privados. [22]

 

Incluso el estado colonial de ocupantes de Israel enfrenta una crisis moral. Perdió su guerra en el Líbano contra Hezbolá en el verano de 2006 a pesar del hecho de que solo 122 soldados israelíes fueron asesinados (de los 30,000 soldados desplegados). O comparemos el resultado de la última Guerra de Gaza en 2014 cuando Israel no pudo derrotar a Hamas ¡a pesar del hecho de que solo 73 israelíes (67 de ellos soldados) murieron mientras que más de 2,300 palestinos (la mayoría de ellos civiles) fueron asesinados!

 

Estos desarrollos reflejan el hecho de que la clase trabajadora en los países imperialistas no identifica a su estado con ninguna gran idea y, por lo tanto, no está preparada para hacer sacrificios por ella. Victor Serge, en el artículo mencionado anteriormente, ya señaló: “Nadie puede liderar a las masas para cometer asesinatos sin estar avalado por grandes ideas." [23]

 

Evidentemente, esto es diferente para las personas oprimidas que luchan contra los agresores imperialistas y tiránicos. Luchan contra la ocupación y la dictadura y están preparados para hacer muchos sacrificios por este objetivo. Hay un dicho famoso entre los llamados yihadistas islamistas: “¡Nosotros amamos la muerte como ustedes aman la vida!" De hecho, ¡¿cuántas personas en los estados imperialistas están preparadas para dar su vida por "su” país?! ¡Compare esto con el increíble heroísmo de las personas que luchan por la libertad en Palestina, Siria, Afganistán, Chechenia, Cachemira, etc.!

 

Uno podría objetar que esto sería un problema religioso y que solo los musulmanes estarían preparados para hacer tales sacrificios. Pero esto no es cierto. También hay numerosos ejemplos de personas no musulmanas que estaban listas para hacer grandes sacrificios en su lucha por la liberación. Tomemos, por ejemplo, a los trabajadores y campesinos rusos que defendieron con éxito su patria revolucionaria contra los reaccionarios ejércitos blancos y los invasores imperialistas extranjeros en la guerra civil de 1918-21. Del mismo modo, el ejército soviético y los partisanos en Europa del Este y los Balcanes lucharon heroicamente contra los ocupantes nazis en 1941-45. ¡Lo mismo podría observarse en Vietnam contra los invasores de los EE. UU. en 1965-75 ¡en el que murieron alrededor de un millón de vietnamitas!

 

En resumen, ¡las sociedades imperialistas decadentes que son estados ladrones pueden absorber muchos menos golpes que las personas oprimidas que luchan por una causa justa! Los revolucionarios en los estados imperialistas pueden utilizar esto para ayudar a la lucha de los oprimidos socavando aún más la "moral" chovinista entre el pueblo y abogando por la solidaridad internacionalista.

 

Naturalmente, esta tarea es parte de un objetivo más amplio: la educación política de la clase trabajadora en el espíritu de solidaridad internacional, en el espíritu del anti-chovinismo y la ruptura con cualquier Gran Potencia. Este es el verdadero significado de las famosas palabras del Manifiesto Comunista de Marx y Engels: “Los trabajadores no tienen patria". Es en este espíritu que los socialistas se oponen resueltamente a todas las formas de chovinismo imperialista que está acabando con el odio de un pueblo contra el otro. Tal jingoismo tiene como objetivo envenenar la conciencia de los trabajadores. Por lo tanto, deben lanzar una campaña decidida contra cualquier forma de apoyo político o ideológico para cualquier Gran Potencia, ya sea su propia burguesía imperialista o extranjera. Por lo tanto, los socialistas deben explicar la necesidad de que los trabajadores rompan con cualquier forma de identificación política e ideológica con el estado nacional imperialista.

 

 

 



[1] Seis puntos de una Plataforma para la Unidad Revolucionaria, hoy. Una propuesta de la Corriente Comunista Revolucionaria Internacional (CCRI), febrero de 2018,https://www.thecommunists.net/home/espa%C3%B1ol/seis-puntos-de-una-plataforma-para-la-unidad-revolucionaria-hoy/

[2] Sobre el Movimientoi Zimmerwald, en particular de la Izquierda Zimmerwald por Lenin, ver, p.John Riddell, Lenin’s Struggle for a Revolutionary International, New York: Pathfinder, 1984; R. Craig Nation, War on War, Duke University Press, Durham 1989; Olga Hess Fisher, H.H. Gankin: The Bolsheviks and the World War; the Origin of the Third International, Stanford University Press, Stanford 1940; Ian D. Thatcher: Leon Trotsky and World War One agosto 1914–febrero 1917, Macmillan Press Ltd, London 2000 (Chapter 4); Alfred Erich Senn: The Russian Revolution in Switzerland, 1914-1917, University of Wisconsin Press, London 1971; Akito Yamanouchi: "Internationalized Bolshevism": The Bolsheviks and the International, 1914-1917, in: Acta Slavica Iaponica Vol.7 (1989), pp. 17-32; Horst Lademacher: Die Zimmerwalder Bewegung. Vol. 1 and 2, Den Haag 1967; Jules Humbert-Droz: Der Krieg und die Internationale. Die Konferenzen von Zimmerwald und Kienthal, Wien 1964; Angelica Balabanova: Die Zimmerwalder Bewegung 1914–1919. Hirschfeld, Leipzig 1928; Arnold Reisberg: Lenin und die Zimmerwalder Bewegung. Berlin 1966.

[3] G. Zinoviev/V. I. Lenin: El Socialismo y la Guerra (1915), https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/1910s/1915sogu.htm

[4] León Trotsky: Cómo luchar contra la guerra (1937), https://www.marxists.org/espanol/trotsky/ceip/escritos/libro5/T09V111.htm

[5] Ver, p. Michael Pröbsting: China: Defend the Muslim Uyghurs against Oppression! 18.10.2018, https://www.thecommunists.net/worldwide/asia/china-defend-the-muslim-uyghurs-against-oppression/

[6] William Pesek: Abe’s Japan tries a decidedly foreign concept, November 19, 2018 http://www.atimes.com/article/abes-japan-tries-a-decidedly-foreign-concept/

[7] Ver, p. La literatura mencionada de la CCRI/RCIT en la subsección especial de nuestro sitio web: https://www.thecommunists.net/theory/china-russia-as-imperialist-powers/. En particular, nos referimos a nuestro folleto de Michael Pröbsting: The Uprising in East Ukraine and Russian Imperialism. An Analysis of Recent Developments in the Ukrainian Civil War and their Consequences for Revolutionary Tactics, 22 de octubre de 2014, https://www.thecommunists.net/theory/ukraine-and-russian-imperialism/; véanse también las dos declaraciones conjuntas de la CCRI/RCIT y el MGKP (Rusia): Military Escalation between Russia and Ukraine at the Kerch Strait. Down with the Reactionary Warmongering on Both Sides! 28 de noviembre de 2018, https://www.thecommunists.net/worldwide/europe/military-escalation-between-russia-and-ukraine-at-the-kerch-strait/ Down with Imperialist Warmongering of All Great Powers! Syria attack, Protectionist Tariffs and Salisbury poisoning: Against all imperialist diplomatic, economic and military aggression! In U.S., EU, Russia and China: The Main Enemy is at Home! Support democratic and national liberation struggles of oppressed people! 13.04.2018, https://www.thecommunists.net/worldwide/africa-and-middle-east/syria-down-with-imperialist-warmongering-of-all-great-powers/

[8] Ver, p. Yukon Huang: Opinion: China’s Trade War With U.S. Is About Technological Dominance, May 16, 2018 https://www.caixinglobal.com/2018-05-16/opinion-chinas-trade-war-with-us-is-about-technological-dominance-101250670.html; Gordon Watts: Meng arrest and Huawei claims illustrate China’s high-tech dilemma, diciembre 12, 2018 http://www.atimes.com/article/meng-arrest-and-huawei-claims-illustrate-chinas-high-tech-dilemma/; Joanna Plucinska, Anna Koper: Poland arrests two over spying allegations, including Huawei employee, enero 11, 2019 / https://www.reuters.com/article/us-poland-security/poland-arrests-two-over-spying-allegations-including-huawei-employee-idUSKCN1P50RN; David Hutt: Eye on US, Europe looks askance at Huawei, enero 14, 2019 http://www.atimes.com/article/eye-on-us-europe-looks-askance-at-huawei/

[9] Ver, p. Michael Pröbsting: No to chauvinist war-mongering by Japanese and Chinese imperialism! 23.9.2012, https://www.thecommunists.net/worldwide/asia/no-war-between-china-and-japan/

[10] V. I. Lenin: Notas sobre las tareas de nuestra delegación en La Haya (1922), Lenin: Obras Completas, Vol. Tomo XXXVI, versión Ed. Cartago, p.448

[11] Communist International: Theses on the Fight against the War Danger (1922), in: Jane Degras: The Communist International 1919-1943. Documents Volume I 1919-1922, p. 332

[12] Ver, p. Autorenkollektiv: Studien zur Geschichte der Kommunistischen Internationale, Dietz Verlag, Berlin 1974, p. 101

[13] V. I. Lenin: Balance de la discusión sobre la autodeterminación (1922), Lenin: Obras, Tomo VI (1916-1917), Ed. Progreso, Moscú, p. 20, https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/oe12/lenin-obrasescogidas06-12.pdf

[16] V. I. Lenin: Las elecciones a la asamblea constituyente y la dictadura del proletariado, p. 146, https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/oe12/lenin-obrasescogidas10-12.pdf

[17] Ver, p. RCIT: France: Defend the “Yellow Vests” Movement against State Repression! 03.12.2018, https://www.thecommunists.net/worldwide/europe/france-defend-the-yellow-vests-movement-against-state-repression/

[18] Sobre la experiencia de los trotskistas franceses en la Segunda Guerra Mundial, ver p. Yvan Craipeau: nadando contra la corriente. Trotskistas en Francia ocupada por Alemania, Merlin Press, Pontypool 2013

[19] Victor Serge: Nuevos aspectos del problema de la guerra (1926), https://fundanin.net/2019/02/08/nuevos-aspectos-del-problema-de-la-guerra/

[20] Departamento de Defensa de los E.E.U.U.: Casualty Status as of 10 a.m. EST Nov. 21, 2018, https://dod.defense.gov/News/Casualty-Status/

[21] Ver, p. Russian Troops Out! Self-determination for Chechnya! Joint Statement of the League for the Revolutionary Communist International (LRCI) and the Trotskyist Faction, 30.06.1996, https://www.thecommunists.net/theory/freedom-for-chechnya/; Where does the RCIT Stand on Russia's Occupation of Chechnya? https://www.thecommunists.net/theory/russia-and-chechnya/

[22] TASS: Russia lost 112 servicemen over three years of counter-terror operation in Syria – MP, September 30, 2018, http://tass.com/defense/1023714

[23] Victor Serge: Nuevos aspectos del problema de la guerra (1926), https://fundanin.net/2019/02/08/nuevos-aspectos-del-problema-de-la-guerra/

 

Anti-imperialismo en la Era de la Rivalidad de las Grandes Potencias (Capítulo XX.)

LIBRO: Anti-imperialismo en la Era de la Rivalidad de las Grandes Potencias

 

Los factores detrás de la Rivalidad acelerada entre los E.U, China, Rusia, la U.E y Japón. Una crítica del análisis de la izquierda y una semblanza de la Perspectiva Marxista.

 

La CCRI publicó este libro en Enero de 2019. El autor es Michael Pröbsting, Secretario Internacional de la CCRI.

 

Translator: Rubén Jaramilllo

 

* * * * *

 

 

XX El derrotismo revolucionario en los conflictos entre estados imperialistas: componentes programáticos (2)

 

 

 

La tarea de educar y preparar a la clase trabajadora para el próximo período de chovinismo rabioso no es ni debe ser una tarea puramente literaria. Debe implementarse en relación con varios aspectos concretos y prácticos de la lucha política.

 

La cuestión de las sanciones de un gran poder contra otro

 

 

 

Una forma de rivalidad interimperialista son las sanciones impuestas por una Gran Potencia (o un grupo de Grandes Potencias) contra otra (u otro grupo de Grandes Potencias). Actualmente, tales sanciones han sido impuestas por los Estados Unidos y la Unión Europea contra Rusia desde la anexión de Crimea y el comienzo de la guerra civil en el este de Ucrania. En respuesta, Rusia ha tomado represalias con sanciones.

 

Hemos visto desarrollos similares en el período anterior a la Segunda Guerra Mundial. Por ejemplo, la Liga de las Naciones (la organización predecesora de las Naciones Unidas dominadas por el imperialismo) impuso sanciones económicas contra la Italia fascista después de la invasión a Etiopía en 1935.

 

Los socialistas tienen que oponerse a todo tipo de sanciones contra rivales imperialistas. Naturalmente, no lo hacemos por simpatía con la Gran Potencia afectada por tales sanciones. Nos oponemos a ellas porque son un instrumento de agresión económica, de guerra imperialista por medios no militares. Las sanciones imperialistas contra los rivales son el primer paso para la agresión militar. Sirven para manipular ideológicamente a la población doméstica, para reunirlos detrás de la(s) Gran(des) Potencia(s) y eliminar la hostilidad contra su rival.

 

Los trotskistas estadounidenses advirtieron acertadamente en un panfleto publicado en 1936, a la luz de la invasión de Italia a Etiopía y las sanciones resultantes de la Liga de las Naciones contra Italia, sobre los peligros del apoyo a tales sanciones imperialistas: “Pero las sanciones son medidas de guerra. Incluyen la retirada de crédito financiero, embargos comerciales, diversas formas de boicot. Hacerlas cumplir de manera genuina requeriría un bloqueo del país contra el cual se invocaron las sanciones. El resultado probable y casi seguro de tal bloqueo, como la historia ha demostrado con tanta frecuencia, es la guerra, ya que la nación bloqueada no puede aceptar tal medida pacíficamente sin renunciar a la soberanía política. (...)En ambos casos, el apoyo a las sanciones que deben aplicar los gobiernos capitalistas (sean o no miembros de la Liga) es, en efecto, el apoyo de estos gobiernos. Esto significa que tal apoyo necesariamente conduce a una traición a la lucha revolucionaria contra la guerra y a la defensa revolucionaria de Etiopía, que siempre es una lucha contra los gobiernos capitalistas y la burguesía cuyos gobiernos son. (...) Los marxistas, entonces, rechazan y exponen como traición cualquier y toda defensa de la Liga o "sanciones" gubernamentales.” [1]

 

Esto no significa de ninguna manera que la clase obrera internacional deba permanecer pasiva frente a los ataques reaccionarios de una Gran Potencia dada. Para tomar el ejemplo mencionado anteriormente, los marxistas revolucionarios se movilizaron por la solidaridad internacional con la guerra de liberación de Etiopía y abogaron por sanciones obreras contra Italia. Dichas sanciones consistieron en acciones de boicot organizadas por sindicatos y otras organizaciones proletarias de todo el mundo contra el comercio con Italia, contra el envío de petróleo o armas, etc. Se intentó una campaña de boicot similar en 1933 contra Alemania después de que Hitler llegó al poder.

 

Para citar nuevamente del panfleto de los trotskistas estadounidenses: "Naturalmente, sin embargo, esto no significa que tomen una posición pasiva y sin manos en la crisis actual o en cualquier otra. Los marxistas no son neutrales en la disputa entre Italia y Etiopía. Son por la derrota de la Italia fascista y el golpe al imperialismo que tal derrota sería; y son por lo tanto para la victoria de Etiopía. Pero proponen ayudar en tal derrota y tal victoria no apelando a los gobiernos capitalistas y a la Liga imperialista por su ayuda y sanciones; pero a la clase trabajadora para aplicar sus "sanciones" proletarias. Solo las sanciones que son el resultado de las acciones independientes y autónomas de la clase trabajadora son de algún valor en la lucha revolucionaria contra la guerra, ya que solo estas separan a la clase del estado y del enemigo de clase, y solo estos crean la fuerza de lucha de los trabajadores, que es solo el camino al poder de los trabajadores y, por lo tanto, a la derrota de la guerra. Manifestaciones masivas, huelgas, boicots laborales, fondos de defensa para ayuda material a Etiopía, negativa a cargar municiones para Italia, agitación revolucionaria para el marxismo en la crisis de guerra, son sanciones que la clase trabajadora debe utilizar. ¿Pero estos serán ineficaces en la crisis inmediata? ¿Son románticos y utópicos? Si es así, entonces la lucha revolucionaria es en sí misma ineficaz, romántica y utópica. Quizás tales sanciones no "resolverán" la crisis actual. Pero ellos, y solo ellos, ayudarán a forjar a la clase, material e ideológicamente, para la lucha que se avecina, la lucha por el poder de los trabajadores, que es, al final, la única solución." [2]

 

Sin embargo, como Trotsky explicó en ese momento, existe una diferencia importante, de hecho, decisiva, entre las sanciones imperialistas y las sanciones obreras. El primero es un instrumento de la burguesía imperialista de una Gran Potencia dada al servicio de sus objetivos expansionistas contra sus rivales. El segundo es un instrumento de la clase obrera internacional por sus propios métodos y para sus propios objetivos.

 

Trotsky enfatizó esta diferencia en una polémica contra los estalinistas: Sin embargo, lo más peligroso es la política estalinista. Los partidos de la Internacional Comunista se dirigen especialmente a los obreros más revoluciona­rios denunciando a la Liga (una denuncia que consti­tuye una disculpa), levantando la consigna de "san­ciones obreras" y agregando, no obstante, "debemos usar a la Liga cuando ésta se pronuncia por las sancio­nes". Tratan de atar a los obreros revolucionarios al carro de la Liga. Para que éstos lo arrastren. Así como en 1926 el Consejo General aceptó la huelga general, pero firmó un acuerdo tras las bambalinas con el clero y los pacifistas de izquierda, utilizando así la opinión y la influencia burguesas para "disciplinar" a los obre­ros y sabotear la huelga general, los estalinistas tratan de disciplinar a los obreros manteniendo el boicot dentro de los límites de la Liga de las Naciones.

 

La verdad es que, si los obreros aplican sus propias sanciones contra Italia, esa acción golpea inevitablemente a sus propios capitalistas y la Liga se vería obli­gada a abandonar todas las sanciones. Ahora las propone porque la voz de los obreros está silenciada en todos los países. La movilización obrera sólo puede partir de la oposición absoluta a la burguesía nacional y a sus maniobras internacionales. El apoyo a la Liga y el apoyo a la movilización obrera son como el agua y el fuego: no se las puede unir.'' [3]

 

Del mismo modo, Trotsky explicó en una polémica contra la centrista "Oficina de Londres" que los revolucionarios deben romper decididamente con cualquier organización que tolere tales "pro-sancionistas": “La lucha contra la guerra, entendida y ejecutada adecuadamente, presupone la hostilidad intransigente del proletariado y sus organizaciones, siempre y en todas partes, hacia su propia burguesía imperialista y cualquier otra. Sin embargo, entre los partidarios anunciados del congreso de la Oficina de Londres se encuentran partidarios notorios de las "sanciones" de la Liga de las Naciones (es decir, imperialistas) como el Partido Socialista Italiano, que presumiblemente organizará una lucha común contra los opositores de estas guerras. "sanciones", como dice el ILP británico. Un requisito previo para la lucha proletaria contra la guerra no es la unidad entre pro "sancionistas" y anti "sancionistas", sino la despiadada separación de ellos". [4]

 

En la historia moderna, hemos visto casos de campañas internacionales de solidaridad popular contra estados particularmente reaccionarios que provocaron odio global debido a sus crímenes. Un ejemplo de esto fue la campaña internacional contra el Apartheid en Sudáfrica hasta 1994. En los últimos años hemos visto el surgimiento del movimiento de Boicot, Desinversión, Sanciones (BDS) contra el reaccionario Estado del Apartheid de Israel como reacción a la brutal opresión del pueblo palestino. Del mismo modo, la mayoría de los estados musulmanes se niegan a mantener relaciones económicas o diplomáticas con el estado imperialista israelí.

 

La CCRI/RCIT apoya de manera crítica las sanciones impuestas por los países semicoloniales y señala sus limitaciones. En el caso de que los estados imperialistas impongan tales sanciones, somos conscientes de que no son lo mismo que las sanciones reaccionarias de los estados imperialistas contra los rivales o las semicolonias insubordinadas. Sin embargo, como marxistas, abogamos por los trabajadores y las sanciones populares contra fuerzas reaccionarias como el estado sionista. Esto significa acciones de los trabajadores para detener el comercio y la ayuda militar para Israel, boicot al consumidor, boicot académico, etc. Por lo tanto, apoyamos críticamente la campaña de BDS contra Israel a pesar de sus limitaciones.

 

 

 

Guerra comercial global y tácticas internacionalistas

 

 

 

En los últimos meses hemos visto el surgimiento de una Guerra Comercial Global entre las Grandes Potencias. Iniciada por la Administración Trump, la Guerra Comercial Global, en particular entre las dos potencias más grandes, Estados Unidos y China, amenaza con interrumpir severamente la economía mundial, ya que están imponiendo un número creciente de medidas proteccionistas contra otra.

 

Nuevamente, tal proteccionismo no carece de precedencia. Como hemos mostrado anteriormente, las Grandes Potencias, como Alemania, Francia, Rusia, Estados Unidos, etc. (con la excepción del estado imperialista más poderoso de ese momento, Gran Bretaña), se impusieron aranceles altos entre sí en las dos décadas anteriores a la Primera Guerra Mundial.

 

Como hemos explicado en nuestras declaraciones y artículos, la Guerra Comercial Global no es un conflicto puramente económico entre dos o más potencias. Está inextricablemente vinculado con las tensiones políticas y militares. Está inevitablemente relacionado con las movilizaciones políticas e ideológicas del chovinismo. Es, en el sentido histórico, una lucha por la dominación mundial y el preludio de la Tercera Guerra Mundial.

 

Los clásicos marxistas siempre señalaron la interrelación de los conflictos económicos, políticos y militares entre las Grandes Potencias. En un artículo publicado en 1911, Rosa Luxemburgo escribió:

 

“Desde este punto de vista las tareas de los socialdemócratas con respecto a las declaraciones del gobierno británico sólo pueden ser las de denunciar que la limitación parcial de armamentos no es viable, que es una medida que se queda en la mitad del camino, y tratar de demostrarle al pueblo que el militarismo está estrechamente ligado a la política colonial, a la política tarifaria y a la política internacional, y que si las naciones existentes realmente quisieran poner coto, seria y honestamente, a la carrera armamentista, tendrían que comenzar con el desarme en el terreno político comercial, abandonar sus rapaces campañas colonialistas y su política internacional de conquista de esferas de influencia en todas partes del mundo: en una palabra, su política interna y exterior debería ser lo opuesto de lo que exige la política actual de un estado capitalista moderno. Y así se explicaría lo que constituye el meollo de la concepción socialdemócrata, que el militarismo en todas sus formas -sea guerra o paz armada- es un hijo legítimo, un resultado lógico del capitalismo, de ahí que quien realmente quiera la paz y la liberación de la tremenda carga de los armamentos debe desear también el socialismo. Sólo así puede realizarse el esclarecimiento socialdemócrata y el reclutamiento para el partido, en relación con el debate sobre el armamento." [5]

 

Karl Radek, uno de los principales colaboradores de Lenin desde 1914 y más tarde de figura central en la Oposición de Izquierda de Trotsky contra la burocracia estalinista en la década de 1920, también enfatizó en un estudio sobre el imperialismo que la falta de reconocimiento del carácter imperialista de un conflicto arancelario resultará en la falta de lucha contra el imperialismo como tal.

 

"Quien no considere el imperialismo en su conexión con la cartelización de la industria y la política arancelaria protectora, es decir, como resultado necesario de la última fase del desarrollo capitalista, sucumbirá fácilmente a la tentación de subestimar los antagonismos imperialistas. " [6]

 

Como en todas las otras confrontaciones entre las grandes potencias imperialistas, los marxistas no deben prestar apoyo a ningún campo imperialista. Los conflictos entre los estados imperialistas, ya sea en el campo económico, político o militar, requieren el mismo programa de derrotismo revolucionario y antiimperialismo. En consecuencia, los revolucionarios deben oponerse a la Guerra Comercial Global como lo decimos en nuestra declaración conjunta con varias otras organizaciones revolucionarias:

 

En vista de la inminente guerra comercial global, los socialistas llaman a los trabajadores y las organizaciones populares de todo el mundo a actuar con decisión sobre la base de los principios de la solidaridad internacional de la clase obrera. Tales principios son válidos en tiempos de paz y guerra, en caso de sanciones económicas, así como en caso de agresión militar.

 

* No a una guerra comercial global! ¡Oponerse al patrioterismo de gran potencia en Occidente y Oriente! ¡Contra el militarista ruido de los sables! En los Estados imperialistas, los socialistas decimos: “El principal enemigo está en casa” en el caso de las sanciones o de una guerra comercial entre los EE.UU., China, Unión Europea, Rusia, Canadá, Japón, u otros poderes, los socialistas de todos los países involucrados deben oponerse a dichas sanciones.

 

* Ni la globalización imperialista, ni el proteccionismo imperialista! ¡Contra todas las grandes potencias y corporaciones capitalistas en Occidente y Oriente! ¡Por la solidaridad internacionalista y la lucha transfronteriza conjunta en defensa de los intereses de los trabajadores y los oprimidos!" [7]

 

Naturalmente, esto no significa que los marxistas apoyen de ninguna forma la globalización imperialista. No, el movimiento obrero debe oponerse a todas las formas de dominación de los monopolios imperialistas, ya sea en forma de globalización o en forma de proteccionismo. Naturalmente, esto fue diferente en la época del creciente capitalismo cuando la burguesía todavía era una clase históricamente progresista. En esta época, Marx y Engels abogaron por el libre comercio y se opusieron a los aranceles. [8]

 

Sin embargo, con la transformación del capitalismo en su etapa de monopolio, es decir, el comienzo de la época imperialista, las tácticas del movimiento obrero revolucionario también cambiaron en consecuencia. El libre comercio y el proteccionismo se entrelazaron cada vez más y eran simplemente formas diferentes de imponer el dominio de los monopolios imperialistas contra los pueblos oprimidos o contra sus rivales. Si bien marxistas apoyan las medidas de los países semicoloniales que se defienden contra el dominio de los monopolios imperialistas, no prestan apoyo a ningún campo en conflicto entre corporaciones o potencias imperialistas.

 

Por las mismas razones, los marxistas no pueden apoyar a ninguno de los dos bandos en el llamado conflicto Brexit, es decir, la cuestión de si Gran Bretaña debería permanecer en la Unión Europea o abandonarla. La CCRI/RCIT y su organización predecesora siempre han enfatizado que tanto el estado nacional imperialista (como Gran Bretaña) como una federación estatal imperialista (como la UE) son dos formas de gobierno político imperialista. Como es bien sabido, la clase dominante británica está profundamente dividida entre una facción que quiere quedarse y otra que quiere abandonar la UE. El último quiere mantener un acuerdo comercial favorable con la UE, pero también se orienta más hacia relaciones políticas y económicas más estrechas con otras Grandes Potencias (como Estados Unidos).

 

Como hemos elaborado en varios panfletos y declaraciones, los marxistas no deben prestar apoyo a ninguno de estos dos campos imperialistas. No deben luchar contra el proteccionismo imperialista y el nacionalismo apoyando "críticamente" la globalización imperialista y las instituciones supranacionales imperialistas como la UE, la OMC, el FMI, etc. Ambas representan formas reaccionarias de explotación imperialista. El nacionalismo imperialista es solo una forma del impulso inherente a la expansión del capital monopolista imperialista; la globalización imperialista y la creación de imperios (como la UE) es otra forma.

 

De hecho, la globalización imperialista y el proteccionismo imperialista son solo opuestos relativos. En el capitalismo moderno, no existe proteccionismo absoluto (es decir, autarquía completa). Solo hay diferentes variaciones del comercio internacional. Las fuerzas productivas se desarrollan a tal grado que la insularidad es simplemente imposible. Al mismo tiempo, uno no debería hacerse ilusiones sobre las globalizaciones. Incluso en las últimas dos décadas, el punto culminante de la globalización, continuaron existiendo una serie de "barreras comerciales" entre las naciones imperialistas (por ejemplo, regulaciones ambientales, regulaciones de seguridad, etc.). No hablaremos en este punto sobre los acuerdos comerciales entre las potencias imperialistas y los países semicoloniales que siempre fueron desventajosos para estos últimos. [9]

 

Un ejemplo real de la relatividad del contraste entre la globalización imperialista y el proteccionismo imperialista es el acuerdo recientemente renegociado del TLCAN entre Estados Unidos, Canadá y México. Inicialmente, Trump se retiró del TLCAN con grandes fanfarrias. Más tarde, se acordó una versión modificada del TLCAN con algunas condiciones más ventajosas para el imperialismo estadounidense. [10] Sería una tontería ver una diferencia cualitativa entre estas dos versiones del acuerdo comercial.

 

Los socialistas no deben prestar apoyo a ninguna de estas formas de expansionismo imperialista. Apoyar al Brexit o a permanecer es equivalente a apoyar una de estas dos formas de gobierno político imperialista. Ambos son inadmisibles para los revolucionarios. Es por eso que la CCRI/RCIT siempre ha abogado por una posición revolucionaria, independiente y derrotista dirigida contra ambas formas políticas de gobierno imperialista.

 

Tal táctica basada en el principio de independencia proletaria se remonta al punto de vista de los clasicistas marxistas. Para ellos, era un axioma fundamental que la clase obrera no puede apoyar a ninguna de las dos facciones de la burguesía monopolista en la época del imperialismo, ni a los que favorecen el libre comercio y la internacionalización de la producción ni a los que abogan por aranceles protectores y la promoción de mercado nacional del estado.

 

Rudolf Hilferding, un marxista austriaco, que en 1910 publicó un libro innovador sobre el surgimiento del capital financiero (más tarde se convirtió en ideólogo del reformismo), escribió:

 

No obstante, si el capital no puede hacer otra política que la imperialista, el proletariado no puede oponer a lá imperialista una política que fue la del tiempo del dominio absoluto del capital industrial. No es asunto del proletariado oponer a la política capitalista más progresiva la trasnochada de la era del librecambio y de la enemistad hacia el Estado. La respuesta de] proletariado a la política económica del capital financiero, al imperialismo, no puede, ser el librecambio, sino únicamente el socialismo. El único objetivo de la política proletaria no puede ser ahora el ideal reaccionario de la restauración de la libre competencia, sino la completa eliminación de la competencia con la supresión del capitalismo. Al dilema burgués: ¿arancel proteccionista o librecambio? escapa el proletariado con la respuesta: ni arancel proteccionista ni librecambio, sino socialismo, organización de la producción, regulación consciente de la economía no por y en beneficio de los magnates capitalistas, sino por y en beneficio de la totalidad de la sociedad, a la que al fin se somete también la economía, como se ha sometido la naturaleza desde que dio con sus leyes de movimiento. (...) Precisamente en aquellos países en que se ha establecido de forma más perfecta la política de la burguesía, en los que las reivindicaciones político-democráticas de la clase obrera se han realizado en sus partes socialmente más importantes, el socialismo tiene que avanzar al primer plano de la propaganda como única respuesta al imperialismo, pasa asegurar la independencia de la política de los trabajadores y demostrar su superioridad para la salvaguardia de sus intereses proletarios.” [11]

 

En su libro sobre el imperialismo, Lenin citó con aprobación esta cita de Hilferding y agregó:

 

Defendiendo en la época del capital financiero un “ideal reaccionario”, la “democracia pacífica”, el “simple peso de los factores económicos”, Kautsky ha roto con el marxismo porque ese ideal hace objetivamente retroceder del capitalismo monopolista al capitalismo no monopolista, es una estafa reformista. El comercio con Egipto (o con cualquier otra colonia o semicolonia) “habría crecido más” sin la ocupación militar, sin el imperialismo y sin el capital financiero. ¿Qué significa esto? ¿Que el capitalismo se desarrollaría más rápidamente si la libre competencia no estuviese restringida por los monopolios en general, por las “relaciones”, el yugo (o sea, también el monopolio) del capital financiero y por la posesión monopolista de las colonias por determinados países? Los argumentos de Kautsky no pueden tener otro sentido, y este “sentido” es un sinsentido. Admitamos que sí, que la libre competencia, sin ninguna clase de monopolio, podría desarrollar más rápidamente el capitalismo y el comercio. Pero cuanto más rápido es el desarrollo del comercio y del capitalismo, más se concentran la producción y el capital, concentración que genera el monopolio. ¡Los monopolios han surgido ya y precisamente han surgido de la libre competencia! Aun en el caso de que los monopolios empezasen a frenar su desarrollo, esto no sería, a pesar de todo, un argumento en favor de la libre competencia, la cual es imposible después de que ella misma ya haya dado lugar a los monopolios. Se miren por donde se miren, en los argumentos de Kautsky sólo se encontrarán un espíritu reaccionario y reformismo burgués." [12]

 

Trotsky defendió más tarde la misma posición en sus polémicas con los reformistas británicos:

 

"Uno de los más distinguidos reaccionarios del Labour Party, el doctor Haden Guest, patriotero, militarista y proteccionista, ha ridiculizado implacablemente en el Parlamento la política de su propio partido en materia de libertad de comercio y de proteccionismo. La actitud de Macdonald, según Guest, es puramente negativa y no indica salida ninguna para el atolladero económico. El hecho es que la inocuidad del librecambismo resulta completamente evidente. El hundimiento del librecambismo ha determinado el del liberalismo. Pero Inglaterra tampoco puede buscar una salida en el proteccionismo. Para un joven país capitalista al comienzo de su desarrollo, puede ser el proteccionismo una fase inevitable y favorable de progreso. Pero para el viejo país industrial cuya industria, establecida para abastecer el mercado mundial, tuvo un carácter agresivo y conquistador, el paso al proteccionismo es el testimonio histórico del principio de un proceso mortal y significa prácticamente, en la situación mundial actual, la protección de las ramas de industrias menos aptas con detrimento de las demás, mejor adaptadas al mercado mundial o interior. Al programa del proteccionismo senil del partido de Mr. Baldwin no se puede oponer sino el programa práctico de la revolución socialista, y no el librecambismo, no menos senil, no menos muerto." [13]

 

Tal enfoque aún es válido hoy cuando los revolucionarios se enfrentan a la Guerra Comercial Global, el Brexit y otras formas de rivalidad entre Grandes Potencias.

 

 

 

Guerras entre las grandes potencias, respectivamente, sus poderes

 

 

 

Como ya dijimos anteriormente, los revolucionarios no deben prestar ningún apoyo para un campo en un conflicto militar entre las Grandes Potencias. Abogan por las consignas de "El enemigo principal está en casa", "La derrota de su propio país es el mal menor" y "la transformación de la guerra imperialista en una guerra civil". Siempre que sea posible, deben votar en el parlamento contra todas las medidas que apoyen dicha guerra. Deben prepararse para enfrentar la represión del estado y, por lo tanto, trabajar ilegalmente en condiciones de clandestinidad. Deben agitar contra la guerra, tanto por medios legales como ilegales, en los lugares de trabajo, vecindarios, entre los soldados, en las escuelas y universidades, etc. Siempre que sea posible, deben abogar por fraternizaciones entre las tropas y convocar a acciones masivas en protesta contra la guerra.

 

Sobre la base de estos principios, los marxistas tomaron una posición derrotista en la Primera Guerra Mundial en ambos campos imperialistas: las potencias de la Entente (Gran Bretaña, Francia, Rusia, Estados Unidos) y las potencias centrales (Alemania, Austria, Imperio Otomano). Durante la Segunda Guerra Mundial, los marxistas, en la persona de Trotsky y la Cuarta Internacional, tomaron una posición similar en la guerra entre la Alemania imperialista y Japón, por un lado, y la Gran Bretaña imperialista, Francia y Estados Unidos, por otro. (Sin embargo, en la guerra entre la Alemania imperialista y el estado obrero degenerado de la URSS, como mencionamos anteriormente, la Cuarta Internacional pidió la defensa de la Unión Soviética. Del mismo modo, apoyaron la lucha de liberación del pueblo colonial contra sus amos imperialistas).

 

Hoy, vemos conflictos entre los EE. UU. y la UE contra Rusia, los EE. UU. Contra China, Japón contra China, etc. Si bien estos conflictos no se han intensificado hasta una guerra en toda regla hasta ahora, está claro que la lógica interna de contradicciones globales apunta inevitablemente en dirección a nuevas grandes guerras que incluyen, eventualmente, una Tercera Guerra Mundial. La advertencia de Lenin declarada al comienzo de la Primera Guerra Mundial sigue siendo válida:

 

El imperialismo ha apostado a una carta los destinos de la cultura europea: a esta guerra, si no hay una serie de revoluciones victoriosas, no tardarán en seguir otras guerras; la fábula de la "última guerra" es una ficción vana y perniciosa, un "mito filisteo”. [14]

 

Como hemos elaborado en trabajos anteriores, pueden existir situaciones en las que los países actúen como representantes de los poderes imperialistas, aunque ellos mismos sean alguna forma de estado semicolonial. En la Primera Guerra Mundial, por ejemplo, Serbia (un país semicolonial) no jugó un papel independiente en su guerra con Austria-Hungría, sino que actuó como representante de las potencias de la Entente. Por lo tanto, los marxistas tomaron una posición derrotista en Serbia, como en los otros estados participantes.

 

Recientemente, vimos cierta similitud en el conflicto entre China e India. Mientras que el primero es una potencia imperialista y el segundo una semicolonia (aunque también una potencia regional dado su gran tamaño), la CCRI/RCIT abogó por una posición derrotista en ambos lados. Lo hicimos, como explicamos en nuestro folleto, porque si la India entrara en un conflicto con la China imperialista, solo podría actuar bajo tales circunstancias como un representante del imperialismo estadounidense. [15] Lo mismo ha sido el caso en el conflicto entre Ucrania y Rusia cuando se enfrentaron en el estrecho de Kerch en noviembre de 2018. [16]

 

 

 

¿Ponerse del lado del mal (imperialista) “menor"?

 

 

 

Un programa derrotista consistente debe abogar por una oposición fundamental contra todos los estados imperialistas. Debe evitar apoyar, alinearse u oponerse menos una Gran Potencia en relación con su rival. Varias organizaciones pseudo-socialistas lo hacen argumentando que todas las fuerzas deben apoyar a quienes se oponen al poder imperialista más fuerte, es decir, los Estados Unidos. Tal enfoque no tiene nada que ver con el marxismo y el socialismo independiente. Es más bien geopolitismo burgués o social-imperialismo, la política exterior equivalente a la estrategia reformista del frente popular a nivel interno. Caracterizamos este enfoque como el geopolitismo burgués porque significa definir la situación mundial y las tareas de la lucha no desde el punto de vista de la lucha de clases internacional para avanzar en la causa de la clase obrera y los pueblos oprimidos, sino desde el punto de vista de reordenar el mundo en desventaja de las antiguas Grandes Potencias (EE. UU., UE y Japón) y en beneficio de las nuevas Grandes Potencias (China y Rusia).

 

Los marxistas siempre han enfatizado que sería ilegítimo que los sindicatos hagan una alianza con una compañía que explota a 10,000 trabajadores contra otra que explota a 20,000 trabajadores solo porque este último es más grande (y por lo tanto el enemigo más poderoso). Del mismo modo, los socialistas no pueden prestar apoyo electoral a un candidato de un partido burgués más pequeño contra un candidato de un partido burgués más grande. Es aún menos permisible formar una alianza de frente popular con algunas fuerzas liberales contra más partidos de derecha.

 

Dichos principios también se aplican a nivel internacional. Los socialistas no pueden ponerse del lado de una Gran Potencia contra otro solo porque uno ha conquistado menos esfera de influencia hasta ahora que el otro.

 

Supongamos que dos países están en guerra en la época de los movimientos burgueses de liberación nacional. ¿A qué país deberíamos desearle éxito desde el punto de vista de la democracia actual? Obviamente, a ese país cuyo éxito dará un mayor impulso al movimiento de liberación de la burguesía, acelerará su desarrollo y socavará el feudalismo de manera más decisiva. Supongamos además que la característica determinante de la situación histórica objetiva ha cambiado, y que el capital financiero internacional, reaccionario e imperialista ha ocupado el lugar del capital que lucha por la liberación nacional. El primer país, digamos, posee tres cuartos de África, mientras que el segundo posee un cuarto. Una repartición de África es el contenido objetivo de su guerra. ¿De qué lado debemos desear el éxito? Sería absurdo plantear el problema en su forma anterior, ya que no poseemos los viejos criterios de evaluación: no hay un movimiento de liberación burgués que se prolongue por décadas, ni un largo proceso de decadencia del feudalismo. No es asunto de la democracia actual ayudar al país anterior a hacer valer su "derecho" a las tres cuartas partes de África, o ayudar a este último país (incluso si se está desarrollando económicamente más rápidamente que el primero) sobre esos tres cuartos." [17]

 

Es tarea de la clase obrera derrotar a los imperialistas; tal tarea no puede y no debe delegarse a otra Gran Potencia, como señaló Trotsky: "Pero están absolutamente equivocados al pensar que el proletariado puede resolver las grandes tareas históricas por medio de guerras que no son conducidas por él mismo sino por sus enemigos mor­tales, los gobiernos imperialistas." [18]

 

 

 

La pobreza del pacifismo

 

 

 

Una respuesta generalizada pero impotente a la guerra imperialista es el pacifismo. En su forma más general, contrapone llamamientos por la paz y métodos no violentos contra los conflictos militares. Como tal, este es un programa completamente pequeño burgués. La historia ha demostrado que todas las soluciones fundamentales para los conflictos sociales incluyen el uso de la fuerza. Defendiendo a Grecia contra el enorme ejército y la armada de Jerjes 480-479 a. C., destruyendo el opresivo Imperio Romano en 476, defendiendo a Vietnam contra la invasión mongola 1258-88, liberando a China de los ocupantes mongoles por la Rebelión del Turbante Rojo en 1351-68, la revolución americana contra la administración colonial inglesa en 1775-83, la revolución francesa en 1789, la abolición de la esclavitud en los Estados Unidos en 1861-65, la revolución rusa en 1917, la destrucción del Tercer Reich nazi en 1945, la destrucción de los imperios coloniales británico y francés de África y Asia, por nombrar solo algunos ejemplos, ¡ninguno de estos pasos progresivos históricos habría sido posible sin violencia!

 

Además, no tiene sentido imaginar que el capitalismo podría existir sin conflictos, tensiones y guerras. Es un sistema basado en el antagonismo de clase y la competencia. Tales tensiones inevitables deben provocar repetidamente guerras, como ya señalaron los trotskistas estadounidenses en un folleto publicado poco antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial.

 

El marxismo señala que mientras dure el capitalismo, vendrán guerras, que la guerra bajo el capitalismo no es un "accidente" o un "evento excepcional", sino una parte integral del mecanismo mismo del capitalismo. La guerra es tan parte del capitalismo como las crisis económicas. No puedes tener capitalismo sin tener crisis periódicas y no puedes tener capitalismo sin tener guerras periódicamente. Las causas que provocan guerras, la necesidad ineludible de que cada nación capitalista avanzada intente expandir sus mercados, obtener fuentes más baratas de materias primas, encontrar nuevas salidas más allá del mercado interno para la inversión de capital, ninguna de ellas puede eliminarse sin eliminar el capitalismo mismo." [19]

 

¡Predicar métodos no violentos en contraste con las medidas necesarias para lograr la liberación es, en el mejor de los casos, soñar despierto ingenuo e indefenso, en el peor de los casos, la traición total contra la lucha de liberación de las personas oprimidas y contra el progreso histórico de la humanidad! Como dijo Trotsky: “Es imposible luchar contra la guerra imperialista suspirando por la paz al estilo de los pacifistas." [20]

 

Discutiendo el problema del pacifismo más concretamente, uno tiene que hacer ciertas diferenciaciones. Primero tenemos que diferenciar entre el pacifismo honesto de las masas y el pacifismo hipotético e hipócrita de los políticos profesionales y sus académicos contratados. El primero representa la conciencia confusa de las masas, pero contiene un deseo progresivo de deshacerse de la plaga del militarismo y la guerra imperialista. Naturalmente, los revolucionarios tienen que explicar pedagógicamente los defectos de tal punto de vista, pero, al mismo tiempo, deben tratar de relacionarse con esas esperanzas y utilizarlas para el avance de la lucha colectiva de las masas.

 

El pacifismo de los políticos burgueses y los intelectuales de izquierdas que trafican frases es algo diferente. Los revolucionarios tienen que denunciarlos bruscamente y explicar a las masas populares el papel objetivamente reaccionario de tales fraudes.

 

El pacifismo en su forma pura - rechazo constante de todas las formas de armas y violencia - rara vez existe. Es más bien un fenómeno excepcional de tontos honorables pero inofensivos a la Bertha von Suttner. La forma más generalizada de pacifismo es bastante inconsistente, "pragmática". Tales pacifistas "pragmáticos" no se oponen a la existencia de la policía armada (o incluso a un ejército) ni se oponen a la represión estatal contra los "elementos radicales". Solo se oponen a las guerras antes de comenzar (por lo general, se convierten en defensores de la patria una vez que la guerra ha comenzado) o si las personas oprimidas en un país colonial usan la fuerza contra las fuerzas de ocupación imperialistas.

 

Una vez más, los revolucionarios pueden permitirse el lujo de lidiar con la ironía en el caso de los inofensivos embrollos del tipo Suttner. Sin embargo, deben denunciar vehementemente a los traicioneros pacifistas "pragmáticos" que no son más que criados peligrosos del imperialismo.

 

Los marxistas no niegan la legitimidad de usar la consigna de la paz bajo ciertas condiciones en su agitación. Sin embargo, la pregunta es cómo se hace esto. Llamar a la paz puede ser útil si se combina con la defensa de los métodos de lucha de clases contra los esfuerzos de guerra imperialistas, si se combina con el llamado a convertir las armas contra la clase dominante, si se combina con una estrategia para transformar la guerra imperialista en guerra civil. Esto también significa que los revolucionarios rechazan rotundamente la contraposición de una "paz" imperialista a la guerra imperialista, ya que esto solo podría significar el cese temporal de los conflictos militares para preparar la próxima ronda de la guerra imperialista.

 

Sin embargo, la necesidad fundamental sigue siendo que los marxistas expliquen la necesidad de combatir la guerra con la guerra, la guerra de ocupación con la guerra de liberación, la guerra imperialista con la guerra civil. Predicar la paz como tal no es una estrategia, solo confunde la conciencia de las masas. Gregory Zinoviev explicó esta idea muy acertadamente en el órgano central bolchevique durante la Primera Guerra Mundial:

 

““Die Friedensidee zum Mittelpunkt”: “¡La idea de la paz al centro de nuestras consignas!”. ¡Ahora dicen eso, cuando ha estallado la primera guerra imperialista paneuropea! ¡Eso es lo que han aprendido de los acontecimientos!

 

“Nicht Friedensidee, sondern Bürgerkriegsidee”: no la idea de la paz, sino la idea de la guerra civil, eso es lo que quisiéramos gritarle a estos grandes utopistas que se pavonean con tan pequeñas utopías. ¡No la idea de la paz, sino la idea de la guerra civil, ciudadano Adler! Ése será el punto central de nuestro programa.

 

El problema no es que no hayamos predicado lo suficiente la idea de la paz antes de la guerra; es que no predicamos lo suficiente, ni con la suficiente seriedad, la idea de la lucha de clases, de la guerra civil. Porque, en tiempos de guerra, reconocer la lucha de clases sin reconocer la guerra civil es palabrería hueca, es hipocresía, es engañar a los obreros." [21]

 

Sí: de ningún modo somos pacifistas por principio; de ningún modo nos oponemos a todas las guerras. Somos enemigos de las guerras de ellos, de las guerras de los opresores, de las guerras imperialistas, de las guerras que procuran reducir a incontables millones de obreros a la esclavitud. Sin embargo, “los socialdemócratas no pueden negar la significación positiva de las guerras revolucionarias, es decir, las guerras no imperialistas y, por ejemplo, las que se libraron entre 1789 y 1871 para derrocar la opresión extranjera y crear estados nacionales capitalistas a partir de las parcelas feudales, o las guerras que pueda librar el proletariado para defender las conquistas que haya obtenido en su lucha contra la burguesía” (ver nuestra resolución sobre el pacifismo en Sotsial-Demokrat No. 40)." [22]

 

Unos años más tarde, la Internacional Comunista resumió los peligros del pacifismo de la siguiente manera: "El imperialismo es la realidad capitalista, el pacifismo burgués la ilusión capitalista. El pacifismo es tan incapaz como la reforma social burguesa de superar las contradicciones, los males y los crímenes del capitalismo. Pero introducirá disensión e incertidumbre en las filas de la burguesía, la burguesía media y pequeña y, por lo tanto, debilitará al enemigo de clase del proletariado. Los comunistas deben aprovechar cualquier debilitamiento usando la oportunidad de cada iniciativa pacifista burguesa para llevar a la clase trabajadora a la lucha, en el curso de la cual aprenderán que el militarismo y el imperialismo no pueden ser abolidos por el triunfo gradual de la razón y el amor a la paz... Esta convicción contrarrestará cualquier efecto paralizante y debilitante del pacifismo sobre la energía militante revolucionaria del proletariado. Un peligro asociado con la propaganda pacifista burguesa... Las brumas de las esperanzas sentimentales pacifistas no deben ocultar el reconocimiento de que la burguesía gobierna y explota gracias a su dominio de los medios de producción de la vida y los medios de producción de la muerte. El proletariado debe tomar posesión de ambos para liberarse de la explotación y la esclavitud. Como se les impide su libertad por la fuerza de las armas, deben conquistarla y defenderla por la fuerza de las armas." [23]

 

 

 

El lema del desarme

 

 

 

La lucha contra la guerra imperialista y el militarismo incluye necesariamente la lucha contra todos los presupuestos militares, así como contra toda medida de armamento del estado imperialista. Sin embargo, una táctica tan necesaria en la lucha de clases no debe confundirse con el apoyo a una estrategia burguesa de desarme como una forma de evitar guerras. De hecho, es un método bien conocido de las potencias imperialistas más fuertes para pedir tratados de desarme a fin de mantener su ventaja militar contra cualquier rival emergente. Al final, como podemos ver hoy, todos esos tratados no pudieron evitar el armamento de las Grandes Potencias, el surgimiento de nuevas y la carrera armamentista global.

 

Paul Lensch, un destacado representante de la izquierda en la socialdemocracia alemana antes de la Primera Guerra Mundial, formuló con bastante acierto en 1912: “La idea de una limitación de armamentos es ajena a nuestro programa, así como a nuestra literatura teórica. Hasta ahora, se consideraba una estafa reaccionaria o un balbuceo ridículo pacifista." [24]

 

En el mismo espíritu escribió Trotsky, en una declaración para un congreso contra la guerra en 1932: “Con la pretensión del “desarme” no se evita ni se puede evitar la guerra. El programa de “desarme” no es más que un intento - hasta ahora concretado sólo en el papel- de reducir en época de paz los costos de tal o cual armamento. Es sobre todo una cuestión de técnica militar y del estado en que se hallan las arcas imperialistas. Ni los arsenales, ni las fábricas de municiones, ni los laboratorios, ni finalmente - lo más importante- la industria capitalista de conjunto, se debilitan en lo más mínimo con los “programas de desarme”. Los estados no pelean porque están armados. Por el contrario, fabrican armas cuando tienen que pelear. En el caso de que estalle la guerra desaparecerán todas las limitaciones de la época de paz. Ya en 1914-1918 los estados no peleaban con las armas que se habían provisto durante la paz sino con las que fabricaron durante la guerra. Lo decisivo no son los arsenales sino la capacidad productiva del país. A Estados Unidos le conviene mucho una limitación del armamento en Europa, en época de paz, porque así podrá demostrar más decididamente su predominio industrial durante la guerra. La burguesía alemana se inclina hacia la reducción del armamento para estar en igualdad de condiciones con estalle un nuevo conflicto sangriento. Para Alemania el “desarme” general tiene el mismo sentido que la paridad naval con Francia tiene para Italia. La validez de estos planes dependerá de la combinación de las fuerzas imperialistas, del estado de sus presupuestos, de los acuerdos financieros internacionales, etcétera. La cuestión del desarme es una de las palancas que mueve el imperialismo para preparar nuevas guerras. Es pura charlatanería tratar de diferenciar entre los fusiles, tanques o aeroplanos ofensivos o defensivos. También allí la política norteamericana está determinada por los intereses específicos del imperialismo norteamericano, el más terrible de todos. La guerra no es un juego que se desarrolla según las guerras convencionales. La guerra exige y crea las armas que mejor pueden aniquilar al enemigo. El pacifismo pequeñoburgués, que, en un diez por ciento, un treinta y tres por ciento o un cincuenta por ciento considera la propuesta de desarme como el “primer paso” hacia la posibilidad de impedir la guerra, es más peligroso que todos los explosivos y los gases asfixiantes. La melinita y la hiperita pueden cumplir su cometido sólo porque durante la paz las masas populares se envenenan con los vahos del pacifismo." [25]

 

Además, uno tiene que preguntarse: ¿quién controla si se implementan tales tratados de desarme? Tomemos por ejemplo el Tratado de No Proliferación Nuclear. Su propósito principal es evitar que los países semicoloniales adquieran armas nucleares para que no puedan defenderse de los intentos de intimidación por parte de las Grandes Potencias. La evolución en los últimos años lo ha demostrado muy claramente. Se sabe que Israel posee extraoficialmente hasta 200 misiles nucleares. Pero a nadie le importa y nadie castigaría al estado sionista por su violación del Tratado de No Proliferación Nuclear. ¡Ahora, comparemos esto con la reacción de las Grandes Potencias cuando Corea del Norte intenta construir armas nucleares! El Consejo de Seguridad de la ONU impone una sanción tras otra contra Pyongyang. La Administración Trump amenazó con hacer la guerra contra el pequeño país. ¡Qué ejemplo de hipocresía imperialista! Cuando Israel, un aliado cercano de las Grandes Potencias occidentales, viola el tratado, no tiene consecuencias en absoluto. Cuando Corea del Norte intenta hacer lo mismo, ¡está amenazado con la aniquilación!

 

Es tarea de los marxistas explicar a las masas populares que cualquier ilusión en los tratados imperialistas sobre desarme está completamente fuera de lugar y que la única solución es que la clase trabajadora tome todo el arsenal de armas en sus propias manos, es decir, ¡que derribe a la clase dominante y tome el poder!

 

 

 

Tribunales Internacionales de Arbitraje y Naciones Unidas

 

 

 

Otro eslogan confuso, en el mismo espíritu del pacifismo pequeño burgués, es el llamado a los Tribunales Internacionales de Arbitraje y las Naciones Unidas para resolver los conflictos entre las Grandes Potencias. La ONU, así como su organización predecesora, la Liga de las Naciones, siempre ha sido nada más que un instrumento de las Grandes Potencias. La ONU no puede tomar ninguna decisión vinculante contra el veto de una de las Grandes Potencias de Estados Unidos, Rusia, China, Francia o Gran Bretaña. Por lo tanto, solo impondrá decisiones que sean congruentes con sus intereses de clase política. En otras palabras, no tomará ni podrá tomar ninguna decisión contra los intereses imperialistas.

 

El ejemplo más obvio es el caso de Israel y los derechos palestinos de autodeterminación nacional. Desde hace décadas, una Asamblea General de la ONU (que es la asamblea plenaria anual de todos los estados) después de la otra adopta una resolución que condena a Israel y apoya la creación de un estado palestino. Sin embargo, esto no tiene ninguna consecuencia porque el imperialismo estadounidense y sus aliados respaldan el estado de los ocupantes israelíes y lo apoyan bajo cualquier circunstancia.

 

Y si Estados Unidos está de acuerdo con las medidas conjuntas, uno puede dar por sentado que va en contra de los intereses de las personas oprimidas. Véase, por ejemplo, la decisión de la ONU en 1947 de apoyar la creación del estado colonial de ocupantes de Israel que resultó en la expulsión de la población nativa palestina; o la decisión de apoyar la guerra imperialista contra Corea del Norte en 1950; o la decisión de imponer sanciones contra Irak en 1990 que resultó en la guerra de Estados Unidos en enero-marzo de 1991; o las sanciones de hambre contra Corea del Norte en los últimos años.

 

Los políticos inteligentes de la clase dominante siempre han sido conscientes de la verdadera naturaleza de tales instituciones hace mucho tiempo. Kurt Riezler, un diplomático alemán y asesor cercano del canciller Theobald von Bethmann Hollweg escribió en un libro publicado poco antes del estallido de la Primera Guerra Mundial: “En general, el instrumento de los Tribunales Internacionales de Arbitraje solo sirve para evitar el estallido de guerras no deseadas, que podría resultar de incidentes imprevistos y que no son relevantes para los intereses vitales nacionales. " [26]

 

La aguda denuncia de Trotsky de la organización predecesora de la ONU fue completamente apropiada y sigue siendo válida hasta hoy: “La Liga de las Naciones es la ciudadela del pacifismo imperialista. Constituye un acuerdo histórico transitorio entre estados capitalistas en el que los más fuertes mandan y deciden sobre los más débiles, se arrastran frente a Norteamérica o tratan de resistirla, y en el que todos son igualmente enemigos de la Unión Soviética, pero están dispuestos a ocultar cada uno de los crímenes de los más poderosos y rapases entre ello. Sólo los que están políticamente ciegos, sólo los que están totalmente indefensos o los que corrompen deliberadamente la conciencia del pueblo, pueden considerar, directa o indirectamente, para hoy o para el futuro, a la Liga de las Naciones como un instrumento de paz. " [27]

 

Por lo tanto, los marxistas siempre deben oponerse a cualquier llamamiento a la ONU. Tales apelaciones solo pueden crear ilusiones fuera de lugar en una institución imperialista. Deben denunciar sistemáticamente a la ONU y llamar a las masas populares a luchar por la liberación en lugar de esperar la ayuda de tales instrumentos del Gran Poder.

 

Nuestra evaluación formulada en el programa de la CCRI/RCIT sigue siendo completamente correcta: " Los bolcheviques comunistas luchan por toda parte contra el militarismo burgués y la guerra imperialista. Rechazamos categóricamente la política de los pacifistas, socialdemocratas y estalinistas, como recurso para el desarmen, rechazamos la mediación de las Naciones Unidas, la convivencia pacífica entre los estados y la promoción de la resistencia no violenta. Los gobernantes, con sus conferencias en las Naciones Unidas o de sus tribunales internacionales hipócritas nunca podrá abolir la guerra del mundo. Eso solo puede ser alcanzado por la clase trabajadora y los propios pueblos oprimidos a través de la lucha de clases – incluyendo la lucha armada. Es por eso que defendemos una formación militar de la clase trabajadora bajo su proprio control. En las guerras imperialistas, rechazamos cualquier tipo de apoyo a la clase dominante. Defendemos la derrota del Estado imperialista. Nuestro lema es lo de Karl Liebknecht: “El principal enemigo está en la casa”. Nuestro objetivo es transformar la guerra imperialista en guerra civil contra la clase dominante." [28]

 

 

 

 

 



[1] John West (James Burnham): War and the Workers (1936), Workers Party Pamphlet, https://www.marxists.org/history/etol/writers/burnham/1936/war/index.htm; See also Maurice Spector: Sanctions and the Coming War (1935), New International, Vol.2 No.7, December 1935, https://www.marxists.org/history/etol/writers/spector/1935/12/sanctions.htm

[2] John West (James Burnham): War and the Workers (1936), Workers Party Pamphlet, https://www.marxists.org/history/etol/writers/burnham/1936/war/index.htm

[3] León Trotsky: Una vez más acerca de la ILP (1935),   https://www.ceip.org.ar/Una-vez-mas-acerca-del-ILP

[4] León Trotsky: Resolution on the Antiwar Congress of the London Bureau (1936), en: Documents of the Fourth International, New York 1973, p. 99

[5] Rosa Luxemburgo: Utopías Pacifistas (1911), https://www.marxists.org/espanol/luxem/08Utopiaspacifistas_0.pdf

[6] Karl Radek: Our Struggle against Imperialism (1912), en Richard B. Day and Daniel Gaido (Ed.): Discovering Imperialism, p. 551. Observamos de pasada que, aunque los bolcheviques, en comparación con la izquierda alemana antes de 1914, fueron superiores en la lucha contra el revisionismo y, al sacar conclusiones de esto, hay mucho que aprender de la experiencia de Luxemburgo, Liebknecht, Radek, Mehring. y otros. Ver, p. Kurt Mandelbaum: Sozialdemokratie und Imperialismus (1928), en: Kurt Mandelbaum: Sozialdemokratie und Leninismus, Rotbuch Verlag, Berlin 1974

[7] Declaración conjunta: Guerra comercial global: ¡no al patrioterismo de gran potencia en Occidente y Oriente!, https://www.thecommunists.net/home/espa%C3%B1ol/guerra-comercial-global-no-al-patrioterismo-de-gran-potencia-en-occidente-y-oriente/

[8] Ver, p. Parte V en Rudolf Hilferding: Finance Capital. A Study of the Latest Phase of Capitalist Development (1910), Routledge & Kegan Paul, London, 1981

[9] Ver, p. Michael Pröbsting: The Great Robbery of the South

[10] Ver, p. Joe Nocera: This Map Shows Why Trump Couldn't Kill Nafta, 1. Oktober 2018, https://www.bloomberg.com/view/articles/2018-10-01/virginia-and-canada-forged-deals-through-nafta?srnd=premium-europe; David Fickling: Globalists Will Love Trump’s New Nafta Deal. Despite the fanfare, the agreement doesn’t change much. 1 de octubre de 2018, https://www.bloomberg.com/view/articles/2018-10-01/globalists-will-love-trump-s-new-nafta-deal?srnd=premium-europe; Jenny Leonard, Josh Wingrove, Jennifer Jacobs, and Andrew Mayeda: Trump Clinches Rebranded Nafta as Canada Joins Pact With Mexico, 1 de octubre de 2018, https://www.bloomberg.com/news/articles/2018-10-01/u-s-canada-agree-to-nafta-replacement-that-will-include-mexico?srnd=premium-europe.

[11] Rudolf Hilferding: El Capital Financiero (1910), Editorial Tecnos, p 415-416, https://www.marxists.org/espanol/hilferding/1909/capital-financiero.pdf

[12] V. I. Lenin: El Imperialismo, fase superior del capitalismo (1916), Fundación Federico Engels, p. 69, https://www.fundacionfedericoengels.net/images/PDF/lenin_imperialismo.pdf

[13] León Trotsky: ¿A dónde va Inglaterra? (1925), Edicions Internacionals Sedov, p. 113, https://www.marxists.org/espanol/Trotsky/eis/1925-1926-a-donde-va.pdf

[14] V. I. Lenin: La Situación y las Tareas de la Internacional Socialista (1914); Lenin Obras Completas, Editorial Progreso, p. 41, https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/oc/progreso/tomo26.pdf

[15] Ver sobre esto en Michael Pröbsting: The China-India Conflict: Its Causes and Consequences. What are the background and the nature of the tensions between China and India in the Sikkim border region? What should be the tactical conclusions for Socialists and Activists of the Liberation Movements? 18 de agosto de 2017, Revolutionary Communism No. 71, https://www.thecommunists.net/theory/china-india-rivalry/; ver también: Alan Boyd: Why the Quad can’t get it together, 20 de noviembre de 2018 http://www.atimes.com/article/why-the-quad-cant-get-it-together/

[16] Ver, p. Military Escalation between Russia and Ukraine at the Kerch Strait. Down with the Reactionary Warmongering on Both Sides! Emergency Statement of the RCIT and the Marxist Group "Class Politics" (Russia), 28 de noviembre de 2018, https://www.thecommunists.net/worldwide/europe/military-escalation-between-russia-and-ukraine-at-the-kerch-strait/

[17] V. I. Lenin: Under A False Flag; in: LCW Vol. 21, pp.143-144

[18] León Trotsky: Un paso hacia el social-patriotismo (1939), http://ceipleontrotsky.org/Un-paso-hacia-el-social-patriotismo

[19] James Burnham: How to fight war – Isolation, Collective Security, Relentless Class Struggle? (1938), SWP Pamphlet, p. 14

[20] León Trotsky: Lenin y la Guerra Imperialista (1939), https://www.marxists.org/espanol/Trotsky/ceip/escritos/libro6/T10V142.htm

[21] Grigorii Zinóviev: Pacifismo o marxismo (Las vicisitudes de una consigna), (1915), https://www.icl-fi.org/espanol/spe/39/zinoviev.html

[22] Grigorii Zinóviev: Pacifismo o marxismo (Las vicisitudes de una consigna), (1915), https://www.icl-fi.org/espanol/spe/39/zinoviev.html

[23] Communist International: Theses on the Fight against the War Danger (1922), in: Jane Degras: The Communist International 1919-1943. Documents Volume I 1919-1922, pp. 331-332

[24] Paul Lensch, Eine Improvisation, in: Neue Zeit 30 (1912), citado en inglés (y traducido al español): Richard B. Day, Daniel F. Gaido (Eds): Discovering Imperialism: Social Democracy to World War I, Historical Materialism Book Series Vol. 33, Leiden 2012, p. 563

[25] León Trotsky: Declaración al Congreso Contra la Guerra de Amsterdam (1932), https://www.ceip.org.ar/Declaracion-al-Congreso-Contra-la-Guerra

[26] J. J. Ruedorffer: Grundzüge der Weltpolitik in der Gegenwart, Deutsche Verlags-Anstalt, Berlin 1914, p. 167 (our translation). Ruedorffer was the pseudonym of Kurt Riezler.

[27] León Trotsky: Declaración al Congreso Contra la Guerra de Amsterdam (1932), https://www.ceip.org.ar/Declaracion-al-Congreso-Contra-la-Guerra

[28] Manifiesto Comunista Revolucionario de la CCRI, publicado en 2012, https://www.thecommunists.net/home/espa%C3%B1ol/ccri-manifiesto/

 

Anti-imperialismo en la Era de la Rivalidad de las Grandes Potencias (Capítulo XXI.)

LIBRO: Anti-imperialismo en la Era de la Rivalidad de las Grandes Potencias

 

Los factores detrás de la Rivalidad acelerada entre los E.U, China, Rusia, la U.E y Japón. Una crítica del análisis de la izquierda y una semblanza de la Perspectiva Marxista.

 

La CCRI publicó este libro en Enero de 2019. El autor es Michael Pröbsting, Secretario Internacional de la CCRI.

 

Translator: Rubén Jaramilllo

 

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XXI. Derrotismo revolucionario en conflictos entre Estados imperialistas y pueblos oprimidos

 

 

 

En este capítulo elaboraremos la posición marxista sobre los conflictos entre estados imperialistas y países semicoloniales. Como hemos explicado anteriormente, el derrotismo revolucionario es una estrategia combinada. Integra la lucha constante contra todas las grandes potencias con el apoyo a la lucha de liberación de los oprimidos contra ellas.

 

Sin embargo, en este lugar no abordaremos el tema del derrotismo en el caso de conflictos entre estados imperialistas y países semicoloniales de la misma manera que lo hicimos con los conflictos interimperialistas en el capítulo anterior. Las razones para ello son, por un lado, que el tema central de este libro es la rivalidad entre las grandes potencias y la estrategia del derrotismo en tales conflictos. Por otro lado, ya hemos elaborado este tema extensamente en nuestro libro El Gran Robo del Sur. [1]

 

Asimismo, no abordaremos aquí el tema de las tácticas en los conflictos en las guerras entre países semicoloniales. En primer lugar, este tema está más allá del alcance de este libro y, en segundo lugar, hemos tratado este tema extensamente en un capítulo especial de nuestro libro sobre Perspectivas Mundiales 2018. [2]

 

Por estas razones, nos limitaremos en este capítulo a resumir los principales componentes del programa revolucionario derrotista en los conflictos entre grandes potencias y pueblos oprimidos, esbozar el enfoque de los clásicos marxistas sobre este tema, así como discutir algunos ejemplos importantes de tales conflictos. hoy.

 

 

 

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Comencemos con un breve resumen del enfoque general que la CCRI/RCIT y su organización predecesora han defendido a lo largo de toda su historia. Básicamente, es deber de todos los socialistas tomar una posición clara en los conflictos entre la burguesía imperialista y los pueblos oprimidos. Deben apoyar incondicionalmente a los pueblos oprimidos contra los agresores imperialistas y luchar por la derrota de estos últimos.

 

Cualquier otra posición equivale al socialimperialismo, como enfatizó Trotsky: “… es un mal marxista el que intenta fijar reglas comunes para la Francia imperialista y la China colonial. No distinguir países opresores de países oprimidos es lo mismo que no distinguir entre la clase explotadora y la explotada. Quienes colocan a los países imperialistas y coloniales en el mismo nivel, sin importar qué frases democráticas usen para ocultar este hecho, no son más que agentes del imperialismo[3].

 

Apoyar tales luchas de liberación incluye la necesidad de aplicar la táctica antiimperialista del frente único. Esto significa ponerse del lado de las fuerzas que representan a este pueblo oprimido sin dar apoyo político a sus respectivos líderes. Dichos liderazgos suelen ser fuerzas nacionalistas o islamistas pequeñoburguesas. Observamos, como acotación al margen, que tal situación también existía en muchos países coloniales en la época de Lenin y Trotsky. En sus tesis programáticas sobre la guerra imperialista, la Internacional Comunista afirmó: “La devastación y el expolio de las grandes potencias capitalistas durante cuatro años suscitaron tormentosos movimientos revolucionarios en las colonias inglesas (…) que sacan coraje y fuerza del ejemplo de la revolución rusa y de la existencia de la Rusia soviética. Son principalmente de carácter nacionalista y religioso, pero también están vinculados a las luchas social revolucionarias”. [4]

 

También puede haber casos en los que incluso los estados burgueses semicoloniales están en la cima de una lucha legítima contra las grandes potencias (por ejemplo, Irak contra la coalición imperialista liderada por Estados Unidos en 1991 y en 2003).

 

Por lo tanto, mientras los socialistas luchan sin piedad contra todas las formas de chovinismo imperialista, están obligados a apoyar el patriotismo antiimperialista de los oprimidos y ayudarlos a desarrollar una conciencia socialista e internacionalista.

 

Luchar contra la dominación y el chovinismo de las grandes potencias incluye combatir la influencia de las fuerzas social-pacifistas y socialchovinistas en los países imperialistas. Estas corrientes suelen dominar el movimiento obrero oficial (partidos socialdemócratas y estalinistas, sindicatos y otras organizaciones de masas), así como la mal llamada izquierda “radical”. Por lo general, estas fuerzas se abstienen de apoyar activamente la lucha de los oprimidos.

 

Tal programa antiimperialista e internacionalista se basa en la tradición del movimiento obrero revolucionario tal como fue elaborado originalmente por la Internacional Comunista en la época de Lenin y Trotsky y luego sostenido por la Cuarta Internacional. Sólo sobre la base de tal programa será posible que los socialistas creen las condiciones para la confianza y la unidad de los trabajadores y campesinos pobres del pueblo oprimido con los trabajadores progresistas en los países imperialistas. Solo sobre ese fundamento será posible unir a la clase trabajadora internacional sobre una base internacionalista.

 

 

 

Guerras imperialistas y ocupaciones de países semicoloniales

 

 

 

Toda la historia del imperialismo se caracteriza por una serie de ataques militares de las grandes potencias contra los pueblos del Sur, que a menudo resultan en la ocupación de sus tierras. Es cierto que la forma de dominación imperialista ha cambiado en la segunda mitad del siglo XX. La dominación colonial directa ha sido reemplazada, en la mayoría de los casos, por una dominación semicolonial indirecta. Si bien esos cambios, por supuesto, eran importantes, no podían cambiar la esencia de la dependencia imperialista y la explotación de estos países por parte de las grandes potencias y sus monopolios. De hecho, como hemos demostrado en El gran robo del sur ¡Los imperialistas están exprimiendo a los pueblos oprimidos más que nunca!

 

Los clásicos marxistas eran plenamente conscientes de que la independencia formal de las antiguas colonias no alteró la esencia de su dominación por el imperialismo. En su famoso libro sobre el imperialismo, Lenin se refirió explícitamente a los países semicoloniales como "formalmente independientes, pero, de hecho, están atrapados en las redes de la dependencia financiera y diplomática":

 

En cuanto a los estados “semicoloniales”, nos proporcionan un ejemplo de las formas transitorias que nos encontramos en todas las esferas de la naturaleza y la sociedad. El capital financiero es una fuerza tan considerable, puede decirse tan decisiva, en todas las relaciones económicas e internacionales, que es capaz de someter, y realmente somete, incluso a los Estados que disfrutan de la más completa independencia política, como pronto veremos. Por supuesto, el capital financiero encuentra mucho más “conveniente” y ventajosa una forma de dominación que implique la pérdida de la independencia política de los países y los pueblos sometidos. A este respecto, los países semicoloniales son un buen ejemplo de “fase intermedia”. Es natural, por tanto, que la lucha por esos países semidependientes haya llegado a ser particularmente cruda en la época del capital financiero, cuando el resto del mundo ya está repartido.” [5].

 

Y continuó unas páginas más tarde:

 

Desde el momento en que se habla de la política colonial en la época del imperialismo capitalista, es necesario señalar que el capital financiero y la política internacional que conforma, que se reduce a la lucha de las grandes potencias por el reparto económico y político del mundo, dan lugar a diversas formas transitorias de dependencia estatal. Esta época no sólo se caracteriza por la existencia de dos grandes grupos de países (los colonizadores y los colonizados), sino también por las formas variadas de países dependientes que, aunque gozan formalmente de independencia política, en la práctica están atrapados en las redes de la dependencia financiera y diplomática. Ya nos hemos referido antes a una de estas formas, la semicolonia. Un ejemplo de otra es Argentina.” [6]

 

Sin embargo, a pesar de tal independencia formal, o más bien a causa de ella, las grandes potencias atacan repetidamente a esos países o incluso los ocupan temporalmente para derrotar a las insurgencias populares e instalar marionetas confiables.

 

En el pasado reciente, hemos visto un aumento sustancial de tales intentos. Por citar algunos ejemplos, nos referimos a las intervenciones militares, guerras y ocupaciones de Estados Unidos en Afganistán desde 2001, en Irak desde 2003, de Francia en Mali desde 2013, de Rusia en Siria desde 2015, etc. La actual ocupación de Palestina por el estado de colonos israelíes es otro ejemplo.

 

También hay una serie de casos en los que las Grandes Potencias no envían sus propias tropas, sino que utilizan tropas de estados semicoloniales aliados para actuar como sus representantes. Como hemos mencionado anteriormente, estas tácticas han sido ya desarrollada por el Imperio Británico en los siglos XIX y XX. Las grandes potencias despliegan cada vez más una política similar en la actualidad. Como ejemplos de esto nos referimos a la llamada Misión de la Unión Africana en Somalia (AMISOM), que fue encomendada por el Consejo de Seguridad de la ONU (es decir, las Grandes Potencias imperialistas) en 2007. Cerca de 20.000 tropas africanas, con Etiopía como la fuerza más significativa y con la ayuda del ejército estadounidense y francés, luchan desde 2007 contra una insurgencia popular liderada por el movimiento islamista pequeñoburgués Al-Shabaab.

 

Otro ejemplo de ello son las fuerzas del Sahel G5 recientemente formadas en África Occidental. Iniciadas por Francia en 2014, estas fuerzas comprenden alrededor de 10,000 tropas de cinco países del Sahel (Burkina Faso, Chad, Mali, Mauritania y Níger). Su misión es luchar, "en cooperación" con Francia (es decir, bajo el mando de esta última), contra los "terroristas".

 

La CCRI/RCIT siempre ha defendido en tales casos una postura antiimperialista consistente que pide la derrota de los agresores imperialistas (y sus aliados) y la victoria militar de las fuerzas que representan al pueblo oprimido.

 

Este enfoque siempre ha sido la posición del movimiento obrero revolucionario. Los líderes del Partido Bolchevique fueron muy francos sobre este tema. Tal escribió Lenin:

 

En la época del imperialismo no solo son probables, sino inevitables las guerras nacionales por parte de las colonias y semicolonias. En las colonias y semicolonias (China, Turquía, Persia) viven cerca de 1.000 millones de almas, es decir, más de la mitad de la población de la Tierra. En esos países, el movimiento de liberación nacional o bienes ya muy fuerte, o bien crece y madura. Toda guerra es la continuación de la política con otros medios. Las guerras nacionales de las colonias contra el imperialismo serán inevitablemente una continuación de la política de la liberación nacional de las mismas.” [7]

 

Lenin y Zinoviev concluyen de esto que es el deber más alto de todos los socialistas ponerse del lado de los oprimidos en tales guerras:

 

Los socialistas entendieron siempre por guerra "defensiva" una guerra "justa " en este sentido (expresión empleada en cierta ocasión por W. Liebknecht). Sólo en ese sentido, los socialistas admitían y siguen admitiendo el carácter legítimo, progresista y justo de la "defensa de la patria" o de una guerra "defensiva". Si, por ejemplo, mañana Marruecos declarase la guerra a Francia, la India a Inglaterra, Persia o China a Rusia, etcétera, esas guerras serían guerras "justas", "defensivas", independientemente de quien atacara primero, y todo socialista simpatizaría con la victoria de los Estados oprimidos, dependientes, menoscabados en sus derechos, sobre las "grandes" potencias opresoras, esclavistas y expoliadoras.” [8]

 

En el Cuarto Congreso de la Internacional Comunista en 1922, Trotsky expresó el mismo enfoque: “Todo movimiento colonial que debilita el dominio capitalista en el país gobernante (métropoli) es progresista, porque ayuda al proletariado en su tarea revolucionaria.” [9]

 

Asimismo, los trotskistas estadounidenses declararon en un panfleto en 1936: “Por lo tanto, no es asunto de los marxistas quedarse al margen, sino apoyar activamente, de todas las formas posibles, cualquier lucha armada que tenga como objetivo y sea capaz de debilitar al capitalismo: por ejemplo, las revueltas de las colonias contra sus opresores imperialistas y los levantamientos de todas las razas y naciones oprimidas y explotadas, al igual que los marxistas apoyan las huelgas o cualquier otra manifestación dirigida contra la clase capitalista o sus gobiernos”. [10]

 

En consecuencia, Trotsky denunció duramente a todos aquellos pseudo-socialistas que se negaron a ponerse del lado del pueblo oprimido: “La lucha contra la guerra y su fuente social, el capitalismo, presupone un apoyo directo, activo e inequívoco a los pueblos coloniales oprimidos en sus luchas y guerras contra el imperialismo. Una posición "neutral" equivale a apoyar al imperialismo. Sin embargo, entre los adherentes anunciados al congreso del Buró de Londres se encuentran ILPers que abogan por dejar en la estacada a los valientes guerreros etíopes contra el fascismo italiano merodeador sobre la base de la "neutralidad" y los sionistas de Poale de "izquierda" que incluso en este momento se apoyan en el imperialismo británico en su salvaje campaña contra la legítima, aunque confusa, lucha del campesinado árabe.” [11]

 

Este alineamiento tan inequívoco con las luchas del pueblo oprimido en las guerras con las Grandes Potencias se ha repetido cientos de veces en las proclamaciones oficiales de la Tercera y, más tarde, de la Cuarta Internacional. Se ha convertido en una parte indispensable del arsenal programático del marxismo. ¡No puede haber revolucionario que no implemente tal línea en palabras y hechos!

 

 

 

Agresiones imperialistas no militares contra países semicoloniales

 

 

 

Sobre la base de este enfoque antiimperialista, los marxistas también se oponen también a todas las demás formas no militares de agresión imperialista contra países semicoloniales. Un ejemplo bien conocido de tal presión son las sanciones económicas de las Grandes Potencias contra países semicoloniales determinados que, de una forma u otra, se atrevieron a no cumplir con los deseos imperialistas. El ejemplo reciente más espantoso de tales sanciones imperialistas son las bárbaras sanciones impuestas por las Naciones Unidas contra Irak en los años 1990-2003. Según varios estudios, estas sanciones provocaron la muerte de más de 500.000 niños menores de cinco años. [12]

 

Otros ejemplos son las sanciones imperialistas contra Corea del Norte, Irán, Zimbabue y Venezuela. La CCRI/RCIT siempre ha llamado al movimiento internacional obrero y popular a oponerse incondicionalmente a tales sanciones y apoyar medidas para socavarlas, romperlas y, si es posible, detenerlas.

 

A veces, las grandes potencias justifican tales sanciones alegando que afectan a países que se esforzarían por poseer armas nucleares. A menudo, esto es simplemente una mentira. En cualquier caso, ¡es una hipocresía total que las grandes potencias que poseen cientos o miles de misiles nucleares quieran prohibir a otros hacer lo mismo! De hecho, las Grandes Potencias quieren mantener el monopolio de las armas nucleares para poder imponer mejor su dominio sobre el Sur. Mientras los socialistas luchan por un mundo sin armas nucleares, rechazamos enérgicamente cualquier agresión imperialista contra un país semicolonial que posea (o se esfuerce por poseer) armas nucleares.

 

 

 

Opresión de las minorías nacionales

 

 

 

Un rasgo característico del imperialismo es la opresión de las minorías nacionales. Lenin reconoció este hecho principal ya hace mucho tiempo cuando concluyó que esta división de las naciones del mundo en naciones opresoras y opresoras es una de las características más importantes de la época imperialista:

 

El programa de la socialdemocracia (así se llamaban entonces los marxistas, Ed.), Como contrapeso a esta utopía pequeñoburguesa y oportunista, debe postular la división de las naciones en opresoras y oprimidas como básica, significativo e inevitable bajo el imperialismo.” [13]

 

En otro artículo, Lenin repite esta idea que luego se convirtió en un pilar fundamental del programa de la Internacional Comunista:

 

El imperialismo es la opresión creciente de las naciones del mundo por un puñado de grandes potencias, (...) Por esta razón, punto central en el programa socialdemócrata debe ser la división de las naciones en opresorasy oprimidas, división que constituye la esencia del imperialismo y que los socialchovinistas y Kautsky eluden engañosamente. Esta división no tiene importancia desde el punto de vista del pacifismo burgués o de la utopía pequeñoburguesa de la competencia pacífica de las naciones independientes en el régimen capitalista, pero es esencial desde el punto de vista de la lucha revolucionaria contra el imperialismo.” [14]

 

Trotsky enfatizó la misma idea: “Toda la humanidad actual, desde los obreros británicos a los nómades etíopes, vive atada al yugo del imperia­lismo. No hay que olvidarlo ni un solo minuto. Pero esto no significa que el imperialismo se manifiesta de la misma manera en todos los países. No. Algunos países son los conductores del imperialismo, otros sus víctimas. Esta es la línea divisoria fundamental de los estados y naciones modernos”. [15]

 

La candente actualidad de la cuestión nacional en los países imperialistas se puede observar mediante diversas crisis, protestas masivas, insurgencias populares y represión estatal. Véase, por ejemplo, la lucha por la independencia del pueblo checheno que resultó en dos guerras con el ejército ruso. Otros caucásicos también resisten la opresión de Moscú. En China, los uigures y los tibetanos se resisten a la creciente represión estatal. Asimismo, vemos movimientos de masas por la autodeterminación nacional tanto en Cataluña como en Escocia.

 

Los revolucionarios se oponen incondicionalmente a la opresión de las minorías nacionales y apoyan plenamente el derecho a la autodeterminación nacional de los pueblos oprimidos. Esto significa apoyar todos sus derechos nacionales, democráticos y culturales, incluido el derecho a tener un estado independiente si así lo desean. Asimismo, apoyamos el autogobierno local para minorías étnicas como los romaníes, los nativos americanos en los EE. UU., Etc.

 

El bolchevismo condenó duramente a todos aquellos que se negaron a apoyar la lucha del pueblo oprimido por la autodeterminación nacional: “Los socialistas no pueden lograr su gran objetivo sin luchar contra toda opresión de las naciones. Por lo tanto, deben exigir de manera inequívoca que los partidos socialdemócratas de los países opresores (especialmente de las llamadas "grandes" potencias) reconozcan y defiendan el derecho a la autodeterminación de la nación oprimida, en el sentido específicamente político del término., es decir, el derecho a la secesión política. El socialista de una nación gobernante o colonial que no defiende ese derecho es un chovinista.

 

¡Este principio no es menos relevante hoy que en los tiempos de Lenin!

 

 

 

Tácticas de lucha de masas

 

 

 

Los socialistas que viven en países imperialistas tienen la obligación de apoyar la lucha de liberación de los pueblos oprimidos mediante una serie de tácticas. Para ganarse la simpatía por la lucha de los pueblos oprimidos, los socialistas tienen que agitar en los lugares de trabajo, los barrios, las escuelas, las universidades y en las trincheras. Deben concienciar sobre la justa causa de la lucha por la liberación. Deben combatir los prejuicios chovinistas generalizados (por ejemplo, la histeria sobre las “amenazas terroristas”, los “refugiados que invaden nuestro país”, la islamofobia, la arrogancia hacia los pobres del Sur, etc.).

 

Los revolucionarios deben apoyar todas las acciones prácticas que ayuden a avanzar en la lucha de los oprimidos para derrotar a los agresores imperialistas. Tales actividades abarcan todas las formas de lucha de clases (por ejemplo, manifestaciones, huelgas generales, levantamientos, participación en guerras, etc. - según las condiciones y la relación de fuerzas). También incluye acciones prácticas que sabotean las agresiones de los amos imperialistas (huelgas seleccionadas contra la maquinaria bélica imperialista, negativa colectiva a trabajar al servicio de la opresión, ayuda a los refugiados a superar los muros bárbaros de las fortalezas imperialistas, etc.).

 

Un ejemplo de tales actividades de solidaridad de los revolucionarios en los países imperialistas, podría ser la campaña del Partido Comunista de Francia (PCF) en apoyo de la lucha de los bereberes rifeños a principios de la década de 1920. Este pueblo luchó, bajo el liderazgo del islamista pequeñoburgués Abd el-Krim, contra los imperialistas españoles y franceses e intentó expulsar a estos ocupantes de su país. El PCF llevó a cabo una campaña masiva anticolonial militante en solidaridad con los rifeños la que incluso incluyó una huelga general el 12 de octubre de 1925. En su propaganda y agitación, el PCF expresó públicamente su apoyo a la lucha rifeña hasta que “el territorio marroquí fue completamente liberado” De los imperialistas españoles y franceses. [16]

 

Una forma de táctica útil de solidaridad internacional es el boicot obrero y popular contra las fuerzas reaccionarias. Ha habido casos raros en la historia reciente donde las Naciones Unidas (o estados individuales) -bajo la presión de movimientos progresistas de masas- han impuesto formalmente sanciones a potencias particularmente reaccionarias (por ejemplo, sanciones contra el estado sudafricano del apartheid antes de 1994). Hoy en día, muchos estados musulmanes han impuesto sanciones al estado imperialista israelí. Como mencionamos anteriormente, la CCRI/RCIT apoya críticamente tales sanciones impuestas por países semicoloniales al tiempo que señala sus limitaciones. Sin embargo, como marxistas, abogamos por las sanciones obreras y populares contra fuerzas reaccionarias como el estado sionista. Esto significa acciones de los trabajadores para detener el comercio y la ayuda militar a Israel, el boicot de los consumidores, etc. Por lo tanto, apoyamos críticamente la campaña BDS contra Israel a pesar de sus limitaciones.

 

Además, los socialistas deben llevar a cabo una agitación política entre las filas de soldados de los ejércitos imperialistas para socavar el control reaccionario de los generales, promover la deserción masiva y la fraternización con el "enemigo", etc.

 

Es comprensible que las personas oprimidas que participan en las luchas de liberación armada necesiten ayuda material, incluida la militar. Dicha ayuda solo puede provenir de productores de armas y de los estados. Sólo los “antiimperialistas” platónicos y los hipócritas pueden denunciar tales fuerzas de liberación para adquirir armas de esas fuentes. Defendemos el derecho de los pueblos oprimidos a obtener ayuda militar y material de otros estados (incluidos los estados imperialistas) siempre que no conduzca a una subordinación política a estos estados. (Un ejemplo negativo de esto es el YPG kurdo pequeño burgués en Siria, que se convirtió en representante del imperialismo estadounidense). Los trabajadores en tales estados deben apoyar y no bloquear esa ayuda material para la lucha de liberación.

 

Es fundamental construir movimientos internacionales de solidaridad con las luchas de liberación de los pueblos oprimidos. Un primer paso hacia tal objetivo puede ser declaraciones y actividades conjuntas transfronterizas de socialistas, sindicatos y otros trabajadores y organizaciones populares de masas de los respectivos países imperialistas y semicoloniales.

 

Los revolucionarios, que por lo general constituyen pequeñas minorías entre los activistas, deben aplicar una táctica útil para lograr la máxima unidad en la lucha. Deben convocar a las organizaciones de masas de los trabajadores y oprimidos para que organicen campañas de masas eficaces. Al mismo tiempo, es esencial que los revolucionarios se reserven la libertad de propaganda y agitación independientes. Esta libertad incluye también el derecho a criticar a las fuerzas no revolucionarias participantes cuando sus actividades violen los intereses de la lucha de liberación. Tal táctica evita el autoaislamiento sectario y, al mismo tiempo, permite a los revolucionarios ayudar a los trabajadores y oprimidos a hacer su experiencia con las deficiencias de las direcciones establecidas. Al final, esta táctica debería ayudar a promover la organización independiente de los trabajadores y oprimidos y ganarlos para una perspectiva revolucionaria.

 

Observamos, como nota al margen, que tales tácticas son incluso más importantes en los propios países semicoloniales, donde las fuerzas nacionalistas o islamistas pequeñoburguesas suelen desempeñar un papel destacado en las luchas de liberación. Esta táctica se ha hecho conocida en el movimiento obrero revolucionario como la táctica antiimperialista del frente único. Fue elaborado originalmente por la Internacional Comunista en los tiempos de Lenin y Trotsky y resumido en sus "Tesis Generales sobre la Cuestión de Oriente " en su Cuarto Congreso en 1922 [17].

 

El objetivo estratégico es liberar a la clase trabajadora del pueblo oprimido de cualquier dominio de las fuerzas burguesas o pequeñoburguesas y hacer avanzar su organización independiente. Sólo sobre la base de tal independencia política y organizativa podrá la clase trabajadora conducir a otras clases y capas del pueblo oprimido hacia la liberación del yugo del imperialismo y el capitalismo.

 

Concluimos citando un resumen acertado del programa de derrotismo revolucionario en el caso de conflictos entre las grandes potencias y el pueblo oprimido por Rudolf Klement, un joven líder de la Cuarta Internacional en la década de 1930: “Sucede lo contrario –en lo que concierne a la forma exterior de su lucha- con el proletariado de los imperialismos involucrados en una lucha directa contra la causa progresiva. Además de su lucha por la revolución, es su deber realizar sabotaje militar para beneficio del “enemigo” –el enemigo de su burguesía, pero su propio aliado. Como medio de derrotismo revolucionario en la lucha entre los países imperialistas, el sabotaje militar, como el terror individual, es completamente inútil. No reemplaza a la revolución social, e incluso no la hace avanzar ni un centímetro, y no hace más que ayudar a un imperialismo contra otro, engañando a la vanguardia, sembrando ilusiones entre las masas y facilitando así el juego de los imperialistas. Por otra parte, el sabotaje militar se impone imperiosamente como una medida inmediata en defensa del campo que está luchando contra el imperialismo y que es en consecuencia progresivo. En cuanto tal, esto lo entienden las masas, dándole la bienvenida e impulsándolo. La derrota del “propio” país se transforma aquí no en un mal menor que viene por añadidura (un mal menor que la “victoria” comprada con la paz civil y el abandono de la revolución), sino en el objetivo inmediato, la tarea de la lucha proletaria. La derrota del “propio” país no sería, en este caso, un mal en absoluto, o un mal que se acepta mucho más fácilmente como algo que viene por añadidura, ya que significaría la simple victoria del pueblo liberado del yugo imperialista existente o potencial, así como la del proletariado sobre su enemigo, sobre el amo común, el capital imperialista.[18]

 

 

 

En escenarios de guerra complejos

 

 

 

Pueden darse casos concretos de conflictos entre una Gran Potencia y un país semicolonial donde este último recibe algún tipo de apoyo de otra Gran Potencia (que es rival de la primera). Tales situaciones existieron durante la Segunda Guerra Mundial cuando el imperialismo angloamericano apoyó a la URSS (un estado obrero degenerado) contra el imperialismo alemán. Hubo casos similares cuando las potencias occidentales apoyaron a la China semicolonial contra el imperialismo japonés o Japón apoyó a las fuerzas indias dirigidas por Subhash Chandra Bose que luchaban contra los británicos. Un ejemplo real podría ser el Irán semicolonial, apoyado por China y Rusia contra Estados Unidos. Si las "conversaciones de paz" se rompen nuevamente, la agresión estadounidense contra la Corea del Norte semicolonial, que recibe apoyo del imperialismo chino, podría ser otro ejemplo.

 

Del mismo modo, puede haber guerras civiles donde los trabajadores y los oprimidos luchan contra una dictadura reaccionaria. El régimen recibe un fuerte apoyo de una Gran Potencia y los rebeldes algo de apoyo de una Gran Potencia rival. Siria ha sido un caso así hasta que Estados Unidos renunció a su ya muy limitado apoyo a los rebeldes.

 

Hemos tratado en otro espacio con más detalle escenarios de guerra tan complejos y las tácticas militares finales. [19] En este punto, nos limitamos a resumir nuestro método para abordar estos temas. El punto decisivo es abordar estos temas de manera dialéctica y no mecanicista. Sería totalmente simplista concluir que, debido a la interferencia de las fuerzas imperialistas o reaccionarias en ambos lados, es mejor tomar una postura neutral. Si bien tal conclusión puede ser correcta y aplicable en varios casos, también puede ser incorrecta en otros. Los revolucionarios deben tener en cuenta el origen, la historia y los factores impulsores (así como los factores secundarios) de cualquier conflicto dado, así como la naturaleza de clase de los diferentes campos.

 

Si esto no se hace, el análisis marxista y el arte revolucionario de elaborar tácticas se reducirían a un mero recuento de ventajas y desventajas. Sin embargo, de hecho, la realidad es una "totalidad concreta, una unidad entre lo universal y lo particular", para usar las palabras del distinguido filósofo soviético de la década de 1920, Abram Deborin. [20]

 

Aquellos socialistas que siempre toman una posición neutral y abstencionista en conflictos y guerras tan complejos, creen erróneamente que tal línea les asegurará defender la independencia de la clase trabajadora. Sin embargo, de hecho, ¡sólo defienden la “independencia” de la clase trabajadora de la realidad objetiva impidiéndole promover sus propios intereses participando en las luchas concretas entre las fuerzas sociales!

 

A diferencia de tales abstencionistas, los marxistas tienen que estudiar concretamente un conflicto o guerra dados y derivar las tácticas apropiadas de ellos. Sin este enfoque, el marxismo se reduce a una muestra de obviedades abstractas y una pasividad táctica de esperar al margen por tiempos mejores, mientras que en la realidad millones de trabajadores y oprimidos luchan por sus derechos democráticos y sociales contra las clases dominantes.

 

Para concluir, repetimos lo que ya dijimos hace algunos años: "Es cierto que las potencias imperialistas históricamente han tratado de utilizar las luchas democráticas para sus propios fines e interferir en ellas. A tal injerencia deben oponerse las fuerzas marxistas. Pero como dijo Lenin, En la época del imperialismo las grandes potencias siempre intentarán interferir y utilizar los conflictos nacionales y democráticos. Sin embargo, este hecho no debería llevar a los marxistas a adoptar automáticamente una posición derrotista en lugar de revolucionaria-defensista en tales conflictos. Los marxistas deberían depender de qué factor se vuelve dominante: la lucha nacional por la liberación democrática o la guerra imperialista de conquista”. [21]

 

 

 



[1] Consulte los capítulos 12 y 13 de El gran robo del sur.

[2] Véase el capítulo II de Michael Pröbsting: World Perspectives 2018: A World Pregnant with Wars and Popular Uprisings. Theses on the World Situation, the Perspectives for Class Struggle and the Tasks of Revolutionaries, RCIT Books, Vienna 2018, https://www.thecommunists.net/theory/world-perspectives-2018/

[3] Leon Trotsky: Petty-Bourgeois Democrats and Moralizers (1938-39); in: Writings of Leon Trotsky, Supplement 1934-40, p. 866

[4] Communist International: Theses on the Fight against the War Danger (1922), en: Jane Degras: The Communist International 1919-1943. Documents Volume I 1919-1922, p. 330

[5] V. I. Lenin: Imperialismo: Fase Superior del Capitalismo (191), Ed. Fundación Federico Engels, p. 50, https://www.fundacionfedericoengels.net/images/PDF/lenin_imperialismo.pdf

[6] V. I. Lenin: Imperialismo: Fase Superior del Capitalismo (191), p. 52 https://www.fundacionfedericoengels.net/images/PDF/lenin_imperialismo.pdf

[7] V. I. Lenin: El folleto de Junius (1916), Lenin. Obras Escogidas, Tomo VI, Ed. Progreso, p.7, https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/oe12/lenin-obrasescogidas06-12.pdf

[8] V. I. Lenin y G. Zinoviev: El Socialismo y La Guerra (1915), https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/1910s/1915sogu.htm

[9] Leon Trotsky: Speech at the Fourth Congress of the Communist International (1 December 1922), in: John Riddell (Ed.): Toward the United Front. Proceedings of the Fourth Congress of the Communist International, 1922, Historical Materialism Book Series, Brill, Leiden 2012, p. 1000

[10] John West (James Burnham): War and the Workers (1936), Workers Party Pamphlet, https://www.marxists.org/history/etol/writers/burnham/1936/war/index.htm

[11] Leon Trotsky: Resolution on the Antiwar Congress of the London Bureau (1936), in: Documents of the Fourth International, New York 1973, p. 99

[12] Ver, p.e., UNICEF: Results of the 1999 Iraq Child and Maternal Mortality Surveys. El informe fue publicado por la Federación de Científicos Estadounidenses (fas.org/news/iraq/1999/08/990812-unicef.htm) pero, como era de esperar, ha sido eliminado recientemente.

[13] V.I Lenin: La revolución socialista y el derecho de las naciones a la autodeterminación (1916), https://fundacionfedericoengels.net/index.php/2-uncategorised/31-autodeterminacion-lenin

[14] V. I. Lenin: El Proletariado Revolucionario y el Derecho de las Naciones a la Autodeterminación (1915), Lenin. Obras Completas, Ed. Progreso, Tomo XXVII, p. 66

[15] León Trotsky: Combatir al imperialismo para combatir al fascismo (1938), https://www.marxists.org/espanol/trotsky/ceip/escritos/libro6/T10V106.htm

[16] Cita de: David H. Slavin: The French Left and the Rif War, 1924-25: Racism and the Limits of Internationalism, in: Journal of Contemporary History, Vol. 26, No. 1, enero de 1991, p. 10; ver también numerosos documentos del PCF reprodcidos (en alemán) en Jakob Moneta: Die Kolonialpolitik der französischen KP, Hannover 1968, S. 42-61

[17] La táctica antiimperialista del frente único enfatizó la naturaleza progresiva de la lucha contra la dominación imperialista, incluso si tiene lugar bajo el liderazgo de fuerzas (pequeño) burguesas: "La tarea fundamental, común a todos los movimientos nacional-revolucionarios consiste en realizar la unidad nacional y la autonomía política. La solución real y lógica de esta tarea depende de la importancia de las masas trabajadoras que un determinado movimiento nacional sepa arrastrar en su desarrollo, tras haber roto todas las relaciones con los elementos feudales y reaccionarios y encarnado en su programa las reivindicaciones sociales de esas masas. Consciente de que en diversas condiciones históricas los elementos más variados pueden ser los portavoces de la autonomía política, la Internacional Comunista apoya todo movimiento nacional-revolucionario dirigido contra el imperialismo." (Internacional Comunista: Tesis sobre la cuestión oriental, 5 de diciembre de 1922, Cuarto Congreso de la Internacional Comunista, en Tesis, manifiestos y resoluciones adoptados por los Cuatro primeros

congresos de la Internacional Comunista (1919-1923) Textos completos, p.226, https://www.marxists.org/espanol/tematica/internacionales/comintern/4-Primeros3-Inter-2-edic.pdf.

La Internacional Comunista enfatizó que los marxistas no deben hacerse ilusiones con las fuerzas (pequeño) burguesas en la cima de los movimientos de liberación nacional. Deben aplicar la táctica del frente único para maximizar el poder de movilización y para debilitar la influencia de estos liderazgos.

"La oportunidad de esa consigna está condicionada por la perspectiva de una lucha a largo plazo contra el imperialismo mundial, lucha que exige la movilización de todas las fuerzas revolucionarias. Esta lucha es mucho más necesaria desde el momento en que las clases dirigentes autóctonas tienden a establecer compromisos con el capital extranjero y que esos compromisos afectan a los intereses básicos de las masas populares. Así como la consigna del frente proletario único ha contribuido y contribuye todavía en occidente a desenmascarar la traición cometida por los socialdemócratas contra los intereses del proletariado, así también la consigna del frente antiimperialista único contribuirá a desenmascarar las vacilaciones y las incertidumbres de los diversos grupos del nacionalismo burgués." (Idem, p.229)

[18] Rudolf Klement: Principios y tácticas en la guerra, https://www.marxists.org/espanol/klement/1937/1937a.htm

[19] Ver Capítulo II “Excurse: Different Types of Wars in the Present Period and Consequential Revolutionary Tactics” en Michael Pröbsting: World Perspectives 2018: A World Pregnant with Wars and Popular Uprisings; Michael Pröbsting: Dialectics and Wars in the Present Period. Preface to Rudolf Klement's Principles and Tactics in War, Junio de 2017, https://www.thecommunists.net/theory/dialectics-war/; Michael Pröbsting: Liberation Struggles and Imperialist Interference. The failure of sectarian “anti-imperialism” in the West: Some general considerations from the Marxist point of view and the example of the democratic revolution in Libya in 2011”, en: RCIT: Revolutionary Communism, No. 5; http://www.thecommunists.net/theory/liberation-struggle-and-imperialism

[20] Abram Deborin: Lenin als revolutionärer Dialektiker (1925); en: Nikolai Bucharin/Abram Deborin: Kontroversen über dialektischen und mechanistischen Materialismus, Frankfurt a.M. 1974, p. 125 (traducido por nosotros)

[21] Michael Pröbsting: Liberation Struggles and Imperialist Interference

 

Anti-imperialismo en la Era de la Rivalidad de las Grandes Potencias (Capítulo XXII.)

LIBRO: Anti-imperialismo en la Era de la Rivalidad de las Grandes Potencias

 

Los factores detrás de la Rivalidad acelerada entre los E.U, China, Rusia, la U.E y Japón. Una crítica del análisis de la izquierda y una semblanza de la Perspectiva Marxista.

 

La CCRI publicó este libro en Enero de 2019. El autor es Michael Pröbsting, Secretario Internacional de la CCRI.

 

Translator: Rubén Jaramilllo

 

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XXII. Derrotismo revolucionario y lucha por la plena igualdad de los migrantes

 

 

 

Como hemos señalado anteriormente, la proporción cada vez mayor de migrantes entre la población de los países imperialistas da como resultado la multinacionalización de la clase trabajadora. Esto tiene importantes consecuencias para la lucha de clases en general y para la lucha derrotista contra el imperialismo y el militarismo en particular.

 

Como hemos dicho anteriormente, los migrantes provenientes de países más pobres y semicoloniales constituyen una correa de transmisión crucial entre el pueblo oprimido que vive en su país de origen y la clase trabajadora en el respectivo país imperialista. Pueden ayudar a sensibilizar a los trabajadores nativos de los países imperialistas, pueden introducir el espíritu de lucha militante de sus países de origen en el norte y transmitir diversas habilidades y experiencias del norte al sur. El importante papel de los migrantes y de las minorías nacionales y raciales en general, que desempeñan en diversas luchas de clases, subraya este hecho.

 

En particular, los migrantes son un sector crucial del proletariado al que orientarse en casos de trabajo solidario antiimperialista. Existe una tendencia natural para ellos a solidarizarse con el pueblo oprimido que está siendo atacado por el poder imperialista. Ejemplos destacados de esto han sido el papel central de los inmigrantes musulmanes en el movimiento de masas contra la guerra de Irak en 2003 o las movilizaciones masivas de solidaridad por Palestina.

 

Creemos que, dada una menor identificación nacional de los migrantes con el estado imperialista, los migrantes también jugarán un papel importante para el trabajo de masas de los revolucionarios para socavar los esfuerzos imperialistas de movilización chovinista y militarista. Por lo tanto, la construcción de vínculos con las comunidades de migrantes y la construcción de un partido revolucionario con un fuerte enfoque en los migrantes es una tarea central para los marxistas en los países imperialistas.

 

El tema del racismo y la migración, por su propia naturaleza, toca elementos cruciales del chovinismo imperialista. La lucha anti-chovinista en este terreno desafía la identidad “nacional” del estado nacional imperialista, socava el dominio absoluto del lenguaje estatal, desafía el sistema legal que niega la ciudadanía a muchos migrantes (a pesar de que los migrantes tienen “el derecho” a incrementar la riqueza nacional), desafía el control del estado imperialista sobre sus fronteras, etc.

 

Por estas razones, la CCRI/RCIT considera la política sobre migrantes y refugiados como una preparación y una prueba de fuego para toda organización progresista. Su enfoque de este tema pondrá a prueba si será capaz de resistir las presiones de una guerra imperialista.

 

Siempre hemos enfatizado que los socialistas deben defender a los migrantes y refugiados de la opresión nacional y la discriminación racista. Deben luchar por la plena igualdad de los migrantes y oponerse enérgicamente a cualquier enfoque que los considere "trabajadores invitados" o "extranjeros". Las potencias imperialistas tienen una larga historia de superexplotación, aventuras militares, colonialismo, etc., que aún sufren los países de donde proceden muchos migrantes. Hoy, estas potencias todavía se benefician enormemente de la superexplotación en curso de los países semicoloniales. Además, los capitalistas de los países imperialistas también se benefician de la superexplotación de los migrantes, ya que reciben salarios más bajos (que los trabajadores nativos), tienen menos acceso al servicio social (que los trabajadores nativos), etc. Así que es evidente que los migrantes deben tener plena igualdad.

 

Tal igualdad incluye el uso de la lengua materna en las escuelas, universidades, administración pública, etc. Como hemos subrayado repetidamente, los bolcheviques pidieron, en su momento, la abolición de la lengua estatal y la igualdad de todas las lenguas habladas por los diferentes pueblos de Rusia. Un programa así es totalmente apropiado hoy en día. Otra demanda importante es el salario igual por trabajo igual.

 

La CCRI/RCIT se opone a todos los intentos socialchovinistas de imponer cualquier "asimilación" de los migrantes. Queremos unidad en igualdad de condiciones, interacción mutua y no dominación de la población nativa sobre los migrantes.

 

Los socialistas también deben exigir plenos derechos ciudadanos de los migrantes, que incluyen el derecho a votar, a reunirse, a tener acceso a los servicios públicos, a la seguridad social, a la salud, etc. Esta perspectiva democrática coherente incluye la oposición contra varios de las llamados leyes "antiterroristas” que por la vía de los hechos son utilizadas por la policía para reprimir a los migrantes.

 

La discriminación religiosa cada vez más abierta de los musulmanes demuestra lo importante que es para los socialistas pedir una separación completa del estado y la religión y la plena libertad de todos los grupos religiosos para ejercer su fe.

 

Los socialistas deben pedir un programa de empleo público que incluya la construcción de nuevas viviendas para que todos puedan tener viviendas asequibles. Un programa de este tipo garantizaría el fin del desempleo. Los chovinistas y reformistas objetarán: “¿Cómo se debe financiar esto?” Nuestra respuesta es quitarles el dinero a los que lo han robado en masa a los trabajadores tanto en casa como en el extranjero: ¡los capitalistas! Por lo tanto, dicho programa de empleo público debería financiarse mediante aumentos masivos de los impuestos a los ricos y la expropiación de los superricos.

 

Ante el creciente número de ataques racistas tanto de grupos de derecha como de fuerzas estatales, los socialistas deben hacer un llamado a un frente unido para defender físicamente a los migrantes y refugiados de los ataques racistas (autodefensas, etc.).

 

Otro tema crucial, que afecta en particular al tema del poder del Estado imperialista, es el derecho de los migrantes y refugiados a cruzar libremente las fronteras y entrar en los países ricos. Como hemos elaborado en numerosos documentos, los socialistas deben luchar contra el control racista de la inmigración en los estados imperialistas y defender las ' fronteras abiertas' para los refugiados. Podemos observar la actualidad de este tema en Estados Unidos con los intentos de Trump de deportaciones masivas de migrantes, el envío de soldados a la frontera con México para detener la Caravana Migrante [1], su determinación de construir un muro masivo en la frontera, su "Prohibición musulmana", etc.

 

Lo mismo se aplica en Europa, donde los refugiados que huyen de la guerra, el hambre y la miseria se ven amenazados y detenidos por el régimen racista de Frontex de la UE en el mar Mediterráneo y en los Balcanes. Los refugiados que lograron entrar en Europa son acosados, discriminados y a menudo expulsados. En Rusia se produce una discriminación racista similar contra personas del Cáucaso y Asia Central.

 

El objetivo de tal estrategia revolucionaria es trabajar hacia la unidad multinacional de la clase trabajadora sobre una base internacionalista. Esto significa que nos esforzamos por unir a los trabajadores nativos y trabajadores migrantes que viven en los países imperialistas, así como a los trabajadores que viven en los países imperialistas, con el pueblo oprimido que vive en los países semicoloniales del Sur. Tal unidad solo es posible sobre la base de un internacionalismo constante de la clase trabajadora. Solo es posible si los trabajadores de los países privilegiados, imperialistas, comprenden la necesidad de rechazar los privilegios y prejuicios aristocráticos y aceptar la igualdad de sus hermanos y hermanas de clase que vienen o viven en otros países. En otras palabras, los marxistas deben explicar que la clase trabajadora es por naturaleza una clase internacional y, por tanto, que sus intereses sólo pueden defenderse sobre la base del internacionalismo. La oposición constante contra la defensa de cualquier derecho especial de una minoría privilegiada del proletariado mundial (los que viven en los países ricos) contra la gran mayoría del proletariado mundial (los que viven en el Sur) es una condición previa para la construcción de tal unidad internacional. Por esta razón, los marxistas siempre se han opuesto al control de la inmigración por parte de los estados imperialistas y han apoyado el derecho de las personas a moverse libremente.

 

Como dijimos anteriormente, la multinacionalización de la clase trabajadora crea una base objetiva para el surgimiento de una conciencia internacionalista. Sin embargo, esta tendencia enfrenta importantes contratendencias. Estas contratendencias son en primer lugar la presión represiva masiva y la propaganda chovinista de la maquinaria estatal imperialista, así como de los partidos racistas de derecha. En segundo lugar, está la tremenda influencia de las direcciones reformistas de los partidos socialdemócratas y estalinistas, así como de los sindicatos que siempre han predicado un socialchovinismo abierto u oculto. Para transformar las tendencias espontáneas hacia el internacionalismo en una conciencia de clase antichovinista plenamente desarrollada, es indispensable la intervención de un partido revolucionario.

 

Esta unidad internacional entre trabajadores nativos y migrantes no puede crearse mediante llamamientos abstractos a la solidaridad internacional. Tampoco puede ser creado por adaptación al estado-nacional. Solo puede lograrse sobre la base de luchas conjuntas por las demandas económicas y políticas inmediatas, por los derechos democráticos de los migrantes y por la solidaridad internacional con las luchas de liberación de los trabajadores y oprimidos en el Sur.

 

Las numerosas campañas conjuntas para luchar contra la islamofobia, oponerse a la agresión imperialista en el sur y apoyar las luchas de liberación, levantamientos conjuntos espontáneos de jóvenes como en el distrito londinense de Tottenham y otras ciudades británicas en agosto de 2011, iniciativas populares espontáneas para ayudar a los refugiados que huyen de la guerra y la miseria. (como sucedió en varios países europeos en otoño de 2015) - todos estos son ejemplos de que tal trabajo en el espíritu del internacionalismo antiimperialista y anti-chovinista tiene una base real con la que los socialistas pueden relacionarse.

 

Trabajar hacia tal estrategia ayudará a los revolucionarios a contrarrestar los intentos de la clase dominante de dividir a la clase trabajadora y promover el odio entre sus diferentes sectores nacionales a través de la difusión del odio chovinista contra los migrantes y la histeria por la llamada "Crisis de los refugiados". Permitirá a los revolucionarios transformar tal polarización reaccionaria en la creación de una unidad internacional de trabajadores y oprimidos de diferentes países.

 

Es sobre la base de tal programa que los revolucionarios intentan organizar a los migrantes en sindicatos y otras organizaciones de masas de la clase trabajadora. Más importante aún, deben esforzarse por construir partidos obreros revolucionarios en los países imperialistas con un fuerte enfoque en los trabajadores migrantes y la juventud. [2]

 

Dicho programa se basa en el enfoque revolucionario desarrollado por la Internacional Comunista en los tiempos de Lenin y Trotsky. Esta posición ha sido elaborada en las "Tesis generales sobre la Cuestión de Oriente", adoptadas en el Cuarto Congreso de la Internacional Comunista en 1922. Este documento establece sin ambigüedades:

 

"Los partidos comunistas de los países imperialistas (tales como Estados Unidos, Japón, Inglaterra, Australia y Canadá) tienen el deber, dada la inminencia del peligro, de no limitarse a una propaganda contra la guerra sino de esforzarse, por todos los medios, en aislar a los factores capaces de desorganizar el movimiento obrero de esos países y de facilitar la utilización por parte de los capitalistas de los antagonismos de nacionalidades y de razas.

 

Esos factores son: el problema de la emigración y del bajo precio de la mano de obra de color.

 

El sistema de contratos sigue siendo hasta ahora el principal medio de reclutamiento de los obreros de color para las plantaciones azucareras de los países del Sur del Pacífico, donde los obreros son importados de China y de India. Este hecho determinó que los obreros de los países imperialistas exigieran la promulgación de leyes prohibiendo la inmigración y el empleo a la mano de obra de color, tanto en América como en Australia. Esas leyes prohibitivas evidencian el antagonismo existente entre los obreros blancos y los obreros de color, y dividen y debilitan la unidad del movimiento obrero.

 

Los partidos comunistas de Estados Unidos, de Canadá y de Australia deben emprender una enérgica campaña contra las leyes prohibitivas y demostrarles a las masas proletarias de esos países que leyes de ese tipo provocan la lucha de razas, y se vuelven finalmente contra los trabajadores de los países prohibicionistas.

 

Por otra parte, los capitalistas suspenden las leyes prohibitivas para facilitar la inmigración de la mano de obra de color, que trabaja a más bajo precio y disminuir, de ese modo, el salario de los obreros blancos. Esta intención manifestada por los capitalistas de pasar a la ofensiva puede ser desbaratada eficazmente si los obreros inmigrados entran en los sindicatos donde están organizados los obreros blancos. Simultáneamente, debe reivindicarse un aumento de salarios para la mano de obra de color, de manera que se equiparen con los de los obreros blancos. Una medida de ese tipo adoptada por los partidos comunistas desenmascarará las intenciones capitalistas y a la vez mostrará claramente a los obreros de color que el proletariado internacional es extraño a los prejuicios raciales." [3]

 

¡Tal enfoque comunista no ha perdido su actualidad!

 

 

 



[1] Ver, por ejemplo, RCIT: Central America/Mexico /U.S.: Solidarity with the Migrants’ Caravan! 01.11.2018, https://www.thecommunists.net/worldwide/latin-america/central-america-mexico-u-s-solidarity-with-the-migrants-caravan/

[2] Para una elaboración más detallada de la posición de la RCIT sobre la migración y el programa internacionalista de igualdad revolucionaria, remitimos a los lectores a varios documentos que hemos publicado y que están disponibles en nuestro sitio web. Véase, por ejemplo, Michael Pröbsting: Patriotic "Anti-Capitalism" for Fools. Yet Again on the CWG/LCC's Support for "Workers’" Immigration Control and Protectionism in the US, 30.5.2017, https://www.thecommunists.net/theory/cwg-lcc-us-protectionism/; Michael Pröbsting and Andrew Walton: The Slogan of "Workers’" Immigration Control: A Concession to Social-Chauvinism, 27.3.2017, https://www.thecommunists.net/theory/workers-immigration-control/; Michael Pröbsting and Andrew Walton: A Social-Chauvinist Defence of the Indefensible. Another Reply to the CWG/LCC's Support for "Workers’" Immigration Control, 14.5.2017, https://www.thecommunists.net/theory/cwg-immigration-control/; RCIT: Marxism, Migration and Revolutionary Integration, https://www.thecommunists.net/oppressed/revolutionary-integration/; Michael Pröbsting: The Great Robbery of the South, chapter 8.iv) and 14ii), https://www.thecommunists.net/theory/great-robbery-of-the-south/; Michael Pröbsting: The British Left and the EU-Referendum: The Many Faces of pro-UK or pro-EU Social-Imperialism, August 2015, Chapter II.2, https://www.thecommunists.net/theory/british-left-and-eu-referendum/part-5-1/, RCIT-Program, chapter V: https://www.thecommunists.net/rcit-manifesto/fight-against-oppression-of-migrants/, RCIT-Manifesto chapter IV: https://www.thecommunists.net/rcit-program-2016/chapter-iv/; and various actual statements and articles here: https://www.thecommunists.net/worldwide/europe/articles-on-refugees/. See also Michael Pröbsting: Migration and Super-exploitation: Marxist Theory and the Role of Migration in the present Period of Capitalist Decay, in: Critique: Journal of Socialist Theory (Volume 43, Issue 3-4, 2015), pp. 329-346. We have also published a detailed study on migration and the Marxist program in German. See Michael Pröbsting: Marxismus, Migration und revolutionäre Integration (2010); in: Der Weg des Revolutionären Kommunismus, Nr. 7, pp. 38-41, http://www.thecommunists.net/publications/werk-7

[3] Internacional Comunista: Tesis sobre la cuestión oriental, 5 de diciembre de 1922, Cuarto Congreso de la Internacional Comunista, en Tesis, manifiestos y resoluciones adoptados por los Cuatro primeros

congresos de la Internacional Comunista (1919-1923) Textos completos, p.230, https://www.marxists.org/espanol/tematica/internacionales/comintern/4-Primeros3-Inter-2-edic.pdf.

 

Anti-imperialismo en la Era de la Rivalidad de las Grandes Potencias (Capítulo XXIII.)

 

LIBRO: Anti-imperialismo en la Era de la Rivalidad de las Grandes Potencias

 

Los factores detrás de la Rivalidad acelerada entre los E.U, China, Rusia, la U.E y Japón. Una crítica del análisis de la izquierda y una semblanza de la Perspectiva Marxista.

 

La CCRI publicó este libro en Enero de 2019. El autor es Michael Pröbsting, Secretario Internacional de la CCRI.

 

Translator: Rubén Jaramilllo

 

* * * * *

 

XXIII. La izquierda frente a la rivalidad de las grandes potencias: socialimperialistas pro-occidentales

 

 

En este capítulo analizaremos las estrategias que ofrecen varias fuerzas de izquierda en respuesta a la acelerada rivalidad entre las grandes potencias. Antes de hacer esto resumiremos brevemente las principales conclusiones de los capítulos anteriores en los que elaboramos la estrategia del derrotismo revolucionario en el período actual.

 

 

 

Observaciones generales de introducción

 

 

 

Las condiciones previas para cualquier internacionalismo significativo de la clase trabajadora en la era de la rivalidad entre las grandes potencias son:

 

a) el reconocimiento de la existencia de estas potencias imperialistas (es decir, que Estados Unidos, la UE, Japón, así como Rusia y China son tales) y, en consecuencia,

 

b) que los socialistas deben permanecer en una oposición antiimperialista intransigente y constante contra todas las grandes potencias.

 

Por tanto, los socialistas no deben elegir un “mal menor” en los conflictos entre las grandes potencias (o sus representantes), sino que deben adoptar una posición derrotista contra todas ellas. (“¡El enemigo principal está en casa!”, “Transformar la guerra imperialista en guerra civil”)

 

Tal rechazo categórico de ponerse del lado de cualquier Gran Potencia sigue siendo puramente negativo y platónico, si no se combina con apoyo activo a las luchas de los trabajadores y oprimidos contra la clase dominante en todos estos países, así como a las luchas de liberación de los pueblos oprimidos atacados por cualquiera de estas Grandes Potencias (o sus aliados). Ejemplos de ello son las luchas de liberación nacional como las de Afganistán contra Estados Unidos, en Siria contra Rusia y su marioneta Assad, en Yemen contra la coalición liderada por Arabia Saudita (y respaldada por Occidente), del pueblo palestino contra Israel o del pueblo uigur. contra China. También incluye el apoyo a luchas democráticas como las de Egipto contra la dictadura militar del general Sisi o del pueblo de Cachemira contra la ocupación india. E incluye la defensa de países como Corea del Norte, Cuba o Venezuela frente a la agresión de Estados Unidos.

 

Además, la lucha constante por la plena igualdad de los migrantes en los países imperialistas, así como por las fronteras abiertas para los refugiados, también es parte de tal estrategia antiimperialista consistente.

 

Sin tal estrategia combinada de antiimperialismo y pro-liberacionismo, de oposición contra todas las grandes potencias y apoyo a todas las luchas de liberación de los trabajadores y oprimidos, sin tal programa combinado es imposible seguir una línea marxista en el presente período histórico.

 

Desafortunadamente, tal programa de derrotismo revolucionario es parcial o completamente rechazado por la mayoría de las fuerzas centristas y reformistas de izquierda. Ya hemos discutido y criticado en capítulos anteriores cómo estas organizaciones no logran captar el carácter de los nuevos gigantes imperialistas Rusia y China y las consecuencias de esto para la creciente rivalidad entre las grandes potencias. A continuación, abordaremos las consecuencias que estos partidos y organizaciones extraen de sus análisis para sus tácticas en las grandes luchas del presente período.

 

Básicamente podemos clasificar las siguientes corrientes entre las fuerzas reformistas de izquierda y centristas:

 

1. Socialimperialistas abiertamente pro-occidentales

 

2. Socialimperialistas abiertamente pro-orientales

 

3. Negadores del carácter imperialista de Rusia y China, pero reacios a sacar conclusiones

 

4. Social-pacifistas eclécticos

 

Independientemente de sus distintas alianzas y diferencias tácticas, los socialimperialistas pro-occidentales y pro-orientales comparten la misma fisonomía política y socio-económica. Tienen la misma base de clase social-histórica, así como la misma perspectiva estratégica. En la mayoría de los casos, estas fuerzas representan a los partidos obreros burgueses, basados en un programa reformista. En algunos casos, son formaciones burguesas-populistas como el KPRF ruso o simplemente partidos que representan a la maquinaria estatal gobernante como los partidos “comunistas” en China, Cuba, Vietnam, etc.

 

Estos partidos suelen estar bien integrados en la superestructura política del sistema capitalista, ya sea mediante la participación repetida en los gobiernos nacionales o regionales (en países democráticos burgueses), mediante la representación parlamentaria regular, mediante la integración en la burocracia sindical, etc. o simplemente dominando como el único partido gobernante existente (en dictaduras).

 

En dictaduras como China, Cuba o Vietnam, estos partidos “comunistas” representan simplemente la alianza entre la burocracia estatal y la burguesía emergente. En países donde las fuerzas reformistas no son partidos gobernantes desde hace mucho, generalmente tienen su base social en la aristocracia obrera (es decir, los estratos más privilegiados de la clase trabajadora) y sectores de la clase media. Se adaptan a (un ala de) la burguesía, ya sea de su propio país imperialista o de un rival imperialista.

 

La relación entre reformismo, socialimperialismo y aristocracia obrera es bastante larga y ya ha sido enfatizada por Lenin.

 

“¿Cuál es la esencia económica del defensismo en la guerra de 1914-1915? La burguesía de todas las grandes potencias hace la guerra para repartirse y explotar el mundo, y para oprimir a otras naciones. A un reducido grupo de la burocracia obrera, la aristocracia obrera y los compañeros de ruta pequeñoburgueses pueden tocarle algunas migajas de las grandes ganancias de la burguesía. El socialchovinismo y el oportunismo tienen la misma base de clase: la alianza de un pequeño sector de obreros privilegiados con "su" burguesía nacional, contra las masas de la clase obrera; la alianza entre los lacayos de la burguesía y la burguesía contra la clase que es explotada por ésta. El contenido político del oportunismo y del socialchovinismo es el mismo: colaboración entre las clases, rechazo de la dictadura del proletariado, rechazo de las acciones revolucionarias, aceptación incondicional de la legalidad burguesa, falta de confianza en el proletariado y confianza en la burguesía. El socialchovinismo es la continuación directa y la culminación de la política obrera liberal inglesa, del millerandismo y el bernsteinismo.[1]

 

Hoy, con la integración mucho más profunda de los partidos reformistas en el sistema burgués, incluida su participación regular en los gobiernos regionales y nacionales, estas tendencias socialimperialistas tienen una base económica y política mucho más firme y sólida. [2]

 

No existe una muralla china (juego de palabras intencional) entre los socialimperialistas pro-occidentales y pro-orientales. Se adaptan a (alas de) la burguesía de diferentes poderes nacionales. Pero como es bien sabido, las potencias imperialistas alternan conflictos con la colaboración entre sí. Además, la burguesía de un país determinado no es una clase monolítica, sino que tiene diferentes facciones. Entre ellos se encuentran a menudo sectores que, al menos durante un período determinado, prefieren la colaboración con otra potencia en lugar del enfrentamiento.

 

Esto es particularmente cierto dado que existen sectores dentro de la clase dominante (y más aún entre la clase media) en la Unión Europea y Japón que simpatizan con una política global más “independiente” de sus estados, es decir, una que sea independiente del imperialismo estadounidense y que lucha por una mayor colaboración con Rusia y China.

 

Por lo tanto, no es sorprendente que haya contactos y, a veces, cooperación entre las partes del campo pro-occidental y pro-oriental. Véanse, por ejemplo, las relaciones amistosas y la cooperación entre los socialimperialistas pro-occidentales del PIE (Partido de La Izquierda Europea), los partidos estalinistas pro-orientales, varios centristas y el YPG (Unidades de Protección Popular) kurdo, que actúa como representantes del imperialismo estadounidense en Siria.

 

Además, las burocracias reformistas pueden cambiar al amo al que sirven. La historia de la socialdemocracia está llena de tales contradicciones. No olvidemos que los partidos socialdemócratas de Europa Occidental en las décadas de 1920 y 1930 formaban parte de la misma organización (la Segunda Internacional). Sin embargo, estaban alineados con facciones de sus respectivas burguesías nacionales que a menudo tenían relaciones hostiles entre sí (por ejemplo, Alemania contra Francia o Gran Bretaña). También hubo períodos en los que estos partidos mantuvieron estrechas relaciones con el imperialismo estadounidense. Naturalmente, esto resultó a veces en rupturas agudas entre ellos.

 

En este capítulo nos ocuparemos de los socialimperialistas pro-occidentales. Caracterizamos a esas fuerzas reformistas como socialimperialistas abiertamente pro-occidentales que están del lado de “su” patria imperialista occidental y apoyan con palabras y hechos los intereses políticos y económicos de “su” burguesía. Como partidos más importantes de esta corriente podemos identificar a los partidos reformistas de izquierda unidos en el Partido de la Izquierda Europea (PIE) así como al Partido Comunista Japonés (PCJ). Los principales partidos del PIE son el Parti Communiste Français (Francia), die LINKE (Alemania) y SYRIZA (Grecia). [3] Todos estos partidos eran antiguas fuerzas estalinistas que se han transformado en partidos neo-socialdemócratas.

 

 

 

El Partido de la Izquierda Europea (PIE)

 

 

 

Como ya hemos elaborado en varios documentos, los partidos miembros del PIE son formaciones socialimperialistas pro-occidentales profundamente reformistas. [4] Demostremos esto con varios ejemplos. En los años 1997-2002, el Parti Communiste Français (PCF) fue parte del gobierno de Jospin que participó activamente en las guerras de la OTAN contra Serbia en 1999 y Afganistán en 2001. Su partido miembro en Italia en ese momento -el Partito della Rifondazione Comunistade Fausto Bertinotti- apoyó al gobierno neoliberal de Romano Prodi en 1996-98 y se unió a un segundo gobierno Prodi en 2006-08. En este cargo, votó por la participación italiana en la ocupación imperialista de Afganistán y por el envío de tropas al Líbano. El LINKE alemán no participó en los gobiernos nacionales hasta ahora (a pesar del gran deseo de la dirección del partido) pero se unió a varios gobiernos de coalición regional que implementaron la política de austeridad neoliberal.

 

SYRIZA encabeza el gobierno griego desde enero de 2015 en alianza con el partido de extrema derecha ANEL. En los últimos cuatro años, ha implementado los programas de austeridad dictados por la UE con más éxito que cualquiera de sus predecesores conservadores o socialdemócratas. En el Consejo de la Unión Europea, el líder de SYRIZA y el primer ministro de Grecia, Alexis Tsipras, respaldaron todas las decisiones del imperialismo de la UE, incluidas varias sanciones contra Rusia.

 

Los partidos miembros importantes del PIE también tienen un historial vergonzoso de apoyar la campaña de guerra imperialista (bajo el pretexto de la “guerra contra el terror”) contra los pueblos oprimidos en el Medio Oriente y en África. Mantuvieron estrechas relaciones con el Partido Comunista Iraquí, que apoyó la ocupación estadounidense de Irak desde 2003 y participó en varias administraciones coloniales del país. El PCF, así como el Front de Gauche de Jean-Luc Mélenchon, expresaron en sus declaraciones públicas que “comparten los objetivos del gobierno de Malí de derrotar a los terroristas yihadistas en el norte”. [5] Cuando el gobierno socialdemócrata decidió enviar tropas francesas a Mali, tanto el PCF como Mélenchon apoyaron plenamente esta decisión. Solo criticó que tal intervención debería haber sido ordenada por las Naciones Unidas. El diputado parlamentario del PCF, André Chassaigne, declaró: “Era urgente y necesaria una intervención internacional para detener la ofensiva de los fanáticos islamistas”. La misma posición fue expresada por François Asensi, diputado del FdG de Mélenchon: “La posición de los diputados del Frente de Izquierda, tanto comunistas como republicanos, es clara: abandonar al pueblo maliense a la barbarie de los fanáticos habría sido un error político y un pecado moral. La no intervención habría sido el peor acto de cobardía.[6]

 

Después del ataque a la revista racista Charlie Hebdo el 7 de enero de 2015, el PCF y la FdG de Mélenchon elogiaron este trapo islamófobo como “progresista”. Se unieron a la reaccionaria campaña "Je Suis Charlie" y llamaron a participar en la manifestación proimperialista por la "unidad nacional" en París el 11 de enero, una marcha televisada mundialmente dirigida por, entre otros, los jefes de los gobiernos imperialistas occidentales, incluido el criminal de guerra y presidente de Israel, Benjamin Netanjahu. ¡Incluso no votaron en el parlamento el 13 de enero contra la extensión de la intervención militar de Francia en Irak! [7]

 

Después de los ataques terroristas en París el 13 de noviembre de 2015, el PCF se unió nuevamente a la “Unión Nacionales”. ¡Todos sus diputados votaron por el estado de emergencia y, más tarde, por su prórroga por tres meses! [8] No es de extrañar que este partido socialchovinista también apoye la prohibición del hijab y el burka para las mujeres musulmanas. [9]

 

El mismo espíritu socialchovinista está detrás de la posición de Sahra Wagenknecht y su iniciativa afueteen. Wagenknecht es la líder de la facción parlamentaria del LINKE alemán. Ella denuncia abiertamente el eslogan de “fronteras abiertas” como “quijotesco”, critica al gobierno conservador de Angela Merkel por permitir a tantos refugiados varones en el país en 2015 y ataca -similar a los racistas y sionistas de derecha- a inmigrantes musulmanes por no “Integrarse en la sociedad”. [10]

 

 

 

Islamofobia: el nuevo antisemitismo del siglo XXI

 

 

 

En este punto queremos llamar brevemente la atención al hecho, en gran parte ignorado por muchos “izquierdistas”, que la islamofobia imperialista es el nuevo antisemitismo del siglo XXI. Si bien las grandes potencias rivalizan entre sí en numerosos temas, están totalmente de acuerdo en una cosa: la discriminación y la opresión de las minorías musulmanas. Naturalmente, lo hacen por motivos políticos y no religiosos. Uno de los aliados clave de Washington en el Medio Oriente es el Reino Wahabita en Arabia Saudita y uno de los aliados clave de Moscú es el régimen teocrático de Irán, así como el carnicero Kadyrov en Chechenia. [11] Pero predican y utilizan el odio contra las minorías musulmanas y los musulmanes por varias razones:

 

i) Para oprimir y sobreexplotar a los migrantes como mano de obra barata en los países imperialistas;

 

ii) Oprimir a las minorías nacionales musulmanas (por ejemplo, chechenos y otras personas caucásicas, uigures, etc.);

 

iii) Legitimar el apoyo a dictaduras "seculares" como las de Assad, el general Sisi, en Uzbekistán, Tayikistán, etc.;

 

iv) Legitimar las guerras e intervenciones imperialistas en Siria, Irak, Afganistán, Somalia, Mali, Níger, etc.

 

Por estos motivos, consideramos el acercamiento a la islamofobia imperialista como una de las pruebas más importantes para la llamada “izquierda”. Hacer cualquier tipo de concesión a esta plaga, ya sea en asuntos internos relacionados con los migrantes o las minorías nacionales, o en cuestiones de política exterior como intervenciones militares en países musulmanes o en el enfoque hacia el Israel sionista y la lucha por la liberación palestina, es una prueba inequívoca de socialchovinismo y de capitulación al imperialismo. Desafortunadamente, toda la historia reciente de numerosos partidos reformistas y centristas demuestra que la mayoría de ellos han fallado vergonzosamente en esta prueba.

 

SYRIZA, el partido gobernante de Grecia y una de las principales fuerzas del PIE, pone en práctica esta política socialchovinista. Tiene plena corresponsabilidad del asalto imperialista de la UE a los refugiados, ya que acuerda todos los programas anti-inmigrantes en el Consejo de la Unión Europea y los implementa lealmente (programa Frontex, etc.). Es una verdad marxista muy vieja que, como le gustaba decir a Lenin, “Es necesario juzgar a las personas por sus hechos y no por sus palabras.[12] ¡Juzgado por sus hechos, el PIE no tiene nada que ver con el antiimperialismo y la solidaridad internacionalista para los migrantes y refugiados!

 

Otra expresión del socialchovinismo profundamente arraigado del PIE es su apoyo al estado sionista de Israel. Las principales figuras del PIE han expresado repetidamente su apoyo a este estado de ocupación colonial. Gregor Gysi, un líder viejo del LINKE alemán y actual presidente del PIE, enfatizó repetidamente que su partido representa la “Solidaridad con Israel”. En un discurso caracterizó “la solidaridad con Israel como un elemento moral fundamental de la razón del Estado alemán”. [13]

 

Durante la guerra de Gaza en 2008/09, el presidente del LINKE en Berlín, Klaus Lederer, se unió a una manifestación con el lema “Apoyo a Israel - Operación Plomo Fundido” y fue, junto con los políticos de los otros partidos burgueses, uno de los oradores principales. El LINKE alemán incluso llega a denunciar cualquier apoyo a una solución de un solo estado en Palestina, así como los llamamientos al boicot de los productos básicos israelíes o la participación en los convoyes de solidaridad de Gaza. Incluso asocia tales actividades con el “antisemitismo”. ¡También declara su apoyo a posiciones como incompatibles con la pertenencia al grupo parlamentario! ¡Estas posiciones fueron adoptadas en 2011 por unanimidad por la dirección, respectivamente el grupo parlamentario, del LINKE! [14] Como hemos informado, el Partido Comunista de Austria, también miembro del PIE, ha calumniado repetidamente a la Sección de la CCRI/RCIT como “antisemita”. Incluso lo expulsó de sus eventos públicos debido a nuestra constante posición antisionista y el consecuente apoyo a la lucha de liberación palestina. [15]

 

A la luz de la aceleración de la rivalidad entre las grandes potencias, la dirección del PIE apoya la formación de la UE imperialista como potencia independiente: “Los estados nacionales individuales deben dejar de permitir que las corporaciones y los bancos se enfrenten entre sí. A países como Irlanda ya no se les debe permitir atraer inversores reduciendo sus impuestos y rebajando los estándares sociales y medioambientales. No seremos capaces de hacer casi nada para prevenir tales desequilibrios si seguimos oponiéndonos como estados nacionales, por lo que debemos abrazar la integración europea. Por sí mismos, los estados nacionales individuales nunca podrán responder de manera efectiva a una guerra comercial con Estados Unidos. En este caso, necesitamos ver una respuesta unida de la Unión Europea. Por supuesto, soy consciente del triste estado en el que se encuentran algunas partes de esta Unión Europea. Pero la economía europea, los desafíos ambientales que enfrenta Europa, la prevención de la guerra en este continente y, en última instancia, la cuestión social y los jóvenes en particular, que cada vez adoptan más una identidad europea, todos piden la integración europea, y no su contrario.[16]

 

Por supuesto, el PIE combina ese apoyo a la intervención militar imperialista en África o Medio Oriente, a Israel, o a la declaración del estado de emergencia con interminables invocaciones al pacifismo, la “importancia de las Naciones Unidas”, de “la necesidad por soluciones pacíficas”, etc. [17] Tal propaganda se basa en parte en la tradición pacifista pequeñoburguesa de décadas de estas fuerzas como partidos de oposición (ex) estalinistas y en parte en el hecho de que abogan por una política exterior diferente a la de la Unión Europea. Se adaptan a esa ala de la burguesía monopolista europea que desea una posición independiente de Washington. Naturalmente, como Gran Potencia independiente (es decir, sin el apoyo militar de EE.UU.), la UE sería política y militarmente mucho más débil. Como bloque imperialista tan debilitado, la UE debe esforzarse no por una confrontación a corto plazo con otros rivales, sino más bien por la cooperación y las relaciones “pacifistas” con ellos.

 

 

 

El Partido Comunista Japonés

 

 

 

El Partido Comunista Japonés (PCJ) nunca ha sido parte de un gobierno de coalición. Es un partido de oposición socialdemócrata exestalinista considerable que tiene oficialmente unos 300.000 miembros y 20.000 células en todo el país. En las elecciones para la Cámara de Representantes de 2017, el PCJ recibió 4,4 millones de votos, o el 7,91%. Y en las elecciones de 2016 para la Cámara de Consejeros, el partido obtuvo 6,02 millones de votos, o el 10,74%. [18]

 

Una característica programática crucial del PCJ desde el comienzo de su existencia legal en 1945 es la negación del carácter imperialista de Japón. Si bien el partido acepta que Japón ha sido una potencia imperialista antes de 1945, afirma que se ha producido un cambio fundamental desde entonces. Ya en una declaración programática adoptada en el Pleno del Comité Central celebrada en agosto de 1948, el PCJ definió como sus objetivos la recuperación del estatus de Japón como un estado independiente (es decir, imperialista independiente). Pidió "el derecho de Japón a la autodefensa", la "reversión a Japón de las islas que nacional e históricamente le pertenecen", así como una "garantía de independencia de la economía japonesa":

 

2. Independencia: la recuperación total de la soberanía. (No se soportará obligación alguna que atente contra la soberanía). 3. Territorio: la reversión a Japón de islas que originalmente pertenecerían a Japón a nivel nacional e histórico. (...) 5. Denuncia de guerra y derecho a la legítima defensa: denuncia de guerra; la oposición a cualquier condición que pudiera involucrar a Japón en una disputa internacional y la aprobación del derecho de Japón a la autodefensa. 6. Economía: garantía de la independencia de la economía japonesa y mejora de la vida de las personas y la formación de relaciones económicas equitativas con todos los países del mundo.[19]

 

En un borrador de programa publicado por la dirección del PCJ en septiembre de 1957 (y posteriormente adoptado en un congreso), se dio la siguiente caracterización: “Es el imperialismo estadounidense y el capital monopolista japonés, que está en relaciones subordinadas aliadas con el primero, los que básicamente gobiernan Japón en la actualidad. Si bien es un país capitalista altamente desarrollado, Japón se ha convertido en un país prácticamente dependiente semi-ocupado por el imperialismo estadounidense”. [20] El partido concluyó de esto que el objetivo principal es una “revolución democrática popular” cuyas principales tareas son, entre otras, la consecución de la “completa independencia de la nación”. Opositores internos del partido, "como Shojiro Kasuga, Tomochika Naito y otros que consideraban a Japón como una potencia imperialista básicamente independiente” fueron denunciados como “revisionistas” y consecuentemente expulsados. [21]

 

El PCJ mantiene esta posición hasta el día de hoy, más de 70 años después del final de la Segunda Guerra Mundial, cuando Japón se ha convertido en una de las potencias imperialistas más fuertes de la economía mundial. En su programa, adoptado en 2004, el PCJ da la siguiente caracterización de Japón:

 

"Aunque Japón es un país capitalista altamente desarrollado, es virtualmente un país dependiente, con una parte importante de su territorio, asuntos militares y otros asuntos de estado controlados por Estados Unidos. (…) Estados Unidos aún conserva un poder significativo sobre los asuntos militares y diplomáticos de Japón, y constantemente usa su enorme poder para interferir en los asuntos económicos de Japón. En las Naciones Unidas y en otros foros internacionales, los representantes del gobierno japonés a menudo desempeñan el papel de portavoces del gobierno de los Estados Unidos. La relación entre Japón y Estados Unidos no es una alianza de igualdad de derechos. El estado actual de Japón está marcado por su subordinación estatal a los Estados Unidos, lo cual es extraordinario no solo entre los países capitalistas desarrollados sino en las relaciones internacionales del mundo actual. en el que la colonización es historia. La dominación estadounidense de Japón tiene claramente un carácter imperialista porque pisotea la soberanía e independencia de Japón en interés de la estrategia mundial estadounidense y el capitalismo monopolista estadounidense.[22]

 

De esto se siguen las tareas programáticas del PCJ que efectivamente es la creación de un estado imperialista independiente (por supuesto, "pacífico"):

 

"Un cambio que la sociedad japonesa necesita en la actualidad es una revolución democrática en lugar de una revolución socialista. Es una revolución que pone fin a la extraordinaria subordinación de Japón a Estados Unidos y al dominio tiránico de las grandes corporaciones y círculos empresariales, una revolución que asegura la independencia genuina de Japón y lleva a cabo reformas democráticas en la política, la economía y la sociedad. Aunque se trata de reformas democráticas realizables dentro del marco del capitalismo, su logro en toda regla puede ser posible mediante una transferencia del poder estatal a las fuerzas que representan los intereses fundamentales del pueblo japonés de aquellos que representan el capitalismo monopolista de Japón y están subordinados a los Estados Unidos. El éxito en el logro de este cambio democrático ayudará a resolver los problemas que hacen sufrir a la gente y allanará el camino para la construcción de un Japón independiente, democrático y pacífico que salvaguarde los intereses fundamentales de la mayoría de la población."

 

Según el programa del PCJ, tal Japón imperialista independiente derogaría el Tratado de Seguridad Japón-Estados Unidos ... y continuaría la cooperación con el imperialismo estadounidense ¡"en igualdad de condiciones"! “Japón concluirá un tratado de amistad con Estados Unidos en pie de igualdad. La intervención estadounidense injustificable será rechazada también en los asuntos económicos, a fin de establecer la independencia en todos los campos, incluidos las finanzas, el cambio de divisas y el comercio.”

 

Si bien el PCJ, como todos los partidos reformistas de izquierda, predica el pacifismo y elogia a Naciones Unidas [23], también indica en su programa su voluntad de apoyar la “guerra contra el terror” imperialista: “Oponerse a los dos ataques terroristas indiscriminados que victimizan a la general guerra pública y de represalia, y trabajar para intensificar los llamados internacionales y aumentar la acción común para erradicar el terrorismo.” Asimismo, el líder del PCJ, Shii Kazuo, llamó a “la comunidad global” (es decir, las grandes potencias imperialistas que dominan el Consejo de Seguridad de la ONU) a unir fuerzas para “eliminar el terrorismo”: “Él (Shii) Continúa enfatizando la necesidad de la comunidad mundial para unirse en esfuerzos para eliminar el terrorismo en todo el mundo.[24]

 

 

 

PCJ: Asesor de una estrategia alternativa para el imperialismo japonés

 

 

 

Este apoyo a un Japón imperialista independiente se refleja en las posiciones socialimperialistas sobre temas centrales del período actual. En una declaración programática, publicada en septiembre de 2000, el PCJ declaró una vez más su voluntad de trabajar por un mundo pacífico y la disolución del ejército… aunque con dos calificaciones cruciales. En primer lugar, un escenario de este tipo pacifista sólo debe ser deseado “con la condición de que la paz estable en Asia se mantenga firme, y que el consenso público haya madurado sobre la aplicación completa del artículo de la Constitución 9.” Ya que la “paz estable” no puede ni existirá en un mundo dominado por potencias imperialistas (y ciertamente no existe dada la rivalidad entre Estados Unidos, China, Japón e India por la hegemonía en el este y sur de Asia) y dado que “consenso público” significa que también Las fuerzas reaccionarias del capital monopolista japonés tendrían que aceptar el desarme (que, por supuesto, nunca lo harán), tal futuro pacifista se pospone a un futuro muy lejano.

 

Sin embargo, la parte más importante de toda la declaración es la última frase: “Será natural para nosotros hacer uso de las Fuerzas de Seguridad y de Defensa existentes, si la situación lo exige, para garantizar la seguridad de las personas.[25] Esto no significa otra cosa que el apoyo del PCJ al despliegue del ejército imperialista de Japón “si la situación lo exige”.

 

En efecto, el PCJ actúa como asesor del imperialismo japonés para "emanciparse" de su papel subordinado al imperialismo estadounidense. Otro ejemplo de esto es la crítica del PCJ al gobierno de Abe por no unirse al Banco de Inversión en Infraestructura de Asia (AIIB), dominado por China, que fue fundado en 2015 como una institución financiera imperialista alternativa. El líder del PCJ, Shii Kazuo, exigió “que el gobierno japonés se una al nuevo banco de inversión global planeado con su enfoque en Asia [en reacción a] la decisión del gobierno de no convertirse en miembro fundador del Banco de Inversión en Infraestructura de Asia.[26] Grotescamente, la dirección del PCJ justifica esta propuesta afirmando que “el AIIB representa un movimiento para explorar un orden económico internacional alternativo que desplaza el orden actual centrado en las principales potencias económicas”. Evidentemente, no han oído hablar del hecho de que la propia China ya se ha convertido en una “gran potencia económica”. Por supuesto, en realidad todo esto no es más que una hipócrita propaganda que oscurece el concepto del PCJ de ofrecer una estrategia para el imperialismo japonés independiente.

 

Otro ejemplo del papel socialimperialista del PCJ como asesor de Japón para actuar como una gran potencia es su crítica al gobierno conservador de Abe por no negociar lo suficientemente duro con la Administración Trump en el reciente conflicto arancelario: “El PCJ se opone firmemente al comercio bilateral negociaciones entre Japón y EE. UU. que venden la soberanía económica de Japón a EE. UU.[27]

 

Además, el PCJ también sigue pidiendo el y la defensa de varias islas que Japón ha conquistado en su historia. Así lo exige en su programa de 2004 “el regreso a Japón de las islas Chishima (Kurile) así como de las islas Habomai y la isla Shikotan, que históricamente forman parte de Japón.” (Estas islas han sido controladas por la URSS y Rusia desde 1945. [28]) Asimismo, insisten en el derecho de Japón a controlar las islas Senkaku/Diaoyu que fueron entregadas a Japón por el imperialismo estadounidense en 1972. Sin embargo, estas islas también son reclamados por China y, como resultado, ha habido fuertes tensiones entre las dos potencias en 2012. [29] Sin embargo, el socialimperialista PCJ ha defendido enérgicamente las afirmaciones de Japón desde 1972 hasta hoy. [30]

 

El PCJ tiene la misma posición social-patriótica cuando se trata de reclamos japoneses sobre la isla Dokdo/Takeshima. Estas islas fueron robadas por el imperialismo japonés a Corea en 1905 y también son reclamadas desde hace mucho tiempo por Corea del Sur. [31]

 

Sin embargo, un ejemplo aún peor del socialimperialismo del PCJ ha sido su apoyo pleno e incondicional a la agresión de la Gran Potencia contra Corea del Norte cuando esta última se atrevió a realizar pruebas nucleares y de misiles durante los últimos años. [32] En lugar de apoyar a este pequeño país contra la presión de las mayores potencias imperialistas (Estados Unidos con el apoyo de Japón e incluso el apoyo tácito de China y Rusia), en lugar de defender el derecho de Corea del Norte a obtener algunos misiles nucleares para que puede defenderse de la agresión imperialista, en lugar de todo esto, el socialimperialista PCJ emitió una serie de declaraciones hostiles. El PCJ "condena enérgicamente la imprudente acción de Corea del Norte. (...) exige enérgicamente que Corea del Norte cumpla con las resoluciones del CSNU y deje de participar en más provocaciones militares.” [33] Se llega incluso a exigir explícitamente la aplicación del bloqueo de hambre contra Corea del Norte llamando a “la aplicación estricta de un aumento de las sanciones económicas contra el país”. [34]

 

En resumen, tanto el PEL como el PCJ son partidos socialimperialistas pro-occidentales acérrimos. Abogan por una política alternativa para el imperialismo europeo o japonés (para la independencia de los EE.UU., para la cooperación con Rusia y China) en lugar de un programa socialista en interés de la clase trabajadora. Combinan tal programa socialimperialista con frases pacifistas.

 

 

 



[2] Para un análisis más detallado del reformismo actual, véase Michael Pröbsting: Marxism and the United Front Tactic Today. The Struggle for Proletarian Hegemony in the Liberation Movement in Semi-Colonial and Imperialist Countries in the present Period, RCIT Books, Vienna 2016, https://www.thecommunists.net/theory/book-united-front/

[3] Recientemente se ha producido una división en el PEL. La France insoumise de Mélenchon, PODEMOS en España, Bloco de Esquerda (Portugal), la Alianza Rojo-Verde (Dinamarca), el Partido de la Izquierda (Suecia) y la Alianza de la Izquierda (Finlandia) han fundado un nuevo movimiento llamado “Maintenant le peuple” (“Ahora la gente”). Esta nueva alianza se presentará como una lista separada en las elecciones de la UE en mayo de 2019. Además, también se avecina una división en el LINKE alemán, ya que Sarah Wagenknecht ha lanzado su iniciativaaufstehen. Sin embargo, hasta ahora las diferencias políticas entre MLP y PEL se centran en la crítica de MLP a la política pro-austeridad de SYRIZA así como en la crítica de PEL a la adaptación de MLP al populismo. Las fuerzas pro-PEL también atacan Mélenchon y Wagenknecht por su adaptación al socialchovinismo (por ejemplo, el rechazo de las “fronteras abiertas” para los refugiados). De hecho, como mostraremos a continuación, Wagenknecht defiende posiciones reaccionarias sobre el tema de la migración. Sin embargo, esta es una batalla ridícula entre bandidos hipócritas. Es cierto que Mélenchon y Wagenknecht expresan abiertamente posiciones socialchovinistas. Sin embargo, SYRIZA, una de las principales fuerzas de PEL y el partido gobernante en Grecia, está implementando¡Desde hace años un programa socialchovinista archirreaccionario ya que participa en los regímenes imperialistas de Frontex de la UE! Asimismo, ha formado un gobierno de coalición con el partido de extrema derecha ANEL. Dada la naturaleza burocrática de la división - en realidad, la cuestión principal es el número de escaños que ambas partes esperan ganar en las próximas elecciones europeas - no está claro hasta ahora si hay consecuencias relevantes de esta división para el carácter específico de su división. Orientación socialimperialista. En consecuencia, no es posible tomar en consideración el tema de la división del PEL en este libro. (Para obtener más información sobre la división, véase, por ejemplo, Angelina Giannopoulou: The Party of the European Left, Diem25 and the transnational campaign of Jean-Luc Mélenchon towards the European Elections in 2019, transform europe! 2018; Cécile Barbière: La France Insoumise wants to turn European elections into anti-Macron referendum, 3. Okt. 2018, https://www.euractiv.com/section/eu-elections-2019/news/la-france-insoumise-wants-to-turn-european-elections-into-anti-macron-referendum/; Steffen Vogel: Linke Sammlungsbewegung: Falsches Vorbild Mélenchon, aus: »Blätter« 3/2018, https://www.blaetter.de/archiv/jahrgaenge/2018/maerz/linke-sammlungsbewegung-falsches-vorbild-melenchon; Jürgen Meyer: »Maintenant le Peuple« (MLP, Jetzt das Volk): Spaltung der Europäischen Linken oder neue linke Sammlungsbewegung? 12. Juli 2018 http://internetz-zeitung.eu/index.php/4839-%C2%BBmaintenant-le-peuple%C2%AB-mlp,-jetzt-das-volk-spaltung-der-europ%C3%A4ischen-linken-oder-neue-linke-sammlungsbewegung)

[4] Véase Michael Pröbsting: The Great Robbery of the South, Capítulo 13

[5] Ver PCF: L‘ intervention militaire française comporte de grands risques de guerre (12.1.2013), http://www.pcf.fr/33977; PCF: C’est le Mali qu’il faut reconstruire, (11.1.2013), http://www.pcf.fr/33940

[6] Citado en Don Franks: Mali invaded in new ‘scramble for Africa’, 2 de febrero de 2013, https://rdln.wordpress.com/2013/02/02/mali-invaded-in-new-scramble-for-africa/. La misma cita es reproducida en Kumaran Ira: French Left Front promotes war in Mali, WSWS, 22 de enero de 2013, https://www.wsws.org/en/articles/2013/01/22/left-j22.html, así como en CoReP: Down with the French imperialist intervention in Mali, http://www.revolution-socialiste.info/CoRePCCItMaliEV.htm; ver también L’intervention jugée nécessaire par les députés, 16 enero de 2013, https://www.humanite.fr/politique/l-intervention-jugee-necessaire-par-les-deputes-513009 y Raoul Rigault: Why French troops are in Mali and why the French Communist Party supports the war, 26 de febrero de 2013 https://www.marxist.com/why-french-troops-are-in-mali-and-why-the-french-supports-the-war.htm

[7] Véase RCIT: France after the Attacks in Paris: Defend the Muslim People against Imperialist Wars, Chauvinist Hatemongering, and State Repression! 9.1.2015, http://www.thecommunists.net/worldwide/europe/statement-paris-attacks/; Michael Pröbsting: France: “Communist” Party fails to Vote in Parliament against Imperialist War in Iraq! 15.1.2015, http://www.thecommunists.net/worldwide/europe/french-pcf-iraq-war/; Michael Pröbsting: After the Paris Attack: Socialists must Join Hands with Muslim People Against Imperialism and Racism! Reformist and Centrist Forces try to derail the Workers Movement by Failing to Stand up for Solidarity with the Muslims and Against Imperialist War-Mongering! 17.1.2015, http://www.thecommunists.net/worldwide/europe/france-defend-muslims/; Michael Pröbsting: The Racist Character of Charlie Hebdo and the pro-imperialist campaign “Je Suis Charlie”. Solidarity with Muslim People! NOT Solidarity with Charlie Hebdo! 17.1.2015, http://www.thecommunists.net/worldwide/europe/racist-charlie-hebdo/

[8] Véase RCIT: Terror in Paris is the Result of Imperialist Terror in the Middle East! Stop France’s and other Imperialist Powers’ Warmongering! No Mobilization of the Army inside France! Defend the Muslim Peoples against Chauvinist Hatemongering and State Repression! 14.11.2015, https://www.thecommunists.net/worldwide/europe/terror-in-paris/; RCIT: Increasing Instability and Militarization in the European Union. On the Tasks of Revolutionaries in the New Political Phase which has Opened in Europe after the Terrorist Attack in Paris, 08.12.2015, https://www.thecommunists.net/worldwide/europe/militarism-in-eu/

[9] Véase RKO BEFREIUNG: Austria: Islamophobic Racism on the Rise! Solidarity with the Muslim Brothers and Sisters! No to the Closure of 7 Mosques and the Expulsion of 40 Imams and their Families! 8. De junio de 2018, https://www.thecommunists.net/worldwide/europe/islamophobic-racism-on-the-rise-in-austria/; Almedina Gunić: Gegen das Verhüllungsverbot! Für Religionsfreiheit und Frauenrechte! Kampf dem islamophoben Rassismus und der Diskriminierung muslimischer Frauen! https://www.rkob.net/aktuell/kurzmeldungen/kurzmeldungen-september-1/; see also Yossi Schwartz: Anti-Semitism and Anti-Zionism, 16 d noviembre de 2018, https://www.thecommunists.net/theory/anti-semitism-and-anti-zionism/

[10] Véase "Offene Grenzen für alle - das ist weltfremd", Interview mit Sahra Wagenknecht, erschienen im FOCUS am 10.02.2018, https://www.sahra-wagenknecht.de/de/article/2713.offene-grenzen-f%C3%BCr-alle-das-ist-weltfremd.html

[11] Sobre la adaptación formal de Kadyrov al islamismo y, al mismo tiempo, como dictador local de Putin contra el pueblo checheno, véase, por ejemplo, Fred Weir: Kremlin frets as Russia's once restive Islamist region takes up political Islam. Strongman Ramzan Kadyrov was installed by Putin to squelch Chechnya's Islamist insurrection. But Kadyrov's adoption of sharia and political Islam in the region is challenging Russia's secular constitutional order, septiembre 20, 2017 https://www.csmonitor.com/World/Europe/2017/0920/Kremlin-frets-as-Russia-s-once-restive-Islamist-region-takes-up-political-Islam

[12] Lenin: Chovinismo Alemán y no alemán (1916), Lenin. Obras Completas, Tomo 27, Ed. Progreso, p. 310

[13] Gregor Gysi: Die Haltung der deutschen Linken zum Staat Israel, Vortrag von Dr. Gregor Gysi auf einer Veranstaltung “60 Jahre Israel” der Rosa-Luxemburg-Stiftung am 14.4.2008, http://www.juedische.at/TCgi/_v2/TCgi.cgi?target=home&Param_Kat=3&Param_RB=33&Param_Red=9722

[14] Ver LINKE weist Antisemitismus-Vorwürfe zurück. Der Parteivorstand der LINKEN hat am 21. Mai 2011 ohne Gegenstimmen die folgende Erklärung verabschiedet: http://www.die-linke.de/partei/organe/parteivorstand/parteivorstand20102012/beschluesse/linkeweistantisemitismusvorwuerfezurueck/; Parliamentary Group of the LINKE: Entschieden gegen Antisemitismus, 8. Juni 2011, http://www.die-linke.de/nc/dielinke/nachrichten/detail/artikel/entschieden-gegen-antisemitismus

[15] Sobre la represión estatal contra la sección austríaca de la RCIT, así como la campaña de difamación y los ataques físicos de varias fuerzas de "izquierda", véanse, por ejemplo, los siguientes informes (que incluyen enlaces a más informes): RKOB: Public Prosecution Department in Vienna Stops Investigation against Michael Pröbsting, 09.02.2017, https://www.thecommunists.net/rcit/investigation-vs-proebsting-stopped/; RKOB: Austria: Right-Wing Party Opens Parliamentary Inquiry against the RCIT Section. Biggest Opposition Party smears the Trotskyists for alleged “Left-Wing Extremism”, “Antisemitism” and “Radical Islamism” and asks the Federal Ministry of the Interior to officially investigate them, 29.01.2017, https://www.thecommunists.net/rcit/parliamentary-inquiry-against-rcit-section/; RCIT: Stop Judicial Prosecution for Solidarity with Palestine! A Call to the Austrian State to Drop Its Charges against Michael Pröbsting! https://www.thecommunists.net/rcit/solidarity-proebsting/; RKOB: Austria: “Left-Wing” Zionists Attack Arab Migrants at Demonstration in Solidarity with Refugees! Report (with Pictures and Videos) from the anti-racist Demonstration on 26 November in Vienna by the Austrian Section of the RCIT, 27.11.2016, https://www.thecommunists.net/rcit/zionists-attack-rcit-austria/; RKOB: KPÖ schließt RKOB aus und macht den Weg frei für Frauenschläger der Anti-Nationalen Szene. Wiederholter körperlicher Angriff auf Genossin Gunić am Volksstimmefest, Bericht der Revolutionär-Kommunistischen Organisation BEFREIUNG zum Volksstimmefest 2016, 05.09.2016, https://www.rkob.net/wer-wir-sind-1/rkob-aktiv-bei/bericht-vs-fest-2016/; Report on May Day 2016 in Austria: Joint Resistance against Racist Attacks. Forceful, militant, internationalist demonstration despite racist attacks, Report (with Pictures and Videos) on the multinational, internationalist demonstration in Vienna marking May Day 2016 organized by the Revolutionary Communist Organization LIBERATION, https://www.thecommunists.net/rcit/report-may-day-2016-in-austria/; RCIT: Victory! The Charge against RKOB Spokesperson and Palestine Solidarity Activist Johannes Wiener has been dropped! 10.1.2013, http://www.thecommunists.net/worldwide/africa-and-middle-east/solidarity-with-wiener-won/

[16] An Internationalist Answer, Speech by Gregor Gysi, President of the European Left, held at the Federal Party Congress in Leipzig, 9 June 2018, on the dispute on refugees and migration, https://www.transform-network.net/blog/article/an-internationalist-answer/

[17] Los marxistas comenzaron a luchar contra tales ilusiones en los tribunales internacionales de arbitraje ya antes de la Primera Guerra Mundial. Desafortunadamente, ¡los reformistas todavía no han aprendido nada de esto! (Ver sobre esto, por ejemplo, Annelis Laschitza: Zur Rolle des Zentrismus 1911/12. Ein Beitrag über den Zusammenhang von Imperialismus und Opportunismus, en: Fritz Klein (Ed.): Studien zum deutschen Imperialismus vor 1914, Berlín 1976)

[18] What is the PCJ? A Profile of the Japanese Communist Party (November, 2017), https://www.PCJ.or.jp/english/2011what_PCJ.html

[19] Comité Central del Partido Comunista de Japón: The Fifty Years of the Communist Party of Japan, published by the Publication Bureau of the Central Committee of the Communist Party of Japan, Tokyo 1973, p. 106

[20] The Fifty Years of the Communist Party of Japan, p. 136

[21] On the history of the Japanese Communist Party see also Hans Modrow, Manfred Sohn: Vor dem großen Sprung? Überblick über die Politik der Japanischen Kommunistischen Partei, GNN-Verlag, Schkeuditz 2000

[22] Programa del Partido Comunista Japonés, adoptado el 17 de enero de 2004 en el 23º Congreso del PCJ, http://www.PCJ.or.jp/english/23rd_congress/program.html

[23] Véase, por ejemplo, el apoyo entusiasta del PCJ a los llamamientos evasivos y sin sentido de las Naciones Unidas para prohibir las armas nucleares: PCJ Chair Shii issues statement to welcome the nuclear weapons ban treaty, July 9, 2017 http://www.PCJ.or.jp/english/PCJcc/blog/2017/07/20170709PCJ-chair-shii-issues-statement.html and Shii issues statement welcoming draft N-ban treaty, May 24, 2017 http://www.PCJ.or.jp/english/PCJcc/blog/2017/05/20170524shii-issues-statement.html

[25] PCJ's view on relationship between Constitution's Article 9 and the Self-Defense Forces, September 30 2000, https://www.PCJ.or.jp/english/jps_weekly/e000930_03.html

[26] Not too late for Japan to join AIIB: Shii, April 2, 2015 http://www.jcp.or.jp/english/jcpcc/blog/2015/04/20150402i.html

[27] JCP opposes the Japan-U.S. trade negotiations which disregards Japan’s economic sovereignty, September 28, 2018, http://www.jcp.or.jp/english/jcpcc/blog/2018/09/20180928-jcp-opposes-the-japan-us-trade.html

[28] Observamos de pasada que el PCJ ya exigía la entrega de estas islas desde 1945, es decir, en una época en la que la Unión Soviética era un Estado Obrero Degenerado (o un “país socialista” como incluso afirmó el PCJ). En otras palabras, ¡era un partido socialchovinista tal que ponía los "derechos nacionales" del imperialismo japonés por encima de los de un "país socialista" extranjero! Su comprensión del "socialismo en un país" significaba que eran primero patriotas japoneses y, en segundo lugar, "socialistas".

[29] Michael Pröbsting: No to chauvinist war-mongering by Japanese and Chinese imperialism! 23.9.2012, https://www.thecommunists.net/worldwide/asia/no-war-between-china-and-japan/

[30] 1972, cuando el imperialismo estadounidense emitió las Diaoyu-Senkaku / islas a Japón, la JCP en 31/03/1972 emitido un comunicado, “Las Islas Senkaku - territorio japonés”, al exponer su posición: “La Legislatura de Okinawa, en el El Pleno del 3 de marzo resolvió que 'está claro que los Senkakus son territorio japonés y no hay lugar para disputas sobre su derecho territorial'. La opinión de nuestro partido es que esta afirmación es correcta. Una vez más, nos gustaría dejar en claro la opinión de nuestro partido sobre la cuestión de las Senkakus. Desde hace algún tiempo nuestro partido ha llevado a cabo investigaciones y estudiado los antecedentes históricos y las relaciones bajo el derecho internacional en relación con esto. Nuestras investigaciones han dejado en claro que las Senkakus son territorio de Japón.” (The Senkaku Islands--Japanese Territory. Press Conference by Tomio Nishizawa, JCP Standing Presidium Member, Akahata, 31.3.1972; http://www.japan-press.co.jp/modules/feature_articles/index.php?id=34) Reiteró esta posición en una declaración en 2010: “Incluso con documentos históricos disponibles después de la publicación de la declaración, no se ha introducido ningún hallazgo que haga necesario que el PCJ revise este punto de vista. Según el derecho internacional, un país puede ejercer exclusivamente su soberanía dentro de sus aguas territoriales. Por lo tanto, es natural que la Guardia Costera de Japón tome medidas enérgicas contra las operaciones ilegales de barcos extranjeros.” (How to solve the issue of the Senkaku Islands: Japan justifiably claims sovereignty; 20.9.2010, http://www.japan-press.co.jp/modules/feature_articles/index.php?id=34; www.japan-press.co.jp es el sitio web del periódico JCP Japan Weekly Press) Y nuevamente, en medio de una escalada con China, el reformista JCP insistió el 21.8.2012: “ Respecto a las Islas Senkaku, Ichida se refirió al JCP 2010 declaración que dejó en claro que la posesión de las islas por parte de Japón es legítima sobre la base de la historia y el derecho internacional. (Calm diplomatic efforts needed to solve territorial issues: JCP Ichida; 21.8.2012, http://www.jcp.or.jp/english/jps_2012/20120821_04.html)

[31] La dirección del PCJ declaró en 1977: "... el PCJ en 1977 expresó su opinión de que Japón tiene la legitimidad histórica para reclamar la soberanía de Japón sobre la isla de Tkashima" (Takeshima issue should be solved through diplomacy: JCP chair; agosto 11, 2012, http://www.jcp.or.jp/english/jps_2012/20120811_01.html) Este punto de vista se repitió en agosto de 2012: “Con respecto a la isla de Takeshima, Ichida se refirió a la declaración de 1977 del JCP que afirmaba que Japón tiene fundamentos históricos para reclamar su soberanía sobre la isla". (Calm diplomatic efforts needed to solve territorial issues: JCP Ichida; agosto 21, 2012, http://www.jcp.or.jp/english/jps_2012/20120821_04.html)

[32] Véase RCIT: Has the Trump-Kim Summit Opened the Road to Peace in East Asia? 14.06.2018, https://www.thecommunists.net/worldwide/asia/has-the-trump-kim-summit-opened-the-road-to-peace-in-east-asia/; RCIT: North Korea: Stop the American Warmongers! Defend North Korea against the Madman of US Imperialism! Down with the imperialist sanctions against North Korea! No political support for the Stalinist Kim Regime! 11 August 2017, https://www.thecommunists.net/worldwide/asia/stop-us-madman-threatening-north-korea/; RCIT: US Sanctions against Russia, Iran, and North Korea are an Economic Declaration of War, 30 July 2017, https://www.thecommunists.net/worldwide/north-america/us-sanctions-vs-russia-iran-north-korea/; RCIT: North Korea: Stop the War Mongering of US Imperialism! 4 April 2017, https://www.thecommunists.net/worldwide/asia/us-aggression-vs-north-korea/; RCIT: New Imperialist Threats in East Asia: Hands off North Korea! 12.3.2013, https://www.thecommunists.net/worldwide/asia/defend-north-korea/; RCIT: No War against North Korea! Call for Protests on the Day when a War starts! 6.4.2013, https://www.thecommunists.net/worldwide/asia/no-war-against-north-korea/; Michael Pröbsting: US Aggression against North Korea: The CWI's "Socialist" Pacifism, 12.09.2017, https://www.thecommunists.net/worldwide/asia/cwi-and-north-korea/.

Sobre el tema de la restauración capitalista en Corea del Norte, remitimos a los lectores a varios ensayos que hemos publicado recientemente: Michael Pröbsting: Has Capitalist Restoration in North Korea Crossed the Rubicon or Not? Reply to a Polemic of Władza Rad (Poland), 15 July 2018, https://www.thecommunists.net/theory/has-capitalist-restoration-in-north-korea-crossed-the-rubicon-or-not/; Michael Pröbsting: In What Sense Can One Speak of Capitalist Restoration in North Korea? Reply to Several Objections Raised by the Polish Comrades of “Władza Rad”, 21 June 2018, https://www.thecommunists.net/theory/north-korea-and-the-marxist-theory-of-capitalist-restoration/; Michael Pröbsting: Again on Capitalist Restoration in North Korea, 12 June 2018, https://www.thecommunists.net/worldwide/asia/again-on-capitalist-restoration-in-north-korea/; Michael Pröbsting: World Perspectives 2018: A World Pregnant with Wars and Popular Uprisings. Theses on the World Situation, the Perspectives for Class Struggle and the Tasks of Revolutionaries, RCIT Books, Vienna 2018, Chapter VI. The Korean Peninsula: Imperialist Aggression, Capitalist Restoration and Revolutionary Defensism, pp. 95-105, https://www.thecommunists.net/theory/world-perspectives-2018/

[33] Kazuo Shii: JCP strongly condemns North Korea’s ballistic missile launch and again calls for immediate direct talks to overcome the current crisis, November 29, 2017 http://www.jcp.or.jp/english/jcpcc/blog/2017/11/20171129-jcp-strongly-condemns-north-koreas.html. The same position is expressed in various other statements. See e.g. JCP condemns North Korea’s nuclear test and again calls for direct talks to defuse current crisis, September 4, 2017, http://www.jcp.or.jp/english/jcpcc/blog/2017/09/20170904-jcp-condemns-north-koreas-nuclear.html; Shii issues statement protesting against N. Korea’s ballistic missile launch, May 22, 2017 http://www.jcp.or.jp/english/jcpcc/blog/2017/05/20170522shii-issues-statement.html; Shii protests North Korea’s missile launch, February 14, 2017 http://www.jcp.or.jp/english/jcpcc/blog/2017/02/20170214-shii-protests-north-koreas.html; Shii welcomes new UNSC sanctions on North Korea, March 4, 2016 http://www.jcp.or.jp/english/jcpcc/blog/2016/03/20160304-shii-welcomes-new-unsc-sanctions-on-north-korea.html

[34] Shii emite una declaración condenando el lanzamiento de misiles de Corea del Norte, 30 de agosto de 2017 http://www.jcp.or.jp/english/jcpcc/blog/2017/08/20170830-shii-issues-statement.html; la misma formulación se repite en Shii explica para presionar la propuesta del JCP sobre el tema de Corea del Norte, 20 de febrero de 2017 http://www.jcp.or.jp/english/jcpcc/blog/2017/02/20170220-shii-explains-to -press.html

 

Anti-imperialismo en la Era de la Rivalidad de las Grandes Potencias (Capítulo XXIV.)

LIBRO: Anti-imperialismo en la Era de la Rivalidad de las Grandes Potencias

 

Los factores detrás de la Rivalidad acelerada entre los E.U, China, Rusia, la U.E y Japón. Una crítica del análisis de la izquierda y una semblanza de la Perspectiva Marxista.

 

La CCRI publicó este libro en Enero de 2019. El autor es Michael Pröbsting, Secretario Internacional de la CCRI.

 

Translator: Rubén Jaramilllo

 

* * * * *

 

 

XXIV. La izquierda frente a la rivalidad de las grandes potencias: socialimperialistas pro-orientales (estalinistas)

 

 

 

Tradicionalmente, el estalinismo (como el reformismo en general) siempre se ha esforzado por una alianza estratégica con un sector de la burguesía contra otro. Ha estado dispuesto a subordinar y manipular su influencia entre los trabajadores y oprimidos para este objetivo. Esto ha sido así tanto en el terreno nacional como en el internacional. En contraste, el auténtico trotskismo siempre luchó por unir a la clase trabajadora y los oprimidos, nacional e internacionalmente, contra todos los sectores de la burguesía y contra todas las grandes potencias.

 

Por lo tanto, cuando los estalinistas eran una fuerza globalmente más fuerte, es decir, antes del colapso de la URSS en 1989-91, solían buscar la colaboración con una facción "democrática", "antifascista", "patriótica" de la burguesía imperialista contra una " facción reaccionaria”. Esta fue la justificación teórica para unir gobiernos de frente popular con partidos imperialistas (por ejemplo, en Francia en 1936, 1945, 1981 o 1997; en Italia en 1945, 1996, 2004). [1] Y también fue la justificación teórica para apoyar a un campo de estados imperialistas contra el otro (por ejemplo, en el apoyo de la Segunda Guerra Mundial a los EE.UU. y el Reino Unido contra Alemania e Italia).

 

En el caso de la China maoísta y post-maoísta, esta teoría reformista se utilizó incluso para justificar la colaboración ultrarreaccionaria con el imperialismo estadounidense y europeo contra la supuesta URSS “socialimperialista”. [2] (De hecho, todos los estados estalinistas, tanto en el campo liderado por la URSS como en China, no eran estados capitalistas o incluso imperialistas, sino estados obreros degenerados en los que una casta burocrática gobernaba dictatorialmente sobre la clase trabajadora y el campesinado en la base de una economía planificada post-capitalista. [3]) Como resultado, para mencionar una anécdota extraña, los miembros de los grupos maoístas en Europa Occidental fueron instruidos en la década de 1970 para unirse al ejército imperialista para defender su " patria " contra la "¡Amenaza socialimperialista de Oriente”!

 

En resumen, los partidos estalinistas justificaron su colaboración con un campo de la burguesía contra el otro, respectivamente con un campo de estados imperialistas contra el otro, argumentando que esto ayudaría a defender a los estados "socialistas" (URSS, China, Europa del Este, Vietnam, Corea del Norte, Cuba, etc.). Como resultado, eran pseudo-socialistas pro-capitalistas y pro-imperialistas al servicio de la burocracia estalinista gobernante de los estados obreros degenerados.

 

Sin embargo, esto es diferente a la situación actual, ya que hoy en día ya no existe ningún estado “socialista”, es decir, un estado obrero degenerado. Ahora, estos estalinistas sirven directamente a una facción de la clase dominante, respectivamente, a un campo de los estados imperialistas, y no indirectamente a través de la burocracia conservadora de un estado obrero degenerado. Es por eso que este tipo de socialimperialismo toma la forma de geopoliticismo burgués. Decimos geopoliticismo burgués porque significa definir la situación mundial y las tareas de la lucha, no desde el punto de vista de la lucha de clases internacional para promover la causa de la clase obrera y los pueblos oprimidos, sino desde el punto de vista de la reordenación de los pueblos del mundo en detrimento de las antiguas grandes potencias (EE.UU., UE y Japón) y en beneficio de las nuevas grandes potencias (China y Rusia). El geopoliticismo burgués es el hijo bastardo de la teoría estalinista clásica del “socialismo en un solo país”. Elimina el “socialismo” y se conforma con algún tipo de “capitalismo en un solo país”.

 

 

 

La Alianza Estalinista en torno al Encuentro Internacional de Partidos Comunistas y Obreros

 

 

 

Desde el colapso de la URSS, los partidos estalinistas están divididos y atomizados, y carecen de una organización internacional centralizada. En varios países existen varias formaciones estalinistas en paralelo. Fieles a su dogma del “socialismo en un solo país”, existen ante todo como partidos nacionales y subordinan cualquier táctica internacional a sus intereses nacionales. Sin embargo, esto no significa que los partidos estalinistas no tomen posiciones sobre temas de política mundial. Tampoco significa que no luchen por la colaboración internacional.

 

Hoy en día, muchos partidos estalinistas están afiliados libremente en torno a la llamada Reunión Internacional de Partidos Comunistas y Obreros (IMCWP). Se trata de una conferencia anual que ha sido iniciada por el Partido Comunista de Grecia (KKE) en 1998. Las partes que asisten a esta conferencia emiten declaraciones conjuntas. Algunos de ellos publican una revista, la Revista Comunista Internacional [4], y constituyen un Grupo de Trabajo. Si bien estas estructuras existen sobre una base muy federalista y flexible, a veces logran iniciar declaraciones conjuntas sobre importantes eventos políticos mundiales.

 

Varios de los partidos estalinistas mencionados anteriormente a menudo participan en las conferencias de IMCWP. Entre ellos se encuentran los partidos estalinistas gobernantes de China, Vietnam, Cuba, Corea del Norte y Laos; otros partidos son los dos grandes partidos comunistas de la India, el CPI y el CPI (M), el KPRF y el RKRP de Rusia, los PC de Sudáfrica, Brasil, Venezuela, Siria, Grecia, Portugal, así como otros partidos más pequeños.

 

Varios de estos partidos, como demostramos anteriormente, consideran a la China imperialista como un “estado socialista” al que apoyan incondicionalmente. Entre ellos se encuentran los partidos de estado, los chinos, los cubanos, etc., así como otros como la CPSA. Sin embargo, los partidos estalinistas no tienen una visión unificada del carácter de clase de Rusia y China. El KKE griego, por ejemplo, es más crítico y expresa su descontento por las reformas del mercado. Asimismo, existen diferentes puntos de vista sobre el carácter de clase de Rusia, incluso entre los partidos rusos participantes, como hemos mostrado anteriormente.

 

Sin embargo, todos están de acuerdo en ver el mundo no como uno caracterizado por la rivalidad entre diferentes grandes potencias imperialistas (incluidas China y Rusia), sino más bien como uno que está dominado por un campo imperialista con Estados Unidos y sus aliados en la cima. Como resultado, también acuerdan apoyar a aquellas fuerzas que están en conflicto con los Estados Unidos y denunciar a aquellas fuerzas que están en conflicto con el campo chino/ruso.

 

Esto se hace evidente en varias declaraciones conjuntas del IMCWP anual. En su última declaración, adoptada en una conferencia en Atenas en noviembre de 2018, los partidos estalinistas usan la categoría de “imperialista” solo cuando hablan de Estados Unidos y sus aliados. No se mencionan Rusia y China ni ningún conflicto de pueblos oprimidos contra estas Grandes Potencias.

 

Los Partidos Comunista y Obrero acogen las luchas de los trabajadores y los pueblos de todo el mundo contra la ofensiva del imperialismo, contra la ocupación, contra cualquier amenaza a los derechos soberanos y la independencia nacional, por la paz, por la defensa y la ampliación de la sociedad y derechos democráticos. Es valiosa la experiencia adquirida en muchos países de las luchas contra los planes imperialistas y la línea política de EE.UU., la OTAN, la UE y sus aliados.

 

La agudización de las contradicciones implica el riesgo de nuevas guerras imperialistas, por el control de los recursos productores de riqueza, los mercados y los oleoductos; Este riesgo impone serias tareas al movimiento obrero y comunista para el fortalecimiento de una amplia lucha antiimperialista por la paz y el desarme, la intensificación de la lucha contra la línea política de los gobiernos burgueses que sirve a la rentabilidad del gran capital y la agresión imperialista. y guerra. (...)

 

Reafirmaron su solidaridad internacionalista con los pueblos sirio, palestino y chipriota; con los pueblos del Líbano, de Sudán, de la Cuba socialista, de Venezuela, de Brasil, de Irán, con todos los pueblos que enfrentan ataques y amenazas imperialistas. (...)

 

Cuando se trata de actividades a las que convocan estos partidos estalinistas, nuevamente está dirigido únicamente contra Estados Unidos y sus aliados (además, también convocan actividades alrededor del Primero de Mayo, varios aniversarios, etc.).

 

Los partidos Comunista y Obrero convocan al desarrollo de acciones comunes y convergentes en el próximo período a lo largo de estos ejes principales:

 

Contra la guerra imperialista, las intervenciones y la militarización.

 

Acciones contra la OTAN, cuyo 70 aniversario es el 4 de abril de 2019, y la UE, que se está militarizando aún más con la PESCO y otros mecanismos. (...)

 

Fortalecer la Solidaridad Internacionalista con los pueblos en lucha, que enfrentan ocupación, amenazas e intervenciones imperialistas.

 

Fortalecer la solidaridad internacionalista y la lucha exigiendo el fin del bloqueo estadounidense contra Cuba y las intervenciones y amenazas contra la Venezuela bolivariana. Apoyar la lucha del pueblo palestino por el fin de la ocupación y la autodeterminación, estableciendo un estado nacional e independiente con Jerusalén Este como su capital, de acuerdo con las resoluciones de la ONU, apoyando la resistencia del pueblo palestino y condenando la política criminal. de Israel. Denunciar las intervenciones imperialistas en la península de Corea y expresar solidaridad con el pueblo coreano por la reunificación independiente y pacífica. Expresar solidaridad con los refugiados y con todos los pueblos que enfrentan la ocupación, la intervención y los bloqueos del imperialismo.[5]

 

Vemos, mientras que los partidos estalinistas condenan el imperialismo estadounidense y sus aliados, "ignoran" a los otros estados en la rivalidad de las Grandes Potencias: China y Rusia. Están del lado del régimen de Assad, que ha sido salvado temporalmente por la masiva intervención militar de Rusia. Defienden al pueblo palestino, pero no gastan una palabra sobre el pueblo egipcio brutalmente oprimido por la dictadura militar del general Sisi (quien tiene buenas relaciones con Moscú y cuyo golpe de Estado en julio de 2013 fue apoyado por el Partido Comunista de Egipto). No gastan una palabra sobre el pueblo checheno oprimido por Rusia o el pueblo uigur que sufre en los campos de concentración chinos. Característicamente, estos partidos estalinistas incluso llegan tan lejos y alaban acríticamente el régimen de culto capitalista-estalinista de Kim Jong-Un en Corea del Norte. [6]

 

 

 

Estalinismo y contrarrevolución en Siria

 

 

 

Un ejemplo real del carácter reaccionario, anti-liberacionista y prorruso/chino de estos partidos estalinistas es la guerra civil en Siria. Cuando la Administración Trump ordenó a su armada que disparara algunos misiles contra casas vacías en Siria en abril de 2018 (en "represalia" por otra masacre de armas químicas cometida por las fuerzas asadistas contra el pueblo sirio), los partidos estalinistas se manifestaron en defensa del régimen títere de Moscú en Damasco. [7]

 

Como hemos analizado en otro lugar, la reacción de los estalinistas a este evento fue característica. [8] En dos declaraciones, firmadas por decenas de partidos estalinistas (la mayoría de ellos de Europa, pero también de otros países), limitaron su condena exclusivamente a las acciones del imperialismo estadounidense. Lo hacen independientemente del hecho de que, según su propio relato, Moscú ha enviado 63.000 tropas desde el inicio de su intervención en septiembre de 2015 y ha matado a 85.000 “terroristas”. [9]

 

Las Partes firmantes expresan su vehemente condena a la agresión militar imperialista contra la República Árabe Siria llevada a cabo por Estados Unidos, Reino Unido y Francia.[10]

 

Los partidos comunistas y obreros de Europa condenan la escalada de la agresividad imperialista y la agudización de la situación en Siria y la región en general después de la declaración de D. Trump, presidente de los EE. UU., El 11 de abril sobre bombardear Siria con el pretexto del uso de armas químicas, algo que Estados Unidos ha hecho repetidamente en el pasado.” [11]

 

Asimismo, expresan, en términos más o menos explícitos, su apoyo al régimen de Assad contra el levantamiento popular:

 

Las Partes firmantes hacen un llamado a la solidaridad con el pueblo sirio que, desde hace siete años, se enfrenta a la agresión del imperialismo estadounidense y sus aliados - ya sea directamente o por la acción indirecta de grupos terroristas -, resistiendo y luchando por defender la soberanía, la independencia e integridad territorial de su país, y su derecho a decidir sobre su destino, libre de injerencias. "

 

Los partidos comunista y obrero expresan su solidaridad internacionalista con el pueblo de Siria y los demás pueblos de la región, hacen un llamado a la clase obrera, a las fuerzas populares a reforzar la lucha contra las intervenciones y guerras imperialistas, de la OTAN, la EE.UU. y la UE."

 

Por lo tanto, es lógico que una de las dos declaraciones haya sido firmada conjuntamente por el Partido Comunista Sirio, que forma parte del bloque gobernante oficial en el pseudoparlamento de Assad en Damasco.

 

Encontramos la misma posición en una declaración emitida al mismo tiempo por la Federación Sindical Mundial dominada por los estalinistas. Condenan enérgicamente “los gobiernos de Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña y sus aliados [que] están realizando preparativos de guerra y amenazando a Siria y al pueblo sirio con ataques con misiles”. Afirmaron que las acusaciones sobre el uso de armas químicas por parte del régimen de Assad son “falsas” y denuncian “el papel sucio de la mayoría de las ONG como las que se denuncia que han montado la provocación con las armas químicas”. Asimismo, los estalinistas denuncian “el sucio papel de las direcciones sindicales amarillas que apoyaron las intervenciones imperialistas en Irak, Libia, Líbano, Siria, y ahora justifican una vez más las estrategias de la OTAN y de la Unión Europea.” [12]

 

Una vez más, ni una sola palabra sobre la intervención militar de Rusia en Siria, que ha sido mucho más grande y mucho más mortal que la de Occidente. Y ni una sola palabra contra el régimen tiránico de Assad que está masacrando al pueblo sirio.

 

En otra declaración anterior, el KKE griego también expresó explícitamente su condena a la Revolución Árabe y al levantamiento sirio en particular: “Cabe señalar que el KKE desde el primer momento, en 2011, denunció la intervención que tiene consecuencias muy graves para la gente de Siria y también para la gente de la región en general. Cuando los partidos burgueses y oportunistas celebraron la llamada “Primavera Árabe”, nuestro partido expuso los esfuerzos organizados para financiar y armar a la llamada oposición siria por parte de las potencias imperialistas.” [13]

 

Como señalamos en una ocasión anterior, el enfoque hipócrita estalinista de la intervención de las grandes potencias en Siria nos recuerda la política de su precursora en 1939-41 cuando la Internacional "Comunista" denunció unilateralmente al imperialismo británico y francés por su política colonial y por su política exterior agresiva, pero se enfrentó a la Alemania nazi.

 

Tratemos ahora de algunos partidos estalinistas clave. No trataremos con los partidos estatales oficiales ya que su política es idéntica a la del aparato estatal chino, cubano, vietnamita, etc. De hecho, estos partidos no son tanto partidos en el sentido real sino más bien un componente clave del respectivo aparato estatal, inicialmente de un estado obrero degenerado, mientras tanto, de un estado capitalista.

 

 

 

Socialimperialismo ruso: el KPRF, el RKRP y el OKP

 

 

 

Como ya mencionamos anteriormente, el Partido Comunista de la Federación de Rusia (KPRF) dirigido por Gennady Ziuganov es el partido estalinista más grande de Rusia. No considera a Rusia como una gran potencia imperialista y es una defensora comprometida de la “patria”. De hecho, es un gran partido socialimperialista ruso.

 

El KPRF ve a Rusia como un país amenazado por los imperialistas occidentales (así como por los "homosexuales" y los "migrantes"). Contra tales amenazas extranjeras, pide una “lucha de liberación nacional”, ¡como si Rusia no fuera un imperialista sino un país semicolonial oprimido!

 

Así, afirma el partido en su programa: “En las condiciones actuales, el Partido Comunista de la Federación Rusa ve su tarea en unir la clase social y los movimientos de liberación nacional en un frente popular unido. (...) El partido lucha por la unidad, la integridad y la independencia de la Patria, por la restauración de la fraterna Unión de Pueblos Soviéticos, por el bienestar y la seguridad, la salud moral y física de los ciudadanos. (…)

 

[También lucha por] asegurar la integridad territorial de Rusia y la protección de los compatriotas en el extranjero; (...) Los fuegos de los conflictos internacionales no ceden. La cuestión rusa adquirió extrema urgencia después de los años de restauración capitalista. Hoy, los rusos se han convertido en el pueblo dividido más grande del planeta. Hay un genocidio franco de una gran nación. El número de rusos está disminuyendo. La cultura y el idioma históricamente establecidos se destruyen. Las tareas de resolver la cuestión rusa y la lucha por el socialismo son en esencia las mismas.[14]

 

Francamente, este es un programa del chovinismo gran ruso. Luchar por “la unidad e integridad” de la patria no significa otra cosa que negar a las minorías nacionales, como por ejemplo los chechenos, el derecho a la separación. Pedir “la protección de los compatriotas rusos en el exterior” es el programa del expansionismo.

 

Y, de hecho, el KPRF llama abiertamente al expansionismo para crear un Gran Imperio Ruso. Su líder Ziuganov pidió recientemente la anexión del Donbass en Ucrania. “Si yo fuera presidente (de la Federación de Rusia, Ed.) Haría que el Donbass formara parte de Rusia de inmediato. En primer lugar, reconocemos a la República de Donetsk y Lugansk, tal como lo fue antes con Osetia del Sur y Abjasia.” [15]

 

Asimismo, el KPRF se puso del lado del régimen de Putin cuando comenzó la segunda guerra contra Chechenia en 1999, así como en el caso de la intervención militar de Rusia en Ucrania en 2014. [16] En otras palabras, Ziuganov es un “patriota” tan comprometido ¡Que pronto podría ponerse una gorra con el lema “Make Russia Great Again” (Haz que Rusia vuelva a ser grande)!

 

Animado por el mismo espíritu de la Gran Rusia, el KPRF también apoya los esfuerzos del régimen de Putin para promover el idioma ruso entre las minorías nacionales de Rusia. Artem Prokofiev, un diputado del KPRF del Consejo de Estado de Tartaristán, expresó la opinión del partido de que “el idioma ruso en Tartaristán se enseña en un volumen mucho menor que el promedio en Rusia. Pero debemos recordar que, de acuerdo con los resultados del Examen Estatal Unificado en ruso, Tartaristán ocupaba una muy buena posición. Si aumenta el volumen de enseñanza del idioma ruso, los resultados serán aún mejores.” [17]

 

En un artículo con el título autoexplicativo “¿Cómo proteger el idioma ruso?” (¿De verdad? ¡¿El idioma ruso está en peligro en la Rusia de Putin?!), un autor cercano al KPRF pide mayores esfuerzos para la “defensa del idioma estatal”. [18]

 

Asimismo, como partido verdaderamente “patriótico” el KPRF de Ziuganov apoya la política anti-migrante del régimen de Putin, se opone a la “propaganda homosexual” y elogia el papel de la Iglesia Ortodoxa. [19]

 

Por tanto, es lógico que el KPRF también apoye la guerra de Putin en Siria desde el principio. Por ejemplo, expresa su admiración por la tiranía de Assad en un artículo con el título autoexplicativo “El presidente sirio Bashar Assad elogió la ayuda del Partido Comunista y su líder, GA. Zyuganov.” [20] En otro artículo, la KPRF aplaude “al gobierno legítimo de Siria [que] está haciendo todo lo posible para que cristianos y musulmanes vivan en paz.” (¡Matando a medio millón de ellos!) [21]

 

El KPRF es sin duda uno de los partidos más abiertamente estalinistas y socialchovinistas sin disfraz al servicio de una Gran Potencia imperialista. Es un partido socialimperialista tan chovinista que incluso algunos estalinistas se sienten avergonzados por ello. Sin embargo, ha participado en las 20 reuniones del IMCWP y es una fuerza central de esta “Internacional” estalinista laxa.

 

Como dijimos anteriormente, el Partido Comunista Obrero Ruso - Partido Revolucionario de los Comunistas (RKRP-RPK) dirigido por Viktor Tyulkin tiene una posición más diferenciada. Reconoce el carácter imperialista de Rusia. Desafortunadamente, como admira descaradamente a Stalin, la dirección del partido se apega a la teoría clásica de diferenciar entre estados imperialistas “democráticos”, “antifascistas” que deben ser apoyados contra los rivales imperialistas “reaccionarios” y “fascistas”. No se puede dejar de reconocer la ironía de la aplicación incorrecta de una teoría incorrecta. Si fuera legítimo diferenciar entre estados imperialistas "democráticos" y "reaccionarios", el RKRP, siguiendo consistentemente su lógica errónea, estaría obligado a ponerse del lado de Occidente contra Rusia y China. ¡Difícilmente pueden negar que existe más democracia burguesa en América del Norte, Europa Occidental y Japón que en las dos Grandes Potencias del Este!

 

Pero la dirección del RKRP no considera la teoría marxista como una guía científica sino más bien como un sirviente pragmático de su apoyo al gran imperialismo ruso. Por lo tanto, da forma a la diferenciación estalinista entre imperialismo "bueno" y "malo" para legitimar su apoyo a la política exterior reaccionaria de Moscú. Así, por ejemplo, el liderazgo del RKRP apoya las intervenciones militares de Rusia en el exterior, como las de Ucrania o Siria. “Las autoridades rusas de hoy, expresando los intereses del capital ruso, apoyan la justa lucha de Siria y el Donbass[22]

 

La crítica del partido al régimen de Putin no es que esté implementando intervenciones imperialistas, ¡sino que no está interviniendo con la suficiente energía! De tal forma escribió Viktor Tyulkin, Primer Secretario del Comité Central del RKRP: “Por ejemplo, vemos esta lucha en Donbass y Siria. La posición de la Federación de Rusia contribuye objetivamente a la lucha de las milicias de Donbas contra el régimen fascista de Poroshenko en esta lucha. El RKRP no solo aprueba la ayuda de las autoridades rusas a Donbas, sino que requiere más, requiere una evaluación de principios del régimen de Poroshenko como fascista, requiere más consistencia. (...) Rusia y China como países imperialistas forman algún tipo de unión (incluidos los BRICS) y se oponen al imperialismo estadounidense más agresivo e insolente. Esto es bastante comprensible y brinda oportunidades en ciertas etapas y situaciones específicas para usar esta lucha en los intereses de la clase trabajadora y del mundo.” [23]

 

En este contexto, es fundamental reconocer que la “crítica” al régimen de Putin no es progresiva per se. Para dar una analogía: el gobierno alemán liderado por el partido conservador de Angela Merkel se ha enfrentado a diversas críticas sobre su política de refugiados en los últimos años. Fuerzas progresistas e internacionalistas lo han denunciado por ser restrictivo y discriminatorio. Las fuerzas de derecha y semifascistas (incluida la AfD) atacaron violentamente a Merkel por ser demasiado liberal con los refugiados. Por lo tanto, la crítica a la política de refugiados de Merkel no es progresiva per se. Hay que juzgar concretamente si tal crítica proviene de un punto de vista reaccionario, nacionalista o de un punto de vista progresista, internacionalista.

 

Es similar con las críticas a la política exterior de Putin. Uno puede atacarlo por ser demasiado chovinista y por prestar apoyo a fuerzas reaccionarias como Assad. O uno puede atacarlo por no apoyar lo suficiente para tales objetivos imperialistas. La primera crítica es progresista, la segunda ultrarreaccionaria. Desafortunadamente, los estalinistas eligen la última opción.

 

Un aspecto del apoyo del RKRP a la política exterior reaccionaria de Rusia ha sido su valoración acrítica de Aleksey Mozgovoy, un difunto comandante militar de la autoproclamada República Popular de Lugansk en Donbass. En una necrología, el RKRP lo elogió como un “comunista espontáneo”: “Era muy cercano a los trabajadores, era el más ‘rojo’ entre los comandantes. Tiene la división más comunista y tiene pancartas rojas con lemas ‘¡Muerte a los invasores fascistas!’ Ha aceptado el foro internacional antifascista, que fue rechazado por la administración de la LPR. (...) Fue un comunista espontáneo por sus intenciones y espíritu. A estas personas se les suele llamar comunistas sin partido.[24]

 

Sin embargo, de hecho, Mozgovoy combinó la fraseología comunista con el chovinismo y el antisemitismo (o judeofobia) de la Gran Rusia. Como demuestran sus diarios publicados, acusó a los “nazis judíos” de las cosas más absurdas, suscribiendo las clásicas teorías de conspiración antisemitas: “Ellos [los nazis judíos] no solo están destruyendo el campo y las ciudades de Donbass. También están destruyendo al ejército ucraniano moliéndolo en ollas y avances inútiles. Sus médicos y sus brigadas sanitarias desmembran a los soldados de las Fuerzas Armadas de Ucrania y a los civiles de Donbass, enriqueciéndose con el saqueo de los órganos humanos que fluyen hacia Israel, Europa y Estados Unidos. Ya han declarado abiertamente que están construyendo un nuevo Israel en Ucrania. Lo están haciendo junto con la oligarquía rusa. (…) El asesinato de escritores, sacerdotes y diputados no se trata de la “agonía de la junta de Kiev” ni de la “ira de los nacionalistas ucranianos”, como se presenta en los medios. Es el terror judío después de la revolución judía que ha ganado en Ucrania. Es lo mismo que en 1917.” [25]

 

¡Qué absurdo que el RKRP elogie a Mozgovoy como héroe comunista cuando en realidad era un lunático antisemita! Observamos de pasada que esto también es cierto para muchos partidarios “antifascistas” occidentales de las Repúblicas de Donbass que admiraban públicamente a Mozgovoy.

 

En resumen, el RKRP afirma que apoyar al imperialismo ruso y chino contra los rivales occidentales, así como ponerse del lado de dictaduras reaccionarias y antipopulares como Assad o los regímenes títeres de Donbass ayudaría a la lucha de clases y a los intereses de la clase trabajadora internacional. Como explicamos anteriormente, este enfoque es geopolítico burgués o socialimperialista. Los líderes bolcheviques argumentaron contra tales tonterías hace ya mucho tiempo:

 

Desde el punto de vista de la justicia burguesa y de la libertad nacional (o del derecho de las naciones a la existencia), Alemania tendría sin duda alguna razón contra Inglaterra y Francia, ya que ha sido "defraudada" en el reparto de las colonias, y sus enemigos oprimen a muchísimas más naciones que ella; en cuanto a su aliada, Austria, los eslavos por ella oprimidos gozan sin duda de más libertad que en la Rusia zarista, verdadera "cárcel de pueblos". Pero la propia Alemania no lucha por liberar a los pueblos, sino por sojuzgarlos. Y no corresponde a los socialistas ayudar a un bandido más joven y más vigoroso (Alemania) a desvalijar a otros bandidos más viejos y más cebados. Lo que deben hacer los socialistas es aprovechar la guerra que se hacen los bandidos para derrocar a todos ellos. Para esto, es preciso ante todo que los socialistas digan al pueblo la verdad, a saber, que esta guerra es, en un triple sentido, una guerra entre esclavistas para reforzar la esclavitud. En primer lugar, es una guerra que tiende a consolidar la esclavitud de las colonias mediante un reparto más "equitativo" y una explotación ulterior más "coordinada" de las mismas; en segundo lugar, es una guerra que persigue el reforzamiento del yugo que pesa sobre las naciones extrañas en el seno mismo de las "grandes" potencias, pues tanto Austria como Rusia (y está mucho más y mucho peor que aquélla) sólo se mantienen gracias a ese yugo que refuerzan con la guerra; en tercer lugar, es una guerra con vistas a intensificar y prolongar la esclavitud asalariada, pues el proletariado está dividido y aplastado, mientras que los capitalistas salen ganando, enriqueciéndose con la guerra, avivando los prejuicios nacionales e intensificando la reacción, que ha levantado la cabeza en todos los países, aun en los más libres y republicanos.“ [26]

 

Como mencionamos anteriormente, el Partido Comunista Unido (OKP), aliado de la Coordinadora pseudo-trotskista para la Refundación de la IV Internacional (CRCI) en torno al Partido Obrero argentino, considera a Rusia no como un estado imperialista sino como un “país capitalista periférico”. Por supuesto, esto encaja bastante bien para implementar una política “patriótica” de defender la “patria” contra los imperialistas occidentales. Mencionamos anteriormente al Partido Comunista Japonés “patriótico” que exige la devolución de las Islas Kuriles a Japón. El OKP, impulsado por el mismo chovinismo socialimperialista, rechaza enérgicamente cualquier concesión a Japón. ¡Ciertamente no es menos “patriótico” que los “camaradas” japoneses! En un comunicado titulado “Rechazamos las concesiones territoriales hechas contra la voluntad de los trabajadores”, la dirección de la UCP denuncia que Japón quiere “cancelar la soberanía de Rusia sobre parte de las Kuriles del Sur. (...) Rechazamos cualquier concesión territorial hecha en contra de la voluntad del pueblo trabajador de Rusia y que sirva de contrapartida con los imperialistas.” [27]

 

Asimismo, los líderes del OKP también apoyan diversas intervenciones militares de Rusia en el exterior. Darya Mitina, líder central del OKP, se desempeñó durante algún tiempo como jefa de la rama de Moscú del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Popular de Donetsk. [28] Asimismo, los líderes del OKP apoyan "críticamente" al régimen tiránico de Assad, así como al proimperialista PKK/YPG: “Sí, hoy el PKK y Assad están lejos de los ideales del socialismo y el marxismo. Sin embargo, probablemente sean los únicos que aportan un verdadero internacionalismo al conflicto en el Medio Oriente”. [29] ¡Darya Mitina incluso se tomó una foto con un enorme retrato de Assad, posando con admiración frente a él!

 

Es característico de la posición socialimperialista del OKP que Darya Mitina declaró en un comentario que se pone del lado del régimen títere imperialista en Afganistán contra los talbianos islamistas pequeñoburgueses que están en la cima de una insurgencia popular. Ella comentó en reacción a la iniciativa de Moscú de albergar negociaciones entre las partes en conflicto en Afganistán:

 

No pensé en lo que podría estar a la altura de tal desgracia. (...) Terroristas, asesinos y caníbales se dan la mano, les preguntan su opinión, se hacen fotos con ellos en el fondo de los símbolos estatales de Moscú a un alto nivel. "Los talibanes no están listos para las negociaciones directas con el gobierno de Afganistán y mantendrán un diálogo con los Estados Unidos", dijo Mohammad Abbas Stanakzai, jefe del departamento de los talibanes en Moscú, el viernes. “Primero que nada, no negociaremos con ellos”, señaló. En mi opinión, el oficial de Kabul tiene toda la razón. Nadie debe tomar té en los hoteles del presidente con terroristas, deben ser destruidos.” [30]

 

¡Sin duda, esta es la voz repugnante de un asesor de los amos imperialistas, no de un socialista que está al lado de las insurrecciones populares antiimperialistas!

 

 

 

Defender los derechos soberanos de Grecia”: el KKE estalinista como ejemplo del socialchovinismo burgués

 

 

 

Como ya dijimos anteriormente, el Partido Comunista Griego KKE juega un papel clave en el medio estalinista europeo y mundial. [31] Es un ejemplo clásico de estalinismo tradicional, es decir, reformismo centrado en la nación. [32] Condena el imperialismo y el capital monopolista… en declaraciones generales. Sin embargo, cuando se trata de su propio estado burgués y el chovinismo de su "propia" burguesía, el KKE intercambia su internacionalismo con el socialchovinismo. El internacionalismo es excelente... cuando se dirige contra enemigos extranjeros. Sin embargo, es más bien un obstáculo cuando el KKE tiene que lidiar con los sagrados "derechos soberanos de Grecia".

 

No importa para este tema que Grecia es un país semicolonial avanzado que, en la década de 1990, no logró convertirse en un estado imperialista. [33] No es relevante en este contexto porque la propia dirección del KKE niega la naturaleza semicolonial de Grecia y (erróneamente) enfatiza que se ha convertido en un estado imperialista. [34]

 

Además, tampoco es relevante porque los "enemigos" contra los que el KKE socialchovinista defiende los "derechos soberanos de Grecia" no son las potencias imperialistas que atacan al país, sino sus "viejos enemigos" y los países vecinos, en particular Turquía y Macedonia. Estos dos últimos países son en sí mismos estados semicoloniales y Macedonia ha experimentado relaciones de intimidación y explotación con Grecia desde que declaró su independencia en 1991. [35]

 

De hecho, el estado burgués de Grecia tiene una larga y vergonzosa historia de opresión y limpieza étnica de las minorías nacionales en su territorio. De hecho, Atenas ha expulsado de su territorio a cientos de miles de ciudadanos turcos, macedonios y otros desde la década de 1920. Los marxistas siempre se han opuesto categóricamente a cualquier forma de chovinismo griego contra estas minorías y defendieron su derecho a la autodeterminación nacional. [36]

 

 

 

El KKE promete "aniquilar a cualquier intruso extranjero que se atreva a atacar Grecia"

 

 

 

Sin embargo, el KKE estalinista está muy lejos de esa posición antichovinista comunista. En su programa, adoptado en un congreso en 2013, declaró categóricamente que su programa de “socialismo” en Grecia está indisolublemente ligado a la defensa de sus fronteras actuales y los “derechos soberanos de Grecia”. “La lucha por la defensa de las fronteras, los derechos soberanos de Grecia, desde el punto de vista de la clase trabajadora y los estratos populares, es parte integral de la lucha por el derrocamiento del poder del capital.” [37]

 

¡Esto no significa más que la defensa del estado capitalista contra cualquier “enemigo” así como la defensa de este estado contra los derechos nacionales de cualquier minoría oprimida ya que esto pondría en peligro los chovinistas “derechos soberanos de Grecia”! En otras palabras, el caparazón “antiimperialista” del KKE esconde un núcleo socialchovinista burgués.

 

Esto se hace evidente en cualquier ocasión en la que los supuestos “derechos soberanos de Grecia” estén en riesgo, al menos cuando tal riesgo existe según los histéricos medios burgueses. Lo demostraremos con dos ejemplos recientes. Durante un período de tensiones entre Grecia y Turquía en 2018, los fascistas griegos acusaron al KKE de que, en caso de una guerra con Turquía, no defenderían su país. En respuesta, el KKE expresó su indignación. Su secretario general, Dimitris Koutsoumbas, dijo literalmente en un mitin público en Salónica: “Los comunistas, como siempre lo hemos hecho en nuestro siglo de historia, estaremos en primera fila defendiendo nuestra integridad territorial y nuestros derechos soberanos. Estamos haciendo esto para que cualquier intruso extranjero que se atreva a atacar Grecia sea aniquilado.” [38]

 

Vemos que el KKE no tiene problemas en elogiar el marxismo-leninismo y los principios del internacionalismo antiimperialista. Sin embargo, cuando Turquía pone (supuestamente) en peligro la " integridad territorial y los derechos soberanos " de su patria, el liderazgo del KKE se transforma en una fracción de segundo en feroces chovinistas dispuestos a aniquilar a sus vecinos.

 

El discurso del líder del KKE no fue una metedura de pata retórica ya que el partido lo reimprimió con aprobación en su prensa como lo demuestra la cita anterior. Esto también lo confirma el hecho de que el partido repitiera esta línea socialchovinista en tesis programáticas que publicó para una conferencia internacional en abril de 2018.

 

"Particularmente en nuestra región, la agudización de la situación entre Grecia y Turquía con la participación de otros países también es posible. El cuestionamiento de las fronteras y los derechos soberanos de Grecia por parte de la clase burguesa turca se integra en el marco de sus relaciones competitivas con la clase burguesa griega en la región. La clase burguesa griega participa activamente en los planes, intervenciones, competencia y guerras imperialistas, guiada por su objetivo de mejorar estratégicamente su posición en la región en general. Tiene responsabilidades por el posible enredo del país en una guerra. El Programa del Partido ha determinado nuestra posición sobre la guerra imperialista y la línea de nuestra actividad, donde se señala que: “La lucha por la defensa de las fronteras, los derechos soberanos de Grecia, desde el punto de vista de la clase obrera y los estratos populares es parte integral de la lucha por el derrocamiento del poder del capital. No tiene relación alguna con la defensa de los planes de uno u otro polo imperialista y la rentabilidad de uno u otro grupo monopolista. En el caso de la participación de Grecia en una guerra imperialista, ya sea en una guerra defensiva o agresiva, el Partido debe liderar la organización independiente de la lucha del pueblo obrero en todas sus formas, de modo que conduzca a la derrota completa de la clase burguesa, tanto el interno como el invasor extranjero, y lo vinculan en la práctica con la conquista del poder.” [39]

 

Todo el discurso del KKE sobre la oposición “contra las guerras imperialistas” y por “la conquista del poder” es una retórica vacía para ocultar su capitulación social-patriótica al chovinismo griego. De hecho, este partido está lejos de conquistar el poder. Esto ha sido probado una vez más por su absoluta incapacidad para aumentar su influencia, por no hablar de tomar el poder, durante la crisis prerrevolucionaria en Grecia en la última década. De hecho, después de 35 huelgas generales y numerosas luchas de clases feroces, ¡el KKE recibe menos votos en las elecciones que antes!

 

Si bien la conquista del poder es una posibilidad incierta en un futuro lejano, las tensiones con Turquía o con Macedonia, y la propaganda chovinista de la opinión pública griega, tienen lugar hoy. ¡Y hoy, en tales conflictos, el KKE promete defender la “integridad territorial y los derechos soberanos” del estado capitalista griego contra cualquier “invasor extranjero”!

 

Los auténticos comunistas no deben prestar apoyo ni a Grecia ni a Turquía. Ambos son estados capitalistas semicoloniales dominados por una burguesía reaccionaria que colabora con potencias imperialistas como Estados Unidos, la UE y Rusia. Ninguno de ellos es "el mal menor". El programa leninista de derrotismo revolucionario es plenamente aplicable en tal caso, como ya afirmaron nuestros camaradas en la Palestina Ocupada hace algún tiempo:

 

Para reiterar, en un caso de guerra justa entre Turquía y Grecia, la RCIT pide el derrotismo revolucionario en ambos lados. Esto significa que los socialistas no deben apoyar los esfuerzos de guerra en cada país y defender la derrota de “su” estado. Naturalmente, la participación de las potencias imperialistas de cada bando (no excluidas dadas las estrechas relaciones que ambos países tienen con las grandes potencias) podría alterar el carácter de la guerra. Como principio general, afirmamos que la CCRI/RCIT se opone tanto al imperialismo estadounidense, de la UE como al ruso.” [40]

 

 

 

El KKE niega los derechos nacionales de Macedonia

 

 

 

El KKE mostró el mismo chovinismo repugnante cuando Macedonia celebró su referéndum sobre el cambio de nombre oficial. No discutimos el tema de este referéndum en este momento y remitimos a los lectores a la declaración de los camaradas trotskistas del OKDE griego que volvimos a publicar (con un breve prefacio) en nuestro sitio web. [41] Lo que interesa aquí es la posición y los argumentos del KKE.

 

En una declaración oficial publicada recientemente, el KKE critica el acuerdo entre los gobiernos griego y macedonio no solo por su contenido pro-OTAN (que los revolucionarios naturalmente también rechazan) sino también porque supuestamente abre la puerta al “irredentismo macedonio”.

 

"El acuerdo entre los gobiernos de Grecia y ARYM se logró mediante la intervención abierta de EE.UU., la OTAN y la UE, lleva su sello y se ha firmado en las premisas de los plazos y agendas que estas organizaciones han determinado, con el fin de integración euroatlántica para avanzar en los Balcanes Occidentales. Este objetivo se deriva claramente del texto del acuerdo. No es casualidad que los primeros en acoger este acuerdo fueran el Departamento de Estado, la OTAN y la UE. Es por ello que todo el proceso se centró en el tema del nombre del país vecino, mientras que una serie de temas críticos, como contrarrestar el irredentismo, hacer los cambios necesarios en la Constitución del país vecino, no solo se posponen a un futuro incierto, pero también la situación se complica con la aceptación por parte del gobierno griego de posiciones sobre “ciudadanos macedonios” y “lengua macedonia”, posiciones que constituyen la esencia del irredentismo. En consecuencia, es un acuerdo que no puede garantizar una solución a favor del pueblo griego, del pueblo del país vecino ni de los pueblos de la región.” [42]

 

¡Nada puede ser más absurdo! El estado griego tiene una larga historia de brutal opresión del pueblo macedonio que resultó en la expulsión de casi todos. En la actualidad, solo una pequeña minoría de macedonios sigue viviendo en el norte de Grecia. Macedonia es un país pequeño y pobre, explotado por monopolios capitalistas extranjeros (entre ellos no pocos de Grecia). Grecia tiene una larga y vergonzosa tradición de chovinismo anti-macedonio. (Por ejemplo, las manifestaciones más grandes de la historia del país tuvieron lugar en 1992 y 1994 en protesta por el hecho de que la república independiente Macedonia se atreviera a elegir el nombre "Macedonia" en su designación oficial).

 

Independientemente de esta tradición chovinista, o más bien a causa de ella, el KKE se une a la corriente nacionalista griega y acusa a Macedonia de “irredentismo” (en lugar de acusar al estado griego de su chovinismo insoportable). ¡Incluso acusa al gobierno reformista de SYRIZA de hacer concesiones al “irredentismo macedonio” porque acepta hablar de “ciudadanos macedonios” y un “idioma macedonio”!

 

¡Esta declaración refleja, una vez más, que el KKE apoya plenamente las mentiras más reaccionarias que el chovinismo griego ha difundido a lo largo de toda su historia y que simplemente niegan la existencia (por no hablar de los derechos) de la nación macedonia!

 

Esto también lo confirma un artículo recientemente publicado en su revista teórica que afirma: “Una solución real significa garantías de eliminación del irredentismo, nacionalismo, reclamos [territoriales], asegurando la inviolabilidad de las fronteras, lo que significa cambios ahora, no en el futuro próximo, a la Constitución de la ARYM”. El KKE insiste en que cualquier nombre que adopte la República “debe tener una definición estrictamente geográfica.”

 

Además, el KKE repite, sin vergüenza, el clásico mito chovinista griego que niega la existencia nacional de otros pueblos balcánicos: “Una nación históricamente formada 'macedonia', etnia 'macedonia', lengua 'macedonia', que forman la base del irredentismo y plantear interrogantes sobre la existencia de una minoría, reclamos y defensa de sus derechos etc., no existen.” [43]

 

 

 

Conclusiones

 

 

 

Lenin solía decir sobre los comunistas rusos que fracasaron en oponerse consistentemente al chovinismo: “Elimina a algunos comunistas y encontrarás chovinistas de la Gran Rusia.” [44] ¡Es obvio que no es necesario rascar en absoluto para ver el chovinismo griego reaccionario desenfrenado de la dirección del KKE!

 

En resumen, el KKE griego es un excelente ejemplo para nuestro análisis del estalinismo como tendencia reformista burguesa. Cuando se trata de imperialismo y guerra, el estalinista puede referirse a los clásicos marxistas y recitar una u otra cita de Lenin sobre el imperialismo. Pero, en esencia, siguen una línea reaccionaria socialchovinista y defienden el estado capitalista de Grecia y sus fronteras actuales contra cualquier "invasor extranjero". No son derrotistas contra su propia burguesía. ¡Son solo derrotistas contra la clase trabajadora internacional y los pueblos oprimidos!

 

 

 

Los estalinistas animan al chovinismo serbio contra los albanokosovares

 

 

 

Sería completamente erróneo imaginar que tales estallidos chovinistas son una especie de problema peculiar del KKE griego solo. No, la adaptación al chovinismo de las naciones opresoras está en el ADN político del estalinismo. Cuando sirve a los intereses de una burocracia gobernante o de estados aliados, los estalinistas siempre han estado dispuestos a apoyar la opresión de las minorías nacionales y predicar el chovinismo. La política de Stalin de hacer del chovinismo gran ruso la política oficial de la URSS y las horribles deportaciones de personas caucásicas en 1944 son bien conocidas. [45]

 

Los estalinistas continúan adaptándose al chovinismo también muchos años después de que perdieron el bastión de su poder burocrático por el colapso de los regímenes burocráticos en Europa del Este y la URSS en 1989-91. Ya hemos dado el ejemplo del KKE griego. Aquí hay otro ejemplo real.

 

Muchos partidos estalinistas apoyan hasta hoy el reclamo expansionista serbio de Kosovo (Kosovo en idioma albanés). 36 partidos estalinistas, que asistieron al 20° congreso anual de IMCWP en noviembre de 2018, han publicado una declaración conjunta que reproducimos aquí en su totalidad:

 

Apoyo a Kosovo [sic] como parte integral de la República de Serbia

 

El Partido "Comunistas de Serbia" solicita el apoyo de los Partidos Comunistas y Obreros del mundo para apoyar a Kosovo como parte integral de la República de Serbia, que ha estado bajo la ocupación de la OTAN desde 1999 y un régimen subordinado de separatistas albaneses.” [46]

 

Asimismo, los estalinistas austríacos, el Partido del Trabajo (Partei der Arbeit) que también participó en este congreso, publicaron un informe sobre sus actividades en el que se referían a Kosovo con el mismo espíritu chovinista serbio (“la provincia serbia de Kosovo”). [47]

 

¡Es un escándalo vergonzoso dado que Kosovo está poblado por una mayoría albanesa del 90%! Serbia los había oprimido a nivel nacional desde el comienzo de su ocupación colonial en 1913 y siempre habían deseado la independencia de Belgrado. A lo largo de toda la historia de la ocupación, los albanokosovares resistieron e intentaron levantamientos populares que fueron brutalmente aplastados por las fuerzas de ocupación serbias. Finalmente, una insurrección armada, que comenzó en 1997, tuvo éxito y los albanokosovares se deshicieron de la tiranía serbia.

 

Sin embargo, la legítima lucha de liberación de los kosovares, que fue liderada por el nacionalista pequeño burgués UÇK, fue secuestrada por el imperialismo de la OTAN en 1999 y explotada para ocupar la nueva república.

 

La CCRI/RCIT y nuestro precursor defendieron la victoria del levantamiento y pidió una república obrera de Kosovo. No dimos ningún apoyo político a la dirección de la UÇK y defendimos a Serbia del bombardeo de la OTAN. Nuestra sección austriaca participó en actividades de solidaridad con la comunidad albanesa durante el levantamiento de 1997-1998. Hoy, la CCRI/RCIT apoya incondicionalmente el deseo del pueblo de Kosovo de deshacerse de la ocupación OTAN/UE y tener un estado completamente independiente que, en nuestra opinión, debería ser una república obrera. Mientras apoyamos los derechos de las minorías para la población serbia en Kosovo, denunciamos enérgicamente cualquier intento del Estado serbio de volver a ocupar el país. [48]

 

Hace algunas décadas, los estalinistas justificaron su apoyo al chovinismo serbio refiriéndose al carácter “socialista” del régimen de Tito en la ex Yugoslavia. Naturalmente, esta no era una razón legítima para reprimir el deseo de independencia de Albania. Sin embargo, tal apoyo a las afirmaciones serbias en las condiciones actuales carece incluso de tal pseudo-justificación. Ya no hay Tito ni Yugoslavia y Serbia se ha convertido en un estado capitalista. Aún más, Serbia está gobernada por el gobierno de Aleksandar Vučić y su SNS, una escisión del partido semifascista Chetnik SRS dirigido por el notorio criminal de guerra Vojislav Šešelj. Estos archirreaccionarios justifican sus afirmaciones históricas refiriéndose a la llamada Batalla de Kosovo Field, un evento del año 1389 envuelto en mitos.

 

Sin embargo, todos estos hechos no son obstáculo para que los estalinistas adopten una declaración conjunta en la que pidan “apoyar a Kosovo como parte integrante de la República de Serbia” y denunciar a los “separatistas albaneses”. ¡Esto no es más que un apoyo desvergonzado al expansionismo serbio reaccionario contra la voluntad de casi todo el pueblo de Kosovo!

 

Por supuesto, la lógica de los estalinistas es tan transparente como reaccionaria. En su opinión, sólo EE.UU., la UE y Japón son imperialistas, mientras que Rusia y China representan fuerzas supuestamente "socialistas" (o al menos "progresistas", "antiimperialistas"). En consecuencia, los estalinistas apoyan a todos los regímenes y fuerzas, incluidos, por ejemplo, los monárquicos, fascistas y semifascistas en Donbass, que están aliados con Rusia y China.

 

Es simbólico que esta declaración haya sido firmada por el Partido Comunista Sirio de Assad, varios partidos estalinistas rusos (por ejemplo, el KPRF de Ziuganov y el RKRP-RPK de Tyulkin), el KKE griego, el DKP alemán, el Partido Comunista (Italia) y otros.

 

Finalmente, también tenemos que señalar que al apoyar el chovinismo serbio los estalinistas comparten la compañía de varias fuerzas ultrarreaccionarias. Todos los chovinistas de la Gran Rusia, incluidos los monárquicos de la Rusia Blanca, apoyan el reclamo de Serbia sobre Kosovo. Lo mismo ocurre con varios partidos radicales de derecha en Europa Occidental. Por ejemplo, el FPÖ austriaco siempre ha declarado que Kosovo es parte de Serbia. Su líder, HC Strache, lleva con orgullo el llamado Brojanica, un rosario ortodoxo serbio, en su muñeca. [49] ¡Qué alianza impía de chovinistas de “izquierda” y de derecha!

 

Todo esto prueba una vez más: el estalinismo nunca fue, no es y nunca será una fuerza internacionalista de la clase trabajadora. Es orgánicamente corrupto y chovinista. En la era actual de rivalidad entre las grandes potencias, los estalinistas inevitablemente sirven como lacayos de una u otra gran potencia imperialista. ¡Los revolucionarios deben desenmascarar sin piedad esta corriente reformista burguesa!

 

 

 

El ultraestalinista CPGB-ML: porristas leales del imperialismo ruso y chino

 

 

 

Ya mencionamos anteriormente al Partido Comunista ultraestalinista de Gran Bretaña (marxista-leninista). Este grupo considera el papel de Rusia y China como "progresista y antiimperialista". Aunque estos adoradores de Stalin, Gaddafi y Assad son idiotas en el campo de la teoría marxista, no se puede negar que son más consistentes y francos que la mayoría de sus compañeros de viaje estalinistas. Saludan a Assad y piden la “¡Victoria para el presidente, el gobierno, el ejército y el pueblo sirios!" (¡en ese orden!). [50]

 

Joti Brar, uno de sus líderes, dejó en claro sin ambigüedades que el CPGB-ML también representa la victoria de China y Rusia contra sus rivales occidentales: “Además, si Gran Bretaña y los Estados Unidos realmente inician una guerra contra Rusia o China, Es la opinión del CPGB-ML que los verdaderos antiimperialistas y socialistas apoyarán la defensa de esos países y trabajarán por la derrota de su propia clase dominante. Las consignas de un movimiento anti-guerra verdaderamente antiimperialista en tal caso deben ser: Victoria para Rusia y China; Derrota del imperialismo británico; ¡No cooperar con las guerras imperialistas británicas![51]

 

La misma línea fue confirmada en una resolución adoptada en su último congreso: “El Congreso confirma que en el caso de que estallara una guerra así, el proletariado británico no tendría ningún interés en la victoria de 'su propia' burguesía imperialista, y todo interés una victoria para las fuerzas del antiimperialismo. (…) El Congreso resuelve además que en caso de que estalle la guerra, nuestro partido pedirá la victoria de Rusia y China y trabajará para movilizar a las masas contra el sistema imperialista mismo, que es la causa de todas las guerras en el mundo moderno. mundo.” [52]

 

Estos ultra-estalinistas son ciertamente más consistentes en sacar conclusiones tácticas que la mayoría de los otros partidarios del imperialismo ruso y chino. Su llamado a las victorias de Moscú y Beijing contra sus rivales occidentales los califica como socialimperialistas pro-orientales en toda regla. ¡Este es el complemento perfecto para su papel como partidarios reaccionarios de las dictaduras capitalistas de Assad y Gaddafi que masacraron a su gente que se levantaba por la libertad!

 

Sin duda, estos estalinistas británicos se ven a sí mismos como antiimperialistas acérrimos, ya que se oponen a "su" burguesía y apoyan a los rivales de la OTAN. Su posición se asemeja al enfoque "derrotista" de los estalinistas británicos en el período del Pacto Hitler-Stalin cuando el CPGB denunció furiosamente el imperialismo británico y lo convirtió (y a Francia) en las únicas fuerzas responsables de la Guerra Mundial (¡mientras elogiaba la tan- llamada “iniciativa de paz”!). Naturalmente, esta posición pseudo-derrotista fue reemplazada sin ceremonias por un patriotismo ultraservil cuando Moscú lo exigió después del 22 de junio de 1941.

 

Obviamente, ese tipo de "derrotismo" en ese momento no tenía nada que ver con el "antiimperialismo", ya que no estaba dirigido contra el imperialismo sino solo contra los intereses de una Gran Potencia ya favor de los intereses de otra Gran Potencia. Trotsky denunció correctamente tal pseudo-derrotismo cuando los reformistas alemanes desplegaron una política similar después de 1933.

 

Recordemos que todos los líderes de la socialdemo­cracia alemana emigrados son “derrotistas” a su manera. Hitler los ha privado de sus fuentes de influen­cia y de sus ingresos. El progresismo de este derro­tismo “democrático”, “antifascista”, es exactamente igual a cero. No está ligado a la lucha revolucionaria; con esperanzas prendidas con alfileres se aferra al papel “liberador” de Francia o de algún otro imperia­lismo. Los autores del documento, obviamente contra su voluntad, han dado un paso en esa misma dirección.". [53]

 

Añadió: “Pero están absolutamente equivocados al pensar que el proletariado puede resolver las grandes tareas históricas por medio de guerras que no son conducidas por él mismo sino por sus enemigos mor­tales, los gobiernos imperialistas.” [54]

 

En resumen, la desvergonzada adulación de Rusia y China por parte del CPGB-ML no es más que una versión moderna de la política socialimperialista de Stalin.

 

 

 

Excurse: Algunas observaciones sobre los socialimperialistas "pacifistas" y "beligerantes"

 

 

 

En este punto, deseamos hacer una observación sobre una diferencia "metodológica" interesante e importante entre los socialimperialistas pro-occidentales y pro-orientales. El primero, es decir, el Partido de la Izquierda Europea (PEL) y el Partido Comunista Japonés (JCP), suelen criticar a sus gobiernos por ser demasiado agresivos y agresivos contra Rusia y China. Llaman a sus gobiernos a estar de acuerdo con varias iniciativas de Putin y Xi (por ejemplo, la creación del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura). Predican la necesidad de pacifismo y reconciliación de intereses entre Occidente, y Rusia y China.

 

Las cosas son diferentes con los socialimperialistas pro-orientales. Si expresan las críticas contra el régimen de Putin y Xi en el dominio de la política exterior, es no que sería demasiado hostil a Occidente, sino, por el contrario, que serían demasiado comprometedor. ¡Algunos estalinistas rusos incluso afirman que el Kremlin sería un sirviente de Estados Unidos! [55] Por ejemplo, varios estalinistas rusos y otros intelectuales de izquierda como Buzgalin y Kagarlitsky critican al estado ruso no desde un punto de vista antiimperialista. Todo lo contrario, atacan la política del gobierno de Putin por "no ser lo suficientemente agresiva", por no cumplir sus promesas a Assad, etc. El sitio web Vestnik Buries un ejemplo supremo. En la propaganda de su red social están afirmando: "Solo recuerde el derribo de Su-24, Su-25 y Tu-154 (en Sochi), An-26, Su-30, que se perdieron en diversas circunstancias. Recuérdese las pérdidas ocultas entre las tropas regulares. Recordemos los golpes sin respuesta de la coalición liderada por Estados Unidos e Israel contra el estado soberano que está aliado con nosotros (¡sic!). Cómo Bashar Asad pidió ayuda a Rusia en 2011, incluidos los complejos de defensa aérea, y la ayuda llegó sólo en 2014, cuando la situación era casi desesperada. El hecho de que Siria esté dividida en zonas de influencia y una de las tareas de nuestro (¡sic!) militar (la preservación de la integridad territorial de Siria) fracasó". [56]

 

La denuncia de Vestnik Buri de la política de Rusia se hace de tal manera que sugiere que si sus autores estuvieran a cargo del estado ruso aplastarían brutalmente a sus rivales extranjeros de inmediato en contraste con el gobierno actual supuestamente "débil". Esta política socialimperialista a menudo no se hace consciente, sino que es un subproducto de la adaptación a las fuerzas reformistas; en el caso de Vestnik Buri , es la dirección burocrática de los sindicatos CLR.

 

Entonces, mientras los socialimperialistas pro-occidentales instan a sus gobiernos a tratar de manera más cooperativa con Rusia y China, los socialimperialistas pro-orientales instan a sus gobiernos a actuar de manera más antagónica. ¿Cuál es la razón de esta diferencia?

 

La principal razón de esto no se encuentra tanto en las ideologías o programas específicos de estos partidos. Básicamente, todas son fuerzas reformistas que se adaptan a sectores de la clase dominante. Pero tienen que adaptarse a las clases dominantes en diferentes países, a las clases dominantes que enfrentan diferentes condiciones concretas de la base económica específica y la superestructura política.

 

Como explicamos anteriormente, las clases dominantes de las grandes potencias en Occidente y Oriente se caracterizan por dinámicas diferentes. Occidente en general, y Estados Unidos en particular, están en declive, mientras que Rusia y, en particular, China, están aumentando. De este hecho se siguen varias consecuencias importantes:

 

a) Un sentimiento social de relativo pesimismo entre las primeras sociedades y de relativo optimismo entre las segundas.

 

b) Entre las grandes potencias occidentales: crisis interna, profundas divisiones dentro de la burguesía así como serias rupturas dentro del “ bloque histórico ” de la clase dominante, la clase media y la aristocracia obrera; en comparación, hay un apoyo social relativamente fuerte para el régimen o al menos no hay divisiones profundas ni fuerzas de oposición fuertes en China y Rusia.

 

Como resultado, hay sectores de la burguesía europea y japonesa y de la clase media que busca la cooperación y no el enfrentamiento con las grandes potencias orientales (o que incluso simpatiza con su tipo político de gobierno). Quieren volverse más independientes de la hegemonía tradicional estadounidense. Los partidos socialimperialistas pro occidentales se están adaptando a estos sectores. Por el contrario, los socialimperialistas pro-orientales se adaptan a sectores de la burguesía rusa y china y de la clase media que apoyan un enfoque más agresivo contra los rivales occidentales, que odian el neoliberalismo occidental, etc. Esta es la base material de la diferencias entre los socialimperialistas “pacifistas” y los “beligerantes”.

 

 

 



[1] Existe una vasta literatura sobre la política estalinista del Frente Popular. Véase, por ejemplo, Tom Kemp: Stalinism in France, New Park Publications, Londres 1984; Jaques Danos, Marcel Gibelin: Die Volksfront en Frankreich. Generalstreik und Linksregierung im Juni '36, Junius Verlag, Hamburgo 1982. León Trotsky ha criticado extensamente esta concepción estalinista. Véase, por ejemplo, Leo Trotsky: ¿Adónde Francia?, https://www.marxists.org/espanol/trotsky/1936/1936-francia/index.htm. El principal teórico estalinista expuso el concepto de Frente Popular en varios discursos y escritos posteriores a 1935. Se resumen en: Georgi Dimitroff: The United Front. La lucha contra el fascismo y la guerra, Proletarian Publishers, San Francisco 1975

[2] Véase el Capítulo: “The Maoist Origin of the Super-Power Theory” in our pamphlet Lenin’s Theory of Imperialism and the Rise of Russia as a Great Power, https://www.thecommunists.net/theory/imperialism-theory-and-russia/

[3] Una elaboración más detallada de la teoría trotskista de los estados estalinistas se puede leer en León Trotsky: "La Revolución Traicionada” (1936), https://www.marxists.org/espanol/trotsky/1936/rt/. El análisis de la RCIT se resume en el capítulo II de nuestro libro Michael Pröbsting: Cuba's Revolution Sold Out? The Road from Revolution to the Restoration of Capitalism, Vienna 2013, https://www.thecommunists.net/theory/cuba-s-revolution-sold-out/. Ver también, Yossi Schwartz: Was the People's Democratic Republic of Yemen a Deformed Workers State? agosto de 2015, https://www.thecommunists.net/theory/south-yemen/

[4] Hasta ahora han aparecido 8 números de esta revista. Su sitio web es https://www.iccr.gr/en/home/

[5] Llamamiento de la 20ª Reunión Internacional de Partidos Comunistas y Obreros, 29.11.2018, http://www.solidnet.org/article/20-IMCWP-Appeal-of-the-20th-International-Meeting-of-Communist-and-Workers-Parties/

[6] En una declaración conjunta, firmada por 63 partidos estalinistas que asistieron al 20o congreso anual de la IMCWP en noviembre de 2018, declararon: “Nosotros, los participantes en la 20a Reunión Internacional de Partidos Comunistas y Obreros celebrada en Atenas, Grecia del 23 al 25 de noviembre de 2018 expresar su pleno apoyo y solidaridad con la justa causa del Partido de los Trabajadores de Corea y el pueblo coreano para lograr una reunificación independiente y pacífica de Corea y mantener la paz y la seguridad en la península de Corea. (...) La justa causa del Partido de los Trabajadores de Corea y del pueblo coreano para defender la paz y la seguridad de la península de Corea y construir un país socialista poderoso constituye una contribución activa a la lucha de los Partidos Comunista y Obrero para asegurar justicia y paz internacionales y avanzar victoriosamente la causa del socialismo a escala global. (...) Esperamos que la comunidad internacional responda positivamente a las medidas tomadas de buena fe por la RPDC para aliviar la tensión y la reconciliación en la península de Corea y hacer un llamamiento a todos los Partidos Comunistas y Obreros y a las organizaciones progresistas del mundo. intensificar el movimiento de solidaridad internacional por la justa causa del Partido de los Trabajadores de Corea y el pueblo coreano”. (Declaración de solidaridad de los partidos comunistas y obreros en apoyo de la causa justa del Partido de los Trabajadores de Corea y el pueblo coreano por una reunificación independiente y pacífica de Corea y por la paz y la seguridad en la península de Corea, 20 IMCWP, Declaración de Solidaridad de los partidos comunista y obrero, 25 de noviembre de 2018 Atenas, Grecia, http://www.solidnet.org/article/20-IMCWP-Statement-of-Solidarity-of-Communist-and-Workers-Parties/)

[7] Véase sobre esto los siguientes documentos de la CCRI/RCIT: Down with Imperialist Warmongering of All Great Powers! Syria attack, Protectionist Tariffs and Salisbury poisoning: Against all imperialist diplomatic, economic and military aggression! In U.S., EU, Russia and China: The Main Enemy is at Home! Support democratic and national liberation struggles of oppressed people! Joint Statement of the RCIT and the Marxist Group ‘Class Politics’ (Russia), 13.04.2018, https://www.thecommunists.net/worldwide/africa-and-middle-east/syria-down-with-imperialist-warmongering-of-all-great-powers/; ISL: On Trump’s attack on Syria, 15.04.2018, https://www.thecommunists.net/worldwide/africa-and-middle-east/on-trump-s-attack-on-syria/

[8] Ver sobre esto en Michael Pröbsting: Syria and Great Power Rivalry: The Failure of the “Left”. The bleeding Syrian Revolution and the recent Escalation of Inter-Imperialist Rivalry between the US and Russia – A Marxist Critique of Social Democracy, Stalinism and Centrism, 21 de abril de 2018, https://www.thecommunists.net/theory/syria-great-power-rivalry-and-the-failure-of-the-left/

[9] AFP: Russia says over 63,000 troops have fought in Syria, August 22, 2018, https://www.yahoo.com/news/russia-says-over-63-000-troops-fought-syria-141424820.html; TASS: Russia lost 112 servicemen over three years of counter-terror operation in Syria – MP, September 30, 2018, http://tass.com/defense/1023714; see also Michael Pröbsting: 63,000 Troops. Russian Imperialist Forces back up the Reactionary Assad Regime in Syria, 27.08.2018, https://www.thecommunists.net/worldwide/africa-and-middle-east/63-000-russian-troops-in-syria/

[10] Joint statement: Condemnation of the bombing of Syria by the USA, United Kingdom and France, 17 de abril de 2018, http://www.solidnet.org/portugal-portuguese-communist-party/portuguese-cp-condemnation-of-the-bombing-of-syria-by-the-usa-united-kingdom-and-france-en-fr-es-pt

[11] Statement of the Communist and Workers Parties of Europe condemning the escalation of the imperialist aggressiveness in Syria, 13 de abril de 2018, http://www.solidnet.org/greece-communist-party-of-greece/cp-of-greece-statement-of-the-communist-and-workers-parties-of-europe-condemning-the-escalation-of-the-imperialist-aggressiveness-in-syria-en-ru-es-ar-fr-sq

[12] WFTU on the Situation in S.E. Mediterranean, 12 de abril de 2018, http://www.wftucentral.org/wftu-on-the-situation-in-s-e-mediterranean/

[13] Elisseos Vagenas: The Military-Political Equation in Syria, (Extractos extensos del artículo publicado en “Kommounistiki Epitheorisi”, la revista político-teórica del CC del KKE, número 1 de 2016), https://inter.kke.gr/en/articles/THE-MILITARY-POLITICAL-EQUATION-IN-SYRIA/

[14] KPRF: Party Programme (2008), https://kprf.ru/party/program (Traducido del ruso por nosotros)

[16] Véase, p. e. Gennady Zyuganov: The crisis in Ukraine and its deep roots, September 2014, http://cprf.ru/2014/09/1108/

[17] Екатерина Коростиченко: «Изучение татарского превращается в муку для родителей», 8 de septiembre de 2017, https://vz.ru/society/2017/9/8/886257.html (Traducido del ruso por nosotros)

[18] Viktor Kozhemyako: How to protect the Russian language? 15.06.2012, https://kprf.ru/rus_soc/107254.html (Traducido del ruso por nosotros)

[19] Por ejemplo, Zuyganov escribió en 2012: “Es un deber sagrado de los comunistas y la Iglesia ortodoxa unirse”. (Mansur Mirovalev: Russia's Communist Party turns to the Orthodox Church. After decades of militant atheism, Russian Communists turn to religious establishment to gain supporters, 2016-12-12, http://www.aljazeera.com/indepth/features/2016/12/russia-communist-party-turns-orthodox-church-161212075756966.html)

[20] Президент Сирии Башар Асад высоко оценил помощь КПРФ и ее лидера Г.А. Зюганова, 25.10.2015, https://kprf.ru/dep/gosduma/activities/147743.html (Traducido del ruso por nosotros)

[21] Сирия: Так было и так будет! 17.04.2018, https://kprf.ru/party-live/opinion/174882.html (Traducido del ruso por nosotros)

[25] Citado en: Дневник комбрига. Алексей Мозговой, 22.06.2016, http://rusdozor.ru/2016/06/22/dnevnik-kombriga-aleksej-mozgovoj/ (Traducido del ruso por nosotros)

[26] V. I. Lenin / G. Zinoviev: El Socialismo y la Guerra (1915), https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/1910s/1915sogu.htm

[27] Заявление Президиума ЦК ОКП: Мы отвергаем территориальные уступки, осуществленные против воли трудящихся, 21 Дек. 2016 http://ucp.su/category/news/683-my-otvergaem-territorialnye-ustupki-osushestvlenny/ (Declaración del Presidium del CC OKP: Rechazamos concesiones territoriales hechas en contra de la voluntad de los trabajadores, 21 de diciembre de 2016) (Traducido del ruso por nosotros)

[29] Comentario de UCP sobre la destrucción de estatuas en Palmira, https://vk.com/wall-9225_48085 (Traducido del ruso por nosotros)

[30] Véase la evaluación del KKE por parte de la CCRI/RCIT, por ejemplo, RKOB: Perspectives on the Greek Revolution, 10.11.2011, https://www.thecommunists.net/worldwide/europe/greece-revolution-or-tragedy/; Michael Pröbsting: Greece: For a Workers' Government! Critical electoral support for SYRIZA and KKE! Workers: Organize and prepare yourselves for the struggle for power! 6.6.2012, https://www.thecommunists.net/worldwide/europe/greece-for-a-workers-government/; Michael Pröbsting: After SYRIZA’s victory in the Greek elections: The question of a Workers Government and the revolutionary way forward, June 2012, https://www.thecommunists.net/worldwide/europe/after-the-greek-elections/; Michael Pröbsting: Greece: A Modern Semi-Colony. The Contradictory Development of Greek Capitalism, Its Failed Attempts to Become a Minor Imperialist Power, and Its Present Situation as an Advanced Semi-Colonial Country with Some Specific Features (chapter IV.4 Excurse: The KKE and the Class Character of Greece), https://www.thecommunists.net/theory/greece-semi-colony/

[31] La CCRI/RCIT y su organización predecesora han analizado el estalinismo - un encono en el movimiento obrero - en numerosas ocasiones. Véase, por ejemplo, Michael Pröbsting: Cuba’s Revolution Sold Out? The Road from Revolution to the Restoration of Capitalism, August 2013, RCIT Books, https://www.thecommunists.net/theory/cuba-s-revolution-sold-out/. See also LRCI: The Degenerated Revolution: The Origin and Nature of the Stalinist States, https://www.thecommunists.net/theory/stalinism-and-the-degeneration-of-the-revolution/

[32] Véase Michael Pröbsting: Greece: A Modern Semi-Colony (ver capítulos III y IV), https://www.thecommunists.net/theory/greece-semi-colony/

[33] Así lo afirma el KKE en su programa, adoptado en 2013: “El capitalismo en Grecia se encuentra en la etapa imperialista de su desarrollo, en una posición intermedia en el sistema imperialista internacional, con fuertes dependencias desiguales de Estados Unidos y la UE. (…) La participación de Grecia en la OTAN, las dependencias económico-políticas y político-militares de la UE y EE.UU. limitan el margen de maniobra de la burguesía griega para maniobrar de forma independiente, ya que todas las relaciones de alianza del capital se rigen por la competencia, la desigualdad y, en consecuencia, la posición ventajosa del más fuerte; se forman como relaciones de interdependencia desigual.” (Programa del KKE, adoptado en 2013, http://inter.kke.gr/en/articles/Programme-of-the-KKE/)

[34] Asimismo, Aleka Parariga, secretaria general del KKE en ese momento, escribió: “La posición básica del oportunismo en Grecia es que el país está bajo ocupación alemana, que está siendo transformado o se ha transformado en una colonia y está siendo saqueado principalmente por Sra. Merkel, los acreedores. La tríada de los representantes de la UE, el Banco Central Europeo y el FMI que supervisan y determinan la gestión de la deuda interna o externa, los déficits fiscales se ven como el principal enemigo además de la propia Alemania. Acusan a la clase burguesa del país ya los partidos gubernamentales de traidores, antipatrióticos, subordinados y serviles con Alemania, los acreedores o los banqueros.

Quienes hablan de subordinación y ocupación no reconocen la exportación de capitales de Grecia (rasgo característico del capitalismo en la etapa imperialista), que fue significativa antes de la crisis y que sigue intacta en las condiciones de la crisis. La exportación de capital se está realizando para inversiones productivas en otros países y por supuesto en bancos europeos hasta que se formen las condiciones para que puedan reingresar al proceso de asegurar el máximo beneficio posible. Ven una escasez de capital y no una acumulación excesiva.

No ven el tema de la sobreacumulación porque se verán obligados a admitir el carácter de la crisis económica capitalista, algo que hace añicos su propuesta política pro-monopolio. Tanto los partidos burgueses como los oportunistas, a pesar de las diversas diferencias que tienen, apoyan la salvaguarda de la competitividad de los monopolios domésticos que inevitablemente pone en primer plano las reestructuraciones reaccionarias, asegurando una fuerza de trabajo más barata, intensificación de la intimidación estatal, represión y comunismo y, al mismo tiempo, se centran especialmente en la expansión del capital griego en una región más amplia (los Balcanes, el Mediterráneo oriental, la zona del Mar Negro). Este es, entre otras cosas, un círculo vicioso que conduce a un nuevo y más profundo ciclo de crisis.

Lenin y su trabajo sobre el imperialismo agrega que la comparación no se puede hacer entre países capitalistas desarrollados y países capitalistas atrasados, sino entre exportaciones de capital, un tema que los oportunistas en todas partes no quieren y no se atreven a reconocer porque su visión sobre la ocupación de Grecia, que Grecia es una colonia, es refutada por este solo criterio. (…)

En consecuencia, la posición del KKE de que Grecia pertenece al sistema imperialista, está incorporada orgánicamente y juega un papel activo en la guerra como aliado de los principales actores está absolutamente reivindicada. Esta es la elección en interés de la burguesía que ha invitado dos veces al imperialismo británico y estadounidense a aplastar al pueblo armado con fuerzas militares, armas y operaciones militares directas. (Aleka Papariga (Secretaria General del KKE): Sobre el imperialismo-la pirámide imperialista, Artículo para "El Machete", Revista Teórica y Política del PC de México, http://elcomunista.nuevaradio.org/sobre-el-imperialismo-la-piramide-imperialista/)

Para la crítica de la RCIT al análisis del capitalismo griego por parte del KKE, véase el capítulo IV.4 Excurse: The KKE and the Class Character of Greece in our book Greece: A Modern Semi-Colony mentioned above.

[35] Sobre el análisis de la CCRI/RCIT de Turquía como una semicolonia avanzada, ver: Michael Pröbsting: World Perspectives 2018: A World Pregnant with Wars and Popular Uprisings. Theses on the World Situation, the Perspectives for Class Struggle and the Tasks of Revolutionaries (Chapter V), RCIT Books, Vienna 2018, https://www.thecommunists.net/theory/world-perspectives-2018/; Michael Pröbsting: The Great Robbery of the South. Continuity and Changes in the Super-Exploitation of the Semi-Colonial World by Monopoly Capital. Consequences for the Marxist Theory of Imperialism (capítulo 9), RCIT Books, Vienna 2013, https://www.thecommunists.net/theory/great-robbery-of-the-south/; TEK YOL DEVRIM! Action Program for Turkey by Sınıf Savaşı (Section of the Revolutionary Communist International Tendency in Turkey), October 2016, https://www.thecommunists.net/theory/program-turkey/.

Sobre Macedonia, ver RCIT: Macedonia: Stop the Police Violence! Support the National Self-Determination of the Albanian Minority! For a Workers and Peasants Government! For a Socialist Federation of the Balkan People! 8.5.2015, https://www.thecommunists.net/worldwide/europe/macedonia-statement/; ver también el capítulo II.3 Excurse: Greek Chauvinism and the Macedonian Question in our book Greece: A Modern Semi-Colony mencionado anteriormente.

[36] Véase Michael Pröbsting: Greece: A Modern Semi-Colony (see chapter II.3 Excurse: Greek Chauvinism and the Macedonian Question as well as chapter V.3 The Struggle against Greek Chauvinism: The Macedonian Question), https://www.thecommunists.net/theory/greece-semi-colony/. Como mostramos en ese libro, León Trotsky y los trotskistas griegos siempre adoptaron una posición internacionalista coherente sobre este tema. Se opusieron al chovinismo griego y defendieron los derechos de las minorías nacionales. Por ejemplo, Trotsky aconsejó a los marxistas griegos sobre la cuestión macedonia: “Nosotros simplemente decimos que, si los macedonios lo quieren, entonces nos pondremos del lado de ellos, que se les debería permitir decidir, y también apoyaremos su decisión. Lo que me preocupa no es tanto la cuestión de los campesinos macedonios, sino más bien si no hay un toque de veneno chovinista en los trabajadores griegos. Eso es muy peligroso. Para nosotros, que estamos a favor de una federación balcánica de estados soviéticos, es lo mismo si Macedonia pertenece a esta federación como un todo autónomo o como parte de otro estado. Sin embargo, si los macedonios son oprimidos por el gobierno burgués, o sienten que están oprimidos, debemos brindarles apoyo”. (León Trotsky: Una discusión sobre Grecia (primavera de 1932), https://sites.google.com/site/sozialistischeklassiker2punkt0/leon-trotsky/1932/leon-trotsky-a-discussion-on-greece (No se consiguió una versión en español)

Pantelis Pouliopoulos, el primer secretario general del KKE y líder histórico del trotskismo griego en las décadas de 1920 y 1930, también afirmó categóricamente: “ Quien refuta la existencia, no resuelta hasta hoy, de una cuestión nacional macedonia en la Macedonia griega, búlgara y serbia, es sin duda un perro faldero de la burguesía. Quien refuta el movimiento histórico de liberación de los macedonios, o es un ignorante y debe conocer la historia de ese movimiento y sus héroes nacionales, o es nuevamente un perro faldero de una de las tres burguesías opresoras." (Pantelis Pouliopoulos: Communists and the Macedonian Question [Mayo de 1940], Republicado en Spartakos No. 30, 1991, https://www.marxists.org/archive/pouliop/works/1940/05/commac.htm)

[37] Programa del KKE, adoptado en el XIX Congreso del KKE, 11-14 de abril de 2013, http://inter.kke.gr/en/articles/Programme-of-the-KKE/

[38] Citado en Nikos Mottas: Was werden die griechischen Kommunisten im Falle eines Krieges tun?; en: Einheit und Widerspruch (Theoretisches und Diskussionsorgan der Partei der Arbeit Österreichs), Heft 6, junio de 2018, p. 117, http://parteiderarbeit.at/?page_id=1915 (nuestra traducción)

[39] El peligro de la guerra imperialista y la postura de los comunistas, Tesis del Partido Comunista de Grecia (KKE) en la XII Conferencia Internacional “VI Lenin y el mundo contemporáneo”, 20.04.2018, https://inter.kke.gr/en/articles/THESES-OF-THE-COMMUNIST-PARTY-OF-GREECE-KKE-AT-THE-12TH-INTERNATIONAL-CONFERENCE-V.I-LENIN-AND-THE-CONTEMPORARY-WORLD/

[40] Véase sobre esto, además de nuestro libro sobre la Grecia capitalista mencionado anteriormente, por ejemplo, Max Bonham: On the Escalating Greek-Turkish Tensions, Internationalist Socialist League (Sección de la CCRI/RCIT de Israel/Palestina Ocupada), 30 de abril de 2018, https://www.thecommunists.net/worldwide/africa-and-middle-east/escalating-greek-turkish-tensions/

[41] OKDE: Prespa Agreement – Referendum in neighboring Macedonia, 24.9.2018, https://www.thecommunists.net/forum/okde-greece-referendum-in-neighboring-macedonia

[42] KKE: On the agreement between Greece-FYROM, 14/6/2018, Press Office of the CC of the KKE, http://www.solidnet.org/article/CP-of-Greece-On-the-agreement-between-Greece-FYROM/

[43] Kommounistiki Epitheorisi (No. 2, 2018), quoted in SL: For a Socialist Federation of the Balkans! Greece: Chauvinist Frenzy over Macedonia, Part One, Workers Vanguard No. 1142, 19 de octubre de 2018, https://www.icl-fi.org/english/wv/1142/macedonia.html

[44] V. I. Lenin: Discurso de clausura del debate sobre el programa del Partido, Octavo Congreso del P.C.R. 18-23 de marzo de 1919, https://www.marxists.org/archive/lenin/works/1919/rcp8th/04.htm (No se encontró una versión en español)

[45] Véase William Flemming: The Deportation of the Chechen and lngush Peoples: A Critical Examination, in: Ben Fowkes (Ed.): Russia and Chechnia: The Permanent Crisis. Essays on Russo-Chechen Relations, Macmillan Press Ltd 1998, pp. 65-88; Alex Marshall: The Caucasus under Soviet rule, Routledge, London 2010, pp. 244-271; Brian Glyn Williams: Inferno in Chechnya, University Press of New England 2015, pp. 46-75; John Dunlop: Russia Confronts Chechnya. Roots of a Separatist Conflict, Cambridge University Press 1998, pp. 46-74; Amjad Jaimoukha: The Chechens. A handbook, RoutledgeCurzon 2005, pp. 60-73

[46] 20 IMCWP, SUPPORT FOR KOSOVA AS AN INTEGRAL PART OF THE REPUBLIC OF SERBIA, 12/10/2018 http://www.solidnet.org/article/20-IMCWP-SUPPORT-FOR-KOSOVA-AS-AN-INTEGRAL-PART-OF-THE-REPUBLIC-OF-SERBIA/. ¡Es una anécdota divertida que los estúpidos estalinistas no hayan reconocido que sin querer escribieron el nombre “Kosovo” en el título en su versión albanesa (Kosova)! ¿O tal vez el traductor del texto original al idioma inglés expresó su disgusto por esta afirmación de esta manera?

[47] 20 IMCWP, Nota informativa del Partido del Trabajo de Austria, 19/11/2018 http://www.solidnet.org/article/20-IMCWP-Informative-note-of-Party-of-Labour-of-Austria/

[48] Véase, Johannnes Wiener and Ime Berisha: Freedom and Self-Determination for Kosova! Down with the Government of Isa Mustafa Hashim Thaçi, Lackeys for the Rich and Imperialism! 31.01.2015, https://www.thecommunists.net/worldwide/europe/freedom-for-kosova/

[49] Véase "Solidarität mit Serbien": Jubel für Strache in Belgrad, Der Standard, 5. Mai 2008, https://derstandard.at/3290627/Solidaritaet-mit-Serbien-Jubel-fuer-Strache-in-Belgrad

[50] Véase, por ejemplo, un artículo publicado recientemente del CPGB-ML que concluye: “Manteniéndose firme contra todos los complots e intrigas con las que el imperialismo espera engañar al pueblo sirio de su victoria, Assad afirmó: “Esta es nuestra tierra, es nuestra Bien, es nuestro deber liberar [estas áreas ocupadas], y los estadounidenses deberían irse. De alguna manera, se van a ir". ¡Victoria para el presidente, el gobierno, el ejército y el pueblo sirios! (CPGB-ML: Syria advances to liberation. The Syrian people are standing firm against all the plots and intrigues by which imperialism hopes to cheat them of their victory, 10 de julio de 2018, https://www.cpgb-ml.org/2018/07/10/news/syria-advances-to-liberation/); ver también: CPGB-ML: US imperialism losing the plot in Syria. The imperialists are raging as strong diplomacy combined with military advances edge the Syrian people ever closer to their final victory, 9 de diciembre de 2018, https://www.cpgb-ml.org/2018/12/09/news/us-imperialism-losing-the-plot-in-syria-war/

[51] Joti Brar: The Drive to War Against Russia and China, CPGB(ML), Shakun Printers, Shahdara 2017, p. 45

[52] CPGB (ML): Cuidado con la unidad con Rusia y China en la Tercera Guerra Mundial, la declaración del Partido CPGB (ML) 8°Congreso 21 de noviembre 2018 https://www.cpgb-ml.org/2018/11/21/news/beware-the-drive-to-ww3-with-russia-and-china/

[53] León Trotsky: Un paso hacia el social-patriotismo (1939), https://www.marxists.org/espanol/trotsky/ceip/escritos/libro6/T10V203.htm

[54] Ídem.

[55]Véase en el sitio web estalinista Politsturm: Почему Путин помог Майдану победить? (Por qué Putin ayudó a Maidan a ganar), 16.08.2018, https://politsturm.com/pochemu-putin-pomog-majdanu-pobedit/

 

Anti-imperialismo en la Era de la Rivalidad de las Grandes Potencias (Capítulo XXV.)

 

LIBRO: Anti-imperialismo en la Era de la Rivalidad de las Grandes Potencias

 

Los factores detrás de la Rivalidad acelerada entre los E.U, China, Rusia, la U.E y Japón. Una crítica del análisis de la izquierda y una semblanza de la Perspectiva Marxista.

 

La CCRI publicó este libro en Enero de 2019. El autor es Michael Pröbsting, Secretario Internacional de la CCRI.

 

Translator: Rubén Jaramilllo

 


 

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XXV. La izquierda frente a la rivalidad de las grandes potencias: socialimperialistas pro-orientales (no estalinistas)

 

 

 

 

Sería un error imaginar que la corriente de los socialimperialistas pro-orientales se limitaría a los partidos estalinistas. De hecho, también hay una serie de fuerzas no estalinistas que ven, con más o menos críticas, al imperialismo ruso y chino como aliados. En este capítulo trataremos algunos ejemplos representativos.

 

 

Boris Kagarlitsky y Rabkor: los grandes "marxistas" rusos dispuestos a luchar por los intereses de Moscú "con sangre y hierro"

 

 

Ya mencionamos anteriormente a Boris Kagarlitsky, director del Instituto de Globalización y Movimientos Sociales (IGSO) en Moscú, así como editor de la revista en línea Rabkor. Aunque no representa a un partido, sus teorías son bastante influyentes entre la izquierda rusa y muy respetadas entre los izquierdistas occidentales. Desafortunadamente, Kagarlitsky, que nunca ha sido estalinista (fue un disidente en la década de 1980), se ha convertido cada vez más en un partidario "marxista" del chovinismo gran ruso.

 

Como demostramos en el capítulo VIII, él no reconoce a Rusia como un estado imperialista sino más bien como un “estado capitalista periférico” comparable a otros países semicoloniales más grandes como México o India (similar a las posiciones de la LIT y UIT). Esta evaluación se utiliza como justificación teórica para apoyar al imperialismo ruso y sus aliados reaccionarios en la práctica.

 

Por ejemplo, Kagarlitsky y su revista Rabkor se han convertido en partidarios de la intervención rusa en Ucrania desde 2014. En 2016, esta revista publicó un artículo en el que advertía sobre la transformación de Ucrania “de Weimar a un nuevo Reich”, ¡despertando apologías al Tercer Reich de Hitler! En consecuencia, ¡la revista hizo un llamado a Moscú para tratar con Ucrania “con sangre y hierro”!

 

Entonces, los rusos observarán la transformación de Ucrania de la República de Weimar en el Reich. Sin embargo, si Rusia no está dispuesta a tratar con el Reich, no significa que el Reich dejará a Rusia en paz. No, Rusia tendrá que enfrentarse a una Ucrania transformada en el futuro y los únicos instrumentos para hacer frente a este problema serán la sangre y el hierro”. [1]

 

¡Así que vemos que es solo un pequeño paso para negar el carácter imperialista de Rusia para convertirse en un ferviente látigo de belicismo reaccionario!

 

No es de extrañar que Kagarlitsky y su revista Rabkor también hayan ofrecido su espacio para el aventurero de extrema derecha Igor Strelkov. Se dice que Strelkov es un coronel retirado del GRU (la organización de inteligencia militar externa de Rusia). Se hizo prominente en 2014 como líder militar de la República de Donbass en su primera fase. Es un chovinista gran ruso, un monárquico ruso blanco y un antisemita. Se describe a sí mismo abiertamente: "Me considero un partidario de la monarquía autocrática en Rusia". De manera característica, habla de los "intereses [que] están indisolublemente ligados al capital judeo-anglosajón internacional" de sus oponentes. [2] En 2016, fundó un nuevo partido llamado Movimiento Nacional Ruso que pide en su Manifiesto "unir la Federación Rusa, Ucrania, Bielorrusia y otras tierras rusas en un solo estado de toda Rusia y transformar todo el territorio de la ex URSS en una zona incondicional de influencia rusa". También favorece un estricto sistema de cuotas para los trabajadores migrantes de las antiguas repúblicas soviéticas en Asia Central y el Cáucaso. [3]

 

Todo esto no impidió que Kagarlitsky y su revista Rabkor promovieran a Strelkov y le dieran una tribuna para su propaganda reaccionaria. En 2015, publicó una entrevista con Strelkov en la que este último pedía la creación de una alianza rojo-marrón. [4]

 

Y es también el mismo espíritu reaccionario marrón rojizo que guió a Kagarlitsky a participar en encuentros con figuras fascistas y semifascistas del movimiento euroasiático de Aleksandr Dugin. [5]

 

Observamos de pasada que la primera adaptación de Kagarlitsky al chovinismo de la Gran Rusia comenzó ya mucho antes de la guerra de Ucrania en 2014. En su libro sobre la historia de Rusia, que se publicó en 2008 y que cubre también los eventos más recientes en Rusia, ignora por completo el trágico destino de los chechenos en el 20 º siglo. La deportación bárbara de este pequeño pueblo caucásico por Stalin, las dos guerras genocidas de Rusia, la primera librada por Yeltsin en 1994-96 y la segunda por Putin en 1999-2002, todo esto no vale ni una sola palabra para este gran ruso. "Marxista"! [6]

 

Tal adaptación reaccionaria al gran imperialismo ruso tiene inevitables consecuencias masivas para las opiniones de Kagarlitsky sobre otros temas. En un editorial, la revista Rabkor de Kagarlitsky proclama que el derrotismo revolucionario, tal como fue elaborado por Lenin, ya no es válido. El "derrotismo", afirma Kagarlitsky, se ha vuelto "burgués":

 

De nada sirve, cien años después de la Primera Guerra Mundial, hacer referencias a Lenin, la conferencia de Zimmerwald y el «derrotismo» antiimperialista. En primer lugar, porque, a diferencia de principios de 1914, no hay guerra, no sucederá ni puede suceder. En segundo lugar, el derrotismo de principios del siglo XX fue antisistémico y antiburgués. Pero hoy se trata de la ideología plenamente burguesa, orientada a la promoción de la misma política neoliberal con todas las que todo socialista debe luchar. No importa cómo se evalúe la posición de Lenin o Martov en 1914, no fueron a las manifestaciones bajo las banderas de Alemania y Austria, no escribieron panfletos pidiendo a estos imperios que aumentaran la presión sobre el ejército ruso”. [7]

 

En un artículo sobre el independentismo popular en Cataluña, Kagarlitsky denuncia tajantemente esta revuelta. [8] Declara: “La revuelta catalana, como el separatismo escocés, es un levantamiento de los ricos contra los pobres. Es una protesta de una sociedad liberal contra los restos de un estado social redistributivo”. Incluso denunció el nacionalismo del pueblo oprimido, poniéndolo en el mismo nivel que el chovinismo de una nación opresora: “Entonces, la izquierda no se atreve a reconocer que el nacionalismo de las minorías no es menos hostil a los intereses de los trabajadores que cualquier otro nacionalismo". [9]

 

Por lo tanto, no fue sorprendente, sino que confirmó la transformación de Kagarlitsky en un portavoz "crítico" del régimen de Putin, cuando dio la bienvenida a la victoria electoral del ultrarreaccionario presidente de Estados Unidos, Trump. Lo elogió por ser un oponente de la oligarquía financiera y un representante de la ideología antiliberal del proteccionismo imperialista, algo que considera digno de apoyo contra la globalización imperialista. Incluso llamó a la clase trabajadora a respaldar a Trump en esto. En un artículo, publicado por Counlicitunch, le dijo a un público desconcertado:

 

"Además, Trump nunca dijo nada malo sobre afroamericanos, mujeres o gays, excepto en una conversación privada hace muchos años, cuando le contó a su amigo sobre un intento fallido de abusar de una dama..."

 

El cuadragésimo quinto presidente de los Estados Unidos está firmemente comprometido con los principios del proteccionismo; protegerá los mercados y empleos de Estados Unidos. Y, lo más importante, anima a otros países a hacer lo mismo, sin tener en cuenta los intereses de las corporaciones multinacionales con sede en Estados Unidos. Peor aún, considera que estas corporaciones son la principal amenaza para Estados Unidos. "

 

Esta parte de la burguesía, naturalmente, se rebeló contra las empresas transnacionales (...) La empresa media, que se rebeló contra las oligarquías transnacionales, se vio obligada a buscar aliados. A su vez, las clases bajas de la sociedad, que durante décadas sufrieron las políticas neoliberales, se unieron con entusiasmo a la revuelta. Tal alianza no durará demasiado, pero no es accidental. El desarrollo de la industria, el mercado interno y la política social que fortalezca la posición de los trabajadores y les dé confianza es necesario para restablecer el movimiento obrero, para permitirle ganar impulso. En resumen, necesitamos proteccionismo”.

 

Sin duda, la ideología del cuadragésimo quinto presidente de los Estados Unidos está tejida de contradicciones, su programa, así como la coalición de fuerzas sociales que se estableció en torno a él, es transicional, enfocado solo a la decisión de uno, pero absolutamente fundamental tarea: socavar el dominio de la oligarquía financiera. No hay forma de que podamos apoyar sus acciones para evitar que los musulmanes de Siria o Irán (cualquier pueblo) ingresen a los EE. UU. Hay muchas otras decisiones y políticas de Trump con las que la izquierda nunca estará de acuerdo. Sin embargo, la administración en Washington, finalmente, parece estar encabezada por un político que está decidido a poner en práctica las demandas que los activistas radicales plantearon al menos desde el momento de las protestas en Seattle en 1999. Y este es realmente un punto de inflexión histórico."

 

...el presidente de Estados Unidos es muy consciente de que se enfrenta a un potencial golpe y sabe de dónde viene la amenaza. Se verá obligado a contribuir a la movilización y organización de las clases bajas. En esta situación, nadie lo ayudará, sino la clase trabajadora”. [10]

 

Que Trump es la encarnación de una oligarquía corrupta y especuladora, que es un enemigo reaccionario de los trabajadores, los migrantes y las mujeres, que es un traficante de la Guerra (Fría) contra los rivales de Estados Unidos, todo eso es convenientemente barrido bajo la alfombra por esto. ¡Putinista “marxista”!

 

Concluimos este capítulo señalando que también otros pensadores reformistas del sistema mundial como Alexander Buzgalin y Ruslan Dzarasov comparten un apoyo "crítico" al Estado ruso y su intervención en la política interior y exterior. Buzgalin, por ejemplo, promueve una alianza de la izquierda con el estado ruso y exige reformas para establecer cierto bienestar social combinado con elementos de planificación estatal-capitalista ("Gosplan del siglo XXI" de Buzgalin). No es sorprendente que los economistas imperialistas prorrusos relacionados con el estado como Sergey Glazyev también se refieran repetidamente al análisis del Sistema Mundial. [11]

 

 

Los pseudo-trotskistas prorrusos/chinos (PO/CRCI)

 

 

También hay varios pseudo-trotskistas que se niegan a reconocer el carácter imperialista de Rusia y China y que, en consecuencia, se ponen abiertamente de su lado contra los rivales occidentales. El mayor de estos “trotskistas” socialimperialistas es la tendencia internacional en torno al Partido Obrero argentino (PO), que se denomina Comité Coordinador para la Refundación de la IV Internacional (CRCI) y que también incluye al PT (Uruguay), EEK (Grecia) y DIP (Turquía). Y, como ya mencionamos anteriormente, el PO/CRCI también colabora con los estalinistas rusos (y partidarios de Assad) del Partido Comunista Unido (OKP).

 

Como describimos en detalle anteriormente, el PO/CRFI niega que la restauración capitalista se haya completado en Rusia y China. En consecuencia, rechazan enérgicamente la noción de que estos estados se hayan convertido en grandes potencias. En una declaración adoptada recientemente, proclaman que Rusia y China no se han vuelto imperialistas y no pueden llegar a serlo. Afirman que estos países solo tienen la alternativa de convertirse en colonias del imperialismo occidental o en estados socialistas. Consideran nuestra caracterización de clase de China y Rusia como “propaganda imperialista”: “El reflejo de esta propaganda imperialista en la izquierda, ya sea consciente o no, es describir a Rusia y China como potencias imperialistas.” [12]

 

De esto, extraen la inevitable conclusión de que Rusia y China deben ser defendidas hoy contra EE.UU., la UE y Japón. Observamos, como acotación al margen, que la teoría PO/CRFI los habría obligado, en retrospectiva, a ponerse del lado de la Rusia capitalista en una guerra aislada con Alemania o Gran Bretaña antes de 1917. [13]

 

A Lenin le gustaba decir: “Nuestra doctrina no es un dogma, sino una guía para la acción.” [14] Una teoría correcta guía a una parte hacia una práctica correcta. A la inversa, podemos decir que una teoría revisionista guía a un partido hacia una práctica revisionista.

 

Desafortunadamente, este es el caso del PO/CRCI. De su análisis, de que Rusia y China no son potencias imperialistas, extraen la conclusión estratégica de apoyar a estas potencias orientales contra sus rivales occidentales. Esto se hace evidente en una declaración conjunta publicada recientemente en reacción a la última escalada de las tensiones entre las grandes potencias:

 

La escalada de la guerra comercial internacional entre Estados Unidos, Europa, Rusia y China está intensificando la campaña de guerra imperialista en todas partes. Desde el volcán de guerra de Oriente Medio hasta los Balcanes y las fronteras orientales de Europa en Ucrania, desde el Cáucaso hasta Asia Central hasta el Mar de China Meridional y Corea, el imperialismo ya está en confrontación, directa o indirectamente, con Rusia y China para fragmentarse y fragmentarse. volver a colonizarlos, absorbiéndolos en el capitalismo mundial. Los movimientos obreros y populares no pueden ser neutrales en este enfrentamiento que amenaza a la humanidad y a todo ser vivo de la Tierra con la guerra mundial y la extinción nuclear: declaramos la guerra a la guerra imperialista de recolonización de Rusia y China, sin apoyar ni cultivar ilusiones. en las élites restauracionistas bonapartistas del Kremlin o de Beijing.[15]

 

Hay que agradecer a los camaradas PO/CRCI que articulan de forma más explícita que otros partidarios las devastadoras consecuencias de la tesis de que “Rusia y China son semicolonias”. La misma posición se ha expresado en un comunicado adoptado en un congreso de la CRFI en abril de 2018.

 

"No se ha creado una capital imperialista en Rusia o China, y la probabilidad de un imperialismo basado exclusivamente en el estado es una hipótesis endeble. Estos regímenes de transición al capitalismo enfrentan, por un lado, la colonización (y las guerras) imperialistas y, por el otro, la revolución proletaria. Ante una hipótesis de guerra imperialista contra Rusia y / o China, para llevar a cabo una restauración capitalista de carácter colonial, los socialistas revolucionarios lucharán por la derrota total del imperialismo y aprovecharán esta lucha para promover el resurgimiento de los soviets, como el poder político independiente de la clase trabajadora; expropiar la oligarquía y la burocracia y desarrollar una revolución socialista, defendiendo la libre autodeterminación de los pueblos, en la perspectiva de la reconstrucción de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas [inspirada] en el origen revolucionario e internacionalista de la revolución de Octubre.[16]

 

La retórica pseudo-socialista apenas puede ocultar la posición socialimperialista contenida en esta declaración. Si Rusia y China no son imperialistas (de hecho, según la dirección del PO, ni siquiera son completamente capitalistas) y si las grandes potencias occidentales son imperialistas, entonces la formulación “los socialistas revolucionarios lucharán por la derrota total del imperialismo” puede haber sólo un significado: que el PO se pone del lado de Rusia y China contra las viejas potencias imperialistas.

 

Esta es la base teórica y estratégica de la alianza que la dirección del PO/CRCI ha creado con el OKP ruso estalinista de Darya Mitina. Como mostramos anteriormente, este partido también rechaza la noción de Rusia como un estado imperialista y la considera más bien como un “país capitalista periférico”. Sobre una base tan común, estas fuerzas pueden ponerse de acuerdo en apoyar al imperialismo ruso y chino. Vemos: ¡la confusión teórica y el fracaso abismal para reconocer los desarrollos socio-históricos de la política mundial resultan inevitables en tomar el lado equivocado en la lucha de clases y en una abierta traición a la causa de la liberación del proletariado internacional y los pueblos oprimidos! La teoría revisionista crea blanqueadores revisionistas del imperialismo chino y ruso. ¡Y todo esto en nombre del “marxismo” y del “antiimperialismo”!

 

Sin embargo, hay que agradecer a los camaradas PO/CRCI por una cosa: como hemos demostrado en otros trabajos, muchas organizaciones autoproclamadas “trotskistas” comparten la tesis de que Rusia y China no son estados imperialistas. Sin embargo, solo unos pocos están preparados para articular de manera tan consistente y explícita las devastadoras consecuencias de esta posición al llamar a apoyar a China y Rusia contra sus rivales occidentales.

 

Los marxistas auténticos trazan una línea divisoria entre el antiimperialismo constante y el socialimperialismo pro-oriental. El primero se opone a todas las grandes potencias y apoya la lucha de liberación de los pueblos oprimidos contra ellas. Este último se pone del lado de China y Rusia contra sus rivales occidentales y se niega a apoyar las luchas de liberación de los pueblos oprimidos que se dirigen contra los regímenes de Putin y Xi, respectivamente. sus aliados locales. Y, de hecho, es lógico que el liderazgo del PO/CRCI se niegue a prestar apoyo al pueblo sirio que lucha contra la tiranía de Assad y sus amos imperialistas rusos e iraníes. De hecho, se están preparando para unirse abiertamente al campo de Assad, como advierten en su última declaración conjunta:

 

La 4ª Conferencia Euromediterránea de mayo de 2017 había enfatizado las implicaciones del primer viaje de Trump fuera de Estados Unidos en Arabia Saudita e Israel: la formación de un eje de guerra proimperialista de Israel, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Sudán apuntó contra Irán y sus aliados en la región, en primer lugar, Hezbollah en el Líbano y el régimen sirio de Bashar al Assad.[17]

 

Negando el carácter imperialista de Rusia, que es el amo de Irán y Siria, ven los acontecimientos políticos en el Medio exclusivamente como el prisma de oposición al imperialismo occidental. Entonces, ¿qué significa cuando el PO/CRCI levanta, como lo hicieron en esta declaración, el llamado “Imperialistas fuera de Siria” pero nunca menciona la necesidad de que las tropas rusas e iraníes sean expulsadas de Siria? ¡No significa nada más que el apoyo implícito a la continuación de la presencia de las fuerzas contrarrevolucionarias rusas e iraníes que se despliegan en suelo sirio para reprimir la lucha popular de liberación! Obviamente, los marxistas revolucionarios se oponen tajantemente a tal blanqueo revisionista del imperialismo chino y ruso.

 

Concluimos reiterando nuestra posición que hemos esbozado en nuestras “Tesis sobre el Derrotismo Revolucionario en Estados Imperialistas”: “En casos de conflictos entre estados imperialistas, la CCRI/RCIT llama a las organizaciones obreras y populares de todo el mundo a actuar de manera decisiva sobre la base de los principios de la solidaridad internacional de la clase trabajadora. Esto significa que no deben apoyar a ninguno de los dos bandos. Deben negarse a ponerse del lado de su propia clase dominante, así como de la del campo imperialista contrario: ¡Abajo todas las grandes potencias imperialistas, ya sean EE.UU., la UE, Japón, China o Rusia!"

 

La negativa a reconocer la rivalidad entre las grandes potencias como una característica clave del período actual y, en relación con esto, la negativa a reconocer el carácter imperialista de China y Rusia” resulta inevitable en “apoyar al imperialismo ruso y chino.[18]

 

 

Las sectas espartaquistas y su defensa del "Estado obrero deformado" chino

 

 

Mencionemos, de pasada, que también hay otros grupos pseudo-marxistas que llegan a conclusiones similares como los estalinistas. Ejemplos de esto son el WWP y el PSL en los Estados Unidos, así como algunos "trotskistas", -o digamos mejor, caricaturas del trotskismo-. Sectas estalinófilas como la LCI espartaquista, la IBT o la IG/LFI de Jan Norden afirman que China seguiría siendo un “estado obrero deformado”, ¡más de un cuarto de siglo después de la restauración capitalista! ¡Seguramente, los numerosos multimillonarios chinos no dejarían de reír en caso de que se encontraran con tales proclamas! También sugieren que Rusia no es un estado imperialista. [19] Como mencionamos anteriormente, el sitio web World Socialist (WSWS) incluso publicó una polémica contra la CCRI/RCIT porque nos atrevimos a caracterizar a China y Rusia como potencias imperialistas.

 

En consecuencia, todos se niegan a apoyar la lucha de liberación popular en curso del pueblo sirio contra la dictadura de Assad. Algunos, como el WWP y el PSL estadounidenses o el grupo británico Socialist Fight incluso han presentado declaraciones de apoyo a Rusia y Assad contra Estados Unidos y contra la Revolución Siria.

 

Como resultado, estos grupos piden un frente único socialimperialista con Rusia contra Estados Unidos, en lugar de un " frente único antiimperialista", como pretenden: "No pedimos a los rusos que salgan, ya que esto estaría ayudando objetivamente a Los imperialistas de EE.UU./OTAN y los grupos yihadistas que apoyan (así como aquellos a los que se oponen, es decir, el EI). Si Estados Unidos y sus aliados de la OTAN atacan directamente a las fuerzas rusas en Siria, estamos a favor de la defensa de [¡sic!] Esas fuerzas contra el imperialismo". [20]

 

Escribiendo con el mismo espíritu, el grupo SF tituló una declaración: "Defender Siria y Rusia: el imperialismo fuera del Medio Oriente" [21]

 

En la superficie, podría parecer que los marxistas están de acuerdo con los estalinistas y los pseudo-trotskistas en la oposición contra la interferencia militar del imperialismo estadounidense en Siria y en todo el Medio Oriente. Pero la verdad es que uno puede oponerse a la política exterior de Estados Unidos en esta región por motivos muy diferentes. Uno puede oponerse a ella desde un punto de vista revolucionario internacionalista y antiimperialista. Pero también se puede oponerse desde un pacifista pequeñoburgués, humanista liberal o socialimperialista prorruso, pro Assad o incluso desde un punto de vista fascista. [22]

 

Trotsky señaló una vez que el pensamiento dialéctico requiere fusionar el análisis general de la situación mundial con un análisis concreto de los factores cruciales y su interacción. Repetir frases comunes sobre el "imperialismo" y centrarse sólo en las viejas grandes potencias de Occidente sin comprender los cambios fundamentales que han tenido lugar en las últimas dos décadas: este pensamiento esquemático y mecanicista debe resultar inevitablemente en graves errores de juicio de la dinámica de la situación mundial y, por tanto, de las tareas consecuentes para la lucha de clases.

 

La ideología marxista es concreta, es decir que comprende todos los factores decisivos importantes de una cuestión determinada, no sólo en sus relaciones recíprocas, sino también en su desarrollo. No diluye la situación del momento presente en la perspectiva general; sino que, mediante la perspectiva general, hace posible el análisis de la situación presente con todas sus particularidades. Precisamente, es con este análisis concreto como comienza la política. La manera de pensar oportunista, así como la sectaria, tienen un rasgo en común: que extraen de la complejidad de las circunstancias y de las fuerzas en presencia, uno o dos factores que les parecen los más importantes -y que a veces lo son realmente-, los aíslan de la realidad compleja y les atribuyen una fuerza sin límites ni restricciones.” [23]

 

Y, de hecho, la realidad objetiva, caracterizada por la rivalidad interimperialista entre las grandes potencias y las luchas de liberación en curso de los pueblos oprimidos, es un libro cerrado para estos grupos. Al carecer de una brújula teórica, se ven obligados a tropezar en el campo del imperialismo ruso con una coherencia mucho más patética que la mayoría de los estalinistas.

 

Lenin ha advertido sobre organizaciones tan confusas: “En Rusia incurrimos constantemente en el error de juzgar las consignas, la táctica y la orientación general de un partido o grupo por las intenciones o motives que ese grupo se atribuye. Un juicio así no tiene valor. De buenas intenciones -ya lo dice el viejo proverbio- está empedrado el camino del infierno. La cuestión no estriba en las intenciones, motivos o palabras, sino en la situación objetiva, independiente de ellos, que determina la suerte y la significación de las consignas, de la táctica o, en general, de la orientación de uno u otro partido o grupo.[24]

 

Lo mismo ocurre hoy con los socialimperialistas pro-orientales. Alaban el antiimperialismo y muchas otras cosas buenas. Pero unas pocas frases trotskistas no pueden ocultar su política socialimperialista prorrusa o pro china. De hecho, ni el pecador entrará al cielo solo porque dijo algunas oraciones apresuradas, ni los semiestalinistas camuflados se unirán al campo del internacionalismo de la clase trabajadora solo porque reciten algunas citas memorizadas de los libros de Trotsky.

 

No se debe ignorar la amarga verdad: los pseudo-trotskistas prorrusos/chinos que combinan la admiración vacía y sin sentido por el fundador del Ejército Rojo con el blanqueo revisionista del imperialismo chino y ruso no son más que lobos estalinistas con piel de oveja “trotskista”.

 

 

 

 

 



[1] Ivan Lisan: Weimar republic to Reich, 01.02.2016, http://rabkor.ru/columns/debates/2016/02/01/weimar-republic-to-reich/ (Traducción nuestra)

[2] Ambas citas tomadas de: Zbigniew Marcin Kowalewski: Ukraine: Russian White Guards in the Donbass, 29 de junio de 2014, https://www.nihilist.li/2014/07/25/russkie-belogvardejtsy-na-donbasse/#english

[4] Стрелков рассказал, что сейчас объединяет “красных” и “белых”, 24.01.2015 http://rabkor.ru/columns/events/2015/01/24/conference-novorossia/. Impulsado por la misma solidaridad reaccionaria de color marrón rojizo, Dzarasov Ruslan Soltanovich, investigador del Instituto Central de Economía y Matemáticas de la Academia de Ciencias de Rusia y asociado de Kagarlitsky, declaró en 2016: “No ocultaré que no puedo aceptar al anticomunista cosmovisión de Strelkov. Sin embargo, me abstendré de criticarlo, porque no quiero ni siquiera apoyar indirectamente la campaña ideológica contra él, que se ha convertido en el símbolo de la rebelión de Novorossiya.”

[5] Véase, Anton Shekhovtsov: Boris Kagarlitsky, a Kremlin's mole in the leftist movement, http://anton-shekhovtsov.blogspot.co.uk/2014/09/boris-kagarlitsky-kremlins-mole-in.html

[6] Boris Kagarlitsky: Imperio de la periferia: Rusia y el sistema mundial, Pluto Press, Londres, 2008

[7] Editorial: Russia y Crimea, 24.03.2014, http://rabkor.ru/columns/editorials/2014/03/24/russia-and-crimea/ (Traducción nuestra)

[8] La CCRI/RCIT ha publicado varios documentos sobre la lucha por la independencia del pueblo catalán. Se recopilan en una subpágina especial en nuestro sitio web: https://www.thecommunists.net/worldwide/europe/collection-of-articles-on-catalunya-s-independence-struggle/. En particular, nos referimos a un ensayo más extenso sobre los antecedentes de esta lucha: Michael Pröbsting: Catalunya’s Struggle for Independence and its Pseudo-“Left-Wing” Critiques, 27.10.2017, https://www.thecommunists.net/theory/catalunya-s-struggle-for-independence-and-its-pseudo-left-wing-critiques/

[9] Boris Kagarlitsky: Revolt of the Rich, 06.10.2017, http://rabkor.ru/columns/editorial-columns/2017/10/06/bunt-bogatih/ (Traducción nuestra)

[10] Todas las citas de Boris Kagarlitsky: The Choices for the Left in the Age of Trump, 7 de febrero de 2017, http://www.counterpunch.org/2017/02/07/the-choices-for-the-left-in-the-age-of-trump/

[11] See e.g. Why Does the West Hate Putin? – RAI with A. Buzgalin (10/12), July 25, 2018, https://therealnews.com/stories/why-does-the-west-hate-putin-rai-with-a-buzgalin-10-12; Демидова Светлана Евгеньевна Особенности индикативного планирования в России // Вестник Псковского государственного университета. Серия: Экономика. Право. Управление. 2016. №3. URL: https://cyberleninka.ru/article/n/osobennosti-indikativnogo-planirovaniya-v-rossii; Александр Бузгалин: «Российский капитал не пустили на рынки – и он начал драться», 16.03.2018, https://www.business-gazeta.ru/article/382298. Observamos de pasada que también hay algunas excepciones. Alexander Tarasov, por ejemplo, también es un partidario de izquierda del análisis del Sistema Mundial y considera a Rusia como una semi-periferia y una semi-colonia. Sin embargo, a diferencia de los socialimperialistas como Kagarlitsky, Buzgalin y Dzarasov, es un valiente oponente del estado imperialista ruso. Ya era un disidente bajo el estalinismo, construyendo un grupo clandestino llamado "Partido de los Nuevos Comunistas" a principios de la década de 1970 por el cual fue encarcelado por la KGB. A diferencia de otros ex-disidentes, rechazó cualquier colaboración con el estado capitalista después de 1989. Sigue siendo un honorable activista y escritor de izquierda, incluso si muchas de sus posiciones son bastante "posmarxistas" y ultra-izquierdistas.

[12] Levent Dölek: The Character of War in 21st Century: Are China and Russia a target or a side of the war? In: World Revolution / Revolución Mundial Issue 1 (Autumn 2018), p. 49

[13] Como elaboramos anteriormente, la nueva teoría del PO/CRCI niega el carácter imperialista de Rusia no solo para hoy sino incluso para el período anterior a 1917. Como muestra la siguiente cita, esto los acerca a renunciar al programa revolucionario derrotista de los bolcheviques: "Los elementos de militarismo y feudalismo que dominaron al imperialismo ruso también estuvieron presentes en el imperialismo otomano. Sin embargo, el Imperio Otomano era una semicolonia y no poseía las características distintivas del imperialismo definido como la etapa más alta del capitalismo. Por tanto, ni Rusia ni el Imperio Otomano no pueden ser vistos como potencias imperialistas que definieron el carácter (imperialista) de la Primera Guerra Mundial. Dependían de las grandes potencias imperialistas y por tanto ocupaban una posición secundaria (en el mejor de los casos) en la rivalidad interimperialista. Por tanto, el imperialismo de Rusia y los otomanos se parecía más al imperialismo de la Gran Roma que al imperialismo capitalista. (…) Lenin enfatizó continuamente esta distinción, especialmente con respecto a Rusia. Por otro lado, Lenin utilizó la táctica del “derrotismo revolucionario” y la estrategia de “transformar la guerra en guerra civil” en la lucha contra Rusia que se unió a la Primera Guerra Mundial del lado del imperialismo inglés y francés y libró una guerra con un colonialismo / carácter saqueador. Sin duda, esta lucha requirió subrayar el carácter injusto e imperialista de la guerra dirigida por las clases dominantes de Rusia. El error de quienes afirman que Rusia siempre ha sido imperialista se debe a una mala interpretación de este énfasis.”  (Levent Dölek: The Character of War in 21st Century, pp. 52-53).

Esto significa efectivamente la siguiente idea revisionista: Rusia antes de la Primera Guerra Mundial no era una potencia imperialista sino más bien una semicolonia (“como el Imperio Otomano”). Si Rusia no hubiera estado involucrada del lado de las potencias imperialistas Gran Bretaña y Francia en la Primera Guerra Mundial, pero, supongamos, habría librado una guerra exclusivamente con Alemania (que sin duda era una potencia imperialista, incluso para los estándares de PO/CRCI), los camaradas PO/CRCI se habrían visto obligados a defender a (“la semicolonial”) Rusia contra la Alemania (imperialista). ¡Basta pensar un segundo para imaginar el horror que habrían sentido Lenin y los bolcheviques al oír hablar de la posición del PO/CRCI!

[14] V. I. Lenin: Acerca de algunas particularidades del desarrollo histórico del  Marxismo (1910), https://pensaryhacer.files.wordpress.com/2010/06/acerca-de-algunas-particularidades-del-desarrollo-historico-del-marxismo.pdf

[15] Resolución final del Encuentro Euromediterráneo de Emergencia: ¡Lucha contra el imperialismo y la guerra con la revolución socialista internacional! ¡Adelante a la Internacional revolucionaria! Eretria, Grecia, 25 de julio de 2018 (Tesis 3), http://redmed.org/article/emergency-euro-mediterranean-encounter-final-resolution-fight-imperialism-and-war.

La misma idea se desarrolla en el artículo recientemente publicado en la revista PO/CRcI: “El mundo entero se da cuenta de que estamos al borde de una nueva guerra. Ahora se acepta ampliamente que Estados Unidos constituirá un lado de las fuerzas de combate, mientras que Rusia y China, de una forma u otra, se posicionarán contra Estados Unidos.” (Levent Dölek: The Character of War in 21st Century, pág. 49) Véase también: “Lo que determina el carácter de la guerra en el siglo XXI es el cerco de Rusia y China por el imperialismo estadounidense, en alianza con sus aliados subordinados del imperialismo europeo y japonés, con el fin de integrar a los antiguos países en el sistema mundial imperialista de manera desenfrenada mediante la introducción del proceso de restauración capitalista en estos países hasta su finalización. (…) El interés del proletariado mundial radica en la derrota del imperialismo. El poder militar de Rusia y China reduce la posibilidad de una invasión imperialista a casi imposible. Sin embargo, antes de un ataque militar, estos países se enfrentan al riesgo de un colapso económico y político, resultado de la destrucción de todos los logros de la revolución proletaria y la fuerte movilización de todas las dinámicas de crisis capitalista hacia esos países. Es decir que, aunque esas potencias resistan al imperialismo, no pueden derrotarlo. Por otro lado, la derrota de Rusia y China a manos del imperialismo daría lugar a resultados retrógrados a nivel mundial. Por tanto, no es posible la imparcialidad entre el imperialismo y estos países. De lo contrario, cada golpe recibido por el imperialismo allanaría el camino a la dinámica revolucionaria.” (Idem, p.58-59)

[16] Partido Obrero, PT (Uruguay), DIP (Turquía), EEK (Grecia): Declaración de la Conferencia Internacional, 13 de abril de 2018, https://prensaobrera.com/internacionales/declaracion-de-la-conferencia-internacional/

[17] Resolución final del Encuentro Euromediterráneo de Emergencia: ¡Lucha contra el imperialismo y la guerra con la revolución socialista internacional! ¡Adelante a la Internacional revolucionaria! Eretria, Grecia, 25 de julio de 2018 (Tesis 4), https://prensaobrera.com/internacionales/resolucion-del-encuentro-euromediterraneo-de-emergencia/

[18] RCIT: Theses on Revolutionary Defeatism in Imperialist States, 8 de septiembre de 2018, https://www.thecommunists.net/theory/theses-on-revolutionary-defeatism-in-imperialist-states/

[19] El pequeño grupo IBT recientemente se dividió con una parte - que continúa llamándose IBT en oposición a la otra - cambió su posición tradicional sobre Rusia. Observamos con aprobación que esta corriente ahora reconoce que Rusia se ha convertido en una potencia imperialista en la década de 2000. También extrae las conclusiones tácticas necesarias de esto y defiende una posición derrotista en Rusia. (Véase IBT: A Note on the World Situation. Recent Departures & Line Change on Russia, 27.10.2018, http://www.bolshevik.org/statements/ibt_20181019_world_situation.html). Desafortunadamente, estos compañeros todavía -al final del año 2018- ¡Creen que China es un “estado obrero deformado”!

[20] Véase IG: Drive the Imperialists Out of the Middle East! U.S./NATO: Get Your Bloody Claws Off Syria! http://www.internationalist.org/syriausnatobloodyhands1804.html

[21] Véase, SF: Defend Syria and Russia: Imperialism out of the Middle East, 14/04/2018 https://socialistfight.com/2018/04/14/defend-syria-and-russia-imperialism-out-of-the-middle-east/

[22] Se han publicado varios artículos que documentan el apoyo de muchas organizaciones fascistas al régimen de Assad. Ver, por ejemplo, Alex Rowell: Small wonder: The global fascist love affair with the Assad regime, https://pulsemedia.org/2017/08/20/small-wonder-the-global-fascist-love-affair-with-the-assad-regime/; Patrick Strickland: Why do Italian fascists adore Syria's Bashar al-Assad? 14 Feb 2018, http://www.aljazeera.com/news/2018/01/italian-fascists-adore-syria-bashar-al-assad-180125115153121.html. On the opposition to the latest U.S. strike against Syria by U.S. Nazis see e.g. the statement of Gregory Conte and Richard Spencer: Stay Out Of Syria, April 14, 2018 https://nationalpolicy.institute/2018/04/14/stay-out-of-syria/

[23] León Trotsky: Los ultraizquierdistas en general y los incurables en particular (algunas consideraciones teóricas), 1937, https://www.marxists.org/espanol//trotsky/ceip/permanente/losultraizquierdistas.htm

[24] V. I. Lenin: Palabras y hechos (1913), Lenin, Obras Completas, Tomo 23, Ed. Progreso, p.355

 

Anti-imperialismo en la Era de la Rivalidad de las Grandes Potencias (Capítulo XXVI.)

 

LIBRO: Anti-imperialismo en la Era de la Rivalidad de las Grandes Potencias

 

Los factores detrás de la Rivalidad acelerada entre los E.U, China, Rusia, la U.E y Japón. Una crítica del análisis de la izquierda y una semblanza de la Perspectiva Marxista.

 

La CCRI publicó este libro en Enero de 2019. El autor es Michael Pröbsting, Secretario Internacional de la CCRI.

 

Translator: Rubén Jaramilllo

 

 

* * * * *

 

 

XXVI. Sobre el socialimperialismo invertido y el carácter "antiimperialista" de Rusia y China

 

 

 

 

En este capítulo queremos abordar algunas cuestiones específicas que surgen del carácter peculiar de China y Rusia como grandes potencias imperialistas emergentes. En particular, discutiremos las consecuencias de este peculiar carácter para la fisonomía política específica del socialimperialismo.

 

 

 

¿Cuáles son las razones de la apelación “antiimperialista” fuera de lugar de Rusia y China?

 

 

 

Nos parece importante comprender el atractivo específico que el socialimperialismo pro-oriental podría tener para varios activistas. Podría darse el caso de que para algunos estas fuerzas del lado de Rusia y China parezcan más radicales, más “antiimperialistas” que los socialimperialistas pro-occidentales. Para la mayoría de los activistas progresistas, no se necesita mucha explicación por qué Estados Unidos, las potencias europeas o Japón tienen que ser considerados imperialistas. Estas potencias imperialistas tienen una larga historia de décadas o incluso siglos de opresión y explotación directa o indirecta de los pueblos del Sur.

 

Es diferente en el caso de Rusia y China. La historia de China como Gran Potencia opresiva terminó más o menos con la primera Guerra del Opio en 1839-1842 cuando las potencias occidentales atacaron el Reino Medio y comenzaron la humillación de esta orgullosa nación. Antes de eso, Beijing dominaba a varios países musulmanes, Corea, Vietnam, Tailandia, etc., directa o indirectamente a través del Sistema Cefong (Sistema Tributario Imperial de China). Sin embargo, desde mediados del siglo XIX, China luchó contra la dominación de las potencias europeas, Rusia y Japón. Después de la Revolución de 1949, se reconstruyó a sí mismo como un estado estalinista. Solo en las últimas dos décadas, Beijing intentó reconstruir el Reino Medio como una potencia mundial en funciones.

 

Similar a Rusia. Si bien fue una Gran Potencia en expansión y opresiva durante siglos, esto cambió radicalmente con la Revolución socialista de octubre en 1917. Con la creación de la Unión Soviética, ya no era una potencia imperialista sino el oponente más importante de las Grandes Potencias y un aliado clave de muchos pueblos oprimidos que luchan contra la dominación imperialista. Si bien Moscú perdió su carácter revolucionario con la degeneración estalinista, siguió siendo un factor progresista, hasta cierto punto, en un mundo dominado por el imperialismo estadounidense y sus aliados. Después de la restauración del capitalismo en 1991/1992, Rusia siguió siendo un estado bastante débil durante los primeros años. Su ascenso como nueva potencia imperialista es, como en el caso de China, un fenómeno bastante reciente.

 

No es de extrañar que tanto Beijing como Moscú destaquen que no están luchando por la hegemonía. Un tema central en su propaganda es la oposición al “orden mundial unipolar” y la defensa del “multilateralismo”, es decir, la coexistencia de varias grandes potencias en Oriente y Occidente. Tal ideología tiene una base en la realidad objetiva, ya que Rusia y China no pueden esperar de manera realista derrotar a los EE. UU. Y reemplazarlo como el nuevo hegemón mundial en el futuro previsible. Hasta cierto punto su posición es similar a los EE.UU., Japón o Alemania en finales del siglo XIX y principios del siglo XX que también eran potencias emergentes "tardías". A diferencia de Gran Bretaña, Francia o Rusia, apenas tenían posesiones coloniales y reclamaban su "parte justa" del pastel.

 

Por todas estas razones, no es sorprendente que Rusia y China aparezcan para muchos activistas progresistas de todo el mundo no como “imperialistas” sino más bien como oponentes o desafiantes de las antiguas potencias imperialistas de Occidente. (Del mismo modo, Estados Unidos bajo el presidente Wilson también les pareció a muchos como una potencia "progresista" y no como una potencia imperialista). De hecho, al igual que en los períodos anteriores a las dos guerras mundiales, la situación mundial se caracteriza por el surgimiento de las grandes potencias imperialistas esforzándose por desafiar a los viejos poderes. Como resultado, tanto la antigua como la nueva potencia imperialista están alimentando la carrera armamentista y amenazando a los pueblos oprimidos.

 

Es por eso que la RCIT advierte contra cualquier ilusión en las grandes potencias emergentes y contra cualquier apoyo a ellas. Trotsky explicó en la década de 1930 que el Komintern estalinista era el enemigo más peligroso para la lucha de liberación, ya que estaba menos desacreditado que los socialdemócratas:

 

La lucha contra la guerra es inseparable de la lucha de clases del proletariado. Una irreconciliable conciencia de clase es la primera condición para la lucha exitosa contra la guerra. Los peores destructores de la conciencia de clase y los peores saboteadores de la lucha revolucionaria en este momento son los llamados “comunistas”. (...) Por esta razón, la lucha contra la guerra debe empezar y terminar con el desenmascaramiento del papel traicionero de la Comintern, que se ha transformado finalmente en un agente de la burguesía imperialista. La Segunda Internacional no es mejor, por supuesto. Pero está menos comprometida y por lo tanto es menos peligrosa.” [1]

 

De esto se sigue que cualquier apoyo al objetivo estratégico de China y Rusia de un “orden mundial multilateral”, como lo proclaman los reformistas pro-orientales, es inherentemente socialimperialista. Dado que un "orden mundial multilateral" no significa nada más que un orden mundial con varias grandes potencias que, por su naturaleza, están en completa rivalidad entre sí, el apoyo estalinista a tal objetivo no tiene nada que ver con el socialismo y todo que ver con geopoliticismo burgués. No es necesario ser un Einstein para comprender que tal orden mundial no sería más pacífico, sino al menos tan lleno de crisis y belicista como lo fue en el pasado.

 

Detrás de esta quimera reformista de un “orden mundial multilateral” estable y de largo plazo está la ilusión revisionista de la posibilidad de presionar a la burguesía imperialista para que deje de luchar por la expansión y acepte una coexistencia pacífica con sus rivales. Es, como ya señalamos anteriormente, el resultado de la falsa teoría estalinista de que sería posible una “neutralización de la burguesía mundial”. La crítica de Trotsky no ha perdido vigencia: “La lucha contra la guerra no se resuelve con la presión sobre el gobierno, sino únicamente con la lucha revolucionaria por el poder. La acción "pacifista" de la lucha de clases del proletariado, lo mismo que su acción reformista, sólo representa un producto accesorio de la lucha revolucionaria por el poder; tiene una fuerza relativa y puede fácilmente convertirse en su extremo opuesto, es decir, impulsar a la burguesía hacia la guerra.” [2]

 

En consecuencia, estos socialimperialistas ven las luchas de liberación de los trabajadores y los oprimidos desde el punto de vista de si avanzan o no en los objetivos de tal reordenación del mundo en interés de Rusia y China. Solo apoyarán las luchas que debilitarán a Occidente y fortalecerán la posición global de las potencias orientales. Por lo tanto, la resistencia del pueblo yemení contra el aliado de Estados Unidos, Arabia Saudita, es buena. De igual manera es la resistencia de Irán y Venezuela contra EE.UU. Así también es el movimiento de masas de los “Gilet Jaunes” (chalecos amarillos) ya que está dirigido contra un gobierno de la UE. Es diferente con las huelgas de los trabajadores chinos o rusos, con las luchas nacionales de los chechenos o los uigures o del pueblo sirio contra el aliado de Rusia, Assad.

 

Nuevamente, vemos que el "antiimperialismo" estalinista es sólo "antiimperialista" contra un campo de las grandes potencias, pero no contra el otro. Esto no es mejor que las fuerzas liberales en Rusia y China que apoyan las sanciones occidentales y la presión de la "comunidad internacional" contra "sus" gobiernos para mejorar la situación de los derechos humanos en sus países. Es cierto que los estalinistas en los países occidentales suelen expresar su apoyo a las grandes potencias orientales en un lenguaje "socialista", mientras que los demócratas pequeñoburgueses o burgueses en Rusia y China se refieren más bien a la Carta de Derechos Humanos de la ONU. Pero esto no significa nada más que su hoja de parra podría diferir. La esencia es en ambos casos la misma: apoyo socialimperialista invertido a una Gran Potencia rival. En otras palabras, tal “antiimperialismo” es sólo mitad “antiimperialismo” y mitad “proimperialismo” que, al final, equivale al socialimperialismo.

 

Este pseudo "antiimperialismo" a menudo se combina con un centrado nacionalismo aislacionista. Tales estalinistas o semiestalinistas afirman que la única cuestión importante sería oponerse a su propia burguesía. Para justificar tal postura, se refieren a la famosa fórmula “El principal enemigo está en casa”. Por supuesto, tal argumento carece de base. ¡Como si Lenin y Liebknecht se hubieran opuesto solo a la clase dominante rusa o alemana! Como saben todos los estudiantes de primer año de la historia del movimiento obrero durante la Primera Guerra Mundial, ¡los marxistas se opusieron no solo a “su” clase dominante, sino también a todas las demás clases dominantes de las grandes potencias que participaban!

 

Quedarse satisfecho con oponerse a la propia burguesía refleja la teoría estalinista del “socialismo en un solo país”. Expresa la idea equivocada de que la auténtica política socialista puede definirse en líneas puramente nacionales, al tomar una posición solo sobre cuestiones relevantes en las fronteras de uno mismo. ¡Pero, de hecho, esto es imposible para los socialistas! Los problemas políticos de una nación determinada están indisolublemente vinculados con los problemas mundiales. El imperialismo es un sistema mundial. ¡La oposición al imperialismo solo es posible a escala mundial y no en un solo país! Si los “socialistas” se oponen a sus “propios” gobernantes imperialistas, pero apoyan a los rivales, ¡no son socialimperialistas en lo que respecta a su propia burguesía, sino a la burguesía rival! ¡Son simplemente socialimperialistas invertidos como la Cuarta Internacional llamó a tales fuerzas! [3]

 

Es una práctica bien conocida de las Grandes Potencias apoyar las luchas de los pueblos oprimidos contra sus rivales imperialistas. Los japoneses lo hicieron durante su guerra contra Rusia en 1904/05; los alemanes apoyaron a los revolucionarios irlandeses contra Gran Bretaña durante la Primera Guerra Mundial; durante la Segunda Guerra Mundial, los japoneses apoyaron al Ejército Nacional Indio de Bose y los imperialistas occidentales apoyaron a las fuerzas chinas que luchan contra Japón, así como a los partisanos anti-alemanes en los Balcanes. Se podría ir a uno con muchos más ejemplos. En resumen, apoyar una lucha de liberación contra una Gran Potencia rival no necesariamente demuestra antiimperialismo, sino que puede servir simplemente para ayudar a los intereses de las Grandes Potencias de un campo imperialista.

 

Observemos finalmente que los estados poderosos también pueden a veces ponerse de acuerdo y unir fuerzas para luchar contra tal o cual fuerza en los países semicoloniales. Este ya fue el caso durante el Levantamiento de Taiping en China en las décadas de 1850 y 60 o contra el llamado Levantamiento de los Bóxers en China en 1899-1901. Ejemplos reales son la hostilidad de la Gran Potencia contra la Revolución Árabe y contra varias fuerzas islamistas pequeñoburguesas. Por lo tanto, no es sorprendente que también los partidos socialimperialistas pro-oriental y pro-occidental a veces estén de acuerdo, por ejemplo, contra los llamados islamistas radicales.

 

¡La tarea de los auténticos revolucionarios no es reordenar el mundo en beneficio de esta o aquella Gran Potencia, sino luchar contra todas las grandes potencias y destruir completamente el orden imperialista y reemplazarlo por un mundo socialista!

 

 

 

El socialimperialismo invertido como variación de la colaboración de clases

 

 

 

En este contexto, es necesario abordar brevemente las raíces históricas del fenómeno del socialimperialismo invertido. Como acabamos de explicar, esta categoría caracteriza a aquellas fuerzas pseudo-socialistas que, abiertamente u ocultas, apoyan no a su propia burguesía imperialista sino a la burguesía imperialista de una Gran Potencia rival. Los clásicos marxistas han llamado repetidamente la atención sobre el hecho de que no hay una sola forma de socialchovinismo, sino varias variantes. Lenin y Trotsky explicaron que, además de la capitulación ante la propia clase dominante imperialista, también existe el socialchovinismo como capitulación ante la clase dominante de las potencias imperialistas rivales. Durante la Primera Guerra Mundial, un sector significativo del Bund judío pequeñoburgués en Rusia (que formaba parte de la Segunda Internacional) apoyaron al campo imperialista alemán, ya que consideraban al zar como el principal enemigo. Otro ejemplo famoso fue el socialista ruso-judío Alexander Parvus, un ex colaborador cercano de Trotsky en su juventud, así como del ala izquierda en la socialdemocracia alemana. Más tarde se convirtió en reformista y colaborador del imperialismo alemán.

 

En la década de 1920, durante el llamado período de "estabilización" del capitalismo, la socialdemocracia europea se convirtió en defensora del Plan Dawes y apoyó la hegemonía de Estados Unidos sobre el viejo continente. Colaboró con el imperialismo estadounidense y estaba en una especie de oposición a "sus" clases dominantes. Como dijo Trotsky en ese momento: “la socialdemocracia europea deviene actualmente la agencia política del capital norteamericano.” [4]

 

De manera similar, en la década de 1930 y durante la Segunda Guerra Mundial, los socialdemócratas alemanes, austríacos e italianos, los estalinistas y la mayoría de los centristas como el SAP apoyaron al imperialismo occidental. Justificaron su apoyo al imperialismo francés, británico y estadounidense afirmando que su principal enemigo era la clase dominante fascista en casa. Cuando la burocracia gobernante en la Unión Soviética se alió con Hitler en 1939-41, los estalinistas avanzaron hacia los nazis y enfocaron su fuego contra las "democracias plutocráticas" belicistas de Gran Bretaña y Francia. [5]

 

Los trotskistas siempre condenaron duramente a esos socialimperialistas invertidos, no menos de lo que condenaron a los socialimperialistas "ordinarios". De tal forma escribieron los trotskistas estadounidenses sobre la patética naturaleza de los líderes exiliados de la socialdemocracia alemana después de 1933:

 

Mientras se mantenga una medida de democracia burguesa en un país, es decir, mientras se tolere la socialdemocracia, ésta [la socialdemocracia] demuestra su indispensabilidad para la burguesía en todas las crisis, sobre todo cuando viene la guerra, pues entonces no se deja superar en celo patriótico. Pero ¿qué pasa con el partido socialdemócrata de ese país en el que el fascismo lo ha reprimido o desterrado con rudeza, en el que no hay ni siquiera una pretensión de democracia? ¿Cómo puede salir a favor de la “defensa de la patria”? No puede y, por regla general, no lo hace. Lo que sí hace, sin embargo, es contratar sus servicios a la clase dominante de una democracia extranjera, pidiendo a cambio sólo que sea devuelto a la posición que una vez ocupó en su tierra natal en los carruajes de armas de su empleador extranjero temporal. La dirección socialdemócrata alemana exiliada está desempeñando ahora precisamente ese papel poco digno en los asuntos mundiales. Un ejemplo flagrante fue la revelación hace un año y medio de que el lamentable héroe de la socialdemocracia del Sarre, Max Braun, había solicitado al gobierno francés apoyo financiero para su periódico y su movimiento a cambio de propaganda militar entre los jóvenes del Emigración alemana que los convertiría en ardientes soldados del ejército francés “contra el fascismo alemán”. El pervertido belicismo de los líderes socialdemócratas alemanes, que capitularon cobardemente ante el fascismo cuando tenían fuerzas invencibles a su mando y ahora esperan restaurar su poder mediante “una política que espera la salvación con bayonetas extranjeras”, como dice uno de sus disidentes, no se limita a Francia. En todas las “democracias” imperialistas los socialdemócratas alemanes tienen sus emisarios y representantes cuya actividad principal está dirigida a movilizar el movimiento obrero para la nueva Guerra Santa, esta vez no “contra el zarismo” sino “contra el fascismo”. Estados Unidos tiene su parte de estas damas y caballeros, principalmente ex miembros del Reichstag de Weimar. En todas las “democracias” imperialistas los socialdemócratas alemanes tienen sus emisarios y representantes cuya actividad principal está dirigida a movilizar el movimiento obrero para la nueva Guerra Santa, esta vez no “contra el zarismo” sino “contra el fascismo”. Estados Unidos tiene su parte de estas damas y caballeros, principalmente ex miembros del Reichstag de Weimar. En todas las “democracias” imperialistas los socialdemócratas alemanes tienen sus emisarios y representantes cuya actividad principal está dirigida a movilizar el movimiento obrero para la nueva Guerra Santa, esta vez no “contra el zarismo” sino “contra el fascismo”. Estados Unidos tiene su parte de estas damas y caballeros, principalmente ex miembros del Reichstag de Weimar.” [6]

 

Trotsky también rechazó totalmente el argumento de quienes justificaban el apoyo a un estado imperialista con el argumento de la necesidad de luchar contra el fascismo. Respondió a quienes distorsionaron su apoyo a una intervención del Ejército Rojo de la Unión Soviética contra Hitler en 1933:

 

"Pero están absolutamente equivocados al pensar que el proletariado puede resolver las grandes tareas históricas por medio de guerras que no son conducidas por él mismo sino por sus enemigos mor­tales, los gobiernos imperialistas. Uno puede inter­pretar el documento de la siguiente manera: durante la crisis checoslovaca nuestros camaradas franceses e ingleses debieron haber solicitado la intervención militar de su propia burguesía, y asumido por lo tanto responsabilidades por la guerra, no por la guerra en general, y por supuesto no por una guerra revolucio­naria, sino por la guerra imperialista dada. El docu­mento cita las palabras de Trotsky respecto a que Moscú debió haber tomado la iniciativa para aplastar a Hitler en 1933, antes de que se convirtiera en un terrible peligro (Biulleten Opozitsi, 21 de marzo de 1933). Pero estas palabras significan meramente que ése debió ser el comportamiento de un verdadero gobierno revolucionario de un estado obrero. ¿Es válido plantearle la misma exigencia al gobierno de un país imperialista?” [7]

 

Hoy asistimos a un fenómeno similar entre los llamados “anti-alemanes” o “anti-nacionales” en Alemania y Austria. Se trata de una corriente archirreaccionaria, pseudoizquierdista, extremadamente pro-sionista y pro-estadounidense, y que justifica su apoyo a estas fuerzas reaccionarias con su oposición al chovinismo y al supuestamente inherente "antisemitismo" de los alemanes. y pueblo austriaco.

 

Lenin y Zinoviev dieron la siguiente definición comprensiva de socialchovinismo que dejó en claro que esta corriente incluye no solo a quienes apoyan a su “propia” burguesía imperialista, sino también a quienes apoyan a la clase dominante de una potencia imperialista rival.

 

El socialchovinismo es la sustentación de la idea de "defensa de la patria" en la guerra actual. De esta posición derivan, como consecuencia, la renuncia a la lucha de clases, la votación de los créditos de guerra, etc. Los socialchovinistas aplican, de hecho, una política antiproletaria, burguesa, pues lo que propugnan en realidad no es la "defensa de la patria" en el sentido de la lucha contra el yugo extranjero, sino el "derecho" de tales o cuales "grandes" potencias a saquear las colonias y oprimir a otros pueblos. Los socialchovinistas repiten el engaño burgués de que la guerra se hace en defensa de la libertad y de la existencia de las naciones, con lo cual se ponen del lado de la burguesía contra el proletariado. Entre los socialchovinistas figuran tanto los que justifican y exaltan a los gobiernos y a la burguesía de uno de los grupos de potencias beligerantes como los que, a semejanza de Kautsky, reconocen a los socialistas de todas las potencias beligerantes el mismo derecho a "defender la patria". El socialchovinismo, que defiende de hecho los privilegios, las ventajas, el saqueo y la violencia de "su" burguesía imperialista (o de toda burguesía en general), constituye una traición absoluta a todas las ideas socialistas y a la resolución del Congreso Socialista Internacional de Basilea.[8]

 

No hace falta decir que Trotsky y la IV Internacional denunciaron resueltamente todas estas manifestaciones de socialimperialismo invertido. ¡El marxismo auténtico es consistentemente internacionalista y antiimperialista o no es marxismo en absoluto! La RCIT lucha por un nuevo Partido Revolucionario Mundial basado en un programa antiimperialista consistente. Dicho programa incluye una oposición incondicional a todas las formas de socialimperialismo.

 

 

 

¿Qué harán los socialimperialistas invertidos en caso de una guerra importante?

 

 

 

¿Qué pasará en caso de una aceleración cualitativa de los conflictos interimperialistas? ¿Seguirán siendo los socialimperialistas invertidos seguidores leales de las grandes potencias rivales o se derrumbarán y capitularán ante su propia clase dominante?

 

Se podría tomar el ejemplo de los estalinistas en las décadas de 1930 y 1940. En general, implementaron lealmente cada giro que dictaba Moscú: sirvieron a su propia burguesía y sirvieron a los rivales, todo lo que solicitaba la sede del Komintern. Hubo algunas dificultades cuando los estalinistas franceses y británicos tuvieron que declarar a "su" burguesía como enemigos principales en el otoño de 1939 (en lugar de Hitler). Por ejemplo, un tercio de los parlamentarios estalinistas en Francia abandonaron el partido y muchos miembros abandonaron los partidos "comunistas" en ese momento. Pero, en general, Moscú logró evitar grandes rupturas.

 

¿Veremos una repetición de tal escenario en futuros períodos bélicos? Por supuesto, esto no es fácil de predecir. Sin embargo, creemos que esto es bastante improbable, ya que nos parece que las diferencias entre la situación actual y la de entonces superan las similitudes. Primero, los estalinistas en ese momento tenían una organización internacional consolidada con muchos cuadros muy leales que todavía veían a la URSS como la patria de la Revolución de Octubre. Muchos cuadros pasaron tiempo en Moscú y fueron entrenados allí durante años. Hoy no existe nada de este tipo. No existe el Comintern: el IMCWP es una alianza flexible y heterogénea sin ningún centro organizativo; en resumen: no es una organización unificada en absoluto. Los estalinistas están del lado de Rusia, pero sería una tontería verlos como parte orgánica del aparato del régimen de Putin. Los chinos nunca, ni siquiera en la edad de oro maoísta, intentaron construir nada que se acercara a una organización del tipo de la Comintern. Siempre estuvieron mucho más centrados en la nación que sus rivales estalinistas en Moscú.

 

Además, la Comintern estalinista gastó mucho dinero para financiar el aparato del partido en numerosas secciones. Como resultado, estos partidos dependían en gran medida de la burocracia soviética. Hoy, ni Moscú ni Pekín gastan sumas significativas similares. Sí, hay varios medios de comunicación como Russia Today o instituciones académicas como la Asociación Mundial de Economía Política (AMPE) con sede en China, pero esto no es nada comparado con los esfuerzos de la URSS en ese momento.

 

Entonces, en general, cuando llegue el momento, los socialimperialistas invertidos, entrenados en la mentalidad del patriotismo, probablemente, en su mayoría, abandonen su pseudo-derrotismo y se unan a las filas de los defensores patrióticos de su patria. El único factor que empujaría en la dirección opuesta sería una situación como la de Alemania después de 1933, cuando un nuevo régimen simplemente encarcelaría a todos los opositores en masa. En tales condiciones, incluso los reformistas críticos no verían ningún beneficio en ser social-patriotas, sino que preferirían recurrir a un rival imperialista con la esperanza de recuperar su posición en un momento posterior. Esa sería una situación en la que los reformistas ya no estarían “gordos” sino que se habrían vuelto bastante “flacos” para usar la caracterización acertada de Trotsky.

 

El sector de los partidos flacos se caracteriza por una situación distinta. En lo que hace a las características de sus burocracias dominantes, a todo su pasado y a sus aspiraciones estos partidos no se diferencian en nada de los gordos. Pero, tengámoslo en cuenta, se quedaron sin sus pastizales al mismo tiempo que las patrias imperialis­tas que los echaron de su seno se quedaron sin sus colonias. A los gordos lo que más les interesa es mante­ner el status quo dentro de sus propios países y a nivel internacional. Para los flacos el status quo implica impotencia, exilio, raciones magras. Los partidos alemán, ita­liano, austríaco, y ahora también el español, no están directamente atados por la disciplina del imperialismo nacional que rechazó sus servicios asentándoles un buen puntapié. Se vieron sumergidos en una ilegalidad contraria a sus tradiciones y a sus mejores intenciones. Natural­mente, esto no los volvió revolucionarios en lo más mínimo. Por supuesto, su acción no llega a tanto como, por ejemplo, pensar siquiera en preparar la revolución socialista. Pero su patriotismo, temporariamente, se dio vuelta del revés. Estúpidamente sueñan con que las fuerzas armadas de las “democracias” derrocarán su régimen fascista nacional y les permitirán volver a sus antiguos puestos, editoriales, parlamentos, direcciones sindicales y reabrir sus cuentas bancarias. Mientras que los gordos lo único que quieren es que los dejen en paz, los flacos, por el contrario, están interesados, a su modo, en una políti­ca internacional activa.”[9]

 

 

 



[1] León Trotsky: Cómo luchar contra la guerra (1937), https://www.marxists.org/espanol/trotsky/ceip/escritos/libro5/T09V111.htm

[2] León Trotsky: La Revolución Permanente (1929), https://www.marxists.org/espanol/trotsky/revperm/rp8.htm

[3] Los estalinistas alemanes en emigración se han convertido en social-patriotas invertidos, transformándose de campeones nacionalistas contra el Tratado de Paz de Versalles en defensores del statu quo creado por este mismo tratado. De la posición actual de los estalinistas alemanes se desprende que se transformarán en verdaderos social-patriotas tan pronto como la dictadura fascista en Alemania sea reemplazada por otro tipo de régimen burgués”. (The Evolution of the Comintern. Resolución de la Primera Conferencia de la Cuarta Internacional en julio de 1936, en: Documents of the Fourth International, Nueva York 1973, p. 127)

[4] León Trotsky: Perspectivas de la evolución mundial (1924), https://www.marxists.org/espanol/trotsky/eis/1924.persepctivasevolucion.pdf, p. 14

[5] La Cuarta Internacional condenó el repentino giro de 180 grados de los estalinistas tras la firma del Pacto Hitler-Stalin: “A primera vista la actitud de las secciones francesa e inglesa de la Internacional Comunista parecía diametralmente opuesta. A diferencia de los alemanes, se veían obligados a atacar a su propio gobierno. Pero este súbito derrotismo no era internacionalismo sino una variedad distorsionada del patriotismo; estos caballeros consideran que su patria es el Kremlin, del que depende su prosperi­dad. Muchos estalinistas franceses demostraron un coraje innegable al ser perseguidos. Pero el contenido político de este coraje se vio ensombrecido por su embellecimiento de la política rapaz del bando enemigo. ¿Qué pensarán de ello los obreros franceses?” (Manifiesto de la Cuarta Internacional sobre la guerra imperialista y la revolución proletaria mundial, https://ceip.org.ar/Manifiesto-de-la-Cuarta-Internacional-sobre-la-guerra-imperialista-y-la-revolucion-proletaria-mundial)

[6] Max Shachtman: Old Garbage in New Pails, in: New International, Vol.5 No.6, June 1939, https://www.marxists.org/archive/shachtma/1939/06/garbage.htm

[7] León Trotsky: Un paso hacia el social-patriotismo  (1939), https://www.marxists.org/espanol/trotsky/ceip/escritos/libro6/T10V203.htm

[8] G. Zinoviev / V. I. LeninEl Socialismo y la guerra (1915), https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/1910s/1915sogu.htm

[9] León Trotsky: Una parálisis progresiva (1939), https://ceip.org.ar/Una-paralisis-progresiva

 

 

Anti-imperialismo en la Era de la Rivalidad de las Grandes Potencias (Capítulo XXVII.)

LIBRO: Anti-imperialismo en la Era de la Rivalidad de las Grandes Potencias

 

Los factores detrás de la Rivalidad acelerada entre los E.U, China, Rusia, la U.E y Japón. Una crítica del análisis de la izquierda y una semblanza de la Perspectiva Marxista.

 

La CCRI publicó este libro en Enero de 2019. El autor es Michael Pröbsting, Secretario Internacional de la CCRI.

 

 

 

 

Translator: Rubén Jaramilllo

 

 

 

XXVII. La izquierda frente a la rivalidad de las grandes potencias: negadores del carácter imperialista de Rusia y China sin sacar conclusiones

 

 

 

Ahora nos ocuparemos de aquellas organizaciones que niegan el carácter imperialista de Rusia y China pero que, en contraste con las fuerzas discutidas anteriormente, no sacan consistentemente las conclusiones (todavía) para ponerse de su lado contra las potencias occidentales. Como discutimos anteriormente, estas organizaciones –los Morenistas LIT, UIT y FT- equiparan a Rusia y China con países semicoloniales más grandes como Brasil.

 

Como ya hemos explicado, tal caracterización de clase de Rusia y China como países semicoloniales no imperialistas los obligaría, si pensaran que el tema es coherente hasta su conclusión lógica, a ponerse del lado de las potencias orientales contra sus rivales occidentales. Esto se debe a que, como es bien sabido, es la posición clásica y correcta para que los marxistas apoyen en cualquier conflicto dado a los países semicoloniales contra las potencias imperialistas. Tomando el ejemplo de un conflicto entre el Brasil semicolonial y la Gran Bretaña imperialista, Trotsky dejó esto inconfundiblemente claro:

 

Tomo el ejemplo más sencillo y más claro. En el Brasil domina actualmente un régimen semifascista, hacia el cual cada revolucionario no puede tener sino odio. Supongamos, sin embargo, que mañana Inglaterra entre en conflictos militares con el Brasil. Pregunto a usted. ¿De cuál lado estará en ese conflicto la clase obrera mundial? Por mi parte, personalmente contesto así: es claro en este caso al lado del Brasil “fascista” contra la Inglaterra “democrática”. ¿Por qué? Porque en el conflicto entre ellos no se trata de ninguna manera de la democracia y del fascismo. Si Inglaterra vence, establecerá en Río de Janeiro otro dictador fascista y pondrá al Brasil cadenas más pesadas. Al contrario, si vence Brasil, esto dará un potente impulso a la conciencia nacional y democrática del país y llevará al derribamiento de la dictadura de Vargas. Al mismo tiempo la derrota de Inglaterra será un golpe para el imperialismo británico e impulsará el movimiento revolucionario del proletariado británico. Es necesario, en verdad, tener una cabeza vacía para reducir les antagonismos mundiales y los conflictos militares a la lucha entre fascismo y democracia. Bajo todas las máscaras hay que saber reconocer a los explotadores, a los esclavistas y a los bandidos.[1]

 

Es cierto que los líderes de la LIT y la UIT, afortunadamente, no han sacado tales conclusiones (hasta ahora) para ponerse del lado del imperialismo ruso y chino contra Estados Unidos. Pero esto no es el resultado de su análisis correcto sino más bien un producto de su indolencia política. Su fracaso teórico para entender qué es y qué no es el imperialismo es sin duda un rasguño que fácilmente puede convertirse en gangrena.

 

Si bien la FT tampoco ha sacado tales conclusiones socialimperialistas, hay declaraciones de ellas que reflejan el peligro inherente de su análisis erróneo de Rusia y China. Philippe Alcoy, uno de sus líderes en Francia, afirmó en una declaración publicada recientemente que, si bien el régimen de Putin es reaccionario, no es imperialista. Hizo hincapié en que este régimen representa una reacción (errónea) contra la ofensiva imperialista.

 

“¿Significa todo esto que el movimiento obrero y la izquierda revolucionaria deben ver en Putin una especie de “antiimperialista”? No. Putin está en la cima de un régimen reaccionario; es el rostro del capitalismo ruso contemporáneo. Y, como podemos ver, para defender los intereses de los capitalistas rusos es capaz de producir desastres humanitarios, masacres y apoyar a dictadores asesinos como Assad en Siria. Pero será imposible luchar contra la influencia de Putin entre las clases populares y trabajadoras de Rusia si la izquierda revolucionaria no tiene una clara postura antiimperialista. Putin es el resultado de la ofensiva imperialista en Rusia en la década de 1990, y representa la respuesta reaccionaria del capitalismo ruso a esa ofensiva. La izquierda revolucionaria debe condenar y denunciar la ofensiva occidental contra Rusia, incluidas las sanciones económicas, lo que perjudicó no tanto a los oligarcas sino a la clase trabajadora rusa y a la gran mayoría de la gente corriente. Por supuesto, esto nunca debería significar expresar apoyo político a Putin. Una postura de clase contra la agresión imperialista es también la mejor manera de luchar contra Putin.” [2]

 

Si bien no saca conclusiones abiertamente socialimperialistas, esta declaración abre la puerta en esa dirección. Caracterizar al régimen de Putin como una “reacción contra la ofensiva imperialista”, oponerse a las sanciones contra Rusia (pero no al revés), llamar al movimiento obrero a denunciar a Occidente (pero no a Rusia), todo esto sugiere ponerse del lado de Rusia en lugar de mantener una posición derrotista contra ambos campos imperialistas.

 

La caracterización de la FT del régimen ruso de Putin en esta declaración se parece más bien a regímenes burgueses semicoloniales (por ejemplo, como la dictadura de Saddam Hussein en Irak). Como dijimos antes, los marxistas condenan esos regímenes y los caracterizan como reaccionarios, pero también defienden a esos países incluso con un régimen tan reaccionario a la cabeza. Si bien ese enfoque era y sigue siendo completamente legítimo en el caso de un país semicolonial atacado por potencias imperialistas, es totalmente erróneo cuando se trata de las grandes potencias. Sin embargo, una defensa socialimperialista tan desastrosa de Rusia y China (contra Estados Unidos o Japón) es solo la consecuencia lógica del análisis fatal de la FT de estas Grandes Potencias como estados no imperialistas.

 

No es casual que la confusión teórica de la LIT, UIT y FT en el campo de la rivalidad entre las grandes potencias se corresponda con una confusión similar en otros importantes eventos políticos mundiales. Para su crédito, la LIT y la UIT todavía defienden la revolución siria contra el régimen de Assad, en contraste con muchos otros centristas. Este no es el lugar para lidiar con las debilidades de su solidaridad con la Revolución Siria. En este punto es suficiente decir que son parte de la pequeña minoría de socialistas que continúan apoyando la lucha de liberación siria.

 

Sin embargo, no se puede dejar de señalar que ese plus de su lado se devalúa por posiciones devastadoras en otras luchas centrales donde estas organizaciones se han puesto del lado de la contrarrevolución. Tenemos en mente, por ejemplo, su apoyo a la rebelión semifascista de derecha en Ucrania en 2014 [3] o a las provocaciones reaccionarias de la oposición de derecha en Venezuela contra el gobierno burgués de izquierda bonapartista de Maduro. [4] La dirección de la LIT fue aún más lejos y elogió el golpe militar en Egipto del general Sisi en julio de 2013 como una “segunda revolución” y aplaudió el juicio político a Rousseff y el arresto de Lula por parte de la burguesía reaccionaria en Brasil. [5]

 

Asimismo, los camaradas del FT sufren una gran desorientación en eventos cruciales de la lucha de clases mundial. Ellos caracterizan la Revolución Siria (así como la lucha de liberación nacional en Yemen) como una “guerra civil reaccionaria” entre “el régimen despótico de Bashar al-Assad” y “los llamados 'rebeldes'”. [6]

 

En su reciente XI Conferencia, los camaradas de la FT confirmaron esta valoración. Declararon explícitamente en su documento de perspectivas del mundo central: “Desde nuestro punto de vista, el levantamiento democrático contra Assad, que fue parte de la 'Primavera Árabe', ya se ha transformado en una guerra civil totalmente reaccionaria hace mucho tiempo.[7]

 

Observamos de pasada que la misma negativa a apoyar la lucha de liberación del pueblo sirio en curso es compartida por otros grupos más pequeños como la “Liga por la Quinta Internacional” (L5I) [8] o el Colectivo Revolución Permanente (CoReP). [9] Si bien estos grupos son al menos capaces de reconocer el carácter imperialista de Rusia y China, capitulan ante la islamofobia occidental y usan el liderazgo islamista de la lucha popular contra la dictadura de Assad como pretexto para tomar una posición abstencionista, tercer campista posición en Siria.

 

Aquellos camaradas, que niegan el carácter imperialista de Rusia y China, pero dudan en sacar las conclusiones lógicas (al menos para los marxistas), es decir, pedir la victoria de las grandes potencias orientales contra sus rivales occidentales, deben tener en cuenta la declaración programática de la Oposición de Izquierda como se formuló en su plataforma contra la burocracia estalinista en 1927:

 

La consigna de “defensa de la patria” será un falso frente para ocultar los intereses imperialistas en todos los países burgueses, excepto en los países coloniales y semicoloniales que libren la guerra revolucionaria de emancipación nacional contra el imperialismo. En la URSS, la consigna de defensa del país será correcta, porque defendemos el país socialista, la base del movimiento obrero internacional.” [10]

 

Es una o la otra: si China y Rusia realmente fueran países semicoloniales, sería deber de los camaradas de la LIT, UIT y FT ponerse del lado de ellos contra los imperialistas occidentales. Si no están del lado de China y Rusia porque su instinto político les dice que eso estaría mal, deberían sacar la conclusión teórica y reconocer que las Grandes Potencias emergentes son imperialistas. ¡O Cualquiera de ellas!

 

 

 



[1] Entrevista de Trotsky con Mateo Fossa (1938), https://ceip.org.ar/Entrevista-de-Trotsky-con-Mateo-Fossa

[2] Philippe Alcoy (FT in France), in: Rossen Djagalov: We Asked: Geopolitics and the Left (Part I: Russia & the West), LeftEast 19 de abril de 2018, http://www.criticatac.ro/lefteast/we-asked-rusia-and-the-west/

[3] Para una descripción general del análisis de la CCRI/RCIT de los eventos en Ucrania y una crítica de la izquierda reformista y centrista, vea nuestros numerosos artículos sobre este tema en la subsección sobre Europa en nuestro sitio web: https://www.thecommunists.net/worldwide/europe/

[4] Para una descripción general del análisis de la CCRI/RCIT de los eventos en Venezuela, vea nuestros numerosos artículos sobre este tema en la subsección sobre América Latina en nuestro sitio web: https://www.thecommunists.net/worldwide/latin-america/

[5] Para obtener una descripción general de nuestra crítica de la LIT / PSTU, consulte, p. RCIT: In the Wake of the PSTU/LIT-CI Split, ¿What Lessons Can Be Learned? An Open Letter to Members and Sympathizers of the International Workers League (Fourth International), 11.7.2016, https://www.thecommunists.net/rcit/open-letter-lit-qi/

[6] Claudia Cinatti: The Geopolitics of the Civil War in Syria, September 14, 2016, http://www.leftvoice.org/The-Geopolitics-of-the-Civil-War-in-Syria

[7] Véase la resolución central adoptada en la reciente conferencia de FT citada anteriormente.

[8] Si bien los compañeros de la Liga por la Quinta Internacional (L5I) se alinearon con la Revolución Siria durante algunos años, luego abandonaron su apoyo y concluyeron que “es necesario reconocer que la revolución siria ha sido derrotada”. Declaran que la Revolución Árabe finalmente ha terminado: “Ahora, incluso si se reanuda la brutal guerra civil en Siria, con Idlib y otras áreas liberadas restantes bajo nuevos ataques, tenemos que reconocer que la revolución siria, que comenzó hace seis años, ha sufrió una derrota estratégica. De hecho, podemos aplicar este juicio a toda la Primavera Árabe, dada la naturaleza reaccionaria de las guerras civiles en Libia y Yemen. Fue derrotado por una serie de fuerzas contrarrevolucionarias; bonapartistas militares, como el-Sisi o Assad, monárquicos, como en Bahréin, o salafistas-yihadistas que surgieron de la resistencia. La tarea de los revolucionarios en el Medio Oriente e internacionalmente es enfrentar la verdad, por amarga que sea, de que ahora enfrentan un período contrarrevolucionario, cuya duración no se puede conocer, antes de que resurjan las luchas de masas”. (L5I: Resolution on Syria, 02/03/2017, http://www.fifthinternational.org/content/resolution-syria). ¡Qué desafortunada adaptación oportunista al medio izquierdista de clase media en Europa Occidental que desprecia las luchas de liberación del pueblo musulmán supuestamente “atrasado”! CoReP: The Liaison Committee of Centrists capitulates in front of Islamism, 2 October 2016, http://www.revolucionpermanente.com/english/?p=250. En esta extraña declaración, el grupo CoReP ataca a los trotskistas, incluida la RCIT, que continúan apoyando la lucha de liberación en Siria, como "capituladores del islamismo". De hecho, este artículo es más bien una acusación condenatoria de la adaptación de la dirección francesa del CoReP a la opinión pública socialchovinista islamófoba de la Francia imperialista.

[9] CoReP: The Liaison Committee of Centrists capitulates in front of Islamism, 2 October 2016, http://www.revolucionpermanente.com/english/?p=250. En esta extraña declaración, el grupo CoReP ataca a los trotskistas, incluida la CCRI/RCIT, que continúan apoyando la lucha de liberación en Siria, como "capituladores del islamismo". De hecho, este artículo es más bien una acusación condenatoria de la adaptación de la dirección francesa del CoReP a la opinión pública socialchovinista islamófoba de la Francia imperialista.

[10] León Trotsky: Plataforma de la Oposición conjunta (1927), Ed. Internacionals Sedov, p. 53, http://grupgerminal.org/?q=system/files/1927-08-00-plataformaoposicion_1.pdf

 

Anti-imperialismo en la Era de la Rivalidad de las Grandes Potencias (Capítulo XXVIII.)

LIBRO: Anti-imperialismo en la Era de la Rivalidad de las Grandes Potencias

 

Los factores detrás de la Rivalidad acelerada entre los E.U, China, Rusia, la U.E y Japón. Una crítica del análisis de la izquierda y una semblanza de la Perspectiva Marxista.

 

La CCRI publicó este libro en Enero de 2019. El autor es Michael Pröbsting, Secretario Internacional de la CCRI.

 

Translator: Rubén Jaramilllo

 

* * * * *

 


XXVIII. La izquierda frente a la rivalidad entre las grandes potencias: los pacifistas eclécticos

 

 

Hemos elaborado más arriba que hay varias organizaciones centristas como la CWI de Peter Taaffe, la IMT de Alan Woods y el IST de Alex Callinicos que lograron caracterizar a Rusia y China como “imperialistas”, al menos ocasionalmente. Sin embargo, como explicamos, esta caracterización se trata de un “insulto” bastante platónico que no encuentra expresión en el análisis político mundial de estas fuerzas. Desafortunadamente, tal confusión teórica se combina con la falta de comprensión del programa leninista de derrotismo revolucionario, por no hablar de su aplicación.

 

En nuestro libro El gran robo del sur demostramos que tanto la CWI como la IMT rechazan abiertamente la estrategia de derrotismo revolucionario de Lenin.[1] Resumamos brevemente nuestra crítica en este punto. Básicamente, estas dos organizaciones abogan por una interpretación oportunista, mejor dicho, una distorsión de la teoría de Lenin que sirve para dar legitimidad a su adaptación social-pacifista a las grandes potencias. (Observamos de pasada que, no accidentalmente, la CWI y la IMT también predican la teoría reformista de que la clase trabajadora podría tomar el poder de manera pacífica y mediante reformas parlamentarias).

 

La CWI y la IMT necesitan desesperadamente dicha falsificación del leninismo, ya que tienen que justificar su repetida traición a las luchas legítimas de liberación de los países semicoloniales y los pueblos oprimidos contra las grandes potencias, en particular contra Gran Bretaña, donde estas corrientes tienen sus "secciones madre".

 

 

 

CWI/IMT: Negativa a defender a los países semicoloniales contra el imperialismo

 

 

 

Como hemos mostrado en detalle en otro lugar, la CWI/IMT -todavía estaban unidos en una sola organización en ese momento- se negó a defender a la Argentina semicolonial contra el imperialismo británico durante la guerra de Malvinas en 1982 cuando Londres estaba enviando su flota al Atlántico Sur con el fin de mantener sus posesiones coloniales en esta zona. (El SWP/IST también se negó a defender a Argentina en esta guerra. [2]) Estos centristas afirmaron que ponerse del lado de Argentina sería “ultraizquierdista” y, en cambio, ¡llamaron a “Gobiernos laboristas que libren una guerra socialista contra Argentina”! En un artículo publicado 25 años después, la CWI todavía defendía su vergonzosa capitulación ante el imperialismo británico. "Sin embargo, las sectas ultraizquierdistas de hoy, decididas a demostrar su enfoque "marxista" intransigente, continúan promoviendo consignas basadas en su concepto erróneo del "derrotismo". Ponerse del lado de Argentina, proclama la CWI, solo repelería a los trabajadores británicos (que parece ser el criterio más importante para estos “internacionalistas”): “[E]llos (las llamadas "sectas", Ed.) Creen que se puede lograr apoyando a la Junta, cuando la mayoría de los trabajadores tienen un odio instintivo por lo que ven como un régimen 'fascista', y un deseo comprensible de verlo derrotado. Los conservadores, por supuesto, están explotando cínicamente los sentimientos antifascistas de los trabajadores; pero el apoyo a la Junta pondría a los marxistas más allá de la palidez a los ojos de los trabajadores, dejando a los conservadores libres hipócritamente para capitalizar la "lucha contra el fascismo".

 

Además, es decisivo para estos “antiimperialistas” defender los derechos del pequeño grupo de colonos británicos que viven en las Islas Malvinas frente a la costa argentina: “Los pseudo-marxistas también creen, al parecer, que el apoyo a una oposición socialista a la guerra puede ganarse a través de una política que abandone a los isleños de las Malvinas a la tierna merced de la Junta, cancelando sus derechos en favor del reclamo legalista de la Junta sobre la tierra bajo sus pies."

 

En consecuencia, la CWI denunció la aplicación de la posición leninista de pedir la derrota de la Armada británica (“Task Force”): “El absurdo más monstruoso de la posición de las sectas, sin embargo, es la idea de que los trabajadores pueden ser ganados para una posición socialista sobre la base de pedir la derrota de la Task Force, ¡llamando literalmente -como los representantes de las sectas han declarado en público- por “el hundimiento de la flota”! ¡Están a favor de la matanza de los trabajadores en las filas de la marina y el ejército, y sobre esta base ganarán el apoyo de las masas de la clase obrera! Esta es una parodia del marxismo que, en la medida en que tiene algún efecto, solo puede jugar en manos de los conservadores y la derecha laborista, permitiéndoles retratar a los 'marxistas' como idiotas que apoyan a la junta argentina”. [3]

 

La CWI/IMT llegó incluso a negarse a pedir el fin de la guerra británica contra Argentina o la retirada de la flota británica... ¡porque “los trabajadores no lo habrían entendido”! Argumentaron: “Forzar la retirada de la Task Force habría implicado la organización de una huelga general, que en sí misma habría planteado la cuestión de la llegada al poder de un gobierno socialista. Sin embargo, al comienzo de la guerra, tal demanda no habría recibido apoyo de los trabajadores británicos. (…) Tampoco el llamado a detener la guerra o retirar la flota habría servido de base incluso para una campaña masiva de manifestaciones, mítines y agitación.” [4]

 

Esta vergonzosa adaptación a los prejuicios socialimperialistas más atrasados de la aristocracia obrera británica no fue un desliz singular. Es más bien una expresión del ADN político de esta corriente, su método centrista, social-pacifista. Comparemos esto con la actitud de los bolcheviques al comienzo de la Primera Guerra Mundial en 1914. Aunque los bolcheviques tuvieron que trabajar en condiciones de represión e ilegalidad y aunque en esta guerra imperialista los marxistas no pudieron apoyar a ningún bando (en contraste con el Guerra de Malvinas en 1982), independientemente de todo eso, ¡los revolucionarios rusos nunca tomaron una postura tan cobarde y social-patriótica como la de la CWI / IMT!

 

Como demostramos anteriormente en el capítulo XVIII, los bolcheviques se volvieron febrilmente activos en la difusión de la agitación contra la guerra en las calles y en las fábricas al comienzo de la Primera Guerra Mundial. Publicaron folletos en Petersburgo que proclamaban “¡Abajo la guerra!” y “¡Guerra contra la guerra!” ¡Qué diferencia con la posición patéticamente cobarde de la CWI y la IMT en una guerra imperialista!

 

Durante la guerra imperialista y la ocupación de Afganistán desde 2001 -otra importante aventura militar de Gran Bretaña- la CWI nuevamente se niega rotundamente a prestar apoyo a la lucha afgana contra los ocupantes y sus títeres, que ha sido liderada por el movimiento Talibán islamista pequeñoburguesa.

 

En un ensayo programático, el líder central de la CWI, Peter Taaffe, contrastó la política de la CWI con las de los antiimperialistas de principios como nuestra organización: “Si, por lo tanto, percibimos esta guerra como completamente reaccionaria por parte del imperialismo, ¿significa esto que lanzamos en nuestro lote, aunque “críticamente”, con aquellos que supuestamente han "resistido" al gigante estadounidense, a saber, Bin Laden, su al-Qa'ida y el gobierno talibán? Increíblemente, esta es la posición de algunos pequeños grupos trotskistas, como Workers Power (nuestra organización predecesora, Ed). y la morenista LIT. Este último se basa principalmente en América Latina. Su enfoque no encontrará absolutamente ningún eco entre la clase trabajadora mundial, particularmente el proletariado en los países capitalistas desarrollados. Sin embargo, debido a que utilizaron algunos de los escritos anteriores de Trotsky para justificar su posición durante la guerra, pudieron, y en algunos casos lo hicieron, confundir a algunos jóvenes y trabajadores que entraron en contacto con ellos.” [5]

 

Esta cita indica que Taaffe ha sido consciente de que la posición de la CWI está en evidente contradicción con el método de Trotsky. Como mostramos anteriormente, Trotsky llamó a defender incluso a un Brasil "semifascista" contra el imperialismo británico "democrático" o la monarquía absoluta de Etiopía contra Italia en 1935. Sin embargo, la CWI afirma que el enfoque de Trotsky ya no sería válido hoy: "Es una tontería insinuar, sin embargo, como lo hacen las organizaciones sectarias al citar estos comentarios de Trotsky, que la masa de la población en la mayoría de los países industrializados podría adoptar hoy la misma actitud hacia Bin Laden y los talibanes". [6]

 

En definitiva, fuerzas como la CWI, la IMT o la IST, se niegan a defender a países semicoloniales y pueblos oprimidos porque, como afirman, los trabajadores atrasados políticos de las grandes potencias imperialistas “no entenderían tal posición”. Ésta es la lógica clásica que utilizó la socialdemocracia en 1914 para legitimar su apoyo a la “defensa de la patria imperialista”. “Los trabajadores no habrían entendido si nos hubiéramos opuesto a la guerra”: ¡este fue el grito de guerra de Noske, Ebert y Kautsky al comienzo de la Primera Guerra Mundial! “Los trabajadores no entenderían si nos ponemos del lado de los talibanes o de la junta militar argentina” ¡Este es el grito de guerra de la CWI y de la IMT hoy! ¡Tiempos diferentes pero la misma lógica social-pacifista!

 

Estos centristas ignoran el hecho histórico de que la mayoría de la clase trabajadora suele apoyar la defensa de su patria imperialista al comienzo de una gran guerra, como explicaron repetidamente Lenin y Trotsky. Cuando resumió la experiencia de los bolcheviques durante la Primera Guerra Mundial, Lenin escribió en 1922 sobre la política hacia el movimiento obrero con respecto a la guerra que se avecinaba: " Hay que clestacar, sobre todo, la significación del hecho de que la "defensa de la patria" se convierta en una cuestión ineludible, cuestión que la inmensa mayoría de los trabajadores resolverá inevitablemente en favor de su burguesía.[7]

 

Trotsky también enfatizó esta idea en su Programa de Transición en 1938: “Al principio de la guerra las secciones de la IV internacional se sentirán inevitablemente aisladas: cada guerra toma de improviso a las masas populares y las empuja del lado del aparato gubernamental. Los internacionalistas deberán marchar contra la corriente.[8]

 

Es el mismo método que lleva a la CWI a defender la existencia de Israel, una entidad de colonos impuesta por las potencias imperialistas al expulsar a la población árabe nativa. [9] Como dijo Peter Taaffe, la CWI no puede apoyar la destrucción del estado del apartheid israelí y su reemplazo por un estado palestino con derechos minoritarios para los judíos israelíes porque "los judíos israelíes se opondrían a esto": "...la idea de un Todavía aparece un estado palestino con derechos minoritarios para los israelíes. Un eslogan tan abstracto nunca sería aceptado por la población israelí”. [10]

 

Siguiendo la misma lógica de adaptación al socialimperialismo, tanto la CWI como la IMT, como muchas otras fuerzas centristas, han abandonado su apoyo a la revolución siria hace mucho tiempo. Desde hace varios años, ambas organizaciones afirman que la lucha de liberación ha degenerado en una "guerra civil sectaria" sin ningún bando digno de apoyo:

 

Las situaciones en Irak y Siria constituyen en este momento el epicentro de la crisis que envuelve al Medio Oriente. El orden heredado del legado del imperialismo está explotando de la manera más brutal, bajo el efecto de las luchas de poder por influencia que tienen lugar entre varias fuerzas y regímenes reaccionarios. (...) En Siria, algunos miembros de la izquierda internacional han adoptado erróneamente alguna variante de una actitud "campista", ya sea al embellecer a los rebeldes armados, en su mayoría yihadistas, que luchan contra Assad, o al disculparse por este último". [11]

 

Esto es fundamentalmente el resultado de la contrarrevolución que se desarrolló en Siria luego de una genuina revuelta masiva contra el gobierno de Assad en 2011, inspirada por los movimientos revolucionarios en Túnez y Egipto. En ausencia de organizaciones de la clase trabajadora fuertes, unidas y de un liderazgo socialista, las fuerzas sectarias e islámicas pudieron entrar en el vacío, ayudadas por los reaccionarios Estados del Golfo y Turquía y por las potencias occidentales. Esto llevó a la degeneración de la revuelta de masas en una guerra civil cruel y multifacética.[12]

 

 

 

IMT Rusia: Sin apoyo al "separatismo checheno"

 

 

 

Otro ejemplo de tal adaptación al socialchovinismo es la posición de la IMT y su sección rusa sobre la lucha por la independencia del pueblo checheno. Como hemos dicho anteriormente, el pueblo checheno declaró un estado independiente después del colapso de la URSS en 1991/92 y defendió heroicamente sus derechos nacionales en dos guerras contra la agresión militar de la abrumadora Rusia. Hoy, es tarea de los marxistas rusos defender a los chechenos contra la brutal opresión del secuaz local de Moscú, el carnicero Ramzan Kadyrov.

 

Sin embargo, la IMT adopta una postura diferente. A pesar del deseo explícito del pueblo checheno de ganar su propio estado, la IMT se adapta al socialchovinismo ruso. Denuncia el "separatismo" y llama a los chechenos y otros pueblos oprimidos a permanecer en la Rusia imperialista:

 

Por lo tanto, no hay nada de malo en defender la integridad territorial contra el separatismo, ya sea en Rusia o en Ucrania. Por supuesto, esto no significa que no debamos oponernos a una solución militar del problema, siempre que sea posible. No significa que no debamos oponernos a las atrocidades de los militares burgueses, etc. Pero apoyar el separatismo bajo la consigna de la lucha de las naciones por la autodeterminación no es necesario, especialmente el separatismo, que tiene el carácter de lucha armada como en el Donbas, el Cáucaso o el noreste de la India. A menudo, tal separatismo no conduce a nada más que a reducir el desarrollo de las fuerzas productivas en la región. Aquí vale la pena separar ese separatismo de la lucha por la liberación de las colonias. Los habitantes de Vietnam, Argelia y Palestina no eran ciudadanos de sus países opresores. Por tanto, la lucha por la creación de un estado nacional se fusiona en tales casos con la lucha por la igualdad. (...) A menudo podemos escuchar que los estados homogéneos a nivel nacional experimentarán un cambio hacia problemas de clase en lugar de problemas nacionales. Quizás, esto fue cierto en la primera mitad del siglo XX. Sin embargo, muchos imperios multinacionales ya se han derrumbado y la Rusia moderna ya es más homogénea que a principios del siglo pasado. Por tanto, no es necesario llevar la homogeneidad al absoluto. (…) Si separamos los territorios habitados por pequeñas nacionalidades de los países, los inmigrantes no desaparecerán por ningún lado. Y el nacionalismo moderno se dirige principalmente contra ellos. Todo esto lleva a la conclusión de que, en la etapa actual de desarrollo del capitalismo, no tiene sentido apoyar la lucha para separar unas naciones de otras, especialmente las armadas. Es mejor luchar contra las guerras que libran los gobiernos burgueses y por la futura revolución socialista.” [13]

 

¡Esta declaración de los camaradas rusos de la IMT traiciona un flagrante acomodo al socialchovinismo! Es absolutamente erróneo contraponer las luchas de liberación nacional del pueblo vietnamita, argelino y palestino a las del pueblo de Chechenia o Cachemira. Es solo una diferencia formal que puedan tener el pasaporte de su estado opresor. Ciertamente, no fue el deseo voluntario del pueblo checheno o de Cachemira tener el pasaporte de su estado opresor, ¡sino que fue forzado! Entonces, ¿cómo pueden los "marxistas" utilizar este hecho para rechazar el apoyo a su lucha por la liberación?

 

Es cierto que Rusia “ya es más homogénea que a principios del siglo pasado”. Pero ¿qué significa esto? ¿La IMT sugiere que Moscú tiene el derecho de oprimir a una cierta cantidad de personas por no ser tantos como al comienzo del siglo XX?! No, los marxistas se oponen a cada caso individual de opresión nacional. Apoyamos la lucha de liberación de las naciones oprimidas, independientemente de si está armada o desarmada y sin importar si el estado opresor subyuga a una, cinco o diez personas más pequeñas.

 

Otro ejemplo de la lógica socialchovinista de la política de la CWI es su apoyo a la huelga “Trabajos británicos para trabajadores británicos” en 2008. En ese momento, los trabajadores británicos de la refinería de petróleo Lindsey querían detener la contratación de trabajadores migrantes. Vergonzosamente, esta huelga reaccionaria recibió el apoyo de la burocracia sindical y de varias organizaciones pseudo-trotskistas como la CWI y la IMT. ¡Hasta el día de hoy, la sección británica d la CWI se jacta con orgullo de que uno de sus miembros era un líder en esta huelga!

 

Es en la misma lógica que el liderazgo de la CWI se opone al derecho de los migrantes a cruzar fronteras sin ningún control fronterizo imperialista. ¿Por qué? Bueno, ya sabes, “los trabajadores no entenderían” (¡obviamente la CWI solo tiene en mente a los trabajadores aristocráticos británicos y no a la masa de trabajadores del mundo que viven y sufren en el Sur!) [14]

 

Por supuesto, tenemos que defender a los sectores más oprimidos de la clase trabajadora, incluidos los trabajadores migrantes y otros inmigrantes. Nos oponemos firmemente al racismo. Defendemos el derecho al asilo y abogamos por el fin de medidas represivas como los centros de detención. Al mismo tiempo, dada la perspectiva de la mayoría de la clase trabajadora, no podemos presentar un eslogan [sic] tajante de 'fronteras abiertas' o 'no controles de inmigración', que sería una barrera para convencer a los trabajadores de un programa socialista, tanto en inmigración como en otros temas. Tal demanda alienaría a la gran mayoría de la clase trabajadora, incluidos muchos más inmigrantes de hace tiempo, quienes la verían como una amenaza para los trabajos, los salarios y las condiciones de vida. Tampoco podemos cometer el error de despedir a los trabajadores que expresan preocupaciones sobre la inmigración como 'racistas'. Si bien el racismo y el nacionalismo son claramente elementos del sentimiento antiinmigrante, hay muchos trabajadores conscientemente antirracistas que están preocupados por la escala de la inmigración.” [15]

 

La adaptación de la CWI al socialchovinismo también se refleja en su apoyo al Brexit, es decir, que Gran Bretaña abandone la Unión Europea. Como hemos demostrado en un panfleto especial sobre este tema, la dirección de la CWI justifica esta posición afirmando que el estado nacional (imperialista) es preferible a la Unión Europea (imperialista). [16]

 

En contraste con estos oportunistas cobardes, los marxistas luchan constantemente contra todas las formas de socialchovinismo y agresión imperialista. La CCRI/RCIT y los revolucionarios de ideas afines no se contentan con frases abstractas de “antiimperialismo”, sino que se ponen del lado de los pueblos oprimidos que luchan contra una Gran Potencia imperialista. El criterio decisivo para los marxistas no es si esta o aquella posición políticamente correcta ya es compartida por la mayoría de los trabajadores. Es exactamente la tarea de una organización de vanguardia revolucionaria resistir tal presión y defender las posiciones basadas en el programa marxista. ¡Es nuestra tarea transmitir ideas tan correctas a la clase trabajadora y no esperar hasta que la mayoría de los trabajadores desarrollen esas posiciones por sí mismos!

 

Por lo tanto, si bien no apoyamos políticamente a las fuerzas no revolucionarias en la cima de estas luchas, no tomamos nuestro desacuerdo con tales puntos de vista como un pretexto para desertar de una lucha de liberación justa. No, los revolucionarios deben apoyar todas las luchas de liberación legítimas contra cualquier Gran Potencia, incluso si esa lucha está dirigida por fuerzas no revolucionarias. ¡Este fue el método de los bolcheviques y los trotskistas y este es nuestro método hoy!

 

Quien apoya directamente el sistema de la colonización y los protectorados, la dominación del capital británico en la India, del Japón en Corea o en Manchuria, de Francia en Indochina o en África; quien no combate la esclavitud colonial y no apoya las insurrecciones de las naciones oprimidas ni su independencia; quien defiende o idealiza el gandhismo, es decir la política de resistencia pasiva aplicada a problemas que sólo se pueden resolver por la fuerza de las armas, es, pese a sus buenas o malas intenciones, un lacayo, un apólogo, un agente de los imperialistas, de los esclavistas, de los militaristas y los ayuda a preparar nuevas guerras que persiguen viejos o nuevos objetivos.”. [17]

 

 

 

¿Lenin “corrigió” su Programa de Derrotismo Revolucionario?

 

 

 

Desafortunadamente, el revisionismo de la CWI y de la IMT llega tan lejos que afirman explícitamente que Lenin habría “exagerado” su fórmula de derrotismo revolucionario y luego se habría corregido a sí mismo. Sobre la base de tal falsificación histórica, estos centristas buscan la justificación para su propio abandono del derrotismo y su adaptación al socialimperialismo.

 

En un largo ensayo programático, el líder central de la IMT, Alan Woods, intenta argumentar tal caso:

 

La diferencia entre la política abstracta y el método dialéctico se muestra en la evolución de la posición de Lenin sobre las tácticas revolucionarias en el período de 1914 a 1917. En agosto de 1914, la división en la II Internacional creó una situación completamente nueva. A la luz de la traición sin precedentes de la socialdemocracia, era necesario reagrupar y reeducar internacionalmente a las pequeñas y aisladas fuerzas del marxismo. Lenin en este período puso mucho énfasis en los principios básicos del internacionalismo revolucionario, sobre todo la imposibilidad de volver a la vieja Internacional y la oposición implacable a todas las formas de patriotismo (derrotismo revolucionario). Para combatir las dudas y vacilaciones de los líderes bolcheviques, Lenin dio la expresión más nítida posible a estas ideas, tales como "convertir la guerra imperialista en guerra civil" y "la derrota de la propia burguesía es el mal menor". Es discutible que, en ocasiones, exageró [sic]. No sería la primera vez que, para "enderezar la vara", Lenin lo dobla demasiado en la otra dirección [sic]. Sobre las cuestiones fundamentales, no hay ninguna duda de que Lenin tenía razón. Pero a menos que entendamos su método no solo lo que escribió, sino por qué lo escribió, podemos terminar en un completo desastre.

 

Los grupos ultraizquierdistas y sectarios repiten siempre las palabras de Lenin sin entender una sola línea. Toman sus escritos sobre la guerra como algo absoluto, fuera del tiempo y del espacio. No comprenden que, en ese momento, Lenin no escribía para las masas, sino para un puñado de cuadros en un contexto histórico determinado. A menos que entendamos esto, podemos cometer un error fundamental. Para combatir el chovinismo, y subrayar la imposibilidad de cualquier reconciliación con la socialdemocracia, y en particular con su ala izquierda (Kautsky y el "centro"), Lenin utilizó algunas formulaciones indudablemente exageradas [sic]. Tales exageraciones, por ejemplo, lo llevaron a caracterizar la posición de Trotsky como "centrismo", lo cual era completamente incorrecto.

 

Cuando Lenin regresó a Rusia después de marzo de 1917, modificó fundamentalmente su posición [sic]. No es que su oposición a la guerra imperialista fuera menor, o su oposición al socialchovinismo menos implacable. Continuó atento a cualquier retroceso de los líderes bolcheviques en la cuestión de la guerra. Pero aquí ya no se trataba de una cuestión de teoría, sino del movimiento vivo de las masas. La posición de Lenin después de marzo de 1917 se parecía poco a las consignas que había propuesto antes [sic]. Vio que, en las circunstancias concretas, la masa de los obreros y campesinos tenía ilusiones en "la defensa de la Revolución", como ellos la entendían. Era absolutamente necesario tener esto en cuenta, si los bolcheviques querían conectarse con el estado de ánimo real de las masas. Si Lenin hubiera mantenido la antigua posición, habría sido meramente doctrinaria. Habría separado completamente a los bolcheviques del movimiento real de los obreros y campesinos. Solo los sectarios y doctrinarios desesperados podrían dejar de ver la diferencia. (…) De hecho, las consignas del "derrotismo revolucionario" no jugaron ningún papel en la preparación de las masas para la revolución de octubre.” [18]

 

Casi ninguna oración de esta larga cita tiene sentido. Alan Woods, que ridiculiza a las “sectas ultraizquierdistas”, no comprende la posición de Lenin y Trotsky ni los hechos históricos.

 

Woods afirma que Lenin "exageró" el programa derrotista bolchevique contra la guerra imperialista. Entonces eso significaría que luego lo retiró. De hecho, como demostramos anteriormente, los bolcheviques, la Comintern y más tarde la Cuarta Internacional confirmaron más tarde todas las ideas y consignas esenciales que Lenin planteó en 1914.

 

El mismo Trotsky destacó la importancia crucial de los principios del derrotismo revolucionario en el programa de la Cuarta Internacional: “El contenido fundamental de la política del proletariado será, en consecuencia, la lucha contra el imperialismo y su guerra. El principio fundamental de esta lucha será: “El enemigo principal está en el país” o “La derrota de nuestro propio gobierno (imperialista) es el menor mal". (…) El deber del proletariado internacional será el de ayudar a los países oprimidos en guerra contra los opresores, este mismo deber se extiende también a la U.R.S.S y a todo el estado obrero que pueda surgir antes de la guerra. La derrota de todo gobierno imperialista en la lucha contra un estado obrero o un país colonial es el menor mal.[19]

 

Rudolf Klement, otro líder de la Cuarta Internacional, repitió la validez del programa leninista de derrotismo revolucionario: “En la aplicación del derrotismo revolucionario contra la burguesía imperialista y su estado, no puede haber ninguna diferencia fundamental, más allá de si éste último es “amigable” u hostil hacia la causa apoyada por el proletariado, ya sea que aquel se halle en una alianza –traicionera- con los aliados del proletariado (Stalin, la burguesía de los países semi-coloniales, los pueblos coloniales, el liberalismo anti-fascista), o que esté librando una guerra contra ellos. Los métodos del derrotismo revolucionario no cambian en absoluto: la propaganda revolucionaria, la oposición irreconciliable al régimen, la lucha de clases desde su forma puramente económica hasta su forma política más elevada (la insurrección armada), la confraternización de las tropas, la transformación de la guerra en guerra civil.[20]

 

Alan Woods afirma que Lenin cambió de posición después de la Revolución de febrero de 1917 cuando regresó a Rusia. ¡Esto es simplemente una invención centrista! Lo que hizo Lenin no fue renunciar a la posición del derrotismo ni a la necesidad de transformar la guerra en guerra civil. Lo que hizo más bien fue adaptar el mismo programa a las nuevas condiciones y explicarlo pedagógicamente a las masas. No se trata de un cambio de posición, sino de un cambio de presentación de la misma posición. Esto se hizo evidente en un discurso que Lenin pronunció ante las delegaciones del Tercer Congreso de la Comintern en 1921:

 

Al empezar la guerra, los bolcheviques defendíamos una sola consigna: guerra civil y, además, implacable. Estigma­ tizábamos como traidores a cuantos no propugnaban la guerra civil. Pero cuando regresamos a Rusia en marzo de 1917, cambiamos por completo de posición. Cuando regresamos a Rusia y hablamos con los campesinos y los obreros, vimos que todos eran partidarios de la defensa de la patria, aunque, como es natural, en un sentido completamente distinto que los mencheviques, y no podíamos tildar de miserables y 'traidores a aquellos obreros y campesinos sencillos. Definimos aquel estado de ánimo como "defensismo de buena fe". En general, quiero escribir un extenso artículo sobre eso y dar a la publicidad todos los datos. El 7 de abril publiqué unas tesis, en las que decía: prudencia y paciencia. Nuestra posición inicial, al empezar la guerra, era justa; entonces importaba crear un núcleo bien definido y firme. Nuestra posición posterior fue también justa. Arrancaba de que era preciso conquistar a las masas. Ya entonces nos oponíamos a la idea de derribar inmediatamente el Gobierno Provisional. Yo escribía: "Se le debe derribar, pues es un Gobierno oligárquico, un Gobierno que no es del pueblo, ya que no puede darnos ni pan ni paz. Pero no se le puede derribar inmediatamente, pues se apoya en los Soviets obreros Y goza todavía de la confianza de los obreros. No somos blanquistas, no queremos gobernar con la minoría de la clase obrera contra la mayoría". Los demócratas constitucionalistas que son políticos sutiles, advirtieron en el acto la contradicción entre nuestra posición anterior y la nueva posición y nos llamaron hipócritas. Pero como, al mismo tiempo, nos llamaban espías, traidores, infames y agentes alemanes, la primera denominación no causó ninguna impresión. El 20 de abril se produjo la primera crisis. La nota de Miliukov sobre los Dardanelos desenmascaró al Gobierno como imperialista. A continuación, las masas de soldados armados se dirigieron al edificio del Gobierno y derribaron a Miliukov. Al frente de los soldados se encontraba un tal Linde, sin partido. No fue un movimiento organizado por el Partido, lo caracterizamos entonces de la siguiente forma: es algo más que una manifestación armada y algo menos que una insurrección armada. En nuestra Conferencia del 22 de abril, la corriente izquierdista exigió el derrocamiento inmediato del Gobierno. El CC, por el contrario, se opuso a la consigna de guerra civil y dimos a todos los agitadores de provincias la indicación de refutar la desvergonzada mentira de que los bolcheviques querían la guerra civil. El 22 de abril escribí que la consigna de “¡Abajo el Gobierno Provisiona!" era equivocada, pues, de no estar respaldados por la mayoría del pueblo, se convertiría en una frase o en una aventura.[21]

 

Entonces vemos que Lenin y los bolcheviques lucharon por los mismos objetivos estratégicos -transformar la guerra imperialista en guerra civil, luchar por el derrocamiento del gobierno burgués y por el poder de la clase trabajadora- en todos estos años. Primero intentaron ganar la vanguardia para tal programa y luego las masas. No podía ser de otra manera, ya que no se puede ganar a las masas sin antes ganar a la vanguardia. Pero la CWI y la IMT ni siquiera intentaron ganar la vanguardia para el derrotismo revolucionario, y mucho menos las masas. Se disculpan refiriéndose al problema de que “los trabajadores no entienden esto”. ¡Como si la CWI y la IMT se enfrentaran a la tarea de ganar la mayoría de la clase trabajadora! ¡Nunca fueron tan fuertes como los bolcheviques, ni siquiera en su fase más débil! Antes de aporrear su cerebro sobre el desafío de ganar a la mayoría de la clase trabajadora, ¡deberían tratar de ganar a unos pocos miles de trabajadores de vanguardia para el derrotismo revolucionario en una guerra! No lo hicieron y no pudieron. ¿Por qué? ¡Porque ellos mismos, los líderes y probablemente muchos de sus miembros que fueron entrenados durante años en el oportunismo, no compartían una posición marxista sobre la guerra imperialista! ¡Esta es la verdad que los líderes de la CWI y de la IMT tratan de esconder detrás de sus frases sobre lo que los trabajadores supuestamente entienden y no entienden!

 

Como vemos, la interpretación de la CWI y de la IMT de la posición marxista clásica sobre el derrotismo revolucionario se basa en una completa falsificación. Sin embargo, no se trata de una falsificación accidental. Toda la tradición de Ted Grant, que dio forma tanto a la CWI de Peter Taaffe como a la IMT de Alan Woods, está marcada por la adaptación sistemática a los prejuicios ideológicos de la burocracia reformista. De ahí el sinsentido de la CWI/IMT sobre la transformación pacífica del capitalismo en socialismo, la extraña idea de la posibilidad de tal transformación a través de una "mayoría socialista" en el parlamento burgués, la caracterización de hombres y mujeres policías como "trabajadores en uniforme", etc. [22] Este oportunismo de extrema derecha también encuentra naturalmente su expresión en el tema de las guerras imperialistas, que es una de las formas más agudas de antagonismo de clases.

 

No cabe duda de que la CWI y la IMT son centristas inútiles en el próximo período de rivalidad acelerada entre las grandes potencias y las luchas de liberación del pueblo oprimido. Atrapados en la lógica del socialimperialismo, no pueden aplicar un programa de derrotismo revolucionario en los conflictos entre grandes potencias ni pueden luchar por un programa liberacionista de apoyo a la lucha de los oprimidos.

 

 

 

El Movimiento Socialista Ruso (RSM): eclecticistas confundidos

 

 

 

Por último, tratemos brevemente de otro grupo centrista en Rusia que incluye a varios miembros de la “Cuarta Internacional” mandelista. Para su mérito, esta organización reconoce el derecho de los pueblos a la autodeterminación y se opone a la ley del idioma que discrimina al pueblo no ruso. Asimismo, son conscientes del carácter imperialista de Rusia y se oponen a sus aventuras militares en Siria y Ucrania. En este sentido, contrastan favorablemente con los grandes estalinistas rusos como Ziuganov y otros. Sin embargo, ¡también se sienten obligados a manifestar su oposición a un estado checheno independiente! Tales escriben en su programa:

 

El RSM reconoce el derecho de los pueblos a la autodeterminación, porque entiende que mantener por la fuerza a las naciones dentro de Rusia desde una perspectiva histórica no conducirá a nada más que a conflictos sangrientos y al colapso del país. Al mismo tiempo, creemos que la separación de Chechenia u otras naciones de Rusia no traerá al pueblo trabajador de estos pueblos ni una auténtica independencia, paz o prosperidad. La formación de estados pequeños y económicamente débiles los transforma inevitablemente en semicolonias empobrecidas de países imperialistas, destinadas al saqueo y la inestabilidad política.” [23]

 

Ciertamente es cierto que la verdadera prosperidad solo es posible a través de una revolución socialista de la clase trabajadora en Chechenia, Rusia e internacionalmente. Pero, ¿por qué demonios los chechenos deberían preferir vivir en una colonia empobrecida en lugar de una semicolonia empobrecida donde al menos no son humillados y amenazados todos los días por los soldados rusos y sus lacayos locales? ¿O el RSM quiere negar el hecho de que Chechenia es una colonia devastada bajo las sangrientas botas de Putin y Kadyrov?

 

Desafortunadamente, el RSM logra combinar tales concesiones al chovinismo ruso con la predicación de extrañas ilusiones en el imperialismo europeo. ¡Tal RSM propone que “una Rusia socialista debe unirse a la Unión Europea”! Una propuesta tan idiota se combina con el apoyo a la perspectiva reformista de reformar la UE. Una vez más, el RSM no se contenta con repetir esta tontería del Partido de la Izquierda Europea, sino que va más allá y afirma que este sería el mejor camino hacia una “república mundial de los soviets”.

 

Somos optimistas sobre la posibilidad de que la Rusia socialista se una a las estructuras de la Unión Europea y otras estructuras de integración con la condición de que dicha adhesión no signifique nuestro sometimiento al imperialismo internacional y la lógica de la acumulación de capital. Apoyamos las propuestas de los partidos y políticos europeos de izquierda para la desburocratización de la UE y su transformación de la actual unión de estados de alto nivel en una única “nación política”. Quizás, tal escenario sea el mejor camino hacia la república mundial de los soviéticos hoy, con la que soñamos hace cien años en nuestro país.[24]

 

Bueno, de hecho, la UE siempre ha sido una institución imperialista y no puede ser de otra manera. Llamar a unirse "pero sin subyugación imperialista" es tan realista como unir a un oso pardo en su cueva "con la condición de que no te toque". Sin lidiar con una idea tan extraña, los líderes del RSM también sugieren que la “desburocratización de la UE” sería suficiente para convertirla en un instrumento de socialismo avanzado. Ni en Rusia ni en Europa es posible una revolución socialista mediante la “desburocratización”. ¡Tal avance solo es posible expropiando a la clase capitalista y destruyendo el aparato estatal burgués!

 

¿Cómo llegan los líderes del RSM a tales conclusiones imperialistas pro-UE? ¿Podría influir el hecho de que varios de sus cuadros estén cerca de la Universidad Europea de San Petersburgo, financiada por la UE? ¿O podría estar relacionado con su orientación hacia los líderes burocráticos de los sindicatos del Centro de Investigación Laboral (CLR) que promueven una especie de colaboracionismo de clases a la OIT?

 

 

 



[1] Ver Michael Pröbsting: El Gran Robo del Sur, Capítulo 13 (Sub-Capítulo: ¿Es el derrotismo revolucionario demasiado para la clase trabajadora? Sobre la falsificación del método de Lenin y Trotsky por el CIT y el IMT hod, p. 357-365)

[2] El SWP/IST proclama que en la guerra entre Gran Bretaña y Argentina en 1982 “No hubo un campo progresista y reaccionario.” (Alex Callinicos: Marxism and Imperialism today, en: A. Callinicos, J. Rees, C Harman & M. Haynes: Marxism and the New Imperialism, London 1994, p. 51)

[3] Socialist Party (CWI): Falklands war: what lessons for the labour movement? In: Socialism Today, No 108, April 2007, http://www.socialismtoday.org/108/falklands.html

[4] Peter Taaffe: The Rise of Militant, London 1995, Chapter 20 “The Falklands/Malvinas War”, http://socialistalternative.org/literature/militant/

[5] Peter Taaffe: Afghanistan, Islam and the Revolutionary Left (2002), http://www.socialistworld.net/pubs/afghanistan/afghanchp1.html

[6] Idem

[7] V. I. Lenin: Observaciones sobre las tareas de nuestra delegación en La Haya (1922), Lenin. Obras Completas, Tomo 45, Ed. Progreso p. 334-335

[8] León Trotsky: La Agonía del Capitalismo y las Tareas de la IV Internacional. El Programa De Transición (1938), https://www.marxists.org/espanol/trotsky/1938/prog-trans.htm

[9] Sobre la crítica de la RCIT al apoyo reaccionario del CIT a un estado israelí, ver Yossi Schwarz: Occupied Palestine/Israel: Dead End for the Two-State Solution. The Palestinian Liberation Struggle and the CWI’s Centrist Adaptation to Zionism, 12.11.2015, https://www.thecommunists.net/worldwide/africa-and-middle-east/palestine-and-cwi/; Michael Pröbsting: The CWI’s “Socialist” Zionism and the Palestinian Liberation Struggle. A Reply from the RCIT, 15.9.2014, https://www.thecommunists.net/worldwide/africa-and-middle-east/cwi-and-israel/

[10] Peter Taaffe: A socialist World is possible - the history of the CWI, 31.08.2004, http://www.socialistworld.net/doc/4779

[12] Niall Mulholland: Trump orders missile strikes against Shayrat air base, Committee for a Workers' International, The Socialist issue 944, 12 April 2017

[13] IMT Russia: Украина и национальный вопрос (Ukraine and the national question), http://www.1917.com/XML/E3YCowmZXwKhYk2bWYgKwrZ-lZ4.xml. (traducido por nosotros)

[14] Observamos, de pasada, que el rechazo de las "fronteras abiertas" con el pretexto de "posiciones progresistas" es un fenómeno que no se limita al CIT. Por ejemplo, Angela Nagle publicó recientemente un ensayo "El caso de la izquierda contra las fronteras abiertas", que ha sido aclamado por los chovinistas de derecha por razones obvias. (American Affairs, Volume II, Number 4 (Winter 2018), pp. 17–30, https://americanaffairsjournal.org/2018/11/the-left-case-against-open-borders/). Algunos grupos como el CWG incluso logran legitimar su oposición a la apertura de fronteras con argumentos pseudo-trotskistas. (Ver sobre esto Michael Pröbsting: Patriotic "Anti-Capitalism" for Fools. Yet Again on the CWG/LCC's Support for "Workers’" Immigration Control and Protectionism in the US, 30.5.2017, https://www.thecommunists.net/theory/cwg-lcc-us-protectionism/; Michael Pröbsting and Andrew Walton: The Slogan of "Workers’" Immigration Control: A Concession to Social-Chauvinism, 27.3.2017, https://www.thecommunists.net/theory/workers-immigration-control/; Michael Pröbsting and Andrew Walton: A Social-Chauvinist Defence of the Indefensible. Another Reply to the CWG/LCC's Support for "Workers’" Immigration Control, 14.5.2017, https://www.thecommunists.net/theory/cwg-immigration-control/)

[16] Ver sobre esto en Michael Pröbsting: The British Left and the EU-Referendum: The Many Faces of pro-UK or pro-EU Social-Imperialism (Chapter II.2. SPEW/CWI: The Hidden Patriotic “Socialists”), August 2015, http://www.thecommunists.net/theory/british-left-and-eu-referendum/

[17] León Trotsky: Declaración al Congreso Contra la Guerra de Amsterdam (1932), https://ceip.org.ar/Declaracion-al-Congreso-Contra-la-Guerra

[18] Alan Woods: Marxism and the State, International Marxist Tendency, December 2008, http://www.marxist.com/marxism-and-the-state-part-one.htm

[19] León Trotsky: La Agonía del Capitalismo y las Tareas de la IV Internacional. El Programa De Transición (1938), https://www.marxists.org/espanol/trotsky/1938/prog-trans.htm

[20] Rudolf Klement: Principios y tácticas en la Guerra (1937), https://www.marxists.org/espanol/klement/1937/1937a.htm

[21] V. I. Lenin: Discursos pronunciados en la reunión de las delegaciones alemana, polaca, checoslovaca, húngara e italiana en el Tercer Congreso de La Internacional Comunista el 11 de julio de 1921, Lenin. Obras Completas, Tomo 44, Ed. Progreso, p. 56-58

[22] Ver, p. Michael Pröbsting: Five days that shook Britain but didn’t wake up the left. The bankruptcy of the left during the August uprising of the oppressed in Britain: Its features, its roots and the way forward, in: Revolutionary Communism No. 1, pp. 30-31 (septiembre de 2011), http://www.thecommunists.net/theory/britain-left-and-the-uprising/sp-and-committee-for-a-workers-international

[23] Russian Socialist Movement: Программа (Program), http://anticapitalist.ru/programm/ (Traducido por nosotros)

[24] Russian Socialist Movement: Социализм и загадка наций (No to Imperial language policies!), 27.06.2016, http://anticapitalist.ru/2016/06/27/337/ (Traducido por nosotros)

 

Anti-imperialismo en la Era de la Rivalidad de las Grandes Potencias (Capítulo XXIX.)

LIBRO: Anti-imperialismo en la Era de la Rivalidad de las Grandes Potencias 

 

Los factores detrás de la Rivalidad acelerada entre los E.U, China, Rusia, la U.E y Japón. Una crítica del análisis de la izquierda y una semblanza de la Perspectiva Marxista.

 

 

La CCRI publicó este libro en Enero de 2019. El autor es Michael Pröbsting, Secretario Internacional de la CCRI.

 

 

Translator: Rubén Jaramilllo

 

 

 

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XXIX: Construyendo el Partido Revolucionario Mundial en la Era de la Rivalidad de Grandes Poderes

 

 

 

Nadie con los ojos abiertos puede negar que el mundo se encamina hacia un período de catástrofes y profundas convulsiones. La decadencia del capitalismo empuja a las grandes potencias, tanto a las antiguas como a las nuevas, a luchar entre sí y a reforzar la explotación de los pueblos oprimidos. Esto provoca inevitables guerras comerciales, tensiones diplomáticas y, en última instancia, grandes guerras y una guerra mundial entre las potencias imperialistas. Tiene como resultado, igualmente inevitable, el apretón económico de los países pobres por parte de las corporaciones multinacionales, así como un número creciente de intervenciones militares para asegurar la dominación imperialista.

 

Tal desarrollo no es causado por individuos particularmente malos. Si Trump fuera reemplazado por otra persona, Estados Unidos podría tener un presidente que envíe menos mensajes de Twitter y que domine la gramática inglesa. Pero la dinámica fundamental de la política mundial no sería diferente. Es el capitalismo en su decadencia, y no los lunáticos individuales, lo que amenaza con llevar al mundo al abismo.

 

La salvación no sucederá sola. La salvación solo puede llegar impuesta de forma consciente. Impuesta contra los monopolios y gobiernos imperialistas. Impuesta por la poderosa intervención de la clase trabajadora y los pueblos oprimidos. Una intervención que no se hará y que no puede realizarse de forma espontánea pero que hay que planificar y organizar. No puede haber plan sin planificadores ni organización sin organizadores. En otras palabras, no puede haber una intervención consciente de la clase obrera y los pueblos oprimidos sin un partido revolucionario. Y ningún partido puede existir sin la creación y construcción previas de una organización previa al partido.[1] Un partido así puede elaborar un programa, una perspectiva, un plan de lucha. La tesis explícita de la Internacional Comunista no ha perdido vigencia: “el partido comunista es el arma principal, esencial, de la emancipación del proletariado.” [2]

 

León Trotsky resumió esta conclusión en 1924 en uno de sus documentos fundamentales, Las lecciones de octubre, con las siguientes palabras mordaces: “La revolución proletaria no puede triunfar sin el partido, fuera del partido o con un sucedáneo del partido. Tal es la principal enseñanza de los diez últimos años.[3]

 

Dado que el capitalismo existe, y solo puede existir, como sistema mundial, la clase trabajadora debe organizarse y luchar no solo en el terreno nacional sino, simultáneamente, también en el internacional. Es imposible luchar contra las potencias imperialistas en América, Europa y Asia con una organización nacionalmente aislada. El centralismo nacional siempre está mal. Pero es devastador en la era de la rivalidad entre las grandes potencias cuando la clase trabajadora necesita una organización que sea capaz de resistir las inevitables presiones nacionales y que pueda elevar su programa por encima de las fronteras nacionales y por encima de cualquier interés nacional.

 

Repetimos lo que la CCRI/RCIT ya ha subrayado muchas veces: desde sus inicios, un partido o una organización prepartido verdaderamente revolucionaria debe ser una formación internacional. Solo como organización internacional podemos desarrollar una perspectiva verdaderamente internacionalista, internalizar la experiencia internacional y trabajar como revolucionarios internacionalistas. Si un grupo existe durante demasiado tiempo como organización nacional, corre grave peligro de desarrollar una experiencia y una perspectiva centradas en la nación. ¡Y esto significa, en última instancia, una experiencia y una perspectiva no revolucionarias!

 

Además, el carácter internacional del partido se corresponde con la naturaleza del programa y la actividad revolucionarios. Así como el programa revolucionario sólo puede vivir, respirar y desarrollarse en una organización de militantes revolucionarios, el programa internacional, así como el internacionalismo y la solidaridad proletarios, sólo pueden existir en una organización internacional. Sin él, el centralismo nacional y finalmente las desviaciones nacionalistas son inevitables. Trotsky una vez comentó con razón: " La táctica marxista en "un solo país "es tan imposible como la construcción de una sociedad socialista "en un solo país". [4]

 

Tal concepción es cierta tanto para un partido como para una organización previa al partido, como Trotsky explicó en numerosos artículos y cartas:

 

Por lo tanto, la Oposición debe actuar desde el co­mienzo como una fracción internacional, como hicieron los comunistas en la época del Manifiesto Comunista, o en la época de la primera Internacional, o como la Iz­quierda de Zimmerwald a principios de la guerra. En todos estos casos se trataba de grupos numéricamente reducidos, o de individuos aislados; no obstante, actua­ron como organización internacional. En la época del imperialismo esta posición es cien veces más imperati­va que cuando vivía Marx.

 

Quienes creen que la Izquierda Internacional se es­tructurará algún día como mera suma de grupos nacio­nales, y que por lo tanto la unificación internacional puede postergarse por tiempo indeterminado hasta tan­to los grupos nacionales se “hagan fuertes", atribuyen al factor internacional una importancia secundaria y por eso mismo se lanzan por la senda del oportunismo nacional.

 

Es innegable que cada país posee sus propias pecu­liaridades y que éstas revisten gran importancia; pero en nuestra época estas peculiaridades no se pueden analizar y aprovechar de manera revolucionaria si no es con un enfoque internacionalista. Por otra parte, sólo una organización internacional puede ser la portadora de una ideología internacional.

 

¿Se puede creer seriamente que grupos nacionales de la oposición aislados, divididos entre sí y abandona­dos a sus propios recursos pueden ser capaces de en­contrar por sí solos el camino correcto? No, esta línea conduce inexorablemente a la degeneración nacional, al sectarismo y a la ruina. Las tareas que tiene planteada la Oposición Internacional son tremendamente difíciles. Sólo si se vinculan indisolublemente, sólo si ela­boran en forma conjunta las respuestas a los problemas planteados, si elaboran su programa internacional, si verifican mutuamente sus respectivas tácticas, en fin, sólo si se unifican en un organismo internacional, los grupos nacionales de la Oposición podrán realizar su tarea histórica.” [5]

 

 

 

Cambios en las condiciones para construir un partido mundial revolucionario

 

 

 

Algunos críticos podrían objetar que las condiciones para la construcción de un partido revolucionario son muy diferentes a las de la época de Lenin. Esto es, por supuesto, cierto. Pero hay que entender en qué radica exactamente la diferencia. El desarrollo de las fuerzas productivas tiene ciertamente consecuencias importantes para el nivel educativo, las habilidades, las tecnologías de la comunicación, etc. Hoy en día, el nivel educativo de la clase trabajadora es definitivamente mucho más alto hoy que en el pasado. Esto facilita que los revolucionarios difundan su agitación y propaganda. Internet y los teléfonos inteligentes también cambian la forma de comunicación y facilitan mucho la colaboración internacional. Matar también se ha vuelto mucho más fácil para los ejércitos con ametralladoras modernas, drones y armas nucleares.

 

Pero todos estos desarrollos tecnológicos no han alterado la esencia del capitalismo y el imperialismo. Sigue existiendo la explotación de la clase obrera y la miseria de los campesinos pobres. Las armas han cambiado, pero el carácter reaccionario de las guerras imperialistas sigue siendo el mismo.

 

Esto no es para negar que ha habido cambios significativos que afectan el trabajo revolucionario. Como ya hemos elaborado en El gran robo del sur y también brevemente en este libro, ha habido un cambio significativo de la producción capitalista y, en consecuencia, de la clase obrera internacional de los viejos países imperialistas a China y el Sur semicolonial. Esto tiene profundas consecuencias para las prioridades de la construcción de un Partido Revolucionario Mundial, ya que tal organización debe tener un enfoque en aquellos países donde hoy en día trabaja y lucha alrededor del 85% del proletariado internacional.

 

Hace cien años, cuando del proletariado mundial estaba ubicado en Europa y América del Norte, existía una cierta justificación para enfocar el trabajo revolucionario en estas regiones. Sin embargo, incluso en ese momento, los comunistas enfatizaron la importancia del trabajo entre el pueblo colonial. Sin embargo, hoy, cuando la relación de fuerzas ha cambiado y cuando más de 4/5 del proletariado mundial está ubicado en los nuevos países imperialistas como China y Rusia, así como en el Sur semicolonial, bajo tales condiciones consideramos cualquier insistencia atrasado en centrar la construcción del partido todavía en los viejos estados imperialistas como un primermundismo atrasado. ¡Tal primermundismo es completamente reaccionario y un obstáculo para la construcción del Partido Revolucionario Mundial!

 

Otro cambio que hay que tener en cuenta es el hecho de que los estados imperialistas se han enriquecido mucho. Esto significa que la clase dominante ha ganado la oportunidad de construir una superestructura más finamente tejida para integrar y manipular a la clase trabajadora y la juventud. Asimismo, se han incrementado sus recursos para sobornar e integrar a la aristocracia laboral.

 

Además, podemos observar el siguiente desarrollo altamente contradictorio: en las últimas décadas de globalización ha surgido una peculiar discrepancia y se ha reforzado. Por un lado, el mundo se ha "integrado" más que nunca, no solo económicamente sino también socialmente a través del acceso a la información (Internet, teléfonos inteligentes, etc.), la migración, los viajes, etc. Por otro lado, la desigualdad social, tanto entre países, así como dentro de los países, también ha aumentado sustancialmente.

 

Como resultado de esta combinación, se está produciendo un choque intensificado entre dos mundos: entre los países ricos y pobres, entre los estratos superiores y los estratos inferiores. Un reflejo de la derecha de este desarrollo es la famosa tesis de Samuel Huntington sobre “el choque entre civilizaciones”. [6] Tal choque empuja a la clase media liberal y la aristocracia obrera a defender obstinadamente sus privilegios contra “la plebe” en el centro de las ciudades y suburbios y contra los “bárbaros atrasados” del Sur. Esto encuentra su justificación ideológica en ideologías como la defensa del laicismo burgués contra los “musulmanes fanáticos” o la defensa de las instituciones dominadas por la “gente educada” contra la “gente estúpida y manipulada con noticias falsas”. Por supuesto, la clase media y la aristocracia laboral también están sufriendo en la era de la austeridad. Pero en comparación con la gran mayoría de la clase trabajadora mundial, con la que la clase media y la aristocracia obrera entran en contacto cada vez más, siguen siendo muy privilegiados. Esta contradicción se intensifica por el hecho de que, mientras tanto, la mayor parte del valor capitalista global ya no se crea en los viejos países imperialistas.

 

Este es un factor importante, aunque no el único [7], de la creciente polarización dentro de la "llamada" izquierda en los países imperialistas y de la hostilidad de muchos reformistas y centristas contra los levantamientos de la juventud migrante y contra la Revolución Árabe.

 

En otras palabras, estos desarrollos están reforzando masivamente las tendencias del aristocratismo entre la izquierda reformista y centrista. Esto hace que sea aún más urgente que los revolucionarios luchen contra el aristocratismo y se orienten a los estratos más bajos del proletariado y a las masas populares en el mundo semicolonial.

 

Finalmente, y lo más importante, las fuerzas revolucionarias son hoy mucho más débiles y la conciencia de clase del proletariado está más atrasada que hace cien años. Al mismo tiempo, la influencia de la burocracia reformista y de las fuerzas populistas pequeñoburguesas ha aumentado sustancialmente.

 

Reconocer un desarrollo tan desventajoso no equivale a pesimismo y ciertamente no justifica el escepticismo y el cinismo que está tan extendido entre la llamada izquierda.

 

Primero, no hay que olvidar que los principales factores para el desarrollo de la conciencia de las masas son los desarrollos objetivos de las contradicciones del sistema capitalista, así como entre las clases y los estados. En primer lugar, no fue la pequeña literatura clandestina de los bolcheviques la que galvanizó la conciencia de los trabajadores y los campesinos pobres, sino más bien sus brutales condiciones de vida y las guerras de 1904/05, respectivamente, en 1914-17, en particular cuando la clase dominante sufrió severas derrotas y perdió su prestigio. No cabe duda de que el período venidero está lleno de catástrofes económicas y ecológicas, crisis políticas y desastres militares.

 

En segundo lugar, es cierto que los revolucionarios de hoy son mucho más pequeños que hace cien años. Pero la aceleración de las contradicciones entre los estados y entre las clases debilitará y socavará inevitablemente el aparato reformista y populista y abrirá el camino a los auténticos marxistas. Las ideas del socialimperialismo y el pacifismo serán expuestas por la política reaccionaria de las Grandes Potencias y la crisis política. La línea del internacionalismo de la clase trabajadora basada en la independencia de todas las grandes potencias y en el apoyo a todas las luchas de liberación ganará en atractivo.

 

En nuestra opinión, los revolucionarios deberían sacar las siguientes consecuencias de tal evaluación: a) que unir las pequeñas fuerzas sobre una base de principios es muy urgente y b) que un nuevo partido solo puede construirse fusionando nuestro programa con las nuevas capas de trabajo activistas de clase y jóvenes que están ganando experiencia en las luchas. Puede que sigan siendo políticamente crudos, pero militantes y abiertos a nuevas ideas. ¡Este es el medio al que deben orientarse los revolucionarios y con cuya ayuda se construirá el Partido Revolucionario Mundial!

 

 

 

Orientación a las nuevas capas militantes de la clase trabajadora y la juventud

 

 

 

En este punto es útil llamar la atención sobre el siguiente tema. Una de las principales líneas divisorias de hoy entre el marxismo revolucionario y los diversos matices del centrismo es el acercamiento a las masas "atrasadas". Tales masas "atrasadas" podrían ser los trabajadores y campesinos pobres que se unen contra las grandes potencias y sus dictadores locales bajo ideologías pequeñoburguesas inspiradas en la religión, un pueblo oprimido que lucha por la libertad bajo la bandera del nacionalismo, la juventud migrante en los banlieues (barrios pobres) alrededor de París en 2005, los jóvenes negros y migrantes en Tottenham en 2011 o las masas periurbanas que se manifiestan con chalecos amarillos en Francia en 2018.

 

Como hemos discutido en numerosas ocasiones, los marxistas deben apoyar enérgicamente tales luchas, a pesar de la dirección pequeñoburguesa y a pesar de una conciencia de las masas políticamente menos desarrollada.[8] A diferencia de varios centristas que miran con arrogancia a las masas "atrasadas" y que prefieren mantenerse al margen de sus luchas (¡o incluso apoyar a sus enemigos en nombre del "secularismo" o de la "seguridad pública"!), Los revolucionarios están totalmente del lado de y únete a esas luchas de liberación de los trabajadores y oprimidos. Los centristas dicen que esas masas están irremediablemente atrasadas y que hay que esperar hasta que aprendan y sólo entonces se podría unir fuerzas con ellas. Por el contrario, los marxistas insisten en unirse a las masas combatientes ya ahora, mientras todavía siguen ideologías equivocadas, pero luchan contra sus opresores y, durante y en medio de tales luchas, les ayudaremos a aprender políticamente y hacer avanzar su conciencia.

 

Trotsky resumió acertadamente estos diferentes enfoques: “Sin embargo, la posición de Ledebour incluso sobre esta cuestión no abandona los recintos del centrismo. Ledebour exige que se libere una batalla contra la opresión colonial; está dispuesto a votar en el parlamento contra los créditos coloniales; está dispuesto a asumir una valiente defensa de las víctimas de una insurrección colonial aplastada. Pero Ledebour no participará en la preparación de una insurrección colonial. Ese trabajo lo considera golpismo, aventurerismo, bolchevismo. Y ahí está todo el meollo del asunto.

 

Lo que caracteriza al bolchevismo en la cuestión nacional es que, en su actitud hacia las naciones oprimidas, incluso las más atrasadas, las considera no solo el objeto sino también el sujeto de la política. El bolchevismo no se limita a reconocer su “derecho” a la autodeterminación ya protestas parlamentarias contra el pisoteo de este derecho. El bolchevismo penetra en medio de las naciones oprimidas; los levanta contra sus opresores; vincula su lucha con la lucha del proletariado en los países capitalistas; instruye a los chinos, hindúes o árabes oprimidos en el arte de la insurrección y asume la plena responsabilidad de este trabajo frente a los verdugos civilizados. Sólo aquí comienza el bolchevismo, es decir, el marxismo revolucionario en acción.”

 

Esto está relacionado con la diferencia estratégica entre el marxismo y el centrismo, entre el bolchevismo y el menchevismo sobre el tema hacia qué capas enfocarse en la construcción del partido. Los mencheviques siempre se orientaron hacia la intelectualidad y los estratos superiores de la clase trabajadora, mientras que los bolcheviques se orientaron principalmente hacia los estratos inferiores de la clase trabajadora (incluida la juventud). Trotsky resumió este enfoque en la fórmula bien redactada:

 

La fuerza y el significado del bolchevismo consiste en el hecho de que atrae a las masas oprimidas y explotadas y no a los estratos superiores de la clase obrera[9].

 

Esta diferencia entre bolchevismo y menchevismo en la construcción del partido estaba relacionada con las diferencias en las líneas estratégicas de la revolución. Los mencheviques consideraban a la burguesía liberal como el aliado central del proletariado en la revolución que se avecinaba. Por otro lado, pensaban en el campesinado como una masa conservadora y atrasada que no podía jugar ningún papel progresista en la lucha de clases. En contraste, los bolcheviques consideraban a la burguesía liberal como un enemigo central en la lucha revolucionaria, mientras que veían a las masas pobres del campesinado como el aliado más importante de la clase trabajadora. Lenin resumió estas diferencias en la orientación estratégica así:

 

La experiencia de la revolución rusa de 1905 y del subsiguiente período contrarrevolucionario nos enseña que en nuestro país pudieron observarse dos líneas de la revolución, en el sentido de que hubo una lucha entre dos clases, el proletariado y la burguesía liberal, por asegurarse la influencia dirigente sobre las masas. El proletariado actuó de un modo revolucionario y fue llevando tras de sí al campesinado democrático al asalto de la monarquía y los terratenientes. La prueba de que el campesinado manifestó tendencias revolucionarias en el sentido democrático fue suministrada en una escala de masas por todos los grandes acontecimientos políticos(...) La primera línea de la revolución democrática burguesa rusa, tal como se desprende de los hechos y no de la charlatanería sobre "estrategia", consistía en que el proletariado combatió resueltamente, mientras que el campesinado lo siguió con indecisión. Ambas clases se levantaron contra la monarquía y los terratenientes. La falta de fuerza y de decisión en dichas clases provocaron la derrota (aunque se abrió, de todos modos, una brecha parcial en la muralla de la autocracia).

 

La segunda línea fue la actitud de la burguesía liberal. Nosotros, los bolcheviques, siempre hemos dicho, sobre todo desde la primavera de 1906, que esta línea estaba representada por los demócratas constitucionalistas y los octubristas, considerados como una fuerza única. La década de 1905 a 1915 confirmó nuestra opinión. En los momentos decisivos de la lucha, los demócratas constitucionalistas, junto con los octubristas, traicionaron a la democracia y "acudieron" en ayuda del zar y de los terratenientes. (...)

 

Los bolcheviques ayudaron conscientemente al proletariado a seguir la primera línea, a lu½har con audacia y abnegación y llevar tras de sí al campesinado. Los mencheviques se deslizaban constantemente hacia la segunda línea, corrompieron al proletariado adaptando su movimiento a los liberales (...)

 

Sólo estas corrientes, la bolchevique y la menchevique, se manifestaron en la política de las masas, en 1904-1908, y después, en 1908-1914. ¿Por qué? Porque sólo estas dos corrientes tenían sólidas raíces de clase; la primera, en el proletariado; la segunda, en la burguesía liberal.[10]

 

Naturalmente, la situación concreta en el capitalismo mundial a principios del siglo XXI difiere de la de Rusia de hace un siglo. Pero las diferencias básicas en la orientación de clase entre el oportunismo y el marxismo siguen siendo las mismas. Los reformistas se orientan hacia una alianza con un sector “progresista” de la burguesía, con una Gran Potencia que se opone al imperialismo estadounidense, con la intelectualidad ilustrada, etc. jóvenes migrantes de mentalidad religiosa, la gente "fanática" en el sur gritando "Allahu akbar”, Etc. Los centristas suelen seguirlos y prefieren la compañía de los reformistas, de la gente “educada” de las universidades y de los burócratas laborales que los trabajadores políticamente crudos y la juventud migrante de las banlieues.

 

El bolchevismo del siglo XXI se opone categóricamente a cualquier alianza con sectores de la burguesía imperialista o con cualquier gran potencia. Mientras aplican la táctica del frente único a los burócratas laborales y académicos progresistas siempre que sea necesario para movilizar a las masas, los revolucionarios se enfocan en trabajar entre estas masas “atrasadas”. ¡Es imposible construir un partido revolucionario en el siglo XXI sin entender completamente esta pregunta!

 

 

 

Reformismo y centrismo como obstáculos

 

 

 

La lucha contra el imperialismo y la guerra debe basarse en dos principios fundamentales e interrelacionados:

 

a) Lucha contra todas las grandes potencias, tanto en Oriente como en Occidente;

 

b) Apoyar todas las luchas de liberación de los trabajadores y pueblos oprimidos contra cualquier Gran Potencia o su lacayo reaccionario.

 

Sin basar su política en estos dos principios interrelacionados, ninguna organización puede implementar un programa antiimperialista consistente. [11]

 

Es evidente, y lo hemos demostrado en detalle en este libro, que la lucha para unir a la clase trabajadora contra el imperialismo y la guerra no se lleva a cabo en el vacío. De hecho, el movimiento obrero oficial está dominado por socialimperialistas pro-occidentales y pro-orientales. Las diversas fuerzas centristas, vacilantes en el medio, son prisioneras de sus fracasos programáticos del pasado y de su adaptación oportunista a la burocracia reformista.

 

Por tanto, la lucha de cualquier organización revolucionaria por ganar la vanguardia obrera y, a través de la vanguardia obrera, las masas proletarias, está inevitablemente ligada a la lucha contra estas fuerzas socialimperialistas y socialpacifistas.

 

Los marxistas han enfatizado repetidamente que la clase dominante no ha logrado mantener su dominio debido a su fuerza interior, sino por el apoyo que recibe de la burocracia laboral. James P. Cannon, el líder histórico del comunismo y el trotskismo estadounidenses, dijo una vez: “La fuerza del capitalismo no está en sí mismo ni en sus propias instituciones; sobrevive sólo porque tiene bases de apoyo en las organizaciones de los trabajadores. Como lo vemos ahora, a la luz de lo que hemos aprendido de la Revolución Rusa y sus secuelas, el siglo XIX de la lucha por el socialismo es la lucha contra la influencia burguesa en las organizaciones obreras, incluido el partido”. [12]

 

Y en efecto, todas las fuerzas socialimperialistas pro-occidentales y pro-orientales son agentes de tal influencia burguesa, ya que ayudan a esta o aquella Gran Potencia y porque, con esto, dividen y confunden a la clase obrera internacional.

 

Como hemos demostrado en los capítulos anteriores, las fuerzas estalinistas, ex-estalinistas y semi-reformistas sirven, abierta o encubiertamente, a una u otra Gran Potencia imperialista. Varios centristas son incapaces de comprender el verdadero carácter de Rusia y China y, por lo tanto, no reconocen la naturaleza del período histórico actual como uno de acelerada rivalidad entre las grandes potencias en el que los revolucionarios deben luchar contra todos los estados imperialistas. Asimismo, muchos de ellos no apoyan de manera consistente las luchas de liberación de los pueblos oprimidos contra una u otra Gran Potencia.

 

Es obvio que estas fuerzas reformistas y centristas son un obstáculo para la lucha de liberación de la clase obrera internacional. Por tanto, la lucha por ganar la vanguardia obrera para un programa antiimperialista coherente no puede avanzar sin la lucha enérgica contra la influencia de los socialimperialistas y social-pacifistas.

 

De hecho, muchas de estas fuerzas reformistas y centristas se han podrido tanto que no se puede esperar que desempeñen un papel progresista en la lucha de clases que se avecina. La CCRI/RCIT considera un error de varios revolucionarios esperar una especie de proceso de autocuración de esas fuerzas que se están adaptando desde hace años y décadas al orden burgués. No, el futuro partido de la revolución no se construirá principalmente a partir de fragmentos de partidos reformistas o centristas, sino más bien a partir de las nuevas capas militantes emergentes de la clase trabajadora y los oprimidos. Estos nuevos elementos en bruto proporcionarán el material dinámico y fructífero para construir un partido revolucionario con espíritu sano y dedicación militante a la causa de la lucha por la liberación.

 

Como dijimos anteriormente, la lucha contra el imperialismo es simultáneamente una lucha por la liberación de los trabajadores y oprimidos. Una organización revolucionaria no puede librar una lucha como la lucha sustitucionalista para el proletariado, sino sólo con y a través de fuertes raíces entre las masas proletarias. Las numerosas capitulaciones de las fuerzas reformistas y centristas en los países imperialistas ante la presión chovinista se relacionan con su incapacidad de apoyarse en los estratos más bajos de la clase trabajadora, las masas oprimidas, los migrantes, la gente de color, etc. De hecho, una organización revolucionaria debe esforzarse por tener una membresía y una dirección que no esté dominada por intelectuales y aristócratas laborales, sino por activistas de los estratos más bajos y oprimidos de la clase trabajadora.

 

Asimismo, una Internacional revolucionaria hoy no debe tener su base principal en las viejas metrópolis imperialistas de América del Norte y Europa Occidental. En tiempos en que la inmensa mayoría del proletariado mundial en el siglo XXI - alrededor del 85% - vive en el Sur, es decir, fuera de las viejas metrópolis imperialistas, cualquier partido revolucionario mundial debe enfocarse para construir entre estas masas.

 

Somos plenamente conscientes de que las auténticas fuerzas revolucionarias de hoy son débiles. Un nuevo Partido Mundial de la Revolución Socialista no caerá del cielo. Construir un partido así requiere un proceso más largo de arraigo entre las masas, educación de cuadros, pruebas prácticas, etc. ¡Pero reconocer las dificultades y debilidades no es motivo de desesperación, sino más bien para abordar conscientemente los problemas existentes y ponerse a trabajar enérgicamente!

 

Las palabras de Séneca, el célebre filósofo romano, no han perdido su significado: Fata volentem ducunt, nolentem trahunt (las Parcas conducen a los que quieren y arrastran a los que no quieren). Sin duda, el "destino" (es decir, las leyes de la lucha de clases) arrastrará a los revisionistas a un callejón sin salida. Sin embargo, los revolucionarios que estén dispuestos a luchar y aprender, pueden utilizar las crisis del capitalismo que se avecinan y las tormentas de las luchas de clases para avanzar en la construcción de un poderoso instrumento para la lucha por la liberación.

 

Hoy, la CCRI/RCIT es una organización previa al partido comprometida con la construcción de ese partido mundial. Todavía somos una organización pequeña, pero en el transcurso de los últimos siete años hemos logrado construir una organización internacional con secciones y grupos fraternos en 18 países de todos los continentes. Nos acercamos a todas las organizaciones revolucionarias y activistas de todo el mundo que están de acuerdo con nosotros en los temas más importantes de la lucha de clases mundial. ¡Unamos nuestras fuerzas para construir un Partido Mundial Revolucionario! Construyamos una organización internacional conjunta que luche contra todas las grandes potencias, tanto en el este como en el oeste, y que apoye todas las luchas de liberación de los trabajadores y pueblos oprimidos contra cualquier gran potencia o su lacayo reaccionario.

 

 

 

¡Únase a nosotros en esta lucha! ¡Únase a la CCRI/RCIT!

 

 

 



[1] Sobre el análisis de la RCIT del partido revolucionario, ver p. Ej. Michael Pröbsting: Building the Revolutionary Party in Theory and Practice. Looking Back and Ahead after 25 Years of Organized Struggle for Bolshevism, Vienna 2014, https://www.thecommunists.net/theory/rcit-party-building/

[2] Internacional Comunista: Resolución sobre el papel del partido comunista en la revolución proletaria (1920), Tesis, manifiestos y resoluciones adoptados por los Cuatro primeros congresos de la Internacional Comunista (1919-1923), Ed. Internacionals Sedov, p. 75

[4] León Trotsky: La Unificación de la Oposición de Izquierda (1930), https://ceip.org.ar/La-unificacion-de-la-Oposicion-de-Izquierda

[5] León Trotsky: Carta abierta a todos los militantes de la Leninbund (1930), https://ceip.org.ar/Carta-abierta-a-todos-los-militantes-de-la-Leninbund

[6] Véase, Samuel P. Huntington El choque de civilizaciones y la reconstrucción del orden mundial, Simon & Schuster, New York 1996

[7] Como razones para el fortalecimiento de los desarrollos reaccionarios entre sectores significativos del medio reformista y centrista en los viejos países imperialistas, hay que agregar a) la rivalidad acelerada entre las grandes potencias y b) las derrotas políticas que ha sufrido el movimiento obrero después de 1968 como mucho después del colapso del estalinismo en 1989-91 y que se expresa en su declive político, ideológico y organizativo.

[8] Ver, p. RCIT: France: Defend the “Yellow Vests” Movement against State Repression! 03.12.2018, https://www.thecommunists.net/worldwide/europe/france-defend-the-yellow-vests-movement-against-state-repression/; Nina Gunić and Michael Pröbsting: These are not "riots" – this is an uprising of the poor in the cities of Britain! The strategic task: From the uprising to the revolution!, 10.8.2011, http://www.rkob.net/new-english-language-site-1/uprising-of-the-poor-in-britain/; Michael Pröbsting: The August uprising of the poor and nationally and racially oppressed in Britain: What would a revolutionary organisation have done?, 18.8.2011, http://www.rkob.net/new-english-language-site-1/august-uprising-what-should-have-been-done/; Bericht der RKOB-Delegation über ihren Aufenthalt in Londres 2011, http://www.rkob.net/international/berichte-uprising-in-gb/, Michael Pröbsting: Britain: "The left" and the August Uprising, 1 septiembre 2011, https://www.thecommunists.net/theory/britain-left-and-the-uprising/

[9] Leon Trotsky: Perspectives and Tasks in the East. Speech on the third anniversary of the Communist University for the Toilers of the East (21 de abril de 1924); in: Leon Trotsky Speaks, Pathfinder 1972, p. 205

[10] V. I. Lenin: Acerca de las dos líneas de la Revolución (1915), Lenin. Obras Completas, Tomo 27, Ed. Progreso, p. 80-82

[11] Remitimos a los lectores a los documentos programáticos centrales de la CCRI/RCIT: "Manifiesto Comunista Revolucionario" (2012) y el "Manifiesto por la Liberación Revolucionaria" (2016). Ambos se pueden leer en línea o descargar en nuestro sitio web en https://www.thecommunists.net/home/espa%C3%B1ol/ccri-manifiesto/ y https://www.thecommunists.net/home/espa%C3%B1ol/ccri-manifiesto-2016/

[12] James P. Cannon: E.V. Debs (1956); in: James P. Cannon: The First Ten Years of American Communism, Pathfinder Press, New York 1962, p. 270